lunes, enero 18, 2021

UN HOMBRE QUE DUERME de GEORGES PEREC

 



UN HOMBRE QUE DUERME de GEORGES PEREC


Impedimenta, 136Pág.
Tradc, Mercedes Cebrián

Si te sitúas en un oscuro bulevar a finales de noviembre, donde nada ilumina tus pasos, el agua se levanta con el paso de tus zapatos, alguien fuma a tu espalda y el olor a tabaco y un ácido olor a colonia demasiado fuerte llega a tu nariz, pero nadie parece estar tras de ti; si te ves confundido por el parpadeo de los faroles estropeados de la calle apunto de apagarse, si no sabes dónde vas, si crees que no hay nada tras la esquina, ni al otro lado del paso de peatones, nada tras la puerta de tu portal, nada tras la ventana cerrada, nada tras la próxima zancada, nada... Podrías ser tú el que quisiera querer abandonar este sucio bulevar, esta ración de espacio vacío, de frases vacías que pudieran parecerte, hasta ahora, reales, la vida real. Podrías pensar desengancharte del carro, podrías quitarte el collerón y dejar el bulevar, el camino, la casa, los amigos. Separarte de este mundo; podrías ser otro, podrías ver el mundo desde arriba o desde  detrás o desde el lado, pero no ser partícipe de sus historias, ni de su caminar, ni de sus impresiones; nada de sueños compartidos, nada de prisas, nada de relacionarte, nada de vivir para ser. Podrías, algún día, pensar que hasta aquí has llegado, y algún día, sí, correr lejos, lejos, hasta donde no necesites ser ese tú  todos los días.

Un hombre que duerme un día apaga el despertador, deja de ir a un examen, deja la universidad, deja de relacionarse, deja de convivir con nadie; y está solo consigo mismo; deja que París sea su acompañante, pero solo para ser el lugar, casi el objeto, donde pasa la vida, pero donde no se queda, pasa;  él que se ha apartado del mundo no se queda. París, y sus calles que se descubren y se olvidan, y sus habitantes que no son nadie más que caras que pasan y no se quedan en la retina vacía de memoria, y los coches que son números perdidos y colores que le rebasan, y la habitación que no es más que un cuchitril donde la vida se concentra en estar. Lugar donde ni el juego solitario de los naipes, ni las grietas del techo, ni el periódico que es una sucesión de noticias sin ningún espacio para quedarse , ni el goteo del grifo que parece dar cadencia al tiempo, ni el gruñido de los vecinos,ni sus ruidos sin cara, sin posibilidad de ser aprehendidos, nada de ese cuchitril sirve para otra cosa que no sea vivir cuando se sueña, y soñar cuando se está despierto. No queda nada por la que algo pueda importarle, o pueda entrar en su memoria y quedarse, o pueda influir en su decisiones; importarle a él, a el hombre que duerme y está insomne del mismo modo, con el mismo sentido, con la misma necesidad de no ser nada, de ser olvidado, de no pertenecer ni al mundo, ni a las calles, ni a la casas, ni a la habitación, ni a la cama; no ser parte de la memoria de nadie, ser para ellos lo que ellos son para él, seres que pasan, que no destacan. El hombre que duerme se ha apartado de todo para poder dominarlo, para no participar de sus luchas, ni de sus victorias ni de sus derrotas, así podrá ser él mismo.
¿Podrá ser él mismo? La vida derrota de muchas maneras; vivir fuera de ella, de los lugares comunes, no exime de ser derrotado;  la intención de no ser nada, de apartarte, no exime, no, de perder el camino, de que veas, que sientas, que eres tan habitante del sucio bulevar como lo es el barrendero que barre sus aceras, o del tendero que pone sus manzanas en el escaparate, o del borracho que rompe las botellas, llenas de rabia, como él, contra el suelo; todos tienen su destino marcado entre hospitales que dan vida y hospitales donde la pierdes, entre misas de entrada y de fin, de abrazos de recibimiento y de despedida.


Pero no puedes estar toda la vida viviendo a contracorriente. ¿Por qué? Porque no has sido preparado para ello, no reconoces la victoria en hacerlo, y tampoco sabes vivir, convivir contigo mismo, en un mundo monótono, tanto como del que te has ido; y no sabes hacerlo sin que añores el cambio de tus conductas; no sabes si necesitas volver al mundo o este te llama o, simplemente, no puedes ver que has sido derrotado, que el bulevar es de una sola dirección, y aunque no lo sepas has sido preparado para seguirlo, está en tus genes o en tu aprendizaje social, moral o religioso. Impuesto, o no, debes seguir la corriente aun fuera de ella, porque abandonarla del todo te enfrenta a ti mismo, a la fría realidad de tu cara extraña en el espejo, a la fría cama vacía, a la necesidad de ser un ser social; y por ello te nacen fantasmas y te nacen sueños donde vivir es una sucesión de intentos de saber cómo eres y cómo son ellos, el resto del mundo, y saber cómo está, cómo vive,  lo que te rodea. Ya no puedes abstraerte de ello ni de ellos, pero tampoco de tu cuerpo, y de tus pensamientos circulares que van y vuelven sobre ti y que te rodean, que parecen caerse sobre ti. Y ves tu cara por todas partes, y tu pelo, y tus manías y tu repeticiones y tu soledad impuesta y tu desaparición, tu ser nada, tu nada ser, los ves reflejados en cada átomo de aire que te rodea. Así que esta huida no puede funcionar, porque hasta tu espejo te devuelve la cara de un tipo que no reconoces, que vas perdiendo de la memoria de quién eres: ese alguien que te devuelve el reflejo no se parece al que crees que eres, al que sale en tu sueños, en tu memoria, en tu idea de ti mismo, no es él, no puede ser. No, ese no eres tú; los fantasmas nublan tu mente, ese fantasma, y la locura, o algo que se parece a ella, parecen surgir del espejo, y de la cama, y de las brechas del techo y del ruido de los coches en al calle.

La farola estropeada del sucio bulevar se apaga, quedas a oscuras.
Perec deja el gato suavemente en la acera, sube, por los trece escalones de la escalera de madera manchada de pintura azul, hasta la farola y pone una bombilla nueva, roja.



EL DIARIO DE HAMLET GARCÍA de PAULINO MASIP

 


EL DIARIO DE HAMLET GARCÍA de PAULINO MASIP
1ª edición en 1944
Edtral: Círculo de lectores 324 pág.




Empezaré poniendo las cartas boca arriba, toda la baraja, y así diré que éste es el mejor libro escrito por un español en el siglo XX que he leído. Nada, nada de nada, se acerca a la construcción total que se desprende en cada una de sus páginas. Y me da rabia, que sea por su condición de escritor republicano exiliado, sea porque no aparece en los libros de texto, ni en los comentarios de sabios lectores y críticos, sea porque la última edición de esa novela sea de hace 26 años, sea por lo que sea, o por todo eso, su nombre y esta obra pertenezcan sólo a no sé bien cuántos lectores, pocos supongo si es correcta la pequeña encuesta que he hecho a mi alrededor y donde he visto que nadie conocía a este autor -o se observa también viendo una simple búsqueda en google-, hay pocos, y sobre todo en este tiempo, que hayamos tenido la suerte de que cayera en nuestras manos.



