miércoles, mayo 06, 2015

LOS HERMOSOS AÑOS DEL CASTIGO de FLEUR JAEGGY













LOS HERMOSOS AÑOS DEL CASTIGO de FLEUR JAEGGY
I BEATI ANNI DEL CASTIGO 1989
Edtr. Tusquets 118 Pág.
Trdt. Juana Bignozzi



Nada puede hacer olvidar los años vividos lejos de la familia en el espacio cerrado, solitario y opresivo de un colegio para señoritas en un pequeño pueblo de Suiza o de otros que pasaron por el camino; nada arranca más vida de los corazones que una necesidad de cambio, cercano a veces a lo destructivo, para buscar un lugar diferente, de un cariño olvidado, de una personalidad propia; nada oculta más los sentimientos que la manifiesta intención de ser diferente, de buscar lo distinto, que no lo opuesto, porque simplemente no sabes qué es lo opuesto. Esa búsqueda de sí misma aparece en las páginas de la novela, con la desenvoltura que da la narración en primera persona, mirada desde el futuro, rasgando el pasado para mostrar las entrañas de lo que pasó, no ya de los hechos puros y demostrables, sino de la sensación misma que se asoma desde los ojos, desde las palabras, desde los pensamientos de una adolescente , apenas una niña, que recorre los días de su encierro buscando la pericia necesaria para ser adulta siendo una niña, correteando en la frontera en la que por una lado muere la niñez y por otro lado nace esa fase adulta que primero se quiere y luego lastima.

Y si de la imposición, en la distancia, de un tipo de vida por parte de una madre casi olvidada y si de la existencia plana y lúgubre de un padre anodino surge la necesidad de rebelarse, de ser distinta, de no ser como todas las compañeras de las cuales,tras el paso de los años, has olvidado su nombre -esa fue su importancia- es porque la arrogancia despreocupada de la juventud necesita aparentar que posee la independencia que luego tendrá en la edad adulta, practicar los patrones de comportamiento en una vida que no quiere que sea como es ahora, y los ensayos deben ser rigurosos y verdaderos hasta encontrar el desfiladero por donde escapar de rutinas, voces, profesores, directoras, compañeras de colegio o de reglas impuestas


La protagonista, la narradora, descubrirá un lugar diferente en los ojos, en el cuerpo, en la personalidad de una compañera, en Frédérique. Surgirá de esa relación una mezcla de admiración y sumisión que alarga su camino hasta encontrar un sentimiento de amistad que nunca puede ser sexual o erótica -como auguran algunas guías-, porque no es apenas más que una sensación de acercamiento y arrobo llegado de la necesidad de una amistad diferente, de encontrar una mente discrepante con las reglas habituales de sus compañeras de colegio, no en el comportamiento sino en la libertad mental, en la profundidad de sus actos lejanos a lo usual y a lo cotidiano en los pasillos del colegio; encontrar una mente atormentada para un lugar en las que no debutan las apariencias.

Y nada podrá encontrar más adecuado a la mente de la narradora que contar como, en un momento dado, se adecuó a los momentos que estaba viviendo, contradiciendo su propia necesidad o su mismo pensamiento, buscó en lugares que en otro momento no había decidido pisar, pero que al final lo hizo, por propia comodidad o por simple inercia. Y las consecuencias las pagó perdiendo su parte de individualidad, su pedazo de cielo entre los diferentes, aquella amistad diferente; pero de esa experiencia, de la rotura de lazos, de la caída en los oscuros brazos de la conveniencia, apareció el legado, no sé si querido o surgido de la nada, del placer de encontrar un regalo en lo negativo, en el dolor, en la desaparición de lo respetado.


“Los hermosos años del castigo” es un lectura que lleva placer a los sentidos, ocurre entre lugares que me invento oscuros, entre paredes húmedas y cielos nublados; pisando laderas verdes y colegios olvidados, serpenteando entre pasillos abarrotado de gritos y artimañas de colegialas menudas. Es una obra en las que se abren las lejanas mentes de los años olvidados, aquellos en los que de niño creabas fantasmas de las sombras y enemigos en las pizarras, Y que descubre la mente de una muchacha abandonada a su suerte entre una muchedumbre de niñas, ancianas, amigas y enemigas de las que descubre que el paso del tiempo sólo ha permitido olvidar sus caras y dejar sus voces.



wineruda

martes, mayo 05, 2015

EL SUR de COLM TÓIBÍN



















EL SUR de COLM TÓIBÍN
the south 1990
Edtr. Emece 190 Pág.
Trdct. José Manuel Álvarez Flórez


Este libro cuenta la historia de Katherine Proctor, una irlandesa protestante de origen inglés, que abandona a su marido y a su hijo para buscar otra vida en la Barcelona de los años 50 durante la dictadura de Franco, allí conocerá a Miguel, un pintor que luchó con los anarquistas durante la guerra civil, él será su compañero y amante; conocerá también a Michael Graves, un irlandés católico huido de su tierra. En Cataluña encontrará otra forma de vivir, aprenderá a pintar y a ver el mundo de otra forma, será como descubrir un nuevo mundo lejos de la oscuridad, humedad , la incomunicación y el encierro de Irlanda y de su propio matrimonio.

El libro combina parte de narraciones en tercera persona con los diarios o cartas en primera persona -por supuesto- de Katherine, en éstos es donde Tóibín mostrará toda la personalidad de ella, todos los sentimientos ocultos que le cuesta mostrar en sociedad, todas las contradicciones de su vida y la libertad absoluta de su planteamiento de vida, la diferentes sensaciones y las dos maneras de comprender a sus dos amigos, Michael y Miguel. En las páginas del libro también aparecerán apenas susurradas, casi ocultas-para el que no pretenda verlas- tras las acciones y pensamientos directos de Katherine las razones veladas de sus formas de comportarse, la casi laxitud de su comportamiento real con las profundas razones de ser como es y los motivos en los que se apoyan todos sus actos.

La pintura y la guerra civil y el enfrentamiento entre católicos y protestantes en Irlanda, serán los tres centros importantes del transcurrir de la vida de los personajes en el libro: la pintura descrita con absoluta belleza y conocimiento, donde describe una inmensa gama de colores, situaciones, ambientes o paisajes; pinceladas que aparecerán de forma minuciosa y visible en los ojos a través, incluso, de las palabras. La guerra civil será, por su cercanía temporal y por los personajes que rodean la historia, parte primordial e inevitable del transcurrir de la vida en Cataluña. La cuestión irlandesa parecerá como trasfondo obsesivo de su vida en Irlanda, tanto en el pasado como en el presente, incluso en su influencia en su matrimonio y en la vida de su familia, será algo que le consumirá a Katherine toda su vida.

Tenía miedo en este libro de que conociendo, más o menos, las ciudades que describe y el ambiente que transcurre la novela -España tras la guerra civil- y habiendo sido escrito por un escritor extranjero, éste pudiera caer en un cierto grado de “folclorismo” habitual en ciertas novelas ampliamente conocidas, pero no, la narración discurre sin que peque de ello. Tóibín parece conocer de lo que habla y por qué lo cuenta. El transcurrir es fluido y supongo que más que correcto desde el conocimiento que yo tengo de Cataluña y de aquellas épocas.


Cuando lees un libro en los que las situaciones transcurren de forma más o menos normal, que pudiera parecerle a alguien que es una historia, floja, de ficción, es decir que no parece acontecer nada diferente; que no hay nada, o casi nada, que destaque por su relevancia: no hay grandes héroes, no hay grandes situaciones, no explota el mundo; puedes llegar a pensar que el libro no es notable, que, incluso, es anodino, que las situaciones son planas y no hay un ascenso a grandes cumbres ni descensos a hermosos infiernos. Cuando ocurre eso sólo debes pararte a pensar que debajo, entre o a través de, en este caso, los personajes se descubre el verdadero mundo; el universo profundo que surge por entre cada página. Descubriras la soberbia concepción de sus diferentes mentalidades,aparecerá la disección, a través de lo que dicen, hacen o piensan, de sus cerebros, y, por ello, surgirá  la razón de sus actitudes, aciertos, errores, incluso de sus comportamientos erráticos o ilógicos. Basta pensar en una palabra para que se dibuje el origen de ello en la mente de Katherine, Miguel o Michael, nada parece escapar de la encerrona en las que el autor ha montado a sus personajes, no dejándoles más camino que mostrarse como son;  por medio de cómo actúan, cómo miran, cómo reaccionan, incluso se mostrarán  en el comportamiento odioso, desolador o lamentable con las que en en algunos momentos actúan. Por lo tanto nadie debería quedarse en la superficie del libro, en una lectura somera o frívola de un libro, al menos no en éste.



Wineruda

lunes, mayo 04, 2015

EL TIEMPO ES UN CANALLA de JENNIFER EGAN















EL TIEMPO ES UN CANALLA de JENNIFER EGAN
A visit from the goon squad 2010
Edt. Minúscula. 407 Pág.
Trdt. Carles Andreu.





Supongamos que existe un gran lago alimentado por caudalosos manantiales, con la salvedad de que dichos manantiales puedan estar intercomunicados entre ellos por intrincadas y, a veces, escondidas ramificaciones que han podido existir o que existen, o, en el colmo de la premonición, existirán. Dicho lago sería tan extenso que acaso pudiera abarcar desde Nueva York, hasta África, pasando por un sometido país de una Sudamérica virtual; en él existiría una vida compuesta por la suma de las memorias que traen las avenidas de los manantiales. Supongamos que los principales traigan entre sus aguas mensajes sobre un tal Bennie Salazar, un productor musical en la cresta de la ola, que otro traigan mensajes sobre Sasha su asistente cleptómana, otros sobre sus familias, sus amores, sobre antiguos amigos, sobre actrices venidas a menos, sobre publicistas olvidadas... Todos esos mensajes  se sumarán y compondrán una capa que cubrirá toda la superficie del lago, dándole un color y un olor especial, una sustancia propia que, vista en perspectiva, creará un paisaje completo, exclusivo y espléndido. Toda la belleza o la fealdad que trajeron aquellas aguas, todo lo cristalino o agitado, todo lo potable o lo insalubre, lo que saboreemos o gocemos, será lo que bebamos del lago en la lata golpeada que usamos de vaso. Supongamos, entonces, que regurgitemos un libro lleno de aquellos memorias, mensajes o historias...


Jennifer Egan escribe una novela de pequeñas historias conectadas por los personajes con conexiones evidentes o casi evidentes, pero separadas en lo espacial, en lo temporal y en lo temático. En lo temporal las historias variarán de el pasado al presente, para repetirlo, de nuevo, otra vez, incluso se atreverá con un futuro post-apocalíptico; en lo espacial variará de ciudades y países; en lo temático no habrá un punto único común, más allá de la conexión con la música de Bennie Salazar y sus amigos. Pero, todo, se adivinará completo, como una masa de escayola con la que vas rellenando huecos en la pared, hasta convertirla, en una espacio liso y completo; veras que cada paletada, en apariencia inconexa, va cubriéndolo todo y ya estará preparado para que la identifiques como una pared propia prepara para que la alises y veas la totalidad de su esplendor.

Pero...¿De qué habla el libro? A mí me ha producido un efecto melancólico, supongo que, por edad,  reconozco  alguno de los ambientes de los que habla -a otro nivel y en otro lugar por supuesto- he reconocido la música, el olor de los cigarrillos, los bailes, las épocas, los vestidos, los peinados, los pensamientos... Y he pensado, como la novela, que los tiempos van cambiando, que nada se para y que cada momento tiene su reflejo en el futuro, como lo ha tenido en el pasado, y que sientes como una herida en tu interior cuando notas el brusco movimiento que han causado los años, que nada puede detenerlo, y que muchas veces suele ser para mal, que nada de lo que habíamos previsto se suele cumplir, y que duele volver la vista y ver que todos aquellos cosas o personas que has querido, admirado o conocido no son lo que fueron o como pensaste que eran o iban a ser o, simplemente,  han desaparecido. Y es mal consejo revisar desde el presente lo pasado ya que no ganas, siempre pierdes. Hay un viejo dicho que dice: “no vuelvas a un sitio donde fuiste feliz” porque nada se mantiene en su sitio, ni en el espacio ni el tiempo y cada vez que lo quieres recordar te cae a la cabeza una bolsa de excrementos o te atizan un sonoro tortazo, para que aprendas a mirar al frente y para que hagas un ejercicio de olvido y no te reconcoma el alma esos amigos que has perdido, las cosas que has hecho o no has hecho, o los lugares que debiste ver o no ver. La solución, como en el libro, es esperar que el futuro sea mejor, aunque sólo sea un poco. Y así esperar que la vida dé algunas oportunidades aunque sean por efecto de una acción remendada o una apuesta alocada o, acaso, porque han nacido o crecido personas, quizá, mejores que tú o esperar que la suerte llegue por algún lado y puedas volver a los sitios que has sido feliz.



wineruda

martes, abril 28, 2015

LOS HUESOS DEL INVIERNO de DANIEL WOODRELL













LOS HUESOS DEL INVIERNO de DANIEL WOODRELL
winter`s bone 2006
Edt. Alba. 221 Pág.
Trdt. Concha Cardeñoso




Cuando alguien, como yo, se siente apegado, casi adherido, a la novela negra clásica, aquélla que detallaban Dashiell Hammett o Raymond Chandler, ésa que pasaba como un suspiro, desnuda de segundos sentidos, limpia de polvo y paja; donde la acción y la palabra eran el acto supremo de la historia, donde todo encaja y fluye sin artificios como una bicicleta que baja por una pendiente sin más ayuda que lo natural, sin motores ni gasolina que la alimente. Cuando ese alguien encuentra “Los huesos del invierno” se para unos segundos y se sorprende de la necesidad que tenía de ella. Y no es que cumpla con todos los cánones estrictos de aquel tipo de novela, en la pura práctica está en el lado opuesto: allá donde hay duros detectives aquí hay una jovencita tenaz, donde en aquella novela había elegantes gansters con sombreros marca “borsalino” en ésta aparece rudos hombres de las montañas de camisa raída y vaqueros gastados, aquéllas sucedían en grandes ciudades, en ésta todo sucede entre montañas y bosques... Y a pesar, también, de la utilización de la recreación de ambientes -solitarios, boscosos, nevados, invernales-, que no encaja en todos los tópicos de esa novela negra, a pesar de todo eso... Woodrell escribe, y consigue, una novela casi clásica en la propuesta, en la formación, en la sensación y en esa rodada y suave percepción que parece desprenderse de todás las páginas del libro-en el planteamiento, en el nudo y en el desenlace- y la tranquilizadora imagen de las frases que se concatenan como debieran, que los párrafos están en el orden debido y que las hojas se pasan debido a que esperas con ansiedad lo que sucede en el reverso. Todas esas cosas que, al menos yo, espero de la lectura de una novela negra que te atrapa sin perdón. Todos los olores de los libros viejos, de tapas rotas y envejecidas se me acumularon súbitamente en la nariz y me recordaron la vieja sensación que me atrapó hace ya años, pero con el sabor a fresco de los dedos al tocar y pasar las blancas páginas del libro nuevo.


“Los huesos de invierno” es la historia de la adolescente Ree Dolly y de sus hermanos pequeños, su madre loca y su padre Jessup. Y también de todos los habitantes de las colinas de Ozarks: viejos, jóvenes, niños y niñas casi todos fuera de la ley, para los que la metanfetamina y todos los tipos de droga son su modo de supervivencia, sobreviviendo en un ambiente hostil y salvaje, donde las conversaciones se cortan con cuchillo, las relaciones se establecen sobre sangre, y la vida se rige por los mismos valores que se regiría en una familia presa en una cárcel de bosques y casas arruinadas. En ese ambiente Ree deberá encontrar a su padre que ha huido dejando la casa y la tierra donde viven como fianza de su excarcelamiento. Por lo tanto, la desaparición supondría la perdida de la casa, y el caos para su familia. Por ello encontrarlo será una necesidad y un deber  para ella.


Woodrell escribe sobre un país en otro país, donde las viejas tradiciones y lo antiguo están, por contraste, imbuidas en las formas de actuar de unas personas que viven de las modernas drogas, donde la blanca nieve se enfrenta a un lugar y unos ambientes oscuros y sucios, donde la quietud de la naturaleza se enfrenta a la terrenal sucesión de hechos feroces e implacables. Todo se enfrenta y nada parece sagrado excepto la leyes no habladas, no escritas.

“ Los huesos de invierno” es una novela violenta, aparece en lo que se dice, en lo que se piensa, en lo que se hace y en lo que no se  hace, pero con un resplandor de esperanza; de rigor humano sobre la imposible visión de un mundo tranquilo donde, por debajo de una sociedad enferma, se descubren pequeñas raíces de brotes recién nacidos, donde aunque debieran crecer como árboles malsanos, también pueden crecer altos robles de cuerpo recto y firme. Quizás sólo sea la impresión de que sobre toda la podredumbre del mundo rige cierta actitud moral aunque sea sólo adaptada a esa vida que viven.




viernes, abril 24, 2015

TRES MUJERES FUERTES de MARIE NDIAYE



















TRES MUJERES FUERTES de MARIE NDIAYE
Trois femmes puissantes 2009
Edt. Acantilado 291 Pág.
Trad. José Ramón Monreal




Hay veces que un libro te atrapa, te atrae o te hace recordarlo, por cosas muy diferentes, a veces una frase, otras una imagen, algunas otras un personaje. Éste lo hace por múltiples razones, pero, para mí , la principal es el personaje de Khady. Eso no significa que los otros relatos de las dos mujeres sean desechables, ni mucho menos, pero me parece que la novela va ascendiendo, va llegando a su plenitud, al apogeo de su belleza como literatura en el último relato, como si en la escalera cuanto más alto se ascienda más certero y claro se puede ver el paisaje. Y el relato de la vida despiadada de Khady es de una perfección tal que no podrás olvidarlo y te rondará la mente mucho tiempo después de que el libro haya acumulado polvo entre las estanterías de tu biblioteca. Yo tuve la mala idea de leerlo -y acabarlo- a última hora de la noche: las imágenes, las palabras, las caras, los olores, las situaciones, las sensaciones, la rabia; retumbaron en mi cabeza, mucho más allá del alba de la mañana. El insomnio que viene de la literatura es el más profundo y más esclarecedor de todos los desvelos.


