jueves, enero 28, 2021

LOCOS. UNA COMEDIA DE GESTOS de FELIPE ALFAU


LOCOS. UNA COMEDIA DE GESTOS de FELIPE ALFAU
Locos. A comedy of gestures 1936
Trdc. Javier Fernández de Castro




Siempre me ha parecido que las posibilidades que ofrece un libro son las que dan o quitan valor a su contenido; así una novela en la que las posibilidades de, pongamos, lectura, resolución, planteamiento, análisis, solución, o estudio sean una o pocas , para mi manera de entender la literatura, deberá ser de inferior calidad a una en el que sean muchas o infinitas. Todas las posibles lecturas llevarán rutas, ideas, soluciones diferentes: el lector elegirá bifurcaciones, sondeará caminos, comprobará soluciones, satisfará dudas, planteará problemas, dará respuestas según las posibilidades que el libro le ha dado. Así un libro se multiplica hasta el infinito. Y en el concepto de “posibilidad” incluyo tanto el contenido profundo, como la propia prosa o la estructura de la obra, todos ellos agentes primordiales en la riqueza literaria de un texto. Una obra en la que prime la prosa sobre el contenido o exactamente lo contrario encorsetará tanto la composición literaria como unas anteojeras aplicadas a una mente humana. En esta novela de Felipe Alfau todos los mundos, todas las visiones, todas esas posibilidades están abiertas. Si no llevas una lectura atenta -y sospecho que aun así- te perderás detalles, sorpresas, soluciones e ideas que el escritor ha puesto como jalón de un itinerario trazado a golpe de bisturí: cortante, incisivo y directo.


Felipe Alfau es un escritor español que emigró a Estados Unidos a principios del siglo XX, adoptó el inglés como lengua literaria y escribió muy poquitas obras con, en principio, escaso éxito. Suele pasar... en el destino de muchos escritores sin un apoyo definido en la “industria”. Un paria en un país de ricos en influencias, una cara más en el paseo de los “sin-nombre”. Sin embargo esta novela es rica en todos esos detalles que han sido loados y amados y reiterados y aplaudidos por los críticos en novelistas incluso muy posteriores a él. Todo lo que quieras buscar como perteneciente a la novela “postmoderna”, aparecerá en este libro: experimentación en el narrador, metaficción, fragmentación de la realidad, subjetividad... Un prodigio temprano, olvidado durante años para que en 1990 fuera nominada al National Book Award. Estupideces del destino.


Y.. ¿Qué es Locos. Una comedia de gestos? Pues es un libro sobre España, pero no sólo para España evidentemente. Es una mirada entre ácida, triste e irreverente sobre las características de la vida en aquella época: sobre la enseñanza ridícula, cargante y católica, sobre la moral estricta y vacía, sobre la policía inepta, sobre la familia, sobre los pedigüeños, sobre los curas, sobre la muerte como modo de vida, sobre poetas muertos por la abundancia de la primavera... Es un mundo inmenso nacido del microcosmos de un bar de Toledo llamado “ Café de los locos” donde el narrador ve la posibilidad de que todos los habituales del bar sean elementos y protagonistas de una novela, de esta novela. Y así todos ellos aparecerán en la novela, en diferentes términos y momentos, participantes de historias en las que serán meros comparsas o elementos principales. Pero que a modo de puzzle extremo, o quizás debería decir a modo de investigación detectivescas deconstruida, es decir elementos individuales, solitarios, que van recomponiendo una historia que en principio sólo se supone sugerida, real pero partida por una confusión de términos, personajes ambivalentes, nombres que se confunden debido que a veces son una cosa y otras veces otra. Así la “Lunarito” será hija, amante, criada, prostituta, asesina, acosadora, o “García” será pobre o colaborador de la policía, o poeta muerto de mucha vida: o Gastón será hijo, hermano incestuoso, ladrón, o, por ejemplo, Carmen, será hermana, monja... Todo un mundo de soluciones, personajes que se acercan y alejan, de historias que se solucionan, que se explican, y que tienden a reunirse como por efecto de la atracción de un agujero negro a los planetas que se le acercan, para devorarlos, pero en este caso para masticarlos, deglutirlos y devolverlos convertidos en una historia completa, circular y magnífica sobre la vida, sobre arte, sobre literatura de la buena , esa que aunque sea escrita por un hombre con riesgo de ser olvidado, es tan digna o más que la de los escritores de alto copete, títulos nobiliarios o amantes de papel con brillo y brillantes, de esos de revista.