Hamlet García es un filósofo, es un profesor ambulante de metafísica, sin cátedra ni carrera, dueño sólo de su mente y sus actos, los cuales están bajo el dominio absoluto de sus reglas filosóficas. Nada debe escapar a lo que él siente como la manera correcta de actuar, si ello pasa el mundo se le viene abajo -al menos por unos instantes- y hasta el cuerpo se le descompone cuando las cosas se alteran. Éste es el diario de los días anteriores y posteriores al comienzo de la Guerra Civil en Madrid, de las cuitas y los problemas que le provocó esta situación, pero también de la vida y reacciones de las gentes en aquellos días. Es el mural expresivo de unos momentos concretos de la historia de España, mirados desde la mente de un filosofo que se aparta de todo, que ve las cosas desde la distancia , sin tomar partido. La política y sus reacciones, la guerra y sus contendientes son ajenos a su lógica mental, los observa y analiza con un bisturí afilado con neuronas. Pero de esa misma forma, esas cosas que tras pasar por el filtro de su mente se convierten en actos y reacciones concretas, se le vuelve ariscas o reaccionan en su contra para dejarle a veces en ridículo -en una especie de jocosa reacción- y otras veces le enturbian el alma y el cuerpo hasta convertirse en un disfraz de si mismo, en una marioneta con cerebro, y algunas otras veces son refuerzo para superar sus trances más oblicuos. Todas esas situaciones, algunas veces políticas, otras bélicas, morales filosóficas, mentales, o del discurrir cotidiano de la vida, o de su relación con las mujeres, las escribe en su diario, las disecciona y las analiza, hasta discute consigo mismo, se avergüenza, se destruye y se reconstruye, se alivia y se sostiene, se levanta y cae, ironiza y descarta, critica y despedaza, se lava y se hunde en la basura. Todo aparece en sus textos para mostrar un río de cauce amplio donde se encuentra el humor y la política, el desasosiego y la esperanza, la pulcritud y la moral, lo querido y lo prohibido.



Pero es la guerra lo que predomina en su diario y en sus pensamientos. Esa guerra que Hamlet la ve cerca físicamente, pero mental y filosóficamente, lejos. Lejos toda la crueldad, espanto y desconcierto que asoló aquellos días España y, en este caso, Madrid. Él mira eso días, esos movimientos, el ir y venir de guerra y muerte, de luchas y muerte, los ve de manera casi científica, se extraña de sus motivos, las actuaciones y sus resultados, pero los intenta comprender no solo desde un punto visa ético sino que también personal. Estudia, oye y comprende a las personas con las que habla, sean de un bando o de otro, acepta o rechaza actos y palabras por no ser acordes con la razón pero no por ser de una parte u otra. Por ello, no cae en el fácil acto de tomar partido, solamente ve las situaciones y se horroriza o las comprende como actos contra el mundo y contra España en este caso. Pero de la misma forma esta novela no es, o no sólo es, una novela sobre la Guerra Civil en España sino que es una novela sobre todas las guerras y todas las victimas y todos los combatientes, sobre todas las familias, gentes, víctimas, heridos, culpables, vencidos, sobre las ciudades, sobre las políticas y las mentes que han estado y estarán en todas las batallas que han habido y habrán.



Las líneas del diario se van rellenado de personajes diversos: desde la mujer de Hamlet, hasta su criada, o sus alumnos o cierta prostituta, o su primo militar sublevado, ademas de los mas diversos personajes (porteros, camareros, soldados, profesores,...) que va encontrando en sus peregrinajes por Madrid de aquellos días ... Todo son analizados, inspeccionados, pensados y sentidos por su pluma. Y,  bajo el abrigo de su escepticismo, se adivina una perplejidad por el mundo y sus reacciones, pero sobre todo una comprensión ligada con su moral y su alma filosófica, que los cubre a todos, para entenderlos y por ello amarlos o criticarlos, pero desde su inabarcable sentido ético. A veces un poco despistado...



No creo haber podido plasmar todo lo que enseña el libro, no he abierto todos los cortinajes ni levantado todas las persianas, sacado el polvo de debajo de las alfombras o mirado tras los libros, para poder mostrarles un sentido del humor casi descabellado, una crítica a los sublevados y a las reacciones de los republicanos, o su extraña manera de relacionarse con las mujeres, el mundo, la vida, el sitio donde sobrevive en ese época  y destino...y muchas cosas más...Pero, sépanlo, éste es un libro... soberbio .


domingo, enero 17, 2021

NOS LO INVENTAMOS TODO de A. GINSBERG, K. KOCH y R. PADGETT

 














NOS LO INVENTAMOS TODO de A. GINSBERG, K. KOCH y R. PADGETT

Ed Kriller71

Versión de Sílvia Galup

 

 

KK- Vamos a hacer algo relajante

AG- Un poema que no tenga sentido

KK – Vamos a hacer un collage ¿has traído algún libro?

AG- Sí

KK- Perfecto ¿qué has traído?

AG-He traído el sueño ¿puedo usarlo?

 

He leído el libro.. a ver...: en silencio, con música de 13th floor elevators, en silencio otra vez, en voz alta… y...decidí que tenía que leerlo en voz alta, está hecho para ello, desde su origen hasta en sus palabras dictadas, cantadas, pausadas, improvisadas o, simplemente, ilógicas..

 Este libro hay que leerlo en voz alta. Sí. 

Llegado al punto de conocerme el libro bien, me decido a hablar sobre él, no a hacer un reseña puesto que esto no es una reseña, no sé hacer reseñas, que según alguna profesora de crítica literaria mexicana que conocí deben ser limpias, objetivas, abstenerte de ideas propias, y de polvo y paja; así que no sé hacerlo. Además me pasa que en un giro solipsista o introspectivo -a saber- del libro,  aparece en él  la mejor definición, la decisiva, la que el libro  se describe a sí mismo. Sí, en efecto, la solución está en sus páginas.En esta marmita –en la que debí caer de pequeño, pero no pude por no conocerlo- que recoge una reunión en una iglesia; lugar, digámoslo, donde no encaja   este frenesí de textos con, a ver,  ideas sexuales y muchas libertarias y metafóricas, y absurdas y  bellas y carnales, y alguna descreída, -solo encaja, en lo del suceder en una iglesia,  este aire de cadáver exquisito y en lo sagrado-;  desencaja, también,  en esta sopa,la orgía desnaturalizada entre componentes de la Escuela de New York y los beat; y desencaja   ese jolgorio descrito  de la gente jaleando, y que  la suma de las partes no son el conjunto, y esa extraña  grabación en, supongo, un viejo grabador que sobrevive por los pelos. Decía, en fin, que la definición última del libro, admiren lo retorcido, está en una entrevista que hace Ginsberg a Koch, en el que este se define, o define una obra  suya, una obra de teatro, citando una crítica artística que hace Frank O’Hara a la obra de un escultor, Smith tiene de nombre. Así es  la literatura…

….

-Páginas 115 y 116-

Kenneth Koch.-Prefería contarte la trama superficial

Allen Ginsberg-¿Por qué?

Kenneth Koch- Porque esa es la trama. No hay significado oculto: Frank O’Hara dijo algo sobre el trabajo de David Smith que parece relevante para lo que pretendía fuera mi obra. En las esculturas de acero de Smith, Dijo O’Hara, la unificación se aborda invitando al ojo a viajar exhaustivamente sobre la compleja superficie, en lugar de invitarlo a establecerse en el todo y luego explorar ciertos detalles.

….

 

 

Y ya está…

 ...El libro es eso...es leer, observar, improvisar, acariciar, absorber, improvisar, limar,   lucir, improvisar,  declamar, oler,  improvisar... No pretendas buscar una razón oculta y encontrar las pruebas, simplemente es esto… Es esta sensación de libertad, juego, de pensamiento rápido, birlibirloque de palabras, improvisación -insisto-, imaginación,  color, luz, oscuridad, sentido, pasado-para nosotros-, presente -para ellos- , es solicitud , energía-mucha- , sinergia, solipsismo, sarcasmo, ironía, bendición rápida, anatema, exactitud, texto salvado y bombas al aire que explotan dejando heridos;  nada más rápido y directo-acción directa-. Es esto. Ni más ni menos: es una exhibición de Orfeos sin lira, una descastada reunión de poetas sin permiso divino., es un desorden organizado, una energía nacida de la cuidada, contradictóriamente,  entropía -amo, sobre todo,  este libro porque es un libro entrópico-. 

