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martes, septiembre 20, 2016

TYNSET de WOLFGANG HILDESHEIMER






















TYNSET de WOLFGANG HILDESHEIMER
tynset 1965
ED. El olivo azul 207 Pág.
Trad. María Cuenca



Un libro, una cerca, un cerco, un círculo cerrado, una esfera en la nada, una mirada hacia adentro. Libros, pared, una voz que rebota en ellos y se convierte en una conversación contigo mismo; eco de palabras sin futuro, verbos que flotan como pompas de jabón y mueren tras explotar fuera de lo oídos de nadie. Insomnio, sueño perdido, sueños perdidos, ojeras, párpados abiertos para ver un solo mundo. Espejos; espejos que muestran a otra persona que no eres tú, el que mira; hay alguien detrás de ti mirando, miles de fantasmas detrás de tu imagen: calaveras, ojos, pelo inquieto, iris sonde se ven los espectros del odio reflejados.

Silencio, inquietudes que vuelven, libros que son una maravillosa obsesión.

Mi obsesión siempre fue interpretar los libros: los trituro y los abrazo, los corrijo y los certifico, los odio y los amo, los mastico y los escupo, los reescribo y los protejo. Sin embargo, “Tynset”, ha sido un reto, o más que un reto. Así, he jugado al escondite con él o he intentado recomponer un puzzle donde todas las piezas parecían tener la misma forma. “Tynset” habla de algo, en apariencia claro y evidente: vemos una fachada amplia y aparente; pero detrás esconde otra portada más tenebrosa, esconde otras direcciones adonde dirigirte; pero no hay mapa, no hay un libro de claves, ni , siquiera, una señal plantada en medio del camino que nos indique si esa es, o era, la ruta acertada. Debemos creer -y seguir- a los que han estudiado el libro, y descubrir en los pliegues y resquicios de las frases, incluso en el papel, el reflejo de un trauma, de una pena, del desgarro de Hildesheimer provocado por su condición de judío escapado de la Alemania nazi, y de interprete en el juicio, a los mandatarios del Reich, en Nuremberg. Lo oído allí, es de suponer, es de creer, deja grabada una señal -cruel e inmemorial-, evidente, en la mente, en los ojos, en las manos, en la pluma estilográfica, en las palabras -y en las imágenes- de un escritor.

Por lo tanto cuando leo las páginas de este libro, estoy atento a lo que me dice y, también, a lo que me puede decir.

Me habla -me dice- sobre un hombre, sin cara, sin nombre -de forma que no es nadie, pero, a la vez somos todos-, que vive en cualquier ciudad sin nombre de Alemania -en una y en todas-. Esta noche en la que lo vemos por única y primera vez, no duerme - es posible que le pase siempre-y habla para si mismo unicamente -pero, así lo oímos-. Habla -empieza y acaba sus relatos, o empieza y sus historias se terminan bruscamente- de lugares, de huidas, de enfermos, de fiestas arruinadas, de biblias arrojadas, de historias ligadas a pasados crueles -a muertes y venganzas-; habla sobre gallos cantando en la oscuridad de la noche -extendiendo su canto, escandaloso y fuera de tiempo por toda la noche y por todo el mundo-; habla de Tynset -ciudad noruega- donde quiere ir quedarse allí, entre personas que no conoce, y personas que pueden serlo todo -hasta figuras y figurantes de Hamlet-; y habla de fantasmas que pueblan su casa; habla de su sirvienta -borracha y beata a la vez, culpable e inconfesa a la vez-; nos enseña el modo de descubrir que los alemanes de la posguerra tenían miedo al teléfono – a lo que le decían por él-; habla de camas, grandes camas, viejas camas, -tentaciones del insomne- que habitan en su casa y que seguramente fueron las mismas donde mataron a gente o murieron de enfermedad o de viejos o de vergüenza, o de ….

Me paro y recuerdo esas páginas sobre esa cama; recuerdos sobre un prostituta, y un casi santo y unos molineros ricos, y un soldado moribundo y unos ladrones... Rememoro con gusto -mucho- esa original -y asombrosa- parte del libro. En ella, Hildesheimer, hace un juego músico-literario y compone una “Fuga musical” con palabras, con imágenes, con el juego de ida y vuelta, de tomar y retomar, historias y palabras; volviendo a recoger los temas, para volverlos a soltar y volverlos a atraparlos, y componer una de los pedacitos de literatura más hermosos que he leído en los últimos años -hermosa obsesión-.


Todos los círculos concentricos, aquellos cercos y cercas de los que hablo al inicio; aquellas voces rebotadas, aquellos fantasmas tras los espejos, aquellas pompas, aquellas calaveras; son parte del lado oculto del libro. Del que adivinas, o inventas, o descubres, acaso en las paredes de la casa, en el ácido olor de la boca de la sirvienta católicamente borracha; inerte personaje que cruza por las páginas para mostrar un lado oculto de los alemanes. Los mismos que se sienten amenazados cuando alguien avisa, al azar por teléfono, que saben todo de ellos, que huyan...y lo hacen. Pesadas piedras-rojas- que esconden debajo de los grandes abrigos que estaban de moda en la Alemania de la posguerra, piedras llenas de cruces gamadas, de pasados que quisieran olvidar -o ¿solo la derrota-. Creo que los mensajes de Hildesheimer se encuentran debajo de muchas de esas piedras, pero también en el ácido rencor  que se encuentra -y ahora, no precisamente escondido- en las palabras, recuerdos, tonos, miradas aceradas, reproches certeros que aparecen en todo el texto. Texto que reprime una obsesión -ahora no bella- sobre lugares cerrados de donde se necesita huir, de donde escapar, cercados por las paredes y el pasado, cercados de personas  que no volvieron, de religiosos y religiones que van cumpliendo con lo que no debió esperarse de ellas. Tynset como lugar a huir, lejano lugar en el que refugiarse y sobrevivir lejos del insomnio que provoca la casa, y sus fantasmas y los fantasmas de los fantasmas y los...

Pienso en “Tynset” como una lección dada por un viejo profesor -de literatura, de arte, de ciencias, lo que os guste- con imágenes bellas, con palabras hermosas, con certera mirada, en una aula en la que se ven las cicatrices de antiguas guerras y huele, aún, a sangre reciente.

Wineruda

jueves, febrero 18, 2016

PALOMAS EN LA HIERBA de WOLFGANG KOEPPEN






PALOMAS EN LA HIERBA de WOLFGANG KOEPPEN
tauben in gras 1951
Edtrl RBA 237 Pág
Tradc. Carlos Fortea




Hay palomas en el césped, aparentemente no hacen otra cosa más que picar semillas que parecen salir del suelo; están allí y son ellas como podrían ser otras y estar en cualquier otro sitio. Levantarán el vuelo en cualquier momento y desaparecerán hacia cualquier otro lado. Igual que ellas, nosotros, estamos andando por el mundo, hasta que levantemos el vuelo. Y estamos en esa especie de estado intermedio entre estar posados y volar y ello sólo porque el azar lo ha querido así, porque podríamos estar en cualquier otro sitio, en otro instante o simplemente no estar. En Alemania, recién acabada la Segunda Guerra Mundial, están los que quedaron vivos: los supervivientes y los vencedores. Pero sobre la hierba aun quedan rastros de la guerra; no sólo desechos, balas perdidas, hierros retorcidos o las esquirlas, sino que también queda la huella de la vida con los nazis y de los nazis. Como si en el tercer acto de “Las valquirias” de Wagner, empezara a sonar la cabalgata de las valquirias , con ese prepotente y épico sonido de una “blitzkrieg” de opereta, donde, pasado su época de esplendor, ya sólo es interpretada por una orquesta de timbales, cornetas y acordeón: los interpretes son de segunda fila pero tocan la misma música, con el mismo libreto y la misma podrida versión. Sin embargo también hay otras palomas en las ciudades alemanas que viven apenas por su sentido de la supervivencia, por la morosa necesidad de dejar pasar el tiempo o para buscar el camino, acaso esperan que el camino los encuentre a ellos: son viudas de guerra, niños, prostitutas por necesidad, mozos de transporte, soldados de frentes inimaginables, poetas. Y existe, también,  un mundo de conquistadores, vencedores de guerra-perdedores de entre la vida, o de curiosos que van a revisar la vida de otra gente, o revisores de vida que curiosean a la gente... Son también palomas en el césped, pero con anilla de propiedad de un lejano y palomar.



“ Palomas en la hierba” es el acontecer en un sólo día de una serie de personajes en una anónima ciudad alemana de principios de los años 50 del siglo pasado. Momento en el cual la guerra empezaba a estar un poco lejana y el futuro un poco más cercano. Son personajes distintos -desparejados- que van acercándose y separándose como lo hace el mar cuando sube la marea: a veces nos invade otras se aleja. Aparcen por ejemplo: una pareja en la que ella perdió todo en la guerra y él es un escritor que perdió su confianza con la guerra; niños que bostezan entre las ruinas; un ex-soldado que se libro de ir a la guerra por medio de las drogas que ahora le hacen dormirse todo el día, un actor que vivió su esplendor con los nazis y su mujer que nunca tuvo esplendor, un viuda de guerra que se prostituyó hasta conocer a un soldado americano de raza negra; un viejo que transporta la maleta de otro soldado de raza negra mientras visita la ciudad, un médico arruinado y corrompido; un maestras norteamericanas que visitan la ciudad; un poeta que parece ser el faro de la cultura de la ciudad... Todos estos personajes muestran historias separadas; son una especie de rompecabezas de fotos distintas en la que parece que nada las une. Pero surge de entre todas un mensaje parecido: Koeppen arrastra a los personajes por la ciudad hasta que se les pegue el polvo y el barro de los escombros de las calles. Barro con forma del racismo - heredado, profundo, sistemático (en Alemania y en EEUU)- polvo compuesto por todos los colores que forman el olvido, la desgracia, el encono, el desengaño, el pasado -el horrible y tenso pasado-. Todo se amalgama para pintar personajes que no parecen llegar a ningún sitio, ni siquiera parecen partir...



“Palomas en la hierba” es un relato en los que Koeppen utiliza las palