sábado, junio 04, 2022

TROPISMOS de NATHALIE SARRAUTE

 







             Como gotas de tormenta de verano, grandes, desafiantes, que golpean el suelo y desperdigan por doquier polvo, calor y lágrimas, estos pequeños textos te golpean quizá más como granizo, hacen daño, son como amenazas constantes, como una lámpara de araña a punto de caer, como un tejado cayendo, como el cielo de los dioses derrumbándose sobre las mentes de los asustado fieles que abarrotan misas y lugares de condena.



        Los Tropismos son unos pequeños relatos, casi inspiraciones, casi amenazas que han pasado justo un momento por delante tuyo, o solo por  la mente, y tardas un segundo, apenas un segundo, tras su paso en saber del riesgo que has pasado, de lo que pudo pasar, que lo que te ha cruzado no era normal. Son sombras sobre días de sol, sombras que renacen en los sueños, o nacen intimidantes cuando piensas fijamente  en las cosas, en lo que tienes miedo, o lo que temes aunque no solo sea miedo; y, de estar forma,  les insuflas vida, das vida a las sombras de los pasillos, a las ganas de estar solo, a los movimientos extraños, a las obsesiones. Sí… supongo que he acertado con la palabra: los Topismos son relatos de lo obsesivo, de las cosas que hacen que repitas tú salida de casa, o que sientas miedo a moverte, a cambiar, al cambio, en efecto… sí …sientes miedo a que algo cambien, u una obsesión por la seguridad, por estar solo en tu lugar seguro, en el lugar donde todo parece protegerte, y las cosas no parecen amenazantes. Y lo peor de todo es que las obsesiones no cambian, no se escapan, no huyen por la ventana como los miedos a la luz del día;  las obsesiones se quedan, se quedan en edad y tiempo, y aumentan como la edad de los árboles, como la medida de tu estatura en al esquina de la puerta, y todo parece engañarte, todo parece envolverte, parece que sigue a tu lado, pegado como una mirada obscena, como un gesto miedoso, pegado con un pegamento abúlico, que parece que hace que no puedas moverte no por su potencia sino por su  duración, un pegamento que hace que las cosas estén junto a tus ojos, a tus oídos, a tu sensación, pero, ante todo a tus recuerdos;  todo es recuerdo, todo llega desde siempre, todo es desde siempre, sí, todo nace contigo, nace y te envuelve, los miedos que contagian a los niños, Y  llega a la adolescencia y … te acompaña hasta el cadalso de los sentidos
            Las cosas que no se cierran te envuelven, la garra oculta que solo tú ves, circundante y que aferra , de tu vida; es eso terrible y extraño que no cuentas a nadie que nace y vive en ti.


            Y el propio lenguaje de Nathalie, en sus Tropismos, acompaña a la obsesión… la acompaña y la acentúa, hace de ella un lugar central de lo que quiere contar:  giros verbales que enroscan los sentidos, como tornillos que van apretando la idea de que todo parece escurrirse por el sumidero de la mente, del lugar donde está lo temido y lo extraño. Adjetivos, sustantivos, verbos, frases que expresan, señalan o simulan miedos y ahogos, rituales y banderías;  expresan sensaciones que desembocan en el gran rio de lo inmaterial, de lo impalpable.  Porque lo que se siente no se puede tocar, son sensaciones, son horrores, miedos o pasmos. Lo impalpable como el centro del libro, las cosas necesitan de la expresión de la lengua y la elección de las palabras y los contextos para expresar que todo, las decenas de historias, de Tropismos, son expresiones de un situación a veces desesperada, a veces terrible, a veces temida u otras tan naturales que parece que ocurren junto a ti, pero expresan algo que te pone nervioso, no horrorizado, no, no va de eso, es solo la tensión de cosas que pueden pasar, que han pasado, que están pasando, pero casi siempre en la cabeza de alguien, del protagonista, del niño, del anciano, de la mujer que repite su misma estancia en la vida, porque parece que la vida la amenaza, la rodea, siente su pulso sino repite un gesto, una inmovilidad que la deje sobrevivir ese día.