Versos de unos norteamericanos compañeros,  eruditos colaboradores, de bertsolaris, de repentistas, de payadores , de remedos de improvisadores, también, del Stornello.

 

AG- Con barba el joven se inclina hacia adelante

KK-Como una rana

AG- Escuchando a los poetas croar.

….

 

Pero me queda corto  esre comentario, de modo que comento algo que me ha venido a la cabeza mientras lo leía, alguna de las veces, y es lo efímero del arte, más en este caso con desaparición inmediata por improvisado; la plausible (y  cierta en otros casos)  posibilidad de que esto no hubiera sido grabado;  esa extraña sensación que deja el arte que desaparece y que tú no puedas haberlo visto u oído o sentido. Esa sensación que me obsesiona desde niño con la pérdida de  obras de la biblioteca de Alejandría o Montecassino,

(perdón, pero pongo otro cachito del libro)

KK-a veces siento que no soy nadie

AG-a veces siento que no soy nadie

KK- sentado al lado del teléfono esperando que alguien llame

AG. Solo soy un pobre mendigo, que quisiera ser más rico que Rockefeller

 

(sigo)o los cuadros perdidos de Tiziano, Ribera o Rubens o …. Y… ¿sí esta reunión o asamblea  o exhibición poética no se hubiera grabado? Si fuese así sería parte de la leyenda perdida, sería parte de esa cada vez más grande perdida de arte en el mundo, esa sensación de que lo hermoso dura cada vez menos, de la posibilidad de olvido perpetuo y, es más, en el mundo actual …de desprecio. Supongo que, tomando en serio a Einstein, y creyendo aquello  de que la energía ni se crea ni se destruye, creo que esta reunión poética nos hubiera debido llegar, porque creo que todos esos otros  poemas perdidos por no haber sido grabados, escritos, las canciones nunca grabadas, los solos de piano nunca descritos, los cuadros quemados, hasta las miradas de cariño que nunca nadie ha contado… toda esa belleza que no nos  ha llegado.., toda, sí… debe, seguro,  estar en el viento, de Dylan o nuestro, y nos llegará de ella alguna parte infinitesimal si somos conscientes de ello, y si escuchamos con cuidado a  la brisa, cuando es suave.

 

-AG- Popeye se sentó en una silla

KK-Leyendo a William Blake

AG-Blake se levanta y grita

KK-¡Este marinero no es de ley!

….

 

 

Me viene a la cabeza otro asunto que me surgió con la lectura, espero, atenta de libro, -las veces deberían convalidar-, y es  ese asunto de la propia belleza. Todos, desde los filósofos hasta los artistas de moda incluidos, han hablado o disertado sobre la definición, esa tontería de la objetivación de la belleza; con intentona de  definición o exageración o de  dogma- siempre hay de todo…-. No quisiera, encima, caer yo en el dogma y crear un catecismo, una biblia en el peor de los casos, afirmando lo que es belleza o no. Este libro, para mi concepto de belleza, es bello, con todos los peros que me pondría el mundo, incluido Robert Frost y hasta Bill Murray, sobre lo que se pierde en la traducción, sobre la vida y  milagros de los versos ingleses y la pérdida de valor de la imagen -sin la alta definición del idioma-. Pero, así es, el libro es bello para mí, la razón será tan propia como impropia para otra gente,  este so sí, partiendo de que este mundo absurdo de lo correcto y lo políticamente correcto, y lo políticamente correcto por censura, y lo políticamente correcto por censura y por papanatismo, me supera (de tal forma que lo obvio)-. Decía que este libro me parece hermoso, ¿por qué? Pura

(aquí otro pedazo de página)

AG -¡Qué miedo! No sé   cómo hacer que mi sextina tenga gracia

KK-Allen tendrías que abandonar por un momento tu espiritualidad

AG-Eso parece, bueno Ken, y sin embargo

KK-Si hicieras algo así en la Escuela de New York serías un intruso

AG-Aunque de todas formas me cerrarían la puerta en la jeta

KK-Allen, si piensas eso, debes estar soñando

AG-Bueno, Ken, sabes que soy un poeta y siempre estoy soñando

…..

(sigo..)exposición de ideas, de servicios al arte, de desarrollos exponenciales de la imaginación, de momentos….Supongo que son eso en realidad:  los momentos;  esos textos creados en un momento dado imaginados e inimaginables, en un sito dado, en una cultura dada, en un contexto dado, con unos protagonistas dados, improvisados y eternos, que rompen con todo y se dedican a crear, con ideas originales o no, eso da igual-no lo podemos analizar así-,  donde aparece un instante maravilloso de una o dos horas, esa fragilidad de la belleza, de lo  que decía antes: lo efímero, improvisado  y distinto. Lo atrapado que debe ser lo hermoso para que no se escape, y da igual que no lo entiendas, que se te escape, es el momento y su reflejo en ti, ese orgasmo de versos e ideas, esa explosión  no ya de ganas, sino de empujarte a pensar distinto, a mirar cosas nuevas, a sajar este mundo por la mitad y crear algo nuevo fuera del  papanatismo, ese, que nos rodea. Y si,  ese es un  lado, el texto y sus autores, en el otro,  luego, está el oyente, en este caso yo, el lector, quizá el que decide sobre todo:  leer, entender, comprar, distinguir, apreciar, subir al carro, descarrilar el tren, bueno…el lector es quien decide creer en lo que lee…y este libro es para creyentes, es un libro para un tipo de secta atea y agnóstica y fastidiosa e irreverente, que cree que la vida no empezó con internet y que los raros no  son los malos, que los poetas hay veces que son buenos, y que el coyote debe algún día tirar atado por la azotea del Empire State, aunque no se lo coma, al correcaminos, y que la vida, como en este libro, consta de pequeños y extraños momentos de belleza que hay que aprovechar...

 

…-

 

AG-Bueno aprendí sobe metáforas en la universidad de Columbia, pero fue hace tanto que ya se me ha olvidado.

KK-Nunca olvidó nada

AG-Dios

KK. ¿Qué Dios?

AG-Ninguno querido

KK-Querido Ninguno

….

 

Adjetivos… quería hablar por último de los adjetivos. Supongo que pensarán, si alguien -que lo dudo- ha llegado por aquí, que qué hago hablando de los adjetivos de este libro: pues es simple, me vino a la cabeza una notita que dejó Sylvia Plath en uno de sus diarios, en la que hablaba de que estaba enfadada y obsesionada( raro es) porque en los poemas últimos suyos que había revisado, abundaban en demasía los adjetivos( hablaba de que esa no quería que fuese su poesía) Así que, como admiro –quiero- a Sylvia, siempre , las escasas veces  que lo hacen, que me preguntan que qué es la poesía  bella para mí, yo , sin sacralizar,    respondo que  la poesía bella es la que economiza los adjetivos (la sobreabundancia de calificativos me puede), la que va directamente al verbo y sustantivo; la que cita, ejemplariza, dota al asunto, a la imagen y la vida de un cosa objetiva, directa, sin escapes, sin fuegos de artificio. En este libro, esta charla, esta reunión, escasean los adjetivos,-fíjense-, sus definiciones son directas, al ojo, al corazón, a la sangre, a la herida o a hacer herida o a hacer concepto sin definir;  y tú defines -debes, deberías-. Sin adjetivos hay sustantivos sin santificar, verbos sin el color exacto... hacer del texto una colección de ideas a discernir, a copiar. Sangrar los textos al modo del viejo médico, lo hacía para liberar la mente ( y para expulsar los males del corazón y la angustia, pero eso es otra historia).

