sábado, agosto 22, 2015

FOE de J.M. COETZEE


















FOE de J.M. COETZEE
foe 1986
Edt.. Debolsillo 157 Pág.
Trd. Alejandro García Reyes





Según el diccionario de la R.A.E. Alegoría es “Ficción en virtud de la cual algo representa o significa otra cosa diferente.”. Este libro es evidentemente una sucesión de alegorías, pero ¿sabemos el fin último de los pensamientos del autor? Puede que haya una entrevista que confiese sus intenciones, pero ante la falta de conocimientos de ello, el lector, yo mismo, debe aplicar el sentido común para identificar, comprender y asimilar el pensamiento oculto del escritor o simplemente adaptar la lectura a la experiencia propia y hacerla suya (del lector) por lo tanto todo lo que identifique según su experiencia cultural, social e incluso política pasa a formar parte de la verdad última del significado de la obra. Así puede uno puede estar confundido o no pero menos. Andamos tarde pensando en qué querrá decir el autor, pero ganamos nuestra propia carrera en la definición del libro, nuestro libro.


La novela es una revisión de la novela “ Robinsón Crusoe” de Daniel Defoe (Foe en la novela, como su nombre real). Una mujer, Susan Barton, cuenta en primera persona como es abandonada en alta mar y las corrientes la llevan a una isla habitada por dos hombres,: un hombre maduro: Cruso (así lo nombra Coetzee en la libro) y un hombre negro al que probablemente le han cortado la lengua y no puede hablar: Viernes. Tras una larga temporada en la isla bajo duras condiciones, son rescatados por un barco y llevados a Inglaterra, en el trayecto muere Cruso. Ahí comienza otra parte diferenciada del libro, la vida de Viernes Y Susan Barton en Inglaterra. Allí a través de unas cartas contará Susan como intenta que Foe escriba la historia de la vida de los tres en la isla. Será una vida dura en la que Foe perseguido por la justicia huirá de su casa y la mujer y Viernes sobrevivirán en penosas condiciones y escasos recursos. La última parte será el encuentro con Foe y sus conversaciones con él. Hasta aquí todo normal, limpio y planchado, colgado y puesto en el armario.



Miraré por el otro lado del texto, en el palimpsesto en blanco, y pongamos que Coetzee plantea una primera parte en la que descubre el libro de Defoe con variaciones, la historia oculta en la que aparece una mujer y la isla no es paradisíaca y Viernes no es un caníbal es un naufrago superviviente de un barco negrero. La historia no era como la contaron, aparece otra versión donde se ha ocultado a la mujer y la dura vida en la vida se descubre antes que la falsa tentación paradisíaca de Defoe. Pongamos, también, que cuando son “rescatados” de la isla y llegan a Inglaterra tras la muerte de Cruso, es la historia del intento de Susan por entender a Viernes -sus soledad, su silencio, su estado de esclavo sin serlo, de pez en tierra- y sobre todo el intento de que Foe escriba la realidad de la isla, la aburrida, terca y lineal historia de aquellos años.. La literatura como acto de creación única o no. Pongamos que la última en la que se reúnen Viernes, Foe y Susan es la revelación última de cómo es la literatura y acerca de la objetividad sincera y poco “vendible” que se enfrenta a las historias paralelas que quiere Foe para adecentarla. Lo real y lo irreal, lo inventado impaciente y la verdad sosegada.

Pero no es eso, la novela no es sólo eso. Podría descubrir, hilvanar, reconocer, levantar, incluso inventar muchas ideas, revelaciones, metáforas ocultas o patentes que muestra u ocultan sus textos. Podría hablar de intertextualidad o de metaficción pero serían palabras huecas, apenas definiciones “técnicas” de una cosa más simple analizar: la literatura pura y simplemente. Así aparece desde el enfrentamiento entre realidad objetiva o subjetiva, hasta el aporte apócrifo de las historias paralelas en todos los libros, esos que acompañan a la historia principal y que se adornan con historias asomadas de todas partes, memorias o antiguas lecturas; aparecen los personajes como esclavos del autor, afectados por sus impulsos y sus necesidades; descubres las distintas sensibilidades en la creación de un texto; e incluso aparece la idea de la mujer como “musa”: Susan como fecundadora de la inventiva creativa. Pero descubro también la crítica de un tipo de sociedad y cultura. Palabras que soportan en su significado el peso del arte, la política, el racismo, el colonialismo o el machismo, la insoportable realidad de mucho mundo y muchos siglos de historia. Viernes, mudo y persona a la que se debe dirigir y enseñar, como muestra de una vida en el que el colonialismo dejó a los habitantes de sus colonias, como personas que deben ser llevadas y educadas al modo “correcto” pero en las que la voz de los oprimidos no se oye, nadie sabe si puede hablar o no, pero tampoco les importa. Podría hablar incluso del desprecio del la literatura por le imagen de la mujer, personaje muchas veces sujeto pasivo de la historia, anexo folclórico, para los grandes protectores de la vida para los autores: los hombres. Podría...


¿ Son todas esas probabilidades realidad o ideas mías sacadas de la nada? No lo sé, pero sí sé que es una novela  fecunda, tierra para labrar la mente y descubrir o inventar mensajes en botellas cerradas que vienen del mar, o para discurrir caminos ocultos por la hierba alta entre los caminos de una isla abandonada o de un país perdido.


wineruda






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