8 comentarios:

  1. y la lista?, fácil es desviarse.
    Sdos.

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    1. Cierto es, querida Selva, pero ya llevo dos y he leído, afortunadamente, algo más que lo que reseño; así y todo la masa de libros que se me acumula creo que es parte de la culpa por lo que leo menos, me irrita que dejen en segunda manos libros del todo interesantes, a precios ridículos y los tengo que salvar, uno tiene complejo de salvador y no sabe a qué libro atender primero.
      Por cierto, hago notar que su contacto profesional con sus alumnos ha hecho mella en usted, y que comienza a pecar de esa economía del lenguaje a la que ellos son tan proclives, y que no es, como bien sabe usted, plato de mi gusto. Ese "Sdos" y esa ausencia de signo de interrogación, suena más a Whatsapp que a usted querida Selva . :)
      Cuídese de las economías del lenguaje, no son buenas consejeras ;)

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    Quel inconstant que l'homme!
    "Un sujet merveilleusement vain, divers et ondoyant que l’homme. Il est malaisé d’y fonder jugement constant et uniforme", Michel Eyquem de Montaigne
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    Describe un comportamiento respecto de los libros asimilable al de un refugio de perros. Me gustan los perros, me gustan algunos Libros, cada vez menos los libros y más los perros, pero los perros no son libros, menos aún "esos Libros". Recomendaría salvar los libros en general pero no quedárselos, se regalan a quienes otorguen la certeza de cuidarles = apreciarles. Por ahí alguno es de esos Libros pero no cabe duda que serán la excepción. No hay tiempo por lo que se queda solo aquello a lo que volvemos una y otra vez, caminamos en círculo, el alpha y el omega. Los clásicos de Arthur, no es por ser reiterativa, pero se sabe que ...
    Cuide a esa España, se desgrana.

    PD Acerca de Roderer, es adoptable, apenas 100 hojas, se queda. Los cuentos de amor y muerte de Quiroga se quedan. Algún Onetti no se va. El bardo queda. Spinoza, Yourcenar, Razzine, Goethe, los rusos, Woolf, Chesterton, Swift, Ingenieros, Eliot, Cortazar, ... y Borges, Borges, Borges.

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    1. Bai eta Alfertasuna, askoren hondamendia. ¡hori da!
      Yo soy más partidario de romper las reglas, creo, como dicen los situacionistas, que ya es tiempo de dejar de movernos en círculos, o en ochos, y desviar el movimiento o las rutinas o acaso las formas, como en aquella película de Debord donde arrastran un hielo por la ciudad, acaso por los caminos de siempre, pero este va desapareciendo, como un perrito que se deshace en su cadena. EL hielo limpia y desaparece, enfría y muere, supongo que, en contra de los zen, somos hielo: agua, pero congelada. Hacer lo mismo, pero de más formas supongo que es nuestra condena.
      Tengo el libro de Guillermo Martinez desde hace tiempo, cuando una antigua amiga bonaerense me lo recomendó encarecidamente, junto con Sudeste de Conti, es más tengo la primera edición , mandada desde los puertos de por allá, o aeropuertos, a saber. Pero he leído a Conti, pero no a Guillermo, Martinez.
      Lo haré.
      Le quedan los suficientes, por cierto, como algo sorprendente que sabrá apreciar, acabo de comprar una primera edición, Argentina claro, de un libro de Cortazar, por apenas 2 euros, o está mal la fama de Cortazar (¿sabe que significa en euskera cortazar? establo viejo) o , decía, sino el oficio de bibliotecario está decayendo.
      Cuídese querida Selva, y salude al sol, que si aquí está llegando la primavera es que por Uruguay va llegando el otoño.

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  3. No estaría mal tener una tertulia tú y yo en el "Café de los locos", apreciado Wineruda. Cuídate, y usted también Selva, que falta nos hace.

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  4. Estimado Sr. P. Castillo,

    "... Anoche no salí después de comer y releí, para comprender estas cosas, la última enseñanza que Platón pone en boca de su maestro. Leí que el alma puede huir cuando muere la carne.

    Y ahora no sé si la verdad está en la aciaga interpretación ulterior o en la despedida inocente.

    Porque si no mueren las almas, está muy bien que en sus despedidas no haya énfasis.

    Decirse adiós es negar la separación, es decir: Hoy jugamos a separarnos pero nos veremos mañana. Los hombres inventaron el adiós porque se saben de algún modo inmortales, aunque se juzguen contingentes y efímeros."
    Delia Elena San Marco, JLB

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