SOBRE LOS RÍOS QUE SE VAN de ANTÓNIO
LOBO ANTUNES
sóbolos rios que vâo 2010
ED. Random House 216 Pág.
Tradc. Antonio Sáez Delgado
Una madrugada te despertarás asustado
por una pesadilla y escucharás, quizás, el sonido de los tacones
de una mujer golpeando el asfalto, extendiéndose por la noche, como
el ritmo del corazón, y verás que va invadiendo la habitación,
te parecerá que surge de cada esquina oscura, y ocurrirá que se te
introducirá en el cerebro hasta parecer que es de donde nace.
-Pasos nocturnos.
Los pasos, en la madrugada, se alejan
pero sucederá que tu mente es la que los reproducirá, hasta el
infinito, con el compás de un rosario rezado con la voz baja, o del
lloro desconsolado de un anciana que se mueve atrás y adelante en la
silla, o del mantra del budista que parece crear un ritmo que no
descansa, que no parece que acaba.
-Mantra de pasos nocturnos
Verás, de pronto, que necesitas que
el sincopado ritmo del tacón se introduzca en tus pesadillas, en
la mezquina parte del sueño que parece engañarte para parecer
despierto, y de ese modo darle un explicación al golpe de los
latidos, agitados, del corazón en tu delirio.
-El tacón pisa el corazón que
golpea el asfalto.
Lobo Antunes, golpea el ritmo de su
vida, de sus recuerdos, no con el golpeteo del asfalto con el cuero,
sino con palabras, con frases, con aseveraciones y gritos que parecen
repetirse como una letanía de verdades oscuras o invenciones
luminosas. Y él nos descubre en sus ensoñaciones provocadas por la
morfina del hospital, que la mente es una galería de sensaciones y
evocaciones que se repiten, que se retuercen, que salen y entran,
que amenazan y muerden o que lloran y escapan; como el delirio de un
loco que necesita responder a las preguntas de su mundo y sentir que
tienen explicación, que fueron reales, que como los recuerda,
sucedieron.
-Palabras que pisan morfina
“Sobre los ríos que se van” es el
diario alucinado de 15 días en el hospital. En ellos, Lobo Antunes
nos cuenta los sueños de morfina después de ser operado de una
grave enfermedad. Los labios sellados, los ojos entrecerrados, la
mente muchos años atrás y el cerebro descubriendo los recuerdos a
ritmo de palabras que explican la vida, y cosen la memoria y las
reminiscencias unas con otras o con el propio presente.
-Asfaltos llenos de palabras.
Y la mente va y vuelve del miedo a
morir del presente a la visión de aquella mujer en la piscina que
lo enamoró cuando niño, y vuelve al presente cuando la aguja o la
esponja toca su piel, y vuelve a su padre y a su madre llevándolo a
la escuela; vuelve a la cama del hospital sucia de orina y regresa a
la niñez de tentaciones prohibidas.
-Agujas y esponjas.
La alucinación hace que los sueños
del miedo actual y los recuerdos de infancia se confundan, y se
repitan o se monten uno sobres otros, vacíos y llenos, al mismo
tiempo, de sentido y de realidad. Lo que no aconteció se confunde
con lo que él quisiera que hubiera pasado. Rabias, odios, alegrías, sabores, miedos,
vergüenzas y pasiones infantiles se confunden con la entrecortada
realidad del hoy.
-Niños que nacen de nuevo .
Así los sueños que van golpeando la
realidad parecen enseñar que nadie sabe si es la verdad interpretada por
un niño, o es la irrealidad inventada del adulto enfermo: Golondrinas que parten
hacia otros paisajes, tíos que desaparecen en España, criadas amantes,
abuelas que gritan, abuelos que se mueren, trenes que no paran, ojos
de terneros que huyen del mundo, zapatos sucios de gotas que
representan el mundo... Todo está mezclado, como una sopa que palpita
como un corazón, llena de palabras y de imágenes, que son las
partes de la que está constituida la verdad. Tacón y sonido. Sangre
y corazón. Todo se mueve en el universo del sueño y la vigilia, por los
ritmos de la figura y el verbo.
-La gota en el zapato limpio y sano.
La vida vuela y él está en vela,
sosteniendola porque parece que se le escapa por los puntos de la
operación , pero, así y todo, se alimenta de la morfina que recompone y
corrompe sus sueños con milimétrica exactitud. Las sensaciones
pasadas parecen pasear por su piel, y su familia, sus amigos, sus
animales, tocan con sus zapatos y patas la curtida piel escondida entre las blancas
sabanas. Los olores, los sonidos, los colores, van entrando por el
gotero de su muñeca e invadiendo, hasta desbordarlos, los sentidos.
-El gato hace ruido con el zapato.
Todo, cada una de esas partes que
componen el libro, desde lo real a lo surreal, desde lo infantil a
lo actual, desde lo triste a lo irreconocible...todo, crea un mundo
propio que desborda lo tópico, para crear un texto de belleza
extraña, que casi asusta, consumido por las palabras y las imágenes,
nos muestra una existencia tan escondida como lo puede ser un sueño, tan
hermoso como puede ser el de la memoria de la infancia y el de las
imágenes de un lugar que fue querido; y tan triste como puede ser el
de las añoranzas y la decrepitud. Nada parece escapar a lo que en
realidad es la vida; y que se resume en esas dualidades que soportan la historia de cada uno de nosotros, que la hacen como es.
-Las gotas del zapato han creado
esta historia.
Y como si fuera un cuadro de De Chirico o
de Magritte, los trazos de la paleta hacen que el mundo, aunque
parezca irregular, no lo sea, y complete y cierre su universio propio a la medida del autor y del lienzo. En este libro son las
palabras las que crean los remolinos de colores, para luego
enseñarles el camino que nos lleva a la memoria. Como cuando, tras
pensarlo mucho, acabas la sopa de letras del periódico y salen las
diez palabras que son sinónimo de belleza.
-Las sopas de letras alimentan el
mundo
wineruda