La novela habla de mujeres africanas -más en concreto senegalesas- que viven o quieren vivir en Francia, cuyas historias están unidas por un fino filamento... La primera es Norah una abogada que vuelve a Senegal, desde Francia, atendiendo una llamada de su padre. Su odiado, despreciado, orgulloso padre; aquél que las abandonó siendo niñas llevándose sólo a su hermano menor y que sobrevive solitario cuando ya ha sido olvidado su esplendor personal y su poder. Norah enfrenta sus sensaciones de ese encuentro con su país y su padre, con la necesidad de controlar su vida personal en Francia y la ignorancia de la razón de esa llamada. Ésta parte es opresiva, los pensamientos fluyen del pasado lejano a la vida cotidiana,  y generan un sensación de angustia por lo que fue, lo que es y lo que será.


La segunda protagonista es Fanta. Su historia será contada a través de su marido Rudy. Marie Ndiaye utiliza una técnica literaria que sólo puedo denominar como una suerte de monólogo interior , para, a través de las reflexiones, las penas, las alucinaciones, las envidias, las locuras, los olvidos, las excusas de su marido; intentar describir la vida de Fanta tanto en su Senegal originario como ahora en Francia, e intentar explicar cómo son las cosas para el propio Rudy, y cómo han llegado a la situación en la que están. Es una parte en la que la impresión del que el porfiado intento de describir la situación te bombardea de imágenes. situaciones e ideas hasta oprimirte los sentidos y descubrir unas personas perdidas entre lo que parecía que eran o que querían ser y la dura realidad de lo que son.


La tercera “Mujer fuerte” es Khady, una viuda solitaria y recogida que siempre ha intentado sobrevivir en un mundo hostil, como ahora lo hace en la casa de sus suegros. Lo único que sabe es que solamente se tiene a ella misma e intenta no sobresalir más allá del suelo de la choza, no hablar, no mirar para que nadie note su presencia. Todo deberá cambiar cuando la envían a Europa en una barca desvencijada. La nave que surca la novela derrota hacia una costa terrible, llena de acantilados afilados y playas quemadas, donde los restos de los naufragios quedan suspendidos a la espera de los que vendrán. Es una parte de la novela en la que la angustia sobrevuela todo, la sensación, terrible, de soledad y de futuro incierto invade tu mente, hasta no poder sobreponerte a ello aunque lo intentes. La espantosa realidad se describe de manera inmisericorde, sin tapujos, sin contraventanas que tapen el sol aplastante que rueda por el horizonte del día a día, del de hoy, pero también el de mañana, y pasado y pasado...


Marie Ndaye intenta conocer y reflejar cada uno de los pensamientos de sus personajes, de tal manera que su prosa aplasta las páginas del libro con visiones, ideas, recuerdos, sus reflexiones, sus odios, sus supersticiones...  Las ideas a veces van y vienen, se sueltan y vuelven a aparecer unos párrafos más allá. Todo lo utiliza para crear un mundo en la que la fragilidad aparente de sus protagonistas, se vuelve omnipotencia; donde el pensamiento recrea el pasado y el sombrío presente, la tortura de sus recuerdos se aposenta, regia, en su mente. La crudeza de la vida de estas mujeres sólo puede sobreponerse por su poderosa dignidad, por la sensación de que son personas a las que, más allá de su pobreza, inteligencia o suerte, serán dueñas, o lo intentaran, de sus destinos o al menos de la dirección de su vida. Se revela la percepción de que avanzarán siempre hacia adelante aunque se quede en el camino esa vida o sus sueños. Es un libro poblado de imágenes duras, de símbolos -árboles, cuervos, aves rapaces- que inventan un mundo justo en la frontera de la magia y la realidad; lleno de personas crueles donde no queda apenas espacio para la existencia, pero, sin embargo, sépanlo, hasta esos pequeños cantos rodados del camino tienen su belleza-eterna-.




wineruda

domingo, abril 19, 2015

LA LIBRERIA de PENELOPE FITZGERALD





















LA LIBRERIA de PENELOPE FITZGERALD
The bookshop 1978
Edt. Impedimenta. 191 Pág



Cuando leo una novela de fácil lectura y no demasiado tamaño, siempre acepto el peligro de leerla deprisa, como si de un tenue soplo se tratara, y acabar con la impresión de haber dejado algo por el camino, no haberla suficientemente desmenuzado por la propia inercia de la lectura. Así que asiento el paso, freno mis ojos, y dejo que no sean los sentidos la que la analicen. Y me paro a reflexionar sobre lo leído una vez acabado el libro. Cierto es que se hace siempre, pero es esencial en el caso de este tipo de libros que desde su apariencia de inofensivos retratos de una ciudad, unas personas o unos momentos más o menos exóticos, más o menos amables, más o menos típicos, esconden, socavados, pozos de agua estancada, con ese salitre que corroe las construcciones, los acantilados y las almas inexorablemente.

Penelope Fitzgerald no habla, aunque parezca lo contrario, de libros o literatura en esta novela, se llama “La Librería” como podría haberse llamado “La sastrería"” o “ La Licorería” o “ El Colmado” las referencias literarias o acerca de libros no variarían el recorrido de la historia, nada que aportan esos temas haría diferente esta novela. Habla de otras cosas: de mezquindad, del clasismo imperante todavía en la sociedad inglesa -que supura por todos las heridas de la comunidad-, habla de cierta inexorabilidad de los acontecimientos para ciertos tipos de personas esa sociedad, de lo limitado que es el horizonte para una parte de los habitantes de ese pueblo, pero también habla, por contraposición, del coraje, de las ganas de vivir o de intentar aprender a sobrevivir con lo que se tiene entre las manos.

El recorrido de la novela por los ambientes y paisajes del libro, te hacen recordar viejas novelas inglesas sobre pintorescos pueblecitos marineros, donde las gaviotas, las olas, las casitas cerradas, los hoscos acantilados, largas playas, sus días lluviosos, su color gris, hasta su poltergeist de andar por casa, parecen dibujar un paisaje casi de postal de vacaciones, pero detrás esconde una ciudad encerrada en sí misma, donde el mar va devorando centímetro a centímetros sus costas, donde las personas son hurañas, donde parece que no ha pasado el tiempo y no parece que quieran que lo haga, donde parece que están aislados mental y geográficamente del resto del mundo. Y aunque pudiera parecer que la autora sólo utiliza la ironía -que lo hace en abundancia- lo que refleja es un mundo triste, desesperanzado, corto de miras y apático.

Los personajes están esbozados como si fueran parte de una pintura impresionista, pequeñas pinceladas, dibujan la personalidad de los habitantes del pueblo, pequeños puntos de colores, a veces brillantes y otros oscuros, configuran, claramente, los rasgos definitorios de su comportamiento. Hasta los diálogos son cortos, casi cortantes, para reflejar muchas cosas en pequeño espacio; con pocos elementos se define la totalidad. Así todo pasa rápidamente, casi bruscamente, y cada cosa que cuenta lo hace con el ahorro, casi la frugalidad, del que sabe lo que quiere contar y no necesita más espacio.

La historia, en sí, es simple: Florence Green una mujer solitaria de mediana edad, decide comprar un edificio histórico, para convertirlo en una librería. La dificultad es que un pueblo pequeño, donde las personas no alteran sus vidas por nada, a no ser que seas la mujer más rica del pueblo, que pretende que las cosas sucedan como ella quiere. Algunas personas la ayudaran, otras la zancadillearan, pero el camino, para ella, seguirá adelante.


wineruda

jueves, abril 16, 2015

LA CALLE DE LAS CAMELIAS de MERÇE RODOREDA


 
















 
LA CALLE DE LAS CAMELIAS de MERÇE RODOREDA
El carrer de las Camèlies 1966
Edt. Salvat 253 Pág.



¿Acaso no se escapan los pájaros de la comida y el agua segura de su jaula para encontrar su libertad, para encontrar su camino sea el que sea? ¿Acaso esos pájaros no lograrán marcharse cuando el frió e inerte invierno se desploma sobre los árboles y campiñas, sin comida ni calor que los satisfaga? ¿Acaso eso evita su fuga, sus ganas de salir de entre barrotes de hierro y comederos de plástico, palos que no son de madera y columpios de un sólo trayecto?


Cecilia fue encontrada, allá por las primeras décadas del siglo XX, a la puerta de unos señores acomodados, era un bebe de lloros forzados y risas fáciles. Acogida por aquellos señores fue educada en el estricto conocimiento de ser niña abandonada; vivió en su mundo de ensoñaciones, olores, flores, rocíos, sentimientos encontrados, sábanas de segunda mano, cariños controlados y ganas de ver el mundo lejos de los arriates del jardín de la casa. Así, un día, partió de casa para siempre sin ser niña pero tampoco madura, con su amigo de infantiles escapadas, ya convertidas en huidas sin retorno. Vivió, con él, entre maderas amontonadas de su refugio lleno de goteras, agujeros y vientos traidores. Acabado aquello, nada mantenía a Cecilia entre los abrazos, las miradas, las palabras de una persona única; y seguía escapando de todos sus amantes: los esporádicos de las calles de Las Ramblas o, más tarde, de los pisos de mantenida por hombres casados buscando su rutina de amor lejos del matrimonio. A pesar de que su descenso fue lo más lejos al infierno, su mente se perdía entre sueños-a veces pesadillas- y realidades que variaban entre lo pasado y su mundo interior lleno de recuerdos, ganas, futuros, flores, imágenes, ensoñaciones, miedos, engaños y la búsqueda de su propia supervivencia.

