BAJO EL TECHO QUE SE DESMORONA de GORAN
PETROVIC
1ª ED. 2010
Edtr. Sexto Piso 172 Pág
Trdct. Dubravska Suznjevic
El techo se desmorona sobre todo lo que
fue Yugoslavia allá por la época de la muerte de Tito, el poderoso,
el férreo poseedor del poder absoluto. El mariscal. El Lider. Todo
se desploma sobre los hijos atónitos deseosos de libertad o
huérfanos del Padre de la patria, el que dirigía sus días, horas,
segundos. Y los poderes cambiaron de manos, los cines de dueños, los
comunistas se hicieron de derechas, los antiguos hermanos eran
enemigos, los único en común de todos aquellos pueblos era la
muerte, el aguacero de muerte que empapaba todo, igual que cae una
lluvia fina de escayola cuando el techo se va desmoronando y lo cubre
todo sin miramientos y sin posibilidad de escape.
Goran Petrovic utiliza el microcosmos
de un cine para, por un lado, contar la vida de Yugoslavia en el último
siglo y, por otro lado, utilizar los caracteres y condición de los
espectadores de la sala para contar como era esa sociedad, los mundos
ínfimos de la vida intima de cada uno de ellos o el universo de la
vida en la ciudad y, por lo tanto, en ese antiguo país. A veces
utiliza la ironía, incluso el desdén o, directamente, la chanza,
para descubrir a personajes aduladores con el poder, comunistas de
mano fácil, borrachos de pleno acuerdo, muchachos rebeldes,
profesores sabelotodos, camorristas, chicas de amor fácil, botarates
de tomo y lomo, gitanos ilusos, acomodadores venidos a menos... Todo
un firmamento de personajes únicos, de los que cuenta su origen, su
vida y su futuro, todo, incluso este último ligado con nudo prieto
al de sus país y todos sus aconteceres. En cambio utiliza el cine,
el edificio del cine, para contar lo que no tiene futuro, cuenta su
esplendoroso pasado, su presente derruido y su futuro sin horizonte,
así como, ligado a él, la historia de sus propietarios, la
decadencia tanto de todos ellos, hasta cuando fue propiedad del
estado socialista. Con el cine cuenta la historia de Yugoslavia, con
los personajes, lo que les esperaba a sus habitantes.
No sé si pretendido o no pero Goran
Petrovic comienza el libro de una manera descriptiva, casi sucinta,
hablando de personas, momentos y cosas de manera cercana a la
pulcritud, al menos para mí manera de entender su forma de escribir,
para luego dejar libre su pluma, y narrar después de la noticia de
la muerte de Tito, de una forma libre, original, dejando que deje
volar la imaginación, poética en algunos momentos, sea con
instantes dulces o casi simbólicos, sea en los momentos más crueles
en donde la mordacidad y la sorda tristeza supura por sus letras, o
sea con los momentos de alegoría que describen el porvenir de los
personajes de forma entre surrealista o hiperrealistas . Puesto que
sí, al final “Bajo el techo que se desmorona” es una novela
alegórica, sobre un país, una sociedad, unos habitantes, un momento
de la historia en los que todo cambiaba parecía que todo se hundía,
y se hundió, en los que todo parecía querer huir, saltar las
puertas, los muros, las fronteras, para encontrar una forma de
escapar, a veces del país a veces de la forma de vida. Donde nada,
lo sabían, iba a resultar lo mismo cuando cayó el comunismo.
Goran Petrovic es, para mí, uno de los
grandes genios ocultos de la literatura europea actual, su forma de
escribir, de contar las cosas, es diferente a la de la mayoría de
los escritores actuales, no se parece a ninguno contemporáneo que yo
conozca. Sus juegos con las imágenes bellas, su coqueteo con la
poesía, el atractivo de sus imágenes sean alegres o no, el
contenido de sus libros, son armas suficientes para recomendar leer
cualquier libro que les caiga en las manos de este señor serbio.
Wineruda
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