Postdata: si Ordine defiende la "utilidad de lo inútil", yo creo en la utilidad de lo efímero( y como tal inútil) en la vigencia de lo hermoso, porque como tal ha de tomarse todo el ritual de leer poesía: el gesto de aceptar y conseguir él libro, el acto de leerlo, el propio hecho de descifrar y adaptar el texto y su complejidad , recoger la profundidad  o expresión de sus significados; todo, todo, es un acto de amor a lo no evidente, a lo extravagante, a lo necesariamente innecesario; por lo tanto es el amor a lo último nuestro que nos va quedando: la libertad, la libertad de amar lo diferente, a la mirada distinta a la vida, al mundo.

AG- En el balcón

KK-Julieta vomitando

AG- Dice que Allen escribiría sobre esto…

….

 

 

 

 

 

lunes, enero 04, 2021

AULLIDO de ALLEN GINSBERG









AULLIDO de ALLEN GINSBERG

 

Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas…

 

Normalmente no  debería escribir esta reseña hoy, porque pareciera que en apariencia, en ganas, texto y tema  no hay nada que me una, a esta hora de la noche insomne, a los versos largos y apretados de Ginsberg; pero ocurre que, al contrario del cadente sabor de la lectura en los libros, estos días he estado oyendo,  AULLIDO, en un audio libro. Lo oí como pude escuchar a Pink Floyd con wish you were here, por ejemplo, o a 13th floor elevators con cualquiera de sus alucinógenas canciones; pero no, con sorpresa, siento que la voz del rapsoda, y con ella la de Ginsberg, me llega ahora de nuevo, a las 5 de la mañana, y aún me resuena, en los oídos, se  me repite, me deja sabor salado en el paladar, me entumece las encías con esa sensación de bomba de ácido, banderas  y de flores que es el libro. Y me quedo con la impresión y la necesidad de que ese  Aullido, por evidente, es para oírlo, es para que repita ese golpeteo de ideas, textos, imágenes, metáforas, de versos libres y escapistas, de pensamientos obscenos y bárbaros, de locuras reales e imaginadas. Todos son para oírlos, saltando por los auriculares, mientras vas posando durante el paseo, como hoy, los ojos en los ríos desbordados, en ramas que bajan violentas por sus cauces, para mirar chicos y chicas que pasan enamorados o cansados, mojados y tensos,  y dejas la mente libre entre los versos de Aullido que te guían para pensar en las nubes rotas, para mojarte, como hoy, con lluvias frías, para empaparte con nieve y barros, para besar estelas y trapos negros, para pensar. Sobre todo para pensar..

….que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera,

que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,

que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York,

que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche,

con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin,

incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo del intertiempo,

 realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn, desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente…

 

…Pensar mientras oyes poesía…, caminos tan buenos como originales, tan largos como corto el trayecto, dejar que los textos te trasporten, -como en   un inframundo maya- acurrucado en las calles de esta población muerta del mundo actual: dejar que te lleven por otros lugares, a barrios donde venden peyote, marihuana y bárbaro alcohol; que te lleven, también,  a espacios  nacidos en los años 60 del XX y que aterrizan en este mundo presente.También me dejan los versos escuchados, -y me llevan- pensar en cuánto durará en las librerías este texto de Ginsberg, texto apologético y reverencial de un mundo pasado, texto peligrosamente incorrecto para estas mentes de lo políticamente correcto, mentes jóvenes que hacen de lo formal, de lo creíble, de los sibilinamente adquirido una realidad única, una censura bastarda, apoyada en un desconocimiento cultural y educativo, brutal; ¿Sobrevivirá Aullido? ¿Sobrevivirá entre sus textos jipis y violentamente libres, entre sus textos sobre la realidad de un momento, de un estado, de una política, de un obsceno paso por el mundo de la libertad, por un sagrado ejercicio de amor literario y carnal, carnal por literario, literario por carnal, sexualmente literario? ¿Sobrevivirá al paso del tiempo, al desinterés por un momento de la vida, de la historia, de la cultura, de la realidad?  Y no solo deberá sobrevivir a  la violenta indiferencia desconocedora del futuro, sino que deberá luchar contra el amor al objeto, a las perfectas líneas cuadradas, a las mentes rectas de los críticos y los poetas de oficio rector que creen que la poesía tiene una única lectura, y que cada una de las lecturas de Aullido debe ser restringida a un momento, a una hora, a un minuto, a un segundo de la vida de  ALLEN GINSBERG. ¡¡Cada verso, señores, debe ser es un callejón sin salida, una pantalla de cine, una calle de sentido único, una barca de pesca con un solo remero!!!

 

 

….que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los callejones de sopa  y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis,

que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor….

 

Creo que Ginsberg y esos que, como él, vivieron una época inflamada de recuerdos, de gestos con un significado, de guiños a un forma de ver el mundo, de formas de pisar la tierra, de fumar las barbas y afeitar la hierba; creo que ellos viven y renacen -renaceran- cada dia en los que cuidamos, respetamos e identificamos ese mundo, extraño sí, porque cada vez está más alejado; alejado en el tiempo y en el color de los zapatos y las luces; creo que debemos, los que sobrevivimos, mirar a esos autores, sus libros y creaciones, viendo, pensando, enseñando,  que son un estado de la poesía, son un paso por esta vida de personas e ideas que crean y viven en algo cercano al mito, a la leyenda. Sí, creo, que todos estos versos viven , y sobrevivirán,  en la leyenda, como un Sísifo que vuelve -insistente, obligado, necesario, brutal- en cada verso oído o leído, y por ello, como todos esos mitos, ellos son y serán  parte viva y palpitante de la interpretación de las personas que a ellos acuden o que en ellos descubren nuevas cosas, nuevos caminos para identificar lo actual o descubrir y repatentar aquel mundo del que habla. Versos que crean leyendas, leyendas que esculpen y escupen poemas, portadas de libros que hacen del recuerdo, del sonido de sus letras y papeles un mundo diferente cada vez que te cruzas con él.

.Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?

¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!

¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!

¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio! ¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!

¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!

¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos rascacielos se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla!...

 

Ciertamente da igual de lo que va AULLIDO, esto no es una reseña, esto no va de eso. Es mi libro y diga lo que diga a otra persona no le parecerá, si también lee a Ginsberg,  que habla de un mundo de locura, sexo, de amor y de política, que habla de manicomios y versos perdidos, que habla de droga y muerte, que habla de violencia y de injusticias.  Supongo porque no habla de eso. O porque la poesía no es para reseñarla, es para decir que la amas, porque… ¿si no la amas por qué ibas a hablar de ella? No se habla de lo que no se quiere, no se habla de amor con quien no te quiere.

 

jueves, diciembre 31, 2020

PEQUEÑOS TRATADOS de PASCAL QUIGNARD

 















PEQUEÑOS TRATADOS de PASCAL QUIGNARD

 

 

Uno se sabe, así que piensa y cree que no puede ser capaz de desnudar o describir, -ni en muchas ni  en pocas palabras- algo que es inefable para él; sabe, también, que todo lo que explica, cuenta, inventa, crea, sacude, exprime o apareja Quignard en este escrito es tan abrumador que te cae como lluvia torrencial y te deja perplejo entre ideas, palabras, saberes y descuentos que no puedes sino cerrar el paraguas y absorber la lluvia, que te empape o que te resbale dejando que te  marque, aunque sea, un ligero rastro de gota o de lágrima o de tinta que  te marque para siempre, como un tatuaje grave y delicado.