Rodoreda utiliza la primera persona, para contar tanto los hechos como las reflexiones, los sueños, las sensaciones; para describir la, a veces, errática mente de Cecilia. Eso le permite, a la autora, no juzgar al personaje; ni la condena ni la absuelve, sólo la describe tal cual es, con sus errores y sus triunfos, sus caídas a los abismos y sus vueltas a la superficie. Lo usa para describir y registrar una época en una ciudad -Barcelona-, un lado de la sociedad de aquella época, un comportamiento masculino, una forma de ver el mundo, un código moral y ético, una forma de vida,; donde una mujer sin oficio ni beneficio, no educada en nada, no consolada ni defendida por nadie, es pasto para amorales o impasibles hombres de mirada dura y comportamiento angustioso.


Es sencillamente admirable la facilidad de Rodoreda para lijar con lima de grano grueso lo que parece una superficie lisa y suave, para agriar con ácido lo que las palabras de su prosa agradable, natural y delicada, parecen indicar. Sobre las lineas de frases que no parecen advertir lo que va ocurrir o está ocurriendo, estalla una situación donde la zozobra y la angustia se apodera de la acción, de los gestos o las voces. Pero nada se inmuta en su discurso: ha sucedido y lo he contado. Como si fuera una visión de un carretera polvorienta que se dirige al horizonte con baches y trayectos lisos, donde un coche recorre esa carretera a pesar de todos los obstáculos y sigue recto, para perderse allá entre la podredumbre de la neblina sucia y la belleza de las flores silvestres que invaden la ruta. El recorrido a pesar de todo será fluido y sencillo sólo acomodado al color del cielo, al ruido suave del motor, a los jirones de niebla oscura y al olor de aquellas flores, acaso camelias.



wineruda

martes, abril 14, 2015

LA VIDA INSTRUCCIONES DE USO de GEORGES PEREC



















LA VIDA INSTRUCCIONES DE USO de GEORGES PEREC
La vie mode d'emploi 1978
Edt. Círculo de lectores 652 Pág.





Imagínate una gran pared, en ella, colgado, un gran cuadro que contiene un enorme puzzle en las que se ve unos personajes centrales más grandes y una infinidad de personajes secundarios más pequeños, todos ellos abarcados por la figura de una casa, de un viejo edificio de París, es el 11 de la calle Simon-Crubellier. Si la casa hablara de las personas que la habitaron, lo haría sobre doctores, ricos herederos, sobre  obsesos, viudos, hablaría sobre pobres herederos, sirvientes, acólitos, actrices, estudiantes, pintores, viajeros, artistas, y sobre  profesores, bailarinas, industriales, escritores, porteras, jovencitas, bellezas nórdicas o sobre decrépitos ancianos... Todos viven o han vivido entres sus paredes o han tenido relación con alguien que allí vivió. Todos ellos son los protagonistas de las historias que rodean esa vivienda, algunos son  principales otros son secundarios; todos son partes de aquel puzzle, que completo, visto con una vista alejada y cenital, deja ver la imagen única que se descubre con la unión de todas las piezas pequeñas y grandes. Cada piso es un teatro, cada habitación un escenario , cada mueble o cada cuadro una posibilidad, cada fotografía un momento único a recordar, cada segundo un instante para ser atrapado.

Pero no es tan sencillo, Perec no lo iba a ser... Ésta no es una novela al uso, no se parece en nada, podría alguien decir que son una colección de relatos, pero es algo más, hay una fina unión de historias únicas que recorren el libro, a través del tiempo y  cortando el espacio, y que se van completando unidas, sumadas,  o completamente separadas, independientes,  de otros cientos de sucesos, anécdotas, aconteceres, invenciones, sobre otras personas, libros, viajes, cuadros, fotografías, leyendas...Una fuente de historias, un brillante aguacero de ideas, palabras, de historias, de cosas, cientos de cosas, y ojos, y piezas, todo un mundo de cosas , de personas, viajes, de recorridos Y  recuerdos, recuerdos pequeños y grandes, recuerdos para boticarios y viajantes, pero también para quinquilleros, y para ricos, y sedas y lanas viejas y polvos y oro, todo la existencia revuelta y sentada en las sillas de la casa, que amenazante o seria, amable o grotesca, revive días y paisajes que pasaron y no volverán.

Las historias,  parecieran  presentarse como un instante congelado en las que desde un punto de vista concreto hay cosas que vemos o no o lo hacemos parcialmente, para luego perfeccionar lo visto, con la descripción al detalle , minuciosamente, de todo eso que observamos y de su origen, fin o naturaleza. Y nada es superfluo, y aunque pudiera parecer inconexo, nada de lo que cuenta está de más, cada uno de los detalles son valiosos, todas sus ideas son con un fin, todas sus maletas tienen un contenido, todos su viajes un destino, todos sus puzzles tienen todas sus piezas, todos las escaleras van a algún sitio.Son como si una habitación la tuviéramos decorada con miles de fotogramas de película y de cada uno surgiera un nuevo film que hablara acerca de todo lo que pueda abarcar la naturaleza humana, desde el placer hasta el odio, o sobre viajes o de arte, de amor, de estafas, de persecuciones, de guerra, de lo cotidiano, de pobreza extrema, de envidias, de venganzas, de huidas, de...



En el libro el tiempo va y viene,  no es lineal, los sucesos aparecen de entre siglos atrás o años adelante, a veces segundos atrás o minutos adelante.  

 ¿Cómo atrapar el tiempo? 

Para ver el presente solo podemos sumar instantes, piezas de un puzzle que va completando el conjunto donde se  descubre lo real, lo que el ojo y el intelecto puede describir y contar. ^Para ver el pasado miramos  en el gran cuadro, el puzzle deslabazado, que es la vida y reconstruimos, con fallas, nuestra vida. EL futuro solo es la previsión de futuros pasados. Los personajes de Perec son todos presente.

La novela es una sucesión exuberante de conocimientos por parte de Perec, y de una desnuda exhibición de imaginación,  una desmesura de datos y acontecimientos reales -personajes o acontecimientos- o inventados Y  que, por lo tanto, necesita y exige al lector un despliegue a su altura. Donde puede aparecer un sucedido contado con rigor casi histórico, o puede aparecer un desgarrado relato de venganza u odio, o puede aparecer un acontecer contado con humor negro o malevolencia irónica, nada puedes dar como sentado en ella, nada puedes esperar como típico o tópico, nada que no sea original -desde recortes de periódico hasta reseña biográficas, bibliografía...- es susceptible de aparecer en el libro.

Dentro de decenas de años, cuando las sesudas mentes de críticos literarios de oficio se atrevan a calificar como clásica una novela que no sea anterior a los años 30 del siglo XX está novela superará en prestigio y valor a muchas que ahora son calificadas como tales.Es un prodigio de valentía literaria, donde la imaginación, el juego,  por supuesto el entretenimiento, el conocimiento, la originalidad...son los valores principales y no únicas que reflejan sus páginas.


Y si por mi manera de querer describir la totalidad de lo que he leído pudiera parecer que es un libro poco ameno o difícil, nada más lejos de la realidad, es un libro mágico y muy entretenido, donde va sucediendo cosas y descubriendo personas hasta que de repente, en un malvado momento, acaba.







Wineruda

viernes, abril 10, 2015

MI HERMANO STANLEY de JENNY DISKI





















MI HERMANO STANLEY de JENNY DISKI
The vanishing princess 1995
Edit. Circe 250 Pág.
Tradc. Gian Castelli Gair



Sorprendentemente buena colección de historias; pero esa sensación de inesperado lo es por el desconocimiento de esta autora, al menos para mí, y por la calidad de sus historias, por la combinación de reflexión, imaginación, observación, por saber rascar la superficie de la piel humana y encontrar entres sus venas las conexiones con mundos propios en ese espacio que permanece entre lo cotidiano y lo insólito, por sobreponerse a la comodidad de un relato común y adentrarse en las mentes de los personajes hasta vaciarlos delante de tus ojos, desnudarlos, para mostrar sus cuerpos, también, resueltos a actuar como son ellos en realidad, o como quisieran ser; también por transformar los cuentos de príncipes y princesas en relatos, entre irónicos e indómitos, en historias que se adentran en esas historias de niños para, de repente convertirlo en algo para y con adultos.


