viernes, marzo 24, 2017

DONDE MUEREN LAS MUJERES de MARÍA DOLORES SERRANO FORERO


















DONDE MUEREN LAS MUJERES de MARÍA DOLORES SERRANO FORERO

Ediciones Vitruvio
73 Páginas

Me siento frente a una mesa de un bar, abro el libro y lo leo, dialogo con la autora, hablo con Dolores desde la infinita distancia, suena música en el bar, no reconozco lo que es, suenan los vasos chocando unos con otros, suena el murmullo de los otros clientes a mi alrededor, pero, cuando comienzo a leer no existe nada, ahora nada. Los poemas suenan y me cuentan sobre ella, en un momento me viene a la cabeza el mago que corta a su ayudante en dos, atravesada por espadas y filos; de pequeño creía, incluso, ver el centro de las muchachas, magia, separarse para luego recomponerse; pensaba, recuerdo, en aquella época de primeras comuniones y misas de domingo, que el alma se podía escapar por aquel terrible corte, aunque luego se recompusiera, magia. Con el tiempo aprendes, descubres, que no, que no se escapa el alma por misteriosos cortes, el cuerpo parece partirse y el alma se escapa por las palabras, por los poemas, por el dolor, por las miradas, por el pasado, por el amor, por el desamor, por el recuerdo, por la soledad, por la tristeza...y que cruzan, todas,  tu cuerpo suspendido, asomado, sobre el libro. El bar retumba más que nunca. Dolores me está contando lo que hay... que la vida es así, esa vida ha sido de ese modo, es el modo que la ve; los poemas son métodos de desnudarse y desnudar, Me habla de mujeres, de sus mujeres, ella, su madre, y por ello de todas las mujeres, madreshijas, hijasmadres, todas. Todas suspendidas en su cielo oscuro y blanco, oscuras por su invisibilidad, blancas por su vida. por todas las vidas; oscuras por sus noches de juegos y recuerdos, blancas por sus mortajas.

ESA SENSACIÓN DE LOS TELEDIARIOS

I

Algunos telediarios me impactan profundamente.
Esta vez ha sido un niño a los pies de su madre.
La mujer estaba muerta y se la comían las moscas.
En el mundo muchas mujeres mueren cada día.
O se mueren o se cansan de vivir. En realidad
nacen muertas , pero no lo saben.

En España, cada año son más niños huérfanos.
A sus madres las matan y a ellos los meten en los reformatorios,
para que se los coman las moscas y se olviden de sus madres.
Acaban muriendo porque no pueden desprenderse
de la inmensa tristeza a la que están condenados.

Siempre me acuerdo de mi madre cuando veo el telediario.
Le gustaban las flores y fregaba los suelos con lejía.
A mí me dolían las lágrimas que se tragaba sin decírselo a nadie.
Era cuestión de tiempo que se cansara de vivir.
Yo también estoy cansada, pero mis hijos no lo saben.

Esta mañana, he amanecido con los brazos encogidos
como las alas de una mosca, Me consumirán los pocos rayos
del sol que entren por la ventana y volveré a obsesionarme
con las voces de los niños que no pueden salir corriendo.

Luego están las mujeres muertas,
después de toda la noche, querrán convertirse en niñas.

2

Recojo con la bayeta la sangre de mi madre.
Es una pena, pienso, nadie se acuerda de nosotras cuando morimos.
Después de recoger la sangre siento que estoy muy cerca de ella, a
punto de darle la mano, pero no tengo el valor suficiente para hacerlo.