            La sensación de inmutabilidad de las cosas que suceden a los protagonistas, de no poder luchar contra el mundo propio que lo rodea y amenaza, que hace de ellos personas a punto de implosionar, como guerreros que han tapado sus lanzas y amenazan con saltar desde las almenas, al vacio, a la oscuridad de la que nada saben.

viernes, junio 03, 2022

INSANIA de HÉLIA CORREIA

 



















INSANIA de HÉLIA CORREIA



La culpa la tienen los poetas, no tienen perdón, los buenos poetas, que de poetas buenos el mundo anda necesitado y, aun así, son los culpables. Culpables porque cuando escriben en prosa cojean en la pierna en la que tienen el zapato donde guardan las metáforas o el celofán donde se pegan a la piel esa incesante necesidad de crear mundos en los que los ves nacer, parir, en cada palabra; el lector ve nacer el libro en cada párrafo, en cada idea hay una nueva cosa en las que el poeta, culpable, ha creado una nueva mirada, porque eso es el mundo -la vida, la historia de tus y mis vidas-: el mundo son miradas. Tu mundo y mi mundo nunca se parecerán porque mi mirada no es la tuya, ni la de ella, ni la suya, ni la de aquel, ni la de nadie, es mi mirada agazapada tras mis ideas  y mis aprendizajes, la que descubre lo que -me-quiere contar el libro, Y es entonces cuando el culpable poeta se convierte en inocente, pero inocente de ingenuo, mi mirada ha convertido su libro en mio, se lo he robado, y no, no he cambiado las letras, ni una coma siquiera, no he cambiado nada, pero es mi libro. El poeta prosista, el prosista tahúrel tahúr poeta sabe que sus palabras dejan que entren en todos los mundos, en cada una de ellas, que la palabras sinónimas no tenga sentido como no tiene sentido el vaciar un dedal de agua en el mar, el contenido de las cosas son las propias cosas, y las cosas son sus contenidos, pero los arcones que contiene un libro son tantos que abrirlos todos harían de un libro, mil. Hélia Correia habla desde las entrañas de una poeta, de sus sonoridades, sus ritmos, sus imágenes que aparecen al cruzar la esquina izquierda del libro, las palabras son poesía, una poesía en prosa que busca contarnos una historia, una manera de enseñarnos un mundo. ¿Qué mundo? Un mundo derruido, un mundo muerto-o a punto de hacerlo o de derrumbarse y casi desaparecer-, un mundo cayéndose y a punto de estrellarse; como una hermosa bailarina de ballet a la que se le ha roto una pierna,o como si al piano de Sviatoslav Richter se le hubiera roto la tabla armónica. Supongo que la belleza de la música de Richter y el baile de la bailarina está en los dedos, en la ejecución, está en las piernas, está en la intención, está presente en el vacío , está donde siempre estará, pero la crudeza del mundo supera esa extraña combinación de lo bello y lo feo, de la muerte con las letras doradas, de la ignorancia con el saber andar. Y se derrumban las cosas bellas a pesar de estar presas de hermosas cuerdas y horribles cimientos.