Son 12 relatos sobre mujeres, sus personajes principales son femeninos, son las que cuentan sus dudas, las que revelan sus necesidades, sus complejos, sus anhelos, sus perdidas, sus patologías, sus contradicciones, su resolución, su búsqueda... Sean en matrimonios frustrados o felices, sea en torres abandonadas o palacios viciados, sea en paraísos silvestres o en sórdidas casas, sea en relaciones esporádicas o en amores eternos, sea sobre añorados u odiados días infantiles, sea siendo engañadas o siendo las que engañan, las que ríen o lloran, con padres odiados o queridos. Son, casi todas, historias sobre la meditación y la introspección en sus actitudes, en su pasado, en sus relaciones, en su manera de actuar. Eso no significa que sean cuentos pesados o extremadamente profundos, son relatos a veces irónicos,a veces con sorna, otras veces tristes o que te hacen pensar , otras veces son como un concierto de heavy metal en la Abadia de Westminster, que te descolocan y sonríes con comprensible aturdimiento de sorpresa.

La voz narradora emite, en casi todos sus relatos, una oración común; esa necesidad de ser comprendidos y comprender -acciones, palabras, hechos, pensamientos-y aunque sea exagerado decir que en todos aparece esa misma voz, sí que comparten, como es lógico, un mundo común donde muchas veces el sexo, la infelicidad, la fidelidad -y lo contrario-, la añoranza de una infancia más feliz, , la insatisfacción, o el desengaño del simple discurrir de la vida inesperadamente distinta a lo que se había creído, comparten en muchos casos páginas en este libro. Donde sus protagonistas, exceptuando las princesas y alguna jovencita, son mujeres ya no del todo jóvenes, trabajadoras, casi acomodadas, y que hacen lo que podría decirse como una vida convencional pero...


Hay muchos cuentos que merecen mucho la pena en este libro, pero no podría hacer un comentario sobre él sino nombrara uno en concreto que me ha dejado impactado, por sus temática, por como está escrito y por que es bueno hasta para leerlo varias veces seguidas, se titula “el saltavías”, y por favor, si tienes la oportunidad, no dejes de leerlo puesto que no estorbaría en una antología de los mejores relatos del siglo XX. Claro está que es una opinión nada más, de alguien que evidentemente no ha leído tanto como para osar decir esa afirmación , pero ¡qué puñetas! Como autor de esta reseña me reservo el derecho a aclamar que este cuento sera  uno de los mejores que  leereís  nunca, o casi...

wineruda


viernes, abril 03, 2015

ELOGIEMOS AHORA A HOMBRES FAMOSOS de JAMES AGEE y WALKER EVANS


















ELOGIEMOS AHORA A HOMBRES FAMOSOS de JAMES AGEE y WALKER EVANS
Let us now praise famous men 1939
Ed. SEIX BARRAL. 397 Pág.




A finales de los años 30 del siglo pasado, dos periodistas reciben el encargo de hacer un reportaje sobre los agricultores arrendatarios del sur de Alabama en Estados Unidos. James Agee lo escribiría y Walker Evans lo fotografiaría. Rechazado el proyecto una vez escrito, se convertiría en este libro. Por lo tanto, éste, debería ser un reportaje o, más allá, un ensayo sobre las formas de vida de esos arrendatarios pobres. Ambas cosas lo son, cierto, pero va más lejos, a algún lugar incierto entre la narrativa de ficción , la poesía, el relato intimista; todas las formas que podrían incluirse en una novela. ¿ Lo es? Cada lector tendrá su propia opinión, sin duda hay momentos que lo parece, otros son más una expresión de un ensayo político, otras veces social o ético o un relato periodístico puro y duro, pero la aparición de una especie de monologo interior , de recursos estilísticos totalmente literarios, de prosa poética -o directamente poemas-, de descripciones natural y firmemente también literarias, haría dudar a cualquiera que este libro es un híbrido de la literatura de ficción o un cuerpo extraño en la corriente de sangre del ensayo o el periodismo.

El libro se divide en tres partes: la primera es la aparición de los dos periodistas en el pueblo, en las casas y en la vida cotidiana de las tres familias protagonistas -los Ricketts, los Woods y los Gudger-. En esta parte habla sobre cosas normales: del paisaje, de lo diario, de cada individuo, del trabajo duro -del cansancio que sobrelleva-, de la falta de futuro,de que no hay nada tras el día siguiente sino es la misma rutina esclavizada y harapienta. Pero lo que da valor a lo contado es la épica que hace de lo habitual , aclama el respeto y el amor por cada una de las personas de las que habla a través del fragor y lo barroco de su prosa poética, que requiere concentración en la léctura para que nada se te escape, para que nada se te oculte, para recuperar el significado profundo de lo que cuenta James Agee, que utilizará contínuas digresiónes para dar su visión de ese mundo y de su mundo en particular, de como ve las cosas y como querría que fuesen.

La segunda parte es el análisis pormenorizado de lo que tienen esas familias: dinero, vivienda, ropa, educación, trabajo, del cultivo del algodón y el maiz, ... Todo ello, ese simple análisis -que no lo es tanto-, más sus reflexiones, le servirán para reflejar las terribles condiciones de vida de esos arrendatarios blancos que son el centro de su “reportaje” (aunque en todo el libro aparecerán las condiciones aún más atroces de los agricultores negros) . Todo está contado y casi enumerado de manera minuciosa, y lo que pudiera parecer un informe burocrático se convierte en casi un poema -desde las descripciones,  hasta esas reflexiones de lo inhumano de la situación - donde Agee parece espiar a sus actores y su escenario para ver que sus defectos son bellos, que cada cosa, por pobre y fea que sea, es parte de un todo único y estremecedor que remueve la mente y los sentidos, y allí muestra su admiración y su amor por cada una de las cosas que ve, y renueva su rabia, política y racional, por esa situación y por lo que significa para todos los que la sufren.

En la tercera parte, la más corta, Agee habla directamente a sus tres familias protagonistas, les habla a la cara, se dirige a ellos y les dice que los entiende, que comprende sus problemas, que sabe de su dolor, que sufre el calor y el frío de sus cuerpos, que nota las heridas que provoca la recolección del algodón . Y, a través de una suerte de monologo interior, cuenta sus reacciones ante ellos, el sentimiento que le producen, y, a través de múltiples digresiones, habla de sus fantasías y de sus fantasmas, de las imágenes que le vuelven del pasado y le proyectan a un mundo querido posterior, habla del paisaje que le rodea. Y más allá de la unión de la realidad y la ficción aparece un mundo repleto de personas que pueblan una vida sin futuro y donde el presente es una extensión de la nada.


Las extraordinarias fotos de Walker Evans -adoro esas fotografías-   merecen que, una vez acabado el libro, se vuelva a ellas para ver a esas  importantes, famosas,  personas que han sido fotografiadas. Ésas que a través de sus ojos, sus ropas o sus gestos, improvisan un canto a la dignidad humana más allá de la posición social, económica, educativa que les ha tocado vivir. Son personas que ya no existen en la realidad, pero son expresión de todo lo que puede poblar, pobló y poblará el mundo pasado, presente y el futuro. Y que son dignos de ser conocidos, y contadas sus historias aunque no sean personajes importantes o no aparezcan más allá del reflejo en una partida de nacimiento, de boda o de defunción.







miércoles, marzo 25, 2015

UN PINTOR DE HOY de JOHN BERGER




















UN PINTOR DE HOY de JOHN BERGER
a painter of our time 1958
de. Alfaguara. 311 Pág.
Traducción: Pilar Vázquez

La existencia del pintor exiliado húngaro Janos Lavin , ya cerca de los sesenta años, cambia el mismo día que encuentra el éxito de su obra en una exposición ; simplemente desaparece del Londres donde vive, abandona su vida normal, su mujer , sus amigos, su taller de pintura y no queda rastro de nada suyo por las calles, casas, brazos o voces cruzadas entre las que sobrevivía. Aparentemente es el inicio de una reseña de una novela de misterio: cierta intriga, un poquito de investigación y unas gotas de suspense y se completa una novela policíaca al uso. Nada más lejos de la realidad de este libro, es la antítesis de una novela negra. Es el diario de Janos con notas al margen explicativas del narrador de la historia -su amigo John- sobre lo que sucedió en los costados de lo que contaba, y, entre otras cosas, una apasionante clase magistral sobre lo que es el arte en todas y cada una de sus facetas -creativas, comerciales, morales, técnicas, pasionales...- una reflexión sobre la creación y el artista, una descripción meticulosa sobre cómo es el pintar un cuadro, un atlas sobre el conocimiento teórico y práctico de la pintura.



Berger pinta un paisaje con figuras, en él combina valores enfrentados: la conciencia de un autoexiliado en un país extraño, la vida de un pintor comunista en pleno centro del capitalismo burgués, el artista que crea para vivir pero que no vende sus cuadros, la de un luchador que ha abandonado el ring de la lucha, un creador que recrea el pasado en el mundo de hoy , compagina el recuerdo y el futuro, el dibujo figurativo y el abstracto... Pero el dibujo, las figuras centrales de la escena, habla sobre cómo es el acto de crear un cuadro -el sufrimiento, el análisis, las luchas internas, la indolencia o la obsesión alternativas del pintor, la decepción, el sudor, las alegrías, las tristezas...- Y el estudió filosófico de la vida y en concreto de la de ese exiliado, y de la política y del amor y desamor...se combina aqui para componer, minuciosamente, una muestra de como era el Londres de los años 50 del siglo pasado para un artista obsesionado con su pasado luchador antifascista y con sus lienzos.