Me habla, sí, desde los poemas, pero lo hace al oído, como un latido suave,  como una letanía, como una oración que no necesita metáforas, no necesita fuegos literarios artificiales para expresarse, para contar lo que quiere, porque sus versos, sus ideas, van descubriéndose, página por página, letra por letra, imagen a imagen; como una escalera de ideas que  como hacíamos de pequeños aquellos murales, aquellas cartulinas con recortes que hablaban de nuestro mundo, de nuestra familia, de nosotros solamente; iguales, al fin, de lo que ahora hacemos con las viejas cajas llenas de hermosas  fotos antiguas o cercanas: intentamos  recomponer historias. De este modo esa escalera de ideas que salen en los poemas nos revela un universo, que sea solapado o sea visible, que sea el óleo de un pintor frente a un espejo; es el secreto del escritor, del poeta, del que se ha bajado la cremallera del cráneo.


….

9

Una puerta.
Detrás, restos de comida sobre la mesa.
Al niño lo tenía al pecho, llorando.
Toma, ponlo a la luz a ver si responde, me dijo.
Lo alcé en brazos.
Temblaba, como si fuera una bolsa de nieve.
Haz que deje de llorar, repetía.
Después se marchó cerrando la puerta.

Hacía frío.
EL niño me pedía brazos con los ojos.
Yo lo miraba queriendo responder,
pero mis párpados se habían convertido en
en pellejos de manzanas.
Una pérdida de sentimientos.

Había una cuna de mimbre.
Pero los niños en las cunas  no olvidan.



Pienso, por un momento en la figura de la madre de la que hablan los poemas: está, creo, la figura de la madre de la autora -a ella se lo dedica-, pero también, por extensión, la figura de la mujer madre, de la mujer al fin. Y sus figuras tienen la separación que se encuentra entre lo que se recuerda y se quiere y se requiere, de nuevo,  en alguna alada alma distante, protectora, espantadora de miedos, de heridas, de los estallidos del convertirte en adulto.

2

Algunas veces, jugábamos a escondernos entres sus faldas y
otras íbamos como los perros, más cercas del pan a cada paso.
Sé que nos miraban mientras comíamos porque sabía que la
historia no terminaba ahí, que no terminaría mientras
viviéramos, que siempre tendríamos hambre de nuevo día.
Escenas anudadas a la matriz de mi madre. La sequedad del
pan asomaba entre los dientes.

.

Y está la otra parte de madre mujer que es ella misma, que son las hijas que ahora son madres en la distancia de los años y de los sueños caídos o vencidos, con la distancia de las batallas ganadas o por ganar o perdidas y por perder; y que se descubren, que te descubres, cubierta con el peso del tiempo, y con los pasos silenciosos de la soledad y del fantasma de la nada. Pesadas cargas que caen
en los momentos que ya no hay sonrisas los sábados por la noche, como había de joven, ahora quedan los tiempos, otros...



.
5

Una mujer
se acerca al final cuando
solo tiene por nombre
la voz de sus hijos
al nombrarla.

Me dicen Clara cuando
voy a pasear por la orilla.
Entonces , alguien me llama
por mi nombre, Y no sé
qué responder.

.


A veces parecen los poemas la transcripción de un sueño, quizá una pesadilla, como un verso pegado a las pestañas que se cierran sobre el ojo, parecen querer enseñar lo que oculta la noche, esas cosas que siempre asustan, esas cosa que parecen descubrirse más claras, por más tristes, en la soledad de tu habitación, en el silencio de la oscuridad, o en el pozo que deja la humedad fría de tu almohada. Así, descubrir qué es un deseo o un miedo, saber si sucedió de verdad o es un engaño, como el del mago de las espadas.

Suena música en el bar que leo el libro. Es la misma que oía hace 20 años, siento, sobre los oídos y después sobre los hombros, el paso del tiempo. Los poemas me llevan, con ella, a la idea de haber pasado por muchos caminos y que llego, llegamos, a un cruce que vemos al final un horizonte cercano, más que antes. Y nos giramos y no vamos los mismos, no vamos todos, y hay trechos del camino que ya vamos solos, repentinamente solos, extrañamente solos.


2

Cada vez quedan menos cosas: algo de ropa vieja, un piso
de cuarenta metros al que le sobra espacio y el recuerdo
que me dejaron mis hijos. Por lo demás no sé si me levantaré hoy.
Sirve de algo alimentarse, caminar, dar la mano a alguien por
la calle, hablar. Escribir ayuda. Lo que me queda, es lo
irremediable, lo que se pega por dentro, como las impurezas
de algunas piedras.


Miro el vestido que hay sobre la silla. Me lo pruebo. EL espejo
me devuelve el eterno vestido de flores. Escribir ayuda. Me
acerco al dolor del aire. Imagino el dolor del aire. Imagino
besar.

.
Los poemas del libro hablan de lo que es la vida, de todas las vidas y de una vida, la de la poeta, porque es encargo de esos escritores pasar del yo al todo, y del todo al yo, para que descubramos, nos descubramos en esas vidas, en esos gestos, en esas estaciones; o en las mujeres de este libro que, aunque yo sea hombre, son velas de todas las oscuridades, de las tuyas y las mias.
Y así es un libro engendrado desde algún lugar dónde se encuentran las voces de las mujeres que rodearon a Dolores Serrano Forero, no ahora, ni siquiera ayer, sino todas las mujeres que engendraron vidas y sueños, todas las que, remontadas en siglos, la parieron a partes iguales con su madre, porque es la herencia de todas, porque todas son mujeres y todas mostraron, contaron, a sus hijasmadres cómo fue su vida. Herencia que se esconde, silenciosa, en algún lugar de los sueños, por ello de sus poemas.

6

Mi madre tenía un sueño:

al calor
de sus hijos
escribía poemas
imaginando
el mar.


¿De dónde nace la poesía? ¿Para qué?¿Qué la provoca? Del deseo de espantar fantasmas, pero también de... salvarlos...

Cierra el bar, es de noche, es tarde, ya casi no veo las letras del libro, pero las reconozco a pesar de la oscuridad, no las olvido.

wineruda

14 comentarios:

  1. Sus poemas llegan muy. dentro y parten el alma.Es como las matrioskas una mujer dentro de la otra representando trozos de vidas de todas ellas. Gracias por darme a conocer a M Dolores Serrano.
    Saludos

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  2. Hola Clara

    Un placer encontrarte aquí, y , también que te hayas conocido este libro por mí, y que te haya gustado como a mí. Lo que dices es verdad, has sabido encontrarla a pesar que solo haa leído unos pocos poemas del libro...No puedes haber apuntado mejor.
    gracias

    un saludo

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  3. Wineruda, te he leído varias veces y tus comentarios se mezclan con los poemas. Forman una unidad, no sé si me explico. Comentas la poesía de una forma tan bella que tus comentarios son en sí mismos poesía.

    Un abrazo y gracias también por presentarme a Dolores Serrano.

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    1. Hola Ana
      Gracias por lo que dices.
      Pero es Dolores Serrano la que crea, yo solo comento, y lo difícil es el creación, sacar de la nada la inspiración.
      cuídate mucho

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  4. Hola Wineruda.

    Me dejas impresionado.
    Absolutamente de acuerdo con lo que expresan Clara y Ana, me resulta imposible exponerlo mejor que ellas. Así que simplemente gracias por descubrirnos el universo de Dolores Serrano.

    Cuídate!!

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    1. Hola PAco
      Gracias a ti, y lo cierto es que es una gran poeta, solo con que pueda darte a conocerla, ya me siento orgulloso.

      cuídate

      un abrazo

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  5. Tus preguntas finales no deben tener respuesta. La poesía es un misterio, para mi siempre lo ha sido, cómo se puede decir tanto con tan pocas palabras, contar una historia completa en pocos versos (comparado con un relato o mucho más con una novela)... lo dicho, magia, misterio.
    Pero luego está el lector o lectora que lee los poemas y que los traduce e integra como tú haces con tanta facilidad (y a mi me cuesta más).
    Tú lectura es entregada, completa, te la comes y la digieres. No es nada fácil ser un lector así. Además nos lo cuentas entrelazado con los versos. En este caso, además, resulta espectacular por lo bien que entiendes esa poesía de mujer (de madrehija).