Pequeños Tratados que cuestan, a veces, que revelan y ocultan en su potencia de saberes que te dejan pequeño y estrellado entre sus páginas sobre el lenguaje, el habla, la etimología de las palabras; sobre el saber de los libros, del papel, de las imprentas; sobre el saber de los escritores, los filósofos, los escribas o los esclavos; sobre el saber en las verdades, en los olvidos, en la muerte y en los oficios. Pequeños Tratados que hablan del mundo del saber, del conocimiento, que resbalan del pasado al futuro, que nacen heridos de belleza y conocimientos y se mueren entre ese destino que siempre nos llega: la muerte de lo escrito o lo sabido o lq nuestra misma. Pero siempre queda ese abstracto sitio donde sobrevive el saber: los libros. Ahí es donde sobrevive ese recuerdo que se quedó en la raíz o en la impronta del  pasado el presente –lengua, lenguaje, trazos de  músicas, recuerdos, palabras perdidas o  lienzos-. Quedan las figuras sobre los paisajes, quedan las letras sobre el fuego, sobre lo destruido, quedan los nombres y los textos sobre la creación, el nacimiento, el análisis y la muerte.

Quignard apabulla por su conocimiento, pero sobre todo por esa combinación casi mefistofélica o, simplemente, alquímica de poesía, prosa, filosofía, historia, saber, verdad y ficción; apabulla por ese desnudar de palabras y nombres para descubrir su esqueleto inverso, su vida al margen de sus escritos; para encontrarnos con ese travelling literario que te lleva desde la punta de la pluma del escritor medieval o del poeta romano o el escriba egipcio, o de la mano del pintor de Lascaux,y que va ascendiendo por su madera, pluma o carne para llegar a la mente y de ahí a su mundo, a las ideas o creaciones o respuestas a la vida que los rodeaban. El travelling  acaba con un fundido a negro entre letras y textos que vienen del pasado y se diluyen en lo oscuro, en el presente que se acaba.

Uno imagina a Quignard oyendo a Jordi Savall mientras dirige e interpreta, por ejemplo, “El llibre vermell de Montserrat”, golpeando, a veces, como lo hace Jordi su viola di gamba, al modo col legno, Quignard golpearía suave las teclas de su máquina de escribir o de su ordenador para crear textos  e ideas, o haciendo frotar sus cuerdas y papel para sacar el sonido de las palabras, para decidir el modo de decir las cosas, de contarlas y de emparejarlas. Dicen que el sonido del cello es el más parecido a la voz humana; supongo que el modo más atrevido y bello de sacar sonoridad  conjunta a la música y las letras. Así el viejo cellista que fue Quignard hace de los libros justo lo contrario; hace del libro un cello que atrapa los sonidos como un recorrido inverso: el libro es el cello que recoge todos esos sonidos, palabras, recuerdos,  ideas y música que vienen de fuera, que vienen de las cosas que se mueven, respiran o nadan en el mundo, recogidos entre papeles, tintas, inventos, ficciones y verdades por Pascal, en ese intento por demostrar que el mundo giraba mucho antes de que naciera el primer día del primer humano que aún queda vivo; que la vida no responde a facilidades y textos sobrescritos, que no hay papeles con cera ni ventanas abiertas para ver el mundo. A veces los lectores agachan la cabeza y se acurrucan, cerrados como un nuevo círculo fetal para comprender su mundo –o el mundo- asomados a unas páginas en las que se escapa el texto y las ideas y las atrapas como cuando  un pájaro  alza el vuelo y apenas puedes coger un puñado de plumas de las cuales la mayoría se las lleva cualquier ráfaga de viento indiscreto que sopla desde las calles ruidosas de coches y de pisadas de  ciudad. Nadie quiere sentarse para penar o nadie quiere silbar tonadas medievales en estos años de certezas impuestas; pero del mismo modo que las voces de los cantos sacros Medievales parecen escritas en el latín muerto que solo nace y renace en libros, en voces rescatadas; la cultura, los libros, las ideas, la voz, la lectura, el lenguaje, todo nace y muere con cada persona; sí de ese mismo modo, yo releo los poemas de Sylvia Plath y con ellos renace la poetisa de mente febril o nace el ciego escritor cuando leo la Odisea o Perec está sentado a mi izquierda en el último bar que cerré entre humo y vasos rotos, Georges me mira y apunta. Todo vive entre textos, voces, escrituras y recuerdos.

No, no es un libro fácil, pero no tiene razón de serlo, además no debería ser de otro modo, son palabras para recorrerlas, pequeños textos que representan- como manos, impresas, como gacelas cazadas o mamuts dormidos de las cuevas paleolíticas- la representación de lo que en  su  mundo debe ser creído o tomado por sagrado; y debe ser escuchado –o leído- sentado, cerradas la ventanas, la luz encendida y dejando que las hojas-el libro-, ellas solas, sepan que deben ceder el paso a las siguientes.

domingo, diciembre 20, 2020

LA LLAMA DE UNA VELA de GASTON BACHELARD,

 

La imaginación, la creación, el generador de ideas y posiciones , nacen del pensamiento de una sola persona, -sola, individual, en silencio-, quizá de una persona que mira una vela que arde en su mesa, sentada delante de sus papeles en blanco, con su pluma, su estilográfica, su bolígrafo, su máquina de escribir, sentado sin luz, su  nacimiento sin nada, sin nada que salga de su pantalla, es la persona que pudiera  mirar fijamente a la llama de la vela para crear -o leer que también es crear-, esa ensoñación creadora, -recuerdos o sueños o imaginación- ese viaje al fondo del fuego, al fin del humo, al origen del calor; -a la soledad, al ensimismamiento- esa persona que  mira, fija sus ojos en la llama ascendente para que de la nada surjan textos, palabras, imágenes, fantasmas, ecos, muertes y vidas - De la luz salen el destello y la ceguera, ( el cero y el infinito) y sale la sombra y la nada, el sitio de la nada de donde crecerá la imaginación-; sí, de la nada y de lo ciego sale la imaginación; de ahí nacerán cosas en el vacío,  lo oscuro del fondo donde el absoluto vacío  crece hasta que sale de la mente, el mundo de tu mente, de la vela que titila, de la mariposa que vuela hacia su muerte fulgurante de luz, el Ícaro de alas de cera que se funden para crear mitos, verdades y mentiras, y chorrear frases.

Bachelard habla de la Vela, -el fuego , la luz- como síntoma, símbolo y significado; juega con las imágenes y textos, juega con la Idea,  -del mismo modo que se puede cimbrear una llama u ofuscarse y apagar-, juega con la imagen de la vela, como fuente de luz y de sombras; la vela como alumbrador de creación y lectura, la llama como recuerdo, la luz del fuego como parte de la literatura-Boecio, Goethe, Novalis, Octavio Paz…- juega con la poesía y con los textos de aquellos y nuestros; textos que se desprenden de la imagen de luz, de la llama que asciende; esa parte de la literatura  como descifradora del mundo. La llama, que debe destruir para crearse, que se alimenta, como el árbol, en las raíces de tierra, chispa y alimento, para ascender al mundo, para nacer-generarse, regenerarse a cada instante-, para morirse.- Es la llama, es el fuego, los cuales son el oriente y el occidente a la vez.

Crear para destruir, destruir para crear.

El poeta crea criaturas de los animado y lo inanimado, la luz es quien las descubre y las oculta, es, por ello, quien las inventa y las destruye, es el poeta quien acompañado,- como de antiguo, en la luz de las velas, en la luz de donde nace todo, es el aceite de la lámpara o el petróleo o la cera- es el patrón de las cosas que desaparecen, el que guía las velas del barco para insuflar el aliento que las empuje hacia adelante y que apaga las lámparas.