“Insania”... ¿Cómo podría describirla?, y... ¿Si lo hiciera sabría expresar lo que he sentido al leerlo?¿Mentiría al decirlo? ¿Será esta ”Insania” mía la que quiso contar Helia? ¿El machete con el que desbrocé las zarzas y las enredaderas que dan imagen de ese mundo extraño es el necesario, el que debe cortar o puede cortar las palabras, y los verbos y los adjetivos con los que se quiso escribir este libro? Lo cierto es que no lo sé, y me da igual. Si quieres saber de este libro, debes aprender a mirar el mundo como si este se derrumbara, pero dentro de ese desplome, esa absoluta falta de todo, de esa muerte y amenaza constante esa crueldad de la vida, esa necesidad de todo, debes aprender  a mirar que esta historia llega a un pueblo llamado A Levada y que el comienzo, -vacío de miedo y de necesidad- es la llegada desde la nada de una niña llamada Natalina; una niña que no habla, que parece retrasada, que solo se mueve por el pueblo, aceptando comida y algún cariño que solo acepta a cucharaditas, justas y buscadas. La niña aparecerá y desaparecerá del texto, pero será su centro, será su discurrir y su intención, será acaso su metáfora de tahúr poeta que muestra al mundo de una niña desamparada en un tiempo de decadencia y a través, o cerca de ella, aparecerá un mundo de personajes, un abatido y desengañado grupo de personas que salen y entran de sus casas, de sus vida, esperando sobrevivir al fin del mundo, que no es y sí es, que mueve el hambre y mueve la vida. Es un mundo condenado, amenazante, donde nada cabe excepto la necesidad de sobrevivir sin pensar en el prójimo, lejos de necesidades comunales y de caricias y ayudas; solo es la búsqueda de sobrevivir entre un mundo sucio, raro, casi calumnioso con la vida. Personas que mueren y viven entre cobardías y rebeldías, y destrozos y reencuentros y hasta instintos espirituales que se mueren entre cadáveres que no conocen.

Los libros, digo mal, mis libros, los libros que yo acepto y amo, son los que te dejan una, o muchas,  sensación, sea inquieta o buena, los que son capaces de llegarte al alma o al cerebro o al corazón, o al estómago; no me valen los que utilizan el simple asco o la risa fácil o el lloro sensiblero, eso no es llegar al corazón o al cerebro o al alma, es bucar hacerlo, exacerbar una situación para mecánicamente -como una vulgar prensa que golpea segundo tras segundo, bom bom, sin nada que decir- herir o tocar o emocionar, pero dura un segundo; hay que tener algo más que cuatro formulas manidas que atrapan peces con redes de arrastre. Helia me ha llegado de dos formas: por un lado me ha producido inquietud, una sensación de desasosiego de que algo se trama en el mundo y no es lo que precisamente describe abiertamente ella, no te está contando lo que te está contando, te está hablando, por debajo -sotto voce- de la humanidad, de los tiempos que nos toca vivir, de los años, horas y minutos, en los que la soledad y la inquietud y la nada es parte de la vida de la gente, de nosotros mismos, esa maldita sensación de que nada es como parece y las almas que recorren el mundo se mueven por intereses y nada se sostiene sobre nada excepto en el puro egoísmo. Y por otro lado Helia me ha llegado por algo que repito en todos los libros que comento y en los que lo terrible se cuenta de la forma más hermosa, sea en sus palabras, sea en sus concepción, sea en sus creencias o sea en sus tentativas, y Helia lo hace: crea un mundo extraño, corrosivo, un mundo de muerte en la lluvia, hambre en las casas, frío en el cuerpo, odio en los ojos, bajezas en las ideas, y lo convierte en una novela en la que todo parece encajar como un puzzle del infierno de Dante o del “Juicio final”de El Bosco, un lugar terrible, apocalíptico, pero.... cruelmente bello.

Pero no sería normal hablar sobre “Insania” y dejar el personaje de la niña Natalina, en una pequeña mención que hago a mitad de comentario, ya he dicho que es un personaje silencioso y constante, hasta puede ser una metáfora del mundo débil, pero me he puesto a pensar y me he preguntado la razón por la que Helia creó el personaje, la razón por la que no habla, por la que recorre el mundo tomando lo que necesita, -hasta pedacitos de cariño- y el pueblo la oculta a los extraños y la ayuda y la... Y me respondo como lector tramposo que soy, o me creo, que Natalina es la vida, la simple, pura y hasta inepta vida que nos toca vivir a casi todos nosotros, porque, queramos o no, somos o valemos solo nuestros silencios; nos dan cariño y aceptamos lo que podemos o nos quieren dar, la gente también, -sí, sí Helia-, a veces ayuda aunque no sabe la razón o lo hace por inercia y somos tan ocultos para el mundo; como una mujer que ha pasado hoy junto a mí-como podría ser un hombre, pero digo mujer porque así lo he sentido- y que me ha parecido muy hermosa, y triste, y he pensado que a pesar de que aquí, en mi ciudad,  “solo” vivimos 27.000 personas,  jamás la volveré a ver -todo es fugaz y silencioso-. Al final Natalina soy yo, al final Natalina y el mundo y yo y el futuro no es nada, no hay nada. Hasta las pequeñas cosas hermosas, o las pequeñas ayudas se olvidan y se van, hacia ningún lado.