    Me cuesta la poesía, pero no digo que no vaya a leerla.

    Un abrazo

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    1. Me enseñaron que hay que responder si te preguntan...no sé si esto afecta si te lo preguntas tú...jaja, En cualquier caso gracias Laura, pero el truco es saber elegir los libros de poemas, ellos te lo explican solos...sin preguntar...:);)

      cuídate

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  6. Wineruda, soy mujer, mujer grande, pero no tanto.
    Leyendo esos poemas quedé muda, paralizada, con una sensación de vacío atroz, son oscuros.
    Derraman una tristeza infinita, tristeza propia, vivida o vista vivir sin haber hecho nada por cambiarle. Y no sé cómo hace esa pluma para volverles ley. Y no lo son, ciertamente no lo son.
    La vida no es eso.
    La vida es la mezcla de lo que toca con lo que cada quien consigue hacer con eso.
    La vida es la arcilla de colores que dan a los niños el primer día de clase. Cada uno amasa y amasa para hacer lo que imagina y puede, lo que sale y ve. Otros ni lo intentan, se distraen viendo a sus pares, se endurece, la tiran.
    La vida es la loca carrera de las infinitas tortugas naciendo en simultáneo en la playa. Rápidamente deben ganar el mar para salvarse de las gaviotas. Correrán rápido y bien si las patas les andan y como puedan y salga si alguna se les quedó o salió torcida, del cascarón. Saben sin saber que tienen que correr y correr, porque ese es el mandato divino.
    La vida es esa carrera, tortuga o persona (y digo persona, no individuo).
    La vida no es, -aunque a esta joven así parezca-, quedarse a esperar lo que da el otro.
    La vida trata de esa carrera, de seguir corriendo hacia el mar, de ganar el mar, es la consigna vital.
    Me preocupa que algún distraído tome esos poemas al pie de la letra, vaya resulten en el empujoncito que faltaba para convertirse en nada.
    Me gusta reiterar cual noria que Borges es el mejor, y en este caso más sano:
    El arrepentido
    He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer.
    No he sido feliz.
    Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados.

    Más que nunca qué viva vuestra primavera, tiempo de tortugas, tiempo de carreras, qué viva nuestro otoño, tiempo de inicio de clases, tiempo de arcillas.
    Sea feliz se lo pide esta tortuga que no para de navegar, Selva

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  7. Gracias Selva por tu opinión

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  8. Hola, Wine
    Admiro tu capacidad para establecer una conexión profunda con la poesía; no es virtud de profanos sino de aquellos que han desarrollado un talento natural para poder apreciar en su justa medida las cualidades del poeta reseñado. Y tú intercalas tus sensaciones, que potencian la lectura de esos mismos poemas.
    No conocía nada de autora y poemas. Gracias por descubrírmela. Solo un ser sensible puede expresar el sentir de la manera que lo hace Serrano. Y tú.
    Un gran abrazo.

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    1. Hola Marcelo

      Cierto es que la sensibilidad de los poemas son parte del poeta, eso no se puede imitar ni se puede improvisar, se tiene o no, y los poetas que merecen la pena lo tienen.

      un abrazo
      gracias

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  9. Infinitas gracias amigo Wineruda por tu bellísima reseña. La sensibilidad nos devuelve con creces la imagen del mundo a través del filtro de la emoción, de la extrañeza ante lo que acontece. El filtro de Wineruda es la forma personal de aprehender el texto, de hacerlo propio. Mis mujeres descubiertas por ti, son mujeres que se brindan a lecturas posibles, se descubren ante el mundo, se hacen grandes. Gracias de nuevo por tu filtro de poesía y sensibilidad, por tu personalísima voz.

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    1. Un placer encontrarte por aquí. No creo que es difícil hacer una reseña que resulte interesante sobre un poemario que merece la pena con el tuyo.

      un abrazo

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