Es un libro sobre pintura pero que va de la mano con la política. Janos vive de sus pinceles, ama sus pinturas y sus colores, existe por sus dibujos, pero en su mente, en su ser, es parte de él , brota el comunismo. Añora su juventud, se avergüenza de haber abandonado aquella lucha pero conserva aquellos valores, suspendidos entre la ilusión pasada y la decepción de cómo son las cosas ahora. La muerte de su amigo Lazlo le hará replantear todo lo que piensa... Podría pensarse, leyendo lo anterior, que el libro, en sí, envejece con las historias de la guerra fría de aquellos años del siglo XX, pero no, no es así, es un reflejo de un tiempo y una forma de vivir que debe quedarse entre escritos y hojas para que no se olvide nadie de cómo fueron y para qué. Nada puede esconderse de los ojos de la gente, y menos el pensamiento de las personas, la decisión personal de defender unas ideas vehementemente.

En la historia aparecen, también, una seria de personajes ajenos o adeptos a la “industria” del arte, a los que Berger fulmina o adora, desdeña o admira, con los que se va componiendo otra historia sobre personas, asuntos, “marrullerias” comerciales, desdeñosos “snobs”; todo un mundo de hombres y mujeres que rodean esa “industria” o aparecen aquellos que sólo admiran al artista tal y como es, que no esperan nada de él , sólo que los haga felices con sus dibujos, que admiran un cuadro o al autor por él mismo, no por lo que vende. Cuenta lo que se oculta entre los sumideros y los palacios sobre los creadores, corredores de arte, académicos, coleccionistas, galeristas y los descubre tal y como son, desnudos como cualquier maja de Goya .

No acertaría en definir con una palabra lo que me ha atraído de este libro, sólo una combinación de formas de contar, estilos de combinar, modos de enseñar a mirar o cómo compagina un diario con lo explicativo de una novela, lo abrupto y contradictorio del pensamiento de Janos, la aparición de una forma de poesía del color en precario equilibrio con la prosa dura y precisa de la realidad cotidiana, la sensación de estar sentado en una silla de la universidad oyendo una lección ejemplar sobre la relación entre literatura y la pintura; todas podrían explicar la razón por la cual me ha seducido este libro.


wineruda




viernes, marzo 20, 2015

QUI PRO QUO DE GESUALDO BUFALINO

















QUI PRO QUO DE GESUALDO BUFALINO
qui pro quo 1991
Anagrama 174 Pág.


Como en aquel cuento de Hans Christian Andersen : ¿el rey está desnudo o no lo está? ¿ Es ésta una novela con sentido literario o es un un artificio, una treta, para hacer un libro al uso para vender sin mucho esfuerzo? Pensémoslo... El texto es una novela policíaca con todos sus condimentos típicos, que no sería ningún pecado si Bufalino se dedicara a ello, si tuviera un campo cultivado por todas las experiencias pasadas y escritas sobre ese tema... Tampoco es pecado que un escritor escriba una novela en un campo que no es el suyo, ni mucho menos; es más casi diría que es un ejercicio de valentía y de experimentación. Pero vayamos al tema, a lo que me preocupa... Si hay algo que me molesta son libros vulgares publicados por buenos escritores a la estela de otros buenos escritos , pillar la ola y subirse en ella para navegar hasta la orilla. De esos, ejemplos hay muchos, especialmente en los que ametrallan el mercado con libro casi diario... ¿ Es éste el caso? No lo creo... Bufalino escribió o, mejor dicho, publicó sus novelas a una edad tardía y por ello muchas en poco tiempo; así que de eso no es culpable. Además la calidad literaria de la novela es incuestionable: el estilo personal del autor con su propia e inalterable forma de describir las cosas, de contar sus historias, de documentar sus labores, de hacer hablar a sus personajes, esa forma culta, (que no para cultos -aunque reconozco que he tenido que usar el diccionario tres o cuatro veces-) de componer la totalidad de las narraciones hace que el libro sea valioso por si mismo. Así que me respondo a la pregunta del principio: el rey estaba desnudo. Es una novela estimable en cuanto a ella misma, podrá ser mejor mejor o peor en cuanto a novela policíaca pero la suma de otros valores literarios hacen que sea una buena forma de leer algo con enjundia, apreciable.

¿Pero de qué trata la novela? Después de toda esa perorata que he soltado sobre dudas que me asaltaron al acabar, debo explicar el porqué de ello. No ayuda a que se le valore como libro, el hecho de que digan en la contraportada que es una homenaje a Agatha Christie, que lo es, pero creo que debería surgir al leerlo , no debe ser contado por la editorial -algo típico en en los escritores de la reseña del libro en la contraportada ellos: cuentan más de lo que debieran. Estúpida costumbre.- Así el contexto de la novela es una serie de personajes pasando unas vacaciones juntos en unas villas cercanas unas a otras, todos ellos importantes figuras del mundo de la edición de novelas policíacas italianos y esposas y artistas... Más el personajes principal y narradora de la historia ; Esther. Secretaria del dueño de la editorial y aficionada a escribir historias policíacas en secreto. El siguiente paso es el asesinato de uno de ellos, claro está... Lo siguiente sera que se quedarán atrapados en el lugar por una tormenta, y la aparición de la policía, y los indicios, sospechas, tretas y acusaciones derivadas de aquello. Todo muy típico...Lo diferente será la forma de contar de Esther y lo que cuenta sobre ella y sus pensamientos, realidades, sentimientos, también sumaremos las variaciones del cauce característico de esos relatos y, sobre todo, el poso profundo de la ironía de Bufalino, la huella aguda del paso pesado de los guiños a las variantes ( y bromas) que puedes sacar de leer algo tradicional si lo miras por el otro lado del espejo: juegos de palabras, de imágenes, de nombres, personajes arquetípicos que se revelan como todo lo contrario, muertes tontas que no lo son, relaciones poco recomendables que se recomiendan...

En resumidas cuentas: no es la novela por la que dejarás de leer otras, pero, entre bromas y veras, Bufalino compone un libro agradable de leer, sin mensaje, sin añadidos, ni perfumes perdurables, pero que te atrapa y la lees con gusto hasta acabar, y sonríes por lo bien que debió pasárselo escribiéndolo, dando vueltas al calcetín para encontrar, de nuevo, el reverso. Lo mismo que yo leyéndolo... ¡Ah! Pero para eso has tenido que leer a Agatha Christie... ¿O no?

wineruda

jueves, marzo 12, 2015

QUE EL VASTO MUNDO SIGA GIRANDO DE COLUM MccANN




















QUE EL VASTO MUNDO SIGA GIRANDO DE COLUM MccANN
Let the great world spin 2009
RBA . 480 Pág.



Rompí mi arraigada costumbre de acabar todos los libros, por malos que fueran, hace ya tiempo, convencido de que hay tantos para leer, y buenos, que no merece la pena malgastar el tiempo en una mala historia o en una mala técnica literaria o lo que fuese de funesto que tuviera el texto. Me pasó con la primera historia de este libro, a punto estuve de mandarlo a paseo, al rincón de los olvidables, irritado por su forma de escribirlo, con su molesta manera de intentar acabar las frases con un final digno de pasar a los anales de la literatura. Pero por suerte algo me avisaba de que siguiera, y ahí aparecieron los siguientes capítulos que en nada se parecían al primero. Todo tenía su explicación : Colum Mccann adapta su manera de escribir a la manera que lo hacen los protagonistas de sus capítulos, que en su mayoría son historias narradas en primera persona por diferentes personajes. Así aparecerá una prostituta de frases cortas, brutales, desesperadas, o una ama de casa de sentimientos confusos y grave sensibilidad, o una artista alterada por la droga y por la búsqueda de el perdón y de si misma o una divorciada que ha perdido sus hijos y vive en un mundo ajeno a lo que ella es o... Todos adaptan su lenguaje a su situación, a su formación o a su vida en ese momento.

La novela en su estructura se parece a otras en las que una sucesión de historias, en apariencia desunidas, van encajando unas con otras, donde pequeñas o grandes costuras van conformando una unidad que acaba en  un vestido completo y a medida. Podría ser, por tanto, que ésta fuese una novela típica, pero no lo es . Y no lo es porque existen, por fortuna, más cosas en la literatura que una estructura común: la profundidad de las historias, lo complejo de los personajes, la originalidad de sus planteamientos, la valentía de sus textos, la forma de escribir y describir, cómo lo cuenta, para qué lo cuenta y esas pequeñas sumas de cosas que te hacen comprender que no es una novela del montón. Supongo que es como preparar una taza de café negro y distinguir si te ha salido bueno o demasiado aguado; aquel tiene sabor, textura y olor ; se nota enseguida.

Todo comienza con un funámbulo que atraviesa por un cable, claro, la distancia entre las dos torres gemelas en Nueva York , tiempo más atrás un joven irlandés se había entregado, en nombre de Dios, a la ayuda de las personas más desesperadas, y unas prostitutas, años después, pasean sus cuerpos semidesnudos por las calles del Bronx, y un grupo de mujeres lloran a sus hijos muertos en la guerra de Vietnam, las drogas corren por las élites culturales de Nueva York... A pesar de que el tiempo salta en la historia, la acción principal trascurre en un día de 1974, Nixon ha dimitido, la guerra de Vietnam está en sus últimos estertores, sucede algo...