jueves, junio 02, 2022

POEMAS A LA HORA DE COMER de FRANK O'HARA

 


























POEMAS A LA HORA DE COMER de FRANK O'HARA

Rehago un comentario anterior después de la milésima relectura. Y lo hago porque desde que lo leí en esta reseña anterior mi percepción del mundo, de ver las cosas, de analizarlas, ha cambiado; y por ello la forma de entender este libro, todos.  Así que cosas que aquí leí no las defiendo ya o , al menos, no las percibo. La realidad es una y múltiple y es el tiempo, siempre el tiempo, el que la altera o la amolda a la vida, más viva o más cansada, más tonta o mas inteligente, pero te cambia. Te ama y te olvida.


Y...

Todo queda enredado con las palabras que los poetas crean los poemas. Alguien, alguno, necesita la decisión -el impulso o la ayuda o el desvelo- de una definición que le  diga que los versos avanzan correctos, sin apartarse del camino, exigiendo y reclamando una comprensión para con las cosas que dice; hay otros poemas -y poetas- que explican sus sensaciones, o sus imágenes o sus recuerdos, casi explicados a ráfagas como el viento que mueve las gotas de lluvia y que mi abuela, en una rara versión de poesía de pueblo. ella llamaba jinetes de lluvia;  decía que cuando ellos aparecían nadie podía esconderse y más les -nos- valdría, o refugiarse en algún portal o un cine, o cerrar  el paraguas y dejar que te mojara. Con Frank O'Hara hay que bajar el paraguas, cerrarlo, echarlo a la basura más cercana y empaparte de su visión de la vida, tan parcial , tan distinta, tan inconexa y saciante, tan fotográfica e  impregnante como los jinetes de lluvia de mi abuela...


A UN PASO DE DISTANCIA DE ELLOS



Es la hora de comer, así que salgo
a pasear entre los taxis pintados
de ruido. Primero, por la acera
donde los obreros alimentan sus sucios
y brillantes torsos con bocadillos
y Coca-Cola. Llevan cascos
amarillos; supongo que los protegen
de los ladrillos que caen. Luego
por la avenida donde las faldas se arremolinan
sobre los tacones y se inflan
encima de los enrejados. El sol calienta, pero los
taxis remueven el aire. Miro
ofertas de relojes de pulsera. Hay
gatos que juegan en el serán.
A
Times Square, donde el anuncio
humea sobre mi cabeza, y más arriba
mana suavemente el agua de la cascada. Un
Negro de pie en un portal con un
palillo se mueve lánguidamente.
Chista una corista rubia: él
sonríe y se frota la barbilla. De pronto
todo es bocina: son las 12:40 de
un jueves.
El neón de día es un
gran placer, como escribiría
Edwin Denby, como lo son las bombillas de día.
Paro para tomarme una hamburguesa de queso en JULIET'S
CORNER. Giulietta Masina, esposa de
Federico Fellini, ? bell'atrice.
Y chocolate malteado. Una señora que
viste pieles en un día así mete a su caniche
en un taxi.
Hoy hay varios portorriqueños
en la avenida, lo que
la hace hermosa y cálida. Primero
murió Bunny, después John Latouche,
después Jackson Pollock. ?Pero está la tierra
tan llena de ellos como lo estuvo la vida?
Y uno ha comido y pasea
frente a revistas con desnudos
y carteles de BULLFIGHT y
el Manhattan Storage Warehouse
que pronto será demolido. Antes
pensaba que aquí se hacía el
Armory Show.
Un vaso de zumo de papaya
y vuelta al trabajo. Mi corazón está en mi
bolsillo, son los Poemas de Pierre Reverdy.