El lector y el creador lee y descubre en soledad, bajo la luz, bajo el fuego, bajo lo que será su luz y su fuego,- mi luz y mi fuego-, será ese momento, y solo ese, el que dirigirá su entendimiento o su creación, será, por lo tanto, lo que creen esas figuras de la llama o de las lámparas las que crearan ese mundo –su o  mi mundo-.. Y en esa esfera de luz y de sombra serán parte, también, del recuerdo, de lo que deja la vida de lo que deja la muerte.

 

 

 

Las ideas van y vienen, los pensamientos, los deseos, las cosas de ese recuerdo que crees importantes ya no lo son y el mundo rueda y se cae, el poder de creer en las cosas creo que es el único poder humano, el que los hace pedazos de mundo diferentes a pesar de todo, lejos de esas tentaciones de creerte diferente entre los que siempre serán tus iguales, el poder creer en algo, en diferenciarlo, te hace nunca diferente, nunca otro ladrillo diferente en el  muro,  nunca, pero sí dueño de tu destino o de tu manera de pensar, de poder precipitarte en el fondo de un abismo, o todo lo contrario, ser parte del grupo; a pesar de todo, -la decisión, el poder de tu decisión, si eres consciente  de ello, si tu manera de ver cómo una llama de vela titila diferente, que un pedazo de vela pequeña, sucia, que gotea su propia muerte, que define y crea su propia vida-, es algo que te hace pensar que hay algo que lo define y que te define, entonces, en ese breve espacio del mundo y del tiempo en el que reflexionas y amas un llama, una vela, un reflejo, una luz apagada, un pasado, una sombra que todo lo ilumina, solo entonces, sabes que tu decisión mala o buena, será solo tuya.

Será tuya del mismo modo que si juegas al juego de decir palabras, simples palabras al azar: cielo, sobrero, tierra, marsupial, estornudo, rupia, mecer…una palabra, una simple palabras te llevará a otro mundo, al mundo del recuerdo, al sabor a chocolate con pan quemado, o al olor de las maderas en el fuego, o al sabor de la sangre de tu labio partido. Una palabra, un recuerdo, una decisión son capaces de crear pasados, recrearlos, renacerlos y hacerlos  de hoy; hacerlos vivos, sacarlos de entre la muerte; del mismo modo una imagen reflexionada, un imagen inventada por otros, un fogonazo de la nada, de esa misma manera te hará ver el futuro de otra forma, reconocerlo, o creer reconocerlo, saber que de entre esas reflexiones inventas tu nuevo mundo, o lo acabas, qué más da. Supongo, creerán , que da igual creer en eso  que en el último creador de autoayuda, que dará igual. Pero no. Unos, los autoayuda, te manda  a cielo alcanzable, a un lugar seráfico y complementario; el otro,  te mandará, al cielo o al infierno, y dará igual, el cielo y el infierno, al final, son el mismo sitio, y esa siempre será la gran diferencia entre los dos.

Oigo, ahora, el directo en Pompeya de Pink Floyd, y no dejo de pensar en los sonidos que se elevan que crean ambiente, arriba, y  abajo todo ese fuego –lava-destructor que destruyó un mundo y creó otro. El continuo generar vida y muerte de la vida, de la literatura, del pensamiento que al final es el paso del tiempo.

El fuego.

La llama.

La nada.

Todo.

 

 

sábado, agosto 08, 2020

PUERTO OSCURO de MARK STRAND




PUERTO OSCURO de MARK STRAND
Editorial KRILLER71
Traducción. Adalber Salas Hernández


“Esta es la vida”, dijo, mientras alcanzaba la primera
De las muchas orillas del mar que buscaba, y se abrochó
El abrigo, y  alzó el cuello y comenzó a respirar.

Mientras buscas el origen de los versos, el latido inicial de la vida de los poemas, como servidor de copas en viejos bares que enseñan lo que fueron, y enseñan y muestran, en cada mancha, en cada rastro, incluso en cada vaso roto, lo que serán. Mientras lo haces, como un viejo ermitaño que ha salido de su cueva para ver el mundo, leo los versos de Strand, y veo que caen como granizos que rompen como en el suelo, saltando mil pedazos de sus escarchas. No sabes si Strand está dibujando el pasado o solo mostrando el futuro. Leo, releo, vuelvo a leer sus poemas, intuyo su mirada, pero pienso que da igual. Estos  poemas son  inmensas moles de piedra que solo son vencidas por el lector, el escalador, cuando raja la montaña, para no caer de sus piedras, con tornillos de hierro, cuando desnuda sus esquinas, para aferrarse,  con las uñas sucias de polvo y agua, así son descubiertos sus poemas cuando pisas sus cimas y cuando destruyes sus nidos de antiguas aves que anidaron allí.
Sus poemas son mis poemas, sus ideas son las mías, mis ideas son suyas, son poemas para nacer y para morir. Son sus poemas que han nacido para mí, sus ideas y las mías  chocan, y del enfrentamiento nacen nuevos poemas, descubres nuevos puentes, o descubres viejas ideas que nacieron mucho antes de nacer nadie, descubres que la poesía de Strand nace para él, pero lo hace para renacer en cada lectura; nacen , mueren… sus poemas son oscuros, pero claros, claros como sus lunas que simbolizan la luz que ilumina en la oscuridad, la luz en la noche… alumbrando… como sus poemas


Quedamos detenidos bajo la luna vacía y no escuchamos
Tañer cuerdas de arpa, ni habla pesarosa alguna
Que nos acerque a lo inalcanzable


Sí… los poemas son como lunas, como rayos de luna que alumbran la oscuridad, no son soles no hay  fulgurante claridad, solo ascuas que siembran el papel de heridas y fuego fatuo y sombras, grandes sombras en las esquinas de los versos que dejan ver resquicios de la verdad, o lo que debió ser verdad….
Son sus poemas como  adagios de recuerdos, de pasados o de futuros que llegaran para acabar;  todo se acaba; los poemas son finales, los principios quedaron lejos, los lugares comunes, que creó el  espíritu del poeta, quedan en la mente, en esos  poemas que reviven las ascuas...esas ascuas….como lo han sido antes, son recuerdos que vuelven. Son adagios con sonido metálico, como con un metódico sonar de fraguas que golpean, como un remolino de martillos que rompen el presente, porque será pasado o será futuro, pero el presente no parece existir, se acabó en ese estruendo de voces pasadas y futuras.

Acabo de decir adiós a un amigo
y me quedo mirando los campos de maíz.
Están quemando los rastrojos y el humo

forma  una gaza sobre el rostro vacío del sol.
A un lado hay una fila de álamos.
Y, más allá,  alguien conduce un tractor.

¿Vive en aquella casita blanca?
Alguien reproduce un casete de pájaros cantando.
Alguien se durmió en una furgoneta de nabos.

Pienso en las posibilidades de la temporada.
¡Oh, pequeñas densidades  de blanco sobre blanco!
¡Oh, copo de nieve perdido en los vestíbulos de abril!

Más allá de la tristeza-restaurantes vacíos
Las calles vacías, mínimas lámparas brillando
sobre el pueblo- solo veo extensiones

de hielo y nieve, sobre los pinos rectos, la luna frígida.

Un profesor se sienta en su mesa y comienza a dictar su saber; el profesor, el buen profesor el que no ha olvidado que sabe para enseñar, es el que muestra caminos, veredas abiertas, puertas derrumbadas o contraseñas de pasos; el poeta, Strand, no habla de caminos cortados, habla de todo lo que cabe en su mente, en ese instante, en esa mirada, en ese paso de la idea por su vida, instantes de horas o lugares que solo estará un minuto…Puertas de inicio, muelles donde partirá el futuro y donde ha fondeado, para siempre, el pasado.

...
Es cierto que, como alguien ya ha dicho, en
un mundo sin cielo todo es despedida.
Sin importar que agites la mano o no


Strand habla, o me habla, o descubre o sabe,  que la vida es un instante en la que las personas pasan y dejan su grito o su halo o su despertar. En sus versos resuena la tristeza,  ecos de momentos,  sonidos viejos, imágenes, olores, saludos, bromas viejas,  echa de menos lugares que han partido, deja pasar los caminos que sabe no va a alcanzar, deja llegar algún presente que le queda en la mente, pero el futuro se dibuja oscuro…

...
La niebla se dispersa. Las montañas mañaneras
se alinean más allá del pueblo sosegado. El venado de patas ligeras baja al cementerio

Y las urracas llaman. Todo está bien


La vida es un discurrir de cosas que han venido desde el pasado, y se disipan en el futuro, acaso no hay nada detrás de este adagio de timbres metálicos, en este discurrir de ideas entre formas de opacas que surgen del cerebro del poeta y se desnudan en el paso de las hojas o quizá, sea,  en el discurrir del pasado del lector,
Strand mueve su vida alrededor de un mundo cerrado donde se acechan animales y hojas, o amores, o vidas vividas o por no vivir, se dispersan ideas que sabrá dios de dónde nacen, y van sembrando el discurrir del libro por los recuerdos, siempre recuerdos que  cesaran  cuando acabe el tiempo: hay padres, madres, hay olvidos, hay paisajes, hay vueltas, y revueltas, hay …


…pero en aquellos días qué sabía yo de los placeres de la pérdida,
Del borde del abismo que se acerca con su siseo
Y sus tormentas, un gran animal acuoso quebrándose contra las rocas;

Esparciendo estrellas de sal, nubes de espuma ruidosa

Nunca sabrás qué has descubierto de él en sus poemas, no sabes si el camino que has recorrido, donde los has encontrado es el centro de su universo o es el tuyo, pero sabrás que has despejado caminos y despeñado piedras y obstáculos, sabrás que la  Porción de Belleza que camina entre sus hojas te alcanza  como explosión de brusca apariencia, casi cortante como un átomo de sabiduría perdido en la vida actual. Sabrás que desde los lugares más recónditos del libro, salen recuerdos, los poemas son recuerdos y anhelos, son los pasos de un poeta por la tierra en un instante en un sitio. Solo sabrás que has perdido un camino y has descubierto otro..


El mundo golpea los libros de poemas como un yunque, los versos están candentes y la vida golpea  con ese martillo que repite el sonido repiqueante, nada sería igual sin la luz del fuego, de los poemas y de las palabras…El futuro llegará, renqueante..


...
Estos son malos tiempos. Idiotas han robado la luz de la luna.
Proyectan su pompa sombría donde se les antoja.
….

Supongo que se cierra el cielo, y la luz alumbra, la luz de la luna en la oscuridad, solo para mostrar caminos que hubieran debido ser poemas. Y los lugares de partida no enseñan el camino solo enseñan el lugar a donde hemos llegado y del que vamos a partir, a ese lugar que desconocemos, a ese tiempo oscuro, a ese destino tan claro inefable como infalible.

domingo, junio 14, 2020

UNA LISTA, LOS 150 MEJORES LIBROS MODERNOS QUE HE LEÍDO




Hubo un tiempo, hace mucho, mucho,  que me importaban las listas de libros y aprendí bastante de ellas, en muchos idiomas, e hice la mía. Ahora la he completado, seguro que con olvidos, pero si a alguien le interesa y le vale para algo...El orden no importa...


  1. CRÓNICAS DE MOTEL DE SAM SHEPARD
  2. CARRETERA HAMBRIENTA DE BEN OKRI
  3. NADIE NOS MIRA DE JOSÉ LUIS PEIXOTO
  4. DICCIONARIO JÁZARO DE MILORAD PAVIC
  5. CIEN AÑOS DE SOLEDAD DE G. GARCIA MARQUEZ
  6. ATLAS DESCRITO POR  EL CIELO DE GORAN PETROVIC
  7. MUERTE DE UN APICULTOR DE LARS GUSTAFSSON
  8. LAS VUELTAS DEL RELOJ NEGRO DE  STEVE ERICKSON
  9. QUIMERA DE JOHN BARTH
  10. EL OTOÑO DEL PATRIARCA DE G. GARCIA MARQUEZ
  11. LOS RECONOCIMIENTOS DE WILLIAM GADDIS
  12. EL LIBRO NEGRO DE ORHAM PAMUK
  13. LA VIDA, INSTRUCCIONES DE USO DE GEORGES PEREC
  14. LECCIÓN DE ALEMÁN DE SIGFRIED LENZ
  15. POEMAS COMPLETOS DE PABLO NERUDA
  16. TALLO DE HIERRO DE WILLIAM KENNEDY
  17. CATEDRAL DE RAYMOND CARVER
  18. EL NADADOR Y OTROS CUENTOS  DE JOHN CHEEVER
  19. LAS COSAS QUE LLEVABAN LOS HOMBRE QUE LUCHARON DE TIM O'BRIEN
  20. CUENTOS COMPLETOS DE GRACE PALEY
  21. EL BEBEDOR DE VINO DE PALMA DE AMOS TUTUOLA
  22. SI UNA NOCHE DE INVIERNO UN VIAJERO... DE ITALO CALVINO
  23. EL RELOJ DE ARENA DE DANILO KIS
  24. DEL INFIERNO DE GIORGIO MANGANELLI
  25. EN NADAR DOS PAJAROS  DE FLANN O'BRIEN
  26. ARIEL DE SYLVIA PLATH
  27. AL FARO DE VIRGINA WOOLF
  28. TEXACO DE PATRICK CHAMOISEAU
  29. LA MUJER DE LA ARENA DE ABE KOBO
  30. LA NOCHE EN CUESTIÓN DE TOBIAS WOLFF
  31. ONCE MANERAS DE SENTIRSE SÓLO DE RICHARD YATES
  32. EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS DE DINO BUZZATI
  33. LA MARCHA  RADETZKY DE JOSEPH ROTH
  34. YO SÉ POR QUÉ CANTA EL PAJARO ENJAULADO DE MAYA ANGELOU
  35. EL HURGÓN MÁGICO DE ROBERT COOVER
  36. EN EL CAMINO DE JACK KEROUAC
  37. ESA POLILLA QUE DELANTE DE MI REVOLOTEA DE OLVIDO GARCÍA VALDES
  38. POEMAS A LA HORA DE COMER DE FRANK O'HARA
  39. LAS TIENDAS DE COLOR CANELA  DE BRUNO SCHULZ
  40. SANATORIO BAJO LA CLEPSIDRA DE BRUNO SCHULZ
  41. SUTRA DEL RIO DE GITA MEHTA
  42. UN MUNDO PARA JULIUS DE ALFREDO BRYCE ECHENIQUE
  43. CRÓNICA DE LOS POBRES AMANTES DE VASCO PRATOLINI
  44. POETA EN NUEVA YORK DE F. GARCIA LORCA
  45. POESIA DE KARMELO IRIBARREN
  46. PORNOGRAFÍA DE WITOLD GROMBOWICZ
  47. EL RUIDO Y LA FÚRIA DE WILLIAM FAULKNER
  48. POESÍA DE ROGER WOLFE
  49. POESIA DE PIERRRE REVERDY
  50. BODAS EN CASA DE BOHUMIL HRABAL
  51. LA CAMPANA DE CRISTAL DE SYLVIA PLATH
  52. LA MUERTE DE VIRGILIO DE HERMANN BROCH
  53. LA MODIFICACIÓN  DE MICHEL BUTOR
  54. LOS ANILLOS DE SATURNO DE W.G. SEBALD
  55. AUSTERLITZ   DE W.G. SEBALD
  56. POESIA COMPLETA DE ANTONIO MACHADO
  57. PAISAJE PINTADO CON TÉ DE MILORAD PAVIC
  58. EN EL LAGO DE LOS BOSQUES DE TIM O´BRIEN
  59. LA BALADA DEL CAFÉ TRISTE DE CARSON MCcULLERS
  60. LA MANO DE LA BUENA FORTUNA DE GORAN PETROVIC
  61. PEDRO PÁRAMO DE JUAN RULFO
  62. INDUSTRIAS Y ANDANZAS DE ALFANHUÍ DE R. SANCHEZ FERLOSIO
  63. ESPACIO DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
  64. EL PUENTE DE HART CRANE
  65. POEMAS DE ÁNGEL GONZÁLEZ
  66. POEMAS DE CHICAGO DE CARL SANDBURG
  67. EL HOMBRE INVISIBLE DE RALPH ELLISON
  68. LA BELLEZA DEL MARIDO DE ANNE CARSON |
  69. LA CALERA DE THOMAS BERNHARD
  70. EL JARAMA DE R. SÁNCHEZ FERLOSIO
  71. SOBRE LOS ACANTILADOS DE MÁRMOL DE ERNST JUNGER
  72. EL GATOPARDO DE TOMASI DI LAMPEDUSA
  73. POEMAS Y ANTIPOEMAS DE NICANOR PARRA
  74. CHICO NEGRO DE RICHARD WRIGHT
  75. OBRAS COMPLETAS DE STANISLAW LEM
  76. PERORATA DEL APESTADO DE GESUALDO BUFALINO
  77. EN EL CORAZÓN DEL CORAZÓN DEL PAÍS DE WILLIAM GASS
  78. CUNA DE GATO DE KURT VONNEGUT
  79. TRAMPA 22 DE JOSEPH HELLER
  80. ESPADAS COMO LÁBIOS DE VICENTE ALEIXANDRE
  81. TODO SE DESMORONA DE CHINUA ACHEBE
  82. LA MUJER ZURDA DE PETER HANDKE
  83. HELADA DE T. BERNHARD
  84. POESIA COMPLETA DE V. MAYAKOVSKI
  85. CUENTOS COMPLETOS DE FLANNERY O'CONNOR
  86. LAS DIEZ MIL COSAS DE MARIA DERMOUT
  87. EL GALLO ROJO VUELA HACIA EL CIELO DE  MIODRAG BULATOVIC
  88. PREGÚNTALE AL POLVO DE JOHN FANTE             
  89. UNA MUERTE EN LA FAMILIA DE JAMES AGEE
  90. LOS DETECTIVES SALVAJES DE ROBERTO BOLAÑO
  91. 2666 DE ROBERTO BOLAÑO
  92. CONFABULARIO DE JUAN JOSÉ ARREOLA
  93. ZEN Y EL ARTE DEL MANTENIMIENTO DE LA MOTOCICLETA de ROBERT M. PIRSIG
  94. EL MIRÓN DE ALAIN ROBBE GRILLET
  95. EL TÚNEL DE ERNESTO SÁBATO
  96. EL CORAZÓN ES UN CAZADOR SOLITARIO DE  CARSON MCcULLERS
  97. CUENTOS DE KJELL ASKILDSEN
  98. ALFABETO DE INGER CHRISTENSEN
  99. ESO DE INGER CHRISTENSEN
  100. AULLIDO DE ALLEN GINSBERG
  101. LA CARRETERA DE CORMAC MCCARTHY
  102. NOCHES EN EL CIRCO DE ANGELA CARTER
  103. POESÍA ESCOGIDA DE WILLIAMS CARLOS WILLIAMS
  104. POESÍA REUNIDA DE WALLACE STEVENS
  105. POEMAS DE THEODORE ROETHKE
  106. POESÍA DE CESAR VALLEJO
  107. TRILOGÍA DE AUSCHWITZ DE PRIMO LEVI
  108. HIJOS DE LA MEDIANOCHE DE SALMAN RUSHDIE      
  109. VIDAS MINÚSCULAS DE PIERRE MICHON
  110. SALIR A ROBAR CABALLOS DE PER PETTERSON
  111. ZAZIE EN EL METRO DE RAYMOND QUENEAU
  112. LA PLAZA DEL DIAMANTE MERÇE RODOREDA
  113. CENTURIA DE GIORGIO MANGANELLI
  114. EL MAR DE LAS SIRTES DE JULIEN GRACQ
  115. LAS LUNAS DE JÚPITER DE ALICE MUNRO
  116. EL TIEMPO DE NUESTRAS CANCIONES DE RICHARD POWERS
  117. TRES MUJERES FUERTES de MARIE NDIAYE
  118. EL CAMINO A LA CAPILLITA de LOUIS PAUL BOON
  119. EL DIARIO DE HAMLET GARCIA de PAULINO MASIP
  120. EL REGRESO de ALISTAIR MACLEOD
  121. EL GENERAL DEL EJERCITO MUERTO DE ISMAIL KADARE
  122. UN PINTOR DE HOY DE JOHN BERGER
  123. CAMINO DE SIRGA de JESÚS MONCADA
  124. EL CAFÉ DE LA RANA DE JESÚS MONCADA
  125. LA CRIPTA DE INVIERNO de ANNE MICHAELS
  126. PIEZAS EN FUGA de ANNE MICHAELS
  127. MINER’S POUND Y EL PESO DE LAS NARANJAS DE ANNE MICHAELS
  128. LOCOS,  UNA COMEDIA DE GESTOS de FELIPE ALFAU
  129. LA COSTA DE LOS MURMULLOS DE LIDIA JORGE
  130. MEMORIA DE ELEFANTE de ANTÓNIO LOBO ANTUNES
  131. MANUAL DE INQUISIDORES DE A. LOBO ANTUNES
  132. SOBRE LOS RIOS QUE SE VAN DE ANTÓNIO LOBO ANTUNES
  133. TERCER LIBRO DE CRÓNICAS DE ANTÓNIO LOBO ANTUNES
  134. LA MUERTE DE CARLOS GARDEL DE ANTÓNIO LOBO ANTUNES
  135. EL ORDEN NATURAL DE LAS COSAS de ANTÓNIO LOBO ANTUNES
  136. EN LA ORILLA DE RAFAEL CHIRBES
  137. CÓMO SER PERFECTO, RON PADGETT
  138. NOSTALGIA DE MIRCEA CARTARESCU
  139. BARRIO DE GONÇALO M. TAVARES
  140. LAS BODAS DE PENTECOSTÉS DE PHILIP LARKIN
  141. VILLA AMALIA de PASCAL QUIGNARD
  142. FOTOCOPIAS de JOHN BERGER
  143. EL ESPÍRITU ÁSPERO de GONZALO HIDALGO BAYAL
  144. YO IBA A SER HOMERO, PAULO LEMINSKI
  145. UN CONEY ISLAND DE LA MENTE de LAWRENCE FERLINGHETTI
  146. RIMBAUD EL HIJO DE PIERRE MICHON
  147. GILEAD de MARILYNNE ROBINSON
  148. APRENDER A REZAR EN LA ERA DE LA TÉCNICA DE GONÇALO M. TAVARES
  149. LAS SOLIDARIDADES MISTERIOSAS de PASCAL QUIGNARD
  150. LA ISLA DE LA TORTUGA DE GARY SNYDER
  151. (150+1) EL HÚSAR EN EL TEJADO DE JEAN GIONÓ


Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...