Los personajes se revelan tan distintos en sus propias historias, en sus mundos ajenos unos de otros, casi atrapados en sus relaciones y en sus vidas, que parecería imposible encajarlos en un lugar común. Todo lo cotidiano que los une es la ciudad de Nueva York: rotunda, inhóspita, salvaje a veces, deshumanizada siempre, pero que los personajes de la novela la van desnudando; poniendo cara y cuerpo a una sociedad perdida y en constante búsqueda de cosas tan simples como amistad, comprensión, amabilidad, amor... Sólo les hará falta un acontecimiento para perder o ganar en esa búsqueda. Esa explosión que derriba todo, como un antibiótico que cura eliminando microorganismos tanto positivos como negativos. Recuperarse es cuestión de tener suerte en la vida o, más en concreto, en ese momento de su vida.

Colum Mccann cuenta que pequeñas cosas cambian la vida de la gente, desde iluminaciones personales, hasta frases que se dicen o no se dicen o sentimientos que se expresan o no, o un decisión momentánea basada en una mirada en búsqueda de ayuda, o una pena profunda o un reflejo instintivo, todo puede hacer cambiar para siempre la vida. Habla de las decisiones que se tomaron, del pasado dulce o amargo. Y, como todo, siempre tendrá dos versiones la del que mira y la del que es mirado, del que odia y del amado, del que espera y el esperado, del que vive y del que sobrevive.

Pero, al final, todo fluye, todo gira, nada se detiene, todos estamos de paso.


wineruda




viernes, febrero 27, 2015

ROCK SPRINGS de Richard Ford















ROCK SPRINGS de Richard Ford
rock springs 1987
Anagrama. 247 pág.





Siempre me ha parecido complicado hacer una reseña sobre un libro de cuentos, supongo que porque necesito cierta unidad en lo temático y en lo conceptual, creo que es un defecto mio el intentar comprender en todo lo que leo la totalidad de la obra, hacer de ella un único individuo. Ello, en un libro de cuentos, no tiene por qué suceder y pocas veces sucede, porque aparte de la voz narradora -y no siempre- las narraciones son una sucesión de historias más o menos ligadas por un patrón que lo que refleja es una sucesión temporal de cúando han sido escritas o que sean lo mejor de los mejor del autor. En “Rock Springs” se encuentra un patrón creativo -que alguien puede entender como que las historias iguales y para nada lo son- basado tanto en el espacio -una región solitaria y rural de Montana- como en lo temático o en lo creación del cuento -personajes, situaciones, reflexiones- o en el ambiente casi siempre opresivo que subyace en todos los cuentos.

Los personajes de los cuentos llevan una vida anodina , llevada por el suceder de los días en un ambiente cerrado y en unas ciudades pequeñas donde nunca pasa nada, casi todos son personas que van buscando un lugar en el mundo, en su mundo. Y que en un momento, acaso por un simple comentario por un nimio acontecer , van a cambiar sus vidas, no se sabe si para bien o para mal, pero lo va a hacer. Las cosas casi nunca van bien, no han ido bien en años, presos de su situación o de sus debilidades sociales o morales, son personas en permanente huida, en pensamiento o en obra, y que han cometido errores o los van a cometer y que ello los delata en su proceder.

Pero Ford es como un martillo que te golpea la cabeza, no hay piedad, no hay momento de descanso ni para el lector ni para el protagonista, cuenta las cosas como son, y deja ver como van a ser, que nada parece solucionarse, sólo el tiempo transcurre y las personas a pesar de sus intentos van y vienen pero siempre están y estarán perdidos. Muchos de sus personajes son niños o adolescentes que van descubriendo viendo a sus mayores -a sus padres- adentrarse en la vida, en la dura, cruel e increíble vida, que casi siempre parece normal hasta que ese momento -en un momento justo- les hará cambiar su visión de todo o simplemente ven con claridad lo que siempre le ha parecido normal y no lo es.

Sus historias son tristes, realistas, con personajes que acaso crees lejanos pero no dejan de ser mujeres y hombres con vidas comunes sólo que están en el límite del margen de la sociedad, a un paso del abismo, a cuatro pasos de la nada, sean divorciados, parados, cazadores, pescadores por aburrimiento, alcohólicos, abandonados,...o sean o hayan sido ladrones o que tuvieron que pasar por la cárcel, pero todos construidos por Ford de tal forma que comprendes sus sensaciones, ves la lógica de su evolución en la percepción de lo que ve y de lo que siente, desentrañas sus misterios, sus olvidos, sus mezquindades. Las palabras cuentan historias pero son las frases omitidas, las que imaginas que serán, las que más cuentan, las que hacen la fotografia más real de lo contado. La creación de los ambientes, de las personas, la descripción de los lugares, de las situaciones, las conversaciones oídas o sentidas, lo que pasó hace tiempo o lo que va a pasar en el futuro, todo está descrito en sus cuentos de manera ajustada y admirable.

Pero es la galería de protagonistas secundarios los que más admiro en los cuentos, es más una representación coral de una historia, una especie de teatro de la vida con el escenario abarrotado, que una historia única sobre uno de ellos. Todos aportan al personaje, y no precisamente con trazos gruesos, una verosimilitud inigualable.

¿ Son historias sobre perdedores? Creo que es una palabra demasiado usada en EEUU, demasiado amplia para encuadrar a todos los actores que intervienen en sus relatos. Creo que son historias sobre personas que buscan, han buscado y buscarán, pero que casi nunca han conseguido encontrar nada ni lo harán.

wineruda



jueves, febrero 19, 2015

OLIVE KITTERIDGE de Elizabeth Strout












OLIVE KITTERIDGE de Elizabeth Strout
Olive Kitteridge 2008
El Aleph. 324 Pag.






“ Nacemos solos, vivimos solos, morimos solos...” Es un pensamiento de Olive Kitteridge. Nada reflejaría más su personalidad que esa frase; sobre la multitud de expresiones que pueblan el libro, llenas de franca agudeza y continua mezcla de malhumor, malicia y fieras alocuciones, esa frase plasmaría su lado más profundo: la rotunda soledad del que vive encerrado en si mismo, preso de sus manías y aprendizajes, confinado en un mundo estrictamente sujeto a reglas inamovibles en principio... pero que la vida va enseñando a temperar.

Ésta podría ser una novela resultado de una suma de cuentos, o unos cuentos que recomponen una novela, que, por otro lado, habla sobre un pequeño pueblo pesquero de Maine en Estado Unidos, donde la gente vive en su pequeña comunidad llena de problemas cotidianos, desgracias, alegrías, soledades... Historias mínimas que sumadas aportan un paisaje detallado de lo que puede o pudiera ser la vida para cada uno de nosotros. Sobre o dentro de todas esas historias aparece , rotunda, sincera, la figura de Olive, para , a veces, mostrar un pequeño detalle, y, otras veces, dominar y conducir la historia y las personas que la pueblan: desde su comprensivo y cariñoso marido Henry o su hijo Christopher o los más diversos personajes de la familia , amigos, conocidos o simplemente vecinos. Todos contradictorios actores del teatro de la vida del pueblo, algunos plenos de sentimientos positivos, otros llenos de amargura o de ganas de escapar de allí; fieles o infieles, amables o antipáticos, valientes o cobardes, sabios o lerdos... Todos equipados de las ganas de vivir, pero a los que la vida ha tratado de diferente manera.

La novela no tiene un camino fijo en su construcción; las historias, incluso a veces el tiempo, no llevan, en general, una secuencia lógica; pareciera que un pintor ha pintado diferentes cuadros sobre paisajes y personas, dispersos en el tiempo y en el espacio y los ha expuesto en una galería sin orden; todos son parte de una misma colección, todos hablan de lo mismo , si los ves recompones el lugar, las figuras, los ambientes , las expresiones, hasta el clima, pero tienes que absorber los colores, alimentarte de sus caras, saborear sus detalles, adaptarte al conjunto para comprender la totalidad de lo que expone y explica.

Pero no aclararía bien lo que me pareció esta novela sin volver a recalcar la importancia de Olive, a fin de cuentas así se llama el libro, y podría entenderse por lo anterior que es sólo el reflejo de la vida de un pueblo... Pero no, no acaba ni empieza ahí el libro. Su valor literario estriba en combinar aquello , la representación coral del pueblo, con los matices del pensamiento y la vida cotidiana de esta mujer. La elaborada construcción que Elizabet Strout hace del personaje, tanto en su personalidad como en su evolución a lo largo de la historia, sea por los aconteceres o sea por las decisiones que debe afrontar, es la parte primordial y más interesante de la novela. Es un personaje que hay momentos que odias, repudias o te hace estremecer, hay momentos que la aprecias y la admiras, pero , sobre todo, al final la comprendes.

¿Pero qué me deja el libro? Todos los libros que aprecio o que merecen la pena dejan algo: una sensación, una idea, una palabra, un color, incluso a veces un olor; hay veces que me han dejado sensación de calor... Ésta la recordaré por una palabra que me sale automáticamente al recordarla : Belleza. Es un libro bello por como está escrito, por sus reflexiones, por sus descripciones, por todas las cosas que conforman su estructura, por la cimentación profunda de la personalidad de sus personajes, y por el conjunto afinado de matices que te hacen sonreír de admiración.


wineruda

lunes, febrero 09, 2015

EL TIEMPO DE NUESTRAS CANCIONES de RICHARD POWERS









EL TIEMPO DE NUESTRAS CANCIONES de RICHARD POWERS
The time of our singing 2003
Mondadori . 772 Pag.
Traductor: Jordi Fibla








Hacía tiempo que buscaba este libro, lo único que me hacia dudar es que en ningún blog, en ninguna web, había un mísero comentario sobre él, eso que ya tiene 12 años. Ahora lo único que lamento de haber empezado esta novela, es que no puedo volver a empezarla y descubrirla por primera vez, de nuevo. El placer de la lectura se dimensiona entre sus páginas, encuentras un punto comparativo, una medida a la que cotejar , un refugio de tus dudas, un mapa por donde caminar sin perderte entre un laberinto de libros de los que sospechas. Aquí, en esta novela, no recelas, fluyes por sus letras como por un río que va, veloz, hacia el mar. A pesar de sus cerca de 800 páginas tuve que poner freno a la lectura, apaciguar mis ganas de seguir, - pudiera ser que fuera también, saber, digerir, escuchar- , para saborear sus textos, oir su música, llorar sus penas, entender sus conceptos y gritar sus ganas. Pero la leí en silencio, sin musitar nada, para entender el sonido de sus pasajes, como una partitura de un motete a capella  escrito para muchas voces y un sólo oído, el mio.

“El tiempo de nuestras canciones“ es la historia del matrimonio entre David Strom y Delia Daley. Entre un científico judío huido de Alemania, y una joven cantante negra, en el Nueva York de los años 30 del siglo pasado; tiempo y lugar en los que en muchos estados norteamericanos estaba prohibido ese matrimonio “mixto” bajo pena similar a la de homicidio. Y es la historia de sus hijos - Jonah, Joseph , Ruth- Y es el testimonio sobre sus familias, de su crecimiento, de su cambio, de sus verdades. Pero también es la crónica de un familia y una sociedad sumida y sojuzgada por el racismo, donde nada les es permitido a los negros, nada se les perdona, ningún derecho les es otorgado. La novela discurre entre aquellos acontecimientos históricos reales - lucha por las libertades civiles, panteras negras, asesinatos … -y su reacción y relación sobre los protagonistas del libro.

Pero lo que amalgama el libro, lo que le hace sobresalir, es la música. Sus descripciones, sus detalles, su conocimiento, todo resalta sus líneas, agita tu intelecto. Por sus folios pasan desde Byrd, Bach, Schumann, Schubert, Beethoven, Rodrigo, Dvořák, Mozart, Haydn, Verdi, Dowland, Mahler... hasta el jazz de Coltrane, Nina simone o Miles Davis. Y el gusto es tan exquisito que conmueve los sentidos, pareces oír latir sus gargantas, acompañar sus teclados, insuflar aire a sus pulmones para que surjan sonidos fortes o pianissimos, crescendos o diminuendos. Y es la música la que une el matrimonio, la que alegra sus días y noches, la que perdona sus problemas,. Pero será la que separe a parte de su familia -música que creían de blancos sentidas, amadas, creadad casi  para corazones de esos niños negros, compases que parecen ser un desafino para ese mundo en cambio-.

Y sobre todos los pasajes de la narración , por sorprendente que parezca, sobrevuela la teoría de la relatividad. Más que ella : el tiempo. La necesidad de saber cómo puede ser superado, como puede cambiar: acelerar o detenerse, volver al pasado o ir al futuro, allá donde están tus corazones, allá donde no haya problemas, allá donde esté la vida, allá donde no haya colores.

“El tiempo de nuestras canciones“ esta escrita y descrita de tal modo que va y vuelve, no hay sitio para el tiempo o el espacio. Los hechos -los capítulos- se suceden, pasan del pasado al futuro, de un lugar a otro, de un momento histórico a una realidad ficticia, de un narrador a otro. Nada se detiene, todo cambia, como el tiempo que para cada uno es diferente, para cada personaje también lo es. El sonido de las horas, los días, los meses, a veces va acompañado a veces desparejado; hay momentos de comunión perfecta, hay momentos de divergencia absoluta, pero cada uno busca encontrar su camino, bajo las razones que les han sido dadas, heredadas o aprendidas. Y así cada uno busca su identificación, su realidad, desde su estado de ser pareja de negra y blanco buscando un lugar entre los suyos, ¿pero quién son los suyos? O desde el hecho de sus hijos mulatos que no son ni blancos ni negros, posicionados en medio de una lucha tanto racial como de clases, mirados de forma vacilante u odiosa por unos o por otros. La búsqueda de esa identidad les llevará a cada uno por diferentes caminos y allí se cruzarán los espacios y los tiempos...

Supongo que definir una novela es difícil, una vez leí que cierta novela era una obra de arte, aquella no lo sé, ésta lo es: por como escribe Powers, por lo que cuenta, por cómo lo cuenta y ciertas razones más que sólo las sabrás si la lees.



miércoles, septiembre 24, 2014

LA PLAZA DEL DIAMANTE DE MERCÈ RODOREDA

 







LA PLAZA DEL DIAMANTE DE MERCÈ RODOREDA

LA PLAÇA DEL DIAMANT 1962
EDHASA 265 PAG


La vida de cada día se revuelve en las tripas de la ciudad, en la plaza los jóvenes bailan al son de un banda que rezuma sudor y calor, es un domingo cualquiera de un año indefinido anterior a la guerra civil española. En esa plaza, del Diamante, Natalia -la Colometa- conoce a Quimet, en ella baila, habla, ríe, hasta que huye de él ...Pero algo de Quimet la atrapa: nada concreto, nada especial, acaso el asomo de una existencia diferente, acaso una personalidad formada y agreste enfrentado a su simple juventud. Y entre huidas y bienvenidas se desarrolla el noviazgo, más tarde la boda, la vida conyugal, el trabajo duro, los hijos, las risas , las desgracias, las frustraciones, la guerra ...

Pero eso sólo son los caminos por los que discurre la novela, podrías pensar que no es nada especial, que son avatares y problemas propios de un relato donde hay lugares comunes a muchas otras novelas, probablemente lugares comunes de nuestras propias vidas...Sin embargo no es por eso por lo que me gustó la novela, lo hizo por la impronta de Natalia en el discurrir de la novela, por la manera con la que Merçe Rodoreda utiliza el monologo interior para abrir las ventanas de sus pensamientos , para mostrarla sumida , a veces atrapada, en el discurrir de su vida entre las personas que la rodean, los paisajes que la circundan, los problemas que la atañen, las situaciones que domina o que la sobrepasan... Y es una mirada que funde lo oscuro con lo luminoso, lo ácido con lo dulce, lo astuto con lo ingenuo, lo rebelde con lo sumiso. La crudeza de algunas situaciones se contrapone a la sutil poesía que sale de sus textos. Las imágenes que crea aparentan aquellas entrañables y viejas fotos donde una familia posa seria ante el fotógrafo y donde las mejores ropas están raídas pero ellos mantienen, ante todo, su dignidad y su belleza.

El mundo discurre a saltos por sus páginas, son retratos de momentos donde aparecen, bajo el prisma de los ojos de la Colometa: vidas atormentadas, tranvías que pasan sin destino para ella , palomas que alegran y entristecen, olores que obsesionan, guerras que matan, hambre que se apodera de todo, vecinas que ayudan, amigos que lo son hasta el fin... Son lugares melancólicos que trazan un cuidadoso dibujo de una época, una ciudad -Barcelona-, un barrio, un vecindario, una casa, una vida. Y Natalia se enfrenta a esa vida, que a veces la vence y a veces la ayuda, pero es la intimidad que nos trasmite la que nos subyuga, la que nos trasmite sus sentimientos .

Sí, quizá sea eso, los sentimientos que surgen de los actos e ideas de Natalia lo que más impresiona del libro, con lo que te quedas cuando has acabado el libro. La sensación de haberte infiltrado, haber invadido con osadía, en lo recóndito de la mente de una mujer, de esa mujer. Las tristezas duelen más y las alegrías se comparten mejor cuando quisieras haber conocido al personaje ficticio de una novela, o quizás ya la has conocido tanto como a un amigo de toda la vida. A fin de cuentas eso es la literatura: atrapar un momento y acapararlo, hacerlo tuyo no sé si por un instante o para toda la vida, a pesar de que sólo es el empeño de la imaginación de un escritor. Pero nos urge saber más de la vida de los protagonistas, de sus aciertos y sus fracasos, de sus alegrías y sus desgracias , de cómo le fue la vida tras las últimas páginas del libro. Porque la Colometa vive en las mentes de todos los que supimos de ella a través de los textos de Merçe Rodoreda. Creo haberla reconocido paseando su dignidad por la plaza del Diamante un dia cualquiera de cualquier año rodeada de palomas.


Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...