Reconozco que cuando me llegó este libro hace muchos años me sorprendió su lectura primera, rellena de ideas, versos, estrofas con nombres de personas, de calles, tiendas, cines, actores, actrices, escritores,con platos de cocina, con cuadros,; me sorprendió la aparente desconexión de sus ideas, de sus versos que acampan allá por donde quieren, lejos de cementos que le den conexión y de lugares que los refugien del aire y que esparzan las ideas. Pareciera que sus versos, su dictado, su poética,  se desconect como cigarros encendidos en las ventanas de un rascacielos en la oscuridad de la noche, desconectados y unidos a la vez. Parecería que hay, que evoca y utiliza, una versión de la escritura automática o del surrealismo o de alguna versión libre que Frank aceptaba como suya: los poetas nacen , viven y crean donde, como, desde, para, entre los que quieren, así que me puse a leer y leer y leer. Y conocí a Frank. Él habla de lo que le llega a los sentidos, su versión de las cosas son los sentidos, la vista, el olfato, el tacto, pero también ese sentido de la belleza o del sexo, o de la propia ilógica y lógica del mundo que termina cerrándose en sus paginas, en sus versos, en una creencia de que el mundo irreal o real de sus poemas son mapas que conducen a caminos que llevan a casa -a su casa-, que llevan a la habitación donde reposa el amor  o la verdad o la amistad. Retazos  de realidad , brochazos en cuadros abstracto,  que expresan una realidad no uniforme, discontinua, que golpea el cerebro en flashes para que todo ese paisaje de personas, cosas, bares, miradas, bebidas, periódicos, coches...todos unidos, pintados o escritos, conformen la enorme realidad actual, de la poesia, de su vida, de los poemas, de ciudad donde vive, de, por ejemplo, Nueva York. Toda la poesía que aparece en el anterior poema “ A un paso de distancia de ellos” se resume en la vista de un mundo de gente normal viviendo sus vidas normales,  y de personas que conoció y rescata -y tamiza en su mente- en el recuerdo de un paseo , acaso alcanzados por el recuerdo de un simple color, o por el juicio de una de una situación; pasa el tiempo, los pasos, las miradas, las sorpresas, la avidez,  y el poema se acaba recordando a  Reverdy, poeta cuya técnica poética eras similar, por lo tanto todo es circular y en su bolsillo están sus poemas y su realidad. (como algún poema de Apollinaire-Zona- )

Comprendí tras ese leer y leer y leer a Frank, que las cosas tienen su ritmo, -jazz, siempre jazz, y el ruido del goteo, la caida, de pintura en bocetos, ruidos de pasos en el asfalto, de bares que gritan, de coches, del sonido de un recuerdo que te vuelve, de vendedores, de rastros, de una conversación que se aleja... -y como cualquier persona, como cualquier poeta, lo que se quiere contar, lo que quiere que el otro sepa -el receptor x, o el mundo desdeñoso-, que destaque como un día hermoso o terrible, debe estar centrado en pequeños recuerdos y resaltar al final, como si no fuera lo importante, la impresión de algo que sucedió, de lo que no olvidará, que el día a trascurrido como siempre, que la vida transcurre normal,-vivo, paseo, compro, paseo, recuerdo, paso junto a..- y, en un instante, una palabra, un titular, un recuerdo, jazz, Billie...y, de repente, el sonido de una voz, su voz, retumba

EL DÍA QUE MURIÓ LADY DAY

Son las 12:20 en Nueva York un viernes
tres días después del Día de la Bastilla, sí
es 1959 y yo voy a lustrarme los zapatos
porque voy a bajarme del tren de las 4:19 en Easthampton
a las 7:45 y después iré directo a cenar
y no conozco a los que me darán de comer

Camino por la calle sofocante donde asoma el sol
y me tomo una hamburguesa y un malteado y compro
un feo NEW WORLD WRITING para ver que hacen estos días
los poetas de Ghana.

Voy después al banco
y la señora miss Stillwagon (de nombre Linda oí una vez)
ni siquiera comprueba mi saldo por una vez en su vida
y en el GOLDEN GRIFFIN le compro a Patsy
un pequeño Verlaine con dibujos de Bonnard aunque considere
en el Hesíodo, trad. por Richmond Lattimore
o el nuevo drama de Brendan Behan o Le Balcon o Les Nègres
de Genet, pero no, me quedo con Verlaine
después de casi dormirme con el dilema

y para Mike por la tienda de Licores
de PARK LANE y pido una botella de Strega y
vuelvo por mis pasos e a la 6a. Avenida
y al estanco del Teatro Ziegfeld
pido distraídamente un cartón de Gauloises y un cartón
de Picayunes, y un NEW YORK POST que trae su cara
y ahora ya estoy sudando mucho y pensando en
apoyarme en la puerta del wáter del FIVE SPOT
mientras ella susurraba una canción al correr del teclado
dedicado a Mal Waldron y todo mundo y yo dejábamos de respirar.

La procesión de nombres propios y de marcas de tabaco o nombres de bares, nombran un recorrido por la ciudad que va envolviendo su recorrido de epopeya de recuerdos, ; como si la labor de tejer el sudario de Penélope (convertido ahora en una epopeya directa  no a un reencuentro sino a un final) se compusiera y se descompusiera en lugares que estaban allí como puestos por el destino solo para saber que unos pasos más allá sabrá que ha muerto Billie Holliday, y todo esos nombres son parte de la tragedia para siempre, reunidos en el círculo de la pena que no olvidará nunca. Porque el poema solo quiere decirte que la pena le sobrepasa y que Billie era la que detenía el mundo con la voz y el signo de su cara y sus ojos, que jamás será olvidada, ni los instantes aquellos... Ya nadie destejerá su voz.

Pero nada queda en los poemas, de ningún poeta, si no expresa lo que ha decidido que debe ser su poesía y para él, para Frank, creó una definición, un especie, entiendo, de broma exposición que decía “i do this do that'poems” (poemas “hago esto hago aquello), así que todo lo que cuenta en sus poemas son cosas que van sucediendo en el día o en la vida. Que salgan nombres, países, viajes, bebida, sexo, deseo repentino, bares cerrados, borracheras sin y con amor, deseo...es consustancial y definitorio de su poesía.

Todo será una cámara que fotografíar instantes, para, al momento,  montar un collage de esa  vida y de esas realidades. Portarlo en las mochilas de los lectores merecerá la pena si lo aceptas, yo los porto desde hace tantos años, que me llevo Frank a todos los lados, por que existen poemas de una extraña y resuelta belleza, que lo separan de la lógica poesía que siempre leo.



AVE MARÍA

Madres de América
¡Dejad que vuestros hijos vayan al cine!
Que salgan de casa y así no sabrán qué hacéis
es verdad que el aire fresco es bueno para el cuerpo
pero qué hay del alama
esa crece en la oscuridad, repujada de imágenes plateadas
y cuando envejezcáis como habéis de envejecer
no os odiarán
no os criticarán no sabrán
estarán en algún país lleno de glamour
que vieron por primera vez en una tarde de sábado o mientras hacían novillos
ipuede que incluso os estén agradecidos
por su primera experiencia sexual
que solo os costó veinticinco centavos
y que no perturbó la tranquilidad del hogar
sabrán de dónde vienen las golosinas
y las bolsas de palomitas gratis
tan gratuitas como salir antes de que la película acabe
con un agradable desconocido cuyo apartamento está
en el edificio Tierra en el Paraíso
cerca del puente de Williamsburg
a los chavales porque si nadie los liga en al cine
ni se darán cuenta
y si alguien la nota será una pura delicia
y sen ambos caso se habrán divertido mucho
en lugar de perder el tiempo en el patio
o arriba en su habitacion
odiándoos
prematuramente puesto que aún no habréis hecho nada
horriblemente malo
salvo preservarlos de las alegrías más oscuras
esto último es imperdonable
así que no me culpéis si no seguís este consejo
y la familia se rompe
y vuestros hijos se vuelven viejos y ciegos ante el televisor viendo
películas que vosotras no les dejasteis ver cuando eran jóvenes



La poesía de Frank O'Hara , conociéndola,a veces enseña la rotunda ironía de sus textos que destilan humor, o quizá fuera mejor decir, causticidad con el mundo, con lo que le rodea, con el mundo de la política, de la sociedad alta que le rodeaba, del arte que dominaba, de la sexualidad, de lo real irreal, de lo real irreal, nadie vuelve incólume de sus citas, -sin heridas o marcas-, que cruzan los versos rápidas, pero certeras como flechas.Otras veces su poesía es para una segunda persona, puede que vaya dirigida a ti, a mí, a un amigo, a las páginas en blanco, al propio Frank O'Hara; es una mirada que va contando, como una conversación grabada en papel y tinta lo que sucede en la calle, pero también expone y fija, porque es el filtro de todo, el secante que lo asegura para siempre, pero también el cedazo que criba y convierte en vital lo ocasional inútil, en trascendental para ser leído para siempre, como una canción que queda en la mente años después de haber besado a aquel amor, y recuerdas la canción no la cara de tu amante.




PASOS
Qué graciosa estás hoy Nueva York
como Ginger Rogers en Swingtime
y el campanario de St. Bridget levemente inclinado a la izquierda

acabo de saltar de una cama llena de días-V
(me he cansado de días-D) y ahí sigues aún triste
me aceptas tonto y libre
solo quiero una habitación arriba
contigo dentro
y hasta el atasco enorme de tráfico es una excusa
para que la gente se roce una con otra
y cuando sus instrumentos quirúrgicos encajan
permanecen unidos
por el resto del día (vaya día)
me paso a examinar una diapositiva y digo
que ese cuadro no es tan azul

Dónde está Lana Turner
ha salido a comer
y el camerino de Garbo en el Met
todos e quitan el abrigo
para poder enseñar el torax a quienes les gusta mirarlo
y el parque está lleno de bailarines con sus mallas y zapatos
en bolsitas
que a veces los confundes con los que hacen ejercicio en el West Side y
por qué no
Los Piratas de Pittsburgh gritan porque han ganado
y de algún modo todos ganamos
estamos vivos
una pareja gay dejó libre el piso
que se fueron al campo en busca de diversión
se fueron un día antes de tiempo
incluso los apuñalamientos contribuyen ala explosión demográfica

aunque en el país equivocado
y todos esos mentirosos han dejado la ONU
el edificio Seagram ya no rivaliza en interés
no porque necesitemos alcohol (sin más, nos gusta)

y la caja que está en la acera
junto al delicatessen
para que el viejo se pueda sentar encima y beber cerveza
y recibir una buena de su mujer al final del día
mientras el sol aún brilla
ay dios es maravilloso
levantarse de la cama
y beber demasiado café
y fumar demasiados cigarros
y amarte tanto



Fantasía

(dedicado a la salud de Allen Ginsberg)

¿Cuánto te gusta la música de Adolph
Deutsch? A mí
me gusta más que la de Max Steiner. Piensa
en la banda sonora Northern Pursuit, el tema de Helmut Dantyne
era…
y fue entonces cuando la ventana cayó en mi mano. Errol
Flynn estaba esquiando. descendió
descendió descendió el inexorable
submarino gris bajo el hielo “frío” .
Helmut estaba
a salvo en tierra, sobre el hielo.
¿A qué sueños, qué increíbles
fantasías de pedos nevados conducirá todo esto?
No
sé, he dejado de pensar como un perro de trineo.

Lo principal es contar una historia.
Es casi
esencial. Imagínate
desperdiciar el alud
tan pronto en la película. Yo soy el único espía que queda
en Canadá,
pero solo porque está solo en la nieve
no significa necesariamente que sea un Nazi.
Veamos,
dos aspirinas una tableta de vitamina C y un poco de bicarbonato sódico
eso es lo que hace falta, practicamente un
Alka
Seltzer. Allen sal del baño
y tómatelo.
Creo que alguien ha puesto mantequilla en mis esquís en lugar de
cera.
Ay. El cobertizo se está desplomando sobre
los abetos, y hay otro espía más gordo aquí. No me
dijeron que le habían

enviado. Bien, eso se encargará
de él, caray chico, qué hambre tenían estos perros esquimales
Allen
¿te sientes algo mejor? Sí, Helmut Dantine

me vuelve loco
pero me alegra que Canadá siga siendo
libre. Simplemente libre, eso es todo, nunca discutas con las películas.







Sin embargo la poesía de O'Hara no acaba ni empieza en directas señales a su mundo cultural o local, hay otro espacio en el que va tejiendo su vida privada, interna, de amor por la música , por el amor, por la vida, su homosexualidad, sus viajes, que alcanza formas de belleza oportuna. Lo cotidiano, lo urbano, el mundo moderno te enseña miradas diferentes, -Frank hubiera escrito diferente si de repente aparece en la era de internet, de la globalización y del arte actual-es lo esencial en la forma de ver la vida, todo lo que ocurre alrededor de los versos que lees en este libro, con cosas que hubo en las calles , vidas y amores del poeta, están las sensaciones que cruzaron su mente, están probablemente los mismos lugares y los mismos tejados y los socavones por dónde van cayendo y levantándose la gente que cruza aquellos paisajes y sentimientos.


Por el cumpleaños de Rachmaninoff
¡Rápido! Un último poema antes de que pierda
la chaveta Oh Rachmaninoff!
Entra, Massachusets. ¿Toca la trompa la galleta
rellena de higo? Tronantes ventanas
del infierno, ¿se harán polvo alguna vez
vuestros tubos? Oh mi palacio de naranjas,
tienda de cachivaches, cosas básicas, tierra oscura, basalto;
soy otra vez aquel niño que se sentía tan

triste, un manoseado pizzicato. Mi bolsillo
lleno de cuentas de de colores ,, yoyós, lápices de carpintero,
amatistas, jeringuillas, hipo, insignias de campaña,
¿está la habitación llena de humo?A la mierda
la sopa, deja que se queme. Así que ha vuelto.
Nunca estarás mentalmente sobrio.










POEMA



Café instantáneo con nata ligeramente amarga
y una llamada telefónica al más allá
que no aparece acercarse lo más mínimo.
ah papá, quiero estar borracho muchos días”
de la poesía de un nuevo amigo
mi vida precariamente sostenida en las manos
videntes de otros, sus y mis imposibilidades.
¿Es esto amor, ahora que por fin he muerto
el primer amor, donde no había imposibilidades?



La no puntuación, la no expresión de creaciones tópicas, o la presentación de situaciones extrañas salen de lo común para hacerse diferente, pero, a la vez, lo diferente se hace común, cotidiano, palpable pero por eso es un poeta. -El hombre o la mujer que se aleja de lo común para llegar a lo diverso a lo diferente-. Ese pequeño ser que escribe en cuartillas o en cuadernos de colegio o en Pcs , para encontrar el lugar donde investigar su mundo interior. Y que le ha llevado a expresarse como lo hace.
 
Llegado un momento, un pequeño consejo, lo he leido tantas veces... Miradlo de otra forma, leedlo como si fuera un cuadro cuya composición exprese ideas o realidades o setimientos al instante, cuyo conjunto sea la unión de muchas partes separadas, conformando esa realidad la unión separada y alterada de todas ellas. !Ah! Y leedla miestras oís a Billie Holiday, claro, o si no con Miles Davis, por ejemplo en su disco con Thelonious Monk en Newport.
.



Víctor 

Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...