EL DIARIO DE HAMLET GARCÍA de PAULINO
MASIP
1ª edición en 1944
Edtral: Círculo de lectores 324 pág.
Empezaré poniendo las cartas boca
arriba, toda la baraja, y así diré que éste es el mejor libro
escrito por un español en el siglo XX que he leído. Nada, nada de
nada, se acerca a la construcción total que se desprende en cada
una de sus páginas. Y me da rabia, que sea por su
condición de escritor republicano exiliado, sea porque no aparece
en los libros de texto, ni en los comentarios de sabios lectores y
críticos, sea porque la última edición de esa novela sea de hace años, sea por lo que sea, o por todo eso, su nombre y esta obra
pertenezcan sólo a no sé bien cuántos lectores, pocos supongo si
es correcta la pequeña encuesta que he hecho a mi alrededor y donde
he visto que nadie conocía a este autor -o se observa también
viendo una simple búsqueda en google-, hay pocos, y sobre todo en este tiempo, que hayamos tenido la suerte
de que cayera en nuestras manos.
Hamlet García es un filósofo, es un
profesor ambulante de metafísica, sin cátedra ni carrera, dueño
sólo de su mente y sus actos, los cuales están bajo el dominio
absoluto de sus reglas filosóficas. Nada debe escapar a lo que él
siente como la manera correcta de actuar, si ello pasa el mundo se
le viene abajo -al menos por unos instantes- y hasta el cuerpo se le
descompone cuando las cosas se alteran. Éste es el diario de los
días anteriores y posteriores al comienzo de la Guerra Civil en
Madrid, de las cuitas y los problemas que le provocó esta situación,
pero también de la vida y reacciones de las gentes en aquellos días.
Es el mural expresivo de unos momentos concretos de la historia de
España, mirados desde la mente de un filosofo que se aparta de
todo, que ve las cosas desde la distancia , sin tomar partido. La
política y sus reacciones, la guerra y sus contendientes son ajenos
a su lógica mental, los observa y analiza con un bisturí afilado
con neuronas. Pero de esa misma forma, esas cosas que tras pasar por
el filtro de su mente se convierten en actos y reacciones concretas,
se le vuelve ariscas o reaccionan en su contra para dejarle a veces
en ridículo -en una especie de jocosa reacción- y otras veces le
enturbian el alma y el cuerpo hasta convertirse en un disfraz de si
mismo, en una marioneta con cerebro, y algunas otras veces son
refuerzo para superar sus trances más oblicuos. Todas esas
situaciones, algunas veces políticas, otras bélicas, morales
filosóficas, mentales, o del discurrir cotidiano de la vida, o de su
relación con las mujeres, las escribe en su diario, las disecciona
y las analiza, hasta discute consigo mismo, se avergüenza, se
destruye y se reconstruye, se alivia y se sostiene, se levanta y cae,
ironiza y descarta, critica y despedaza, se lava y se hunde en la
basura. Todo aparece en sus textos para mostrar un río de cauce
amplio donde se encuentra el humor y la política, el desasosiego y
la esperanza, la pulcritud y la moral, lo querido y lo prohibido.
Pero es la guerra lo que predomina en
su diario y en sus pensamientos. Esa guerra que Hamlet la ve cerca
físicamente, pero mental y filosóficamente, lejos. Lejos toda la
crueldad, espanto y desconcierto que asoló aquellos días España y,
en este caso, Madrid. Él mira eso días, esos movimientos, el ir y venir de guerra y muerte, de luchas y muerte, los ve de manera casi científica, se
extraña de sus motivos, las actuaciones y sus resultados, pero los intenta comprender
no solo desde un punto visa ético sino que también personal.
Estudia, oye y comprende a las personas con las que habla, sean de un
bando o de otro, acepta o rechaza actos y palabras por no ser acordes
con la razón pero no por ser de una parte u otra. Por ello, no cae en
el fácil acto de tomar partido, solamente ve las situaciones y se
horroriza o las comprende como actos contra el mundo y contra España
en este caso. Pero de la misma forma esta novela no es, o no sólo
es, una novela sobre la Guerra Civil en España sino que es una
novela sobre todas las guerras y todas las victimas y todos los
combatientes, sobre todas las familias, gentes, víctimas, heridos, culpables, vencidos, sobre las ciudades, sobre las
políticas y las mentes que han estado y estarán en todas las
batallas que han habido y habrán.
Las líneas del diario se van rellenado
de personajes diversos: desde la mujer de Hamlet, hasta su criada, o
sus alumnos o cierta prostituta, o su primo militar sublevado, ademas
de los mas diversos personajes (porteros, camareros, soldados,
profesores,...) que va encontrando en sus peregrinajes por Madrid de
aquellos días ... Todo son analizados, inspeccionados, pensados y sentidos por su pluma. Y, bajo el abrigo de su escepticismo, se adivina una perplejidad por el
mundo y sus reacciones, pero sobre todo una comprensión ligada con
su moral y su alma filosófica, que los cubre a todos, para
entenderlos y por ello amarlos o criticarlos, pero desde su
inabarcable sentido ético. A veces un poco despistado...
No creo haber podido plasmar todo lo
que enseña el libro, no he abierto todos los cortinajes ni levantado
todas las persianas, para poder mostrarles un sentido del humor un
poco descabellado, una crítica a los sublevados y las reacciones de
los republicanos, o su extraña manera de relacionarse con las
mujeres, y muchas cosas más...Pero, sépanlo, éste es un libro
soberbio .
Añádeme en tu encuesta como una más que no conocía a Paulino Masip :( Pero será de forma temporal porque voy a buscar este libro (¡soberbio!) hasta que me encuentre con él sí o sí.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Ana.
ResponderEliminarEl libro aunque parezca extraño lo tienen en stock en casadellibro, pero si quieres te puedo dar la dirección de la página de segunda mano donde suelo comprar, también hay.
En cuanto al libro, espero que te guste, cuando lo leas, tanto como a mí, me ha recordado los tiempos cuando de niño leía "los cinco" y tenía que echar el libro encima de un armario, donde no alcanzaba, para no leerlo en una hora. Ëste lo mismo... lo he leído despacito, degustándolo, con pena que se acabara.
un abrazo
Gracias Wineruda, lo miro en la casa del libro. El añadido de "los cinco" es un extra en las ganas que ya me habías insuflado ;)
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también lo anoté y lo he pedido a una librería de segunda mano en Argentina. Parece increíble que un millón de muertos, no hayan producido más que un puñado de estas joyas hechas letras (no lo dudo pues sé que Win sabe de lo que habla). Hay enormes tostones como ustedes califican a esas obras históricas de uno, dos o tres tomos ( José María Gironella por ejemplo), pero pese a su gravedad y estudio escrupuloso de la tremenda matanza entre hermanos, libros, centenares de ellos consagrados a hechos históricos los que aún con el dolor y las lágrimas con el que puedes leerlo, no alcanzan para soportar más que para una nueva información de anécdotas, fechas, batallas, y quedan allí como piezas de bibliotecas muy cuidadas a los que pocos acudirán andando el tiempo.
ResponderEliminarPero a mi juicio, las grandes novelas sobre esta inmensa tragedia UNIVERSAL debes buscarla en Mercé Rodoreda, asombrosamente en un escritor y ex marine panameño , Douglas Day . Ana María Matute, los nuevos que han irrumpido con fuerza como Javier Cercas y Manuel Rivas, está Cela por allí y no opino sobre su pensamiento político y hasta el bastardo asesino de Hemingway con su soportable “Por quién doblan las campanas”. Se me escaparán varios sin dudas, pero al juntar los maíces se verá que caben en una mano.
Espero con ansias leer a Paulino Masip y escribir nuevamente.
Un fuerte abrazo
Espero tu opinion en cuanto la leas ;)
Eliminarme has dejado mosqueado con Dougas Day, voy a investigarlo :):)
un abrazo
Bueno, he leído tan solo de este Douglas Day , hacen unos 30 años estimativamente, su libro " El viaje del lobo". En este libro se narra el regreso de un exiliado a su España amada, y sabe que si le atrapan le fusilaran. Cruzando los Pirineos desde Francia, se encuentra con un visitante o turista americano que le transporta en su auto, a cambio que le cuente las batallas y los hechos en los que participo. Esto en lineas generales. Creo recordar que sin ser una obra maestra, es un libro bien escrito con un final tragico. Lo edito Pomaire , y le he citado pues entre los recuerdos de tantos escritores españoles sobre la guerra civil -nadie como ellos para hablar de esta desgracia de la humanidad- se me aparece este panameño que al parecer es una especie de mosca en la leche. En fin que si no le hallas y quieres leerlo, ya sabes que me lo dices y desde Argentina seguro que encontrare uno para ti.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
¿PD/ Donde demonios estçan los acentos en cambio de la G portuguesa.¨¨¨¨
He dicho G portuguesa y no es así, se llama cedilla...bueno que estoy dormido, ya sabes donde voy tan temprano.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDe puta madre! esta entrega de calidad superlativa como a la que nos tiene acostumbrado Win. Aunque en realidad no tengo pruritos en decir malas palabras de vez en cuando, este “de puta madre” es una expresión corriente en mi país, con la cual se quiere resaltar, magnificar algún hecho, escrito, acción o hasta una simple jugada brillante de fútbol u otro deporte, y está totalmente aceptada por toda la sociedad que entiende que con ella no se pretende enlodar el buen nombre y honor de una madre. ¿Entonces por qué no poner la terminología descrita anteriormente? Pues, por que no. Porque este bistec que nos ha cocinado Win, sencillamente es de Puta madre.
ResponderEliminarLa Guerra Civil Española fue el resultado de un profundo cisma de extrema violencia en la coexistencia de una sociedad traspasada por múltiples líneas de fractura interna. Por eso mismo sigue demandando la contemplación calma e inquisitiva de los escritores para tratar de explicar tanto su origen como su marcha tangible y la consumación terminal Para un extranjero que no tiene otra cosa que cientos de libros escritos luego de la pos guerra, y como en el caso de Paulino Masip en el exilio durante la misma, no puede jugar con la carta ganadora, ya que no conoce en profundidad el alma de aquellos españoles de uno y otro bando. Uno que ha vivido estos estragos hechos por el fascismo argentino envuelto en traje de militares galardonados en guerras utópicas, en mi caso al menos me ha permitido sacar conclusiones muy fuertes y lloro por todas la muertes porque la guerra al fin de cuentas es el engaño más monstruoso que puede exhibir la condición humana. Por supuesto que tengo tomado partido por una de las ideas que fraguaron este horrible cataclismo, pero ello se encuentra sepulto en mi interior y no posicionar públicamente mi opinión por respeto al millón de muertos que desgarró a la madre patria.
Esta historia de la cual Win hace la apología de la perfección, como todo en lo que se inmiscuye en materia de literatura del tipo no convencional, quizás por identificarla malamente y darle un nombre que otro no se me ocurre.
Hamlet García está solo en la capital española puesto que su esposa e hijos se encuentran veraneando en Ávila. Es en ese tiempo que intuye que “algo está pasando”. Y aunque no parece muy interesado ya que él se encuentra por encima de las pasiones de los hombres. Pero Hamlet un hombre sencillo y allá en Madrid ve correr los tiempos del conflicto al principio con cierta indiferencia, si cabe el término. Pero hechos triviales como el observar el fervor de su analfabeta criada que se incendia ante el discurso de la Pasionaria, que se reúne con jóvenes armados, que se reúne para lograr su plenitud física con una puta que vale la pena estudiarla con mayor detenimiento, que observa la defensa que hace uno de sus alumnos del aula de Metafísica, que todo pasa por delante de su vista como una película grotesca como cuando tiene la visión de unos milicianos que pagan en un restaurante la comida de unos famélicos, asunto que analiza con su filosofía de vida y saca conclusiones que el lector debe admirar sin reservas. Y así sucesivamente Hamlet García , un perfecto don nadie se transforma en un observador de la miseria moral con la que se mueven los hombres de esa guerra para la cual no tiene respuesta. Realmente en estos momentos me resulta difícil explicar ese puñado de emociones que desborda por el espíritu compungido del lector, con las que Paulino Masip te atenaza y mueve a su personaje en un festival tremendo de literatura , tal vez pueda llamarse histórica, pero que ingresa a tus tripas envuelto en banderas de gloria y de horror.
José
EliminarEs un libro para leer con la curiosidad del que no conoce la guerra, y la perspicacia del que sabe cómo son las guerras. Es un libro para leer sobre la no guerra, y para leer sintiendo las bombas, es la historia de los hombres sin futuro y de futuros sin hombres. Es la historia del mundo.
Un abrazo
gracias
Win: En realidad mi comentario caminaba por otros arcenes de la ruta del libro, más cuando vuestro sistema me ha detenido el carro y me ha indicado que no debo excederme de tantas y cuales palabras, he tenido que trozar, mutilar, suprimir, comprimir y obtener de todas esta maniobras titiriteras unas lineas que es justo reconocerlo, no me han satisfecho. A todo ello agrégale que lo le leído en cama durante dos días de un tirón, y aunado a mi trágica pérdida de memoria y otras coyunturas que conoces, el comentario no es ciertamente como el que había plasmado originariamente. Es un recorte, copia y pega que ha dado esto y nada más. No quiero que entiendas que he querido mejorar tu análisis o cosa parecida, me conoces y sabes de mi lealtad, solo he alcanzando lo que has podido leer, pero mi interior sabe bien y lo sabrá mejor luego de su próxima segunda lectura, la intensidad en forma de letras que Paulino Masip nos ha entregado. Un abrazo.
ResponderEliminarHola José
ResponderEliminarSiento lo de que te haya hecho cortar tu escrito. Si así es más que interesante, si hubieras sido completo sería brutal(de bueno)..
Mándamelo al mail y punto jajaj estoy deseando tu crítica, la que más espero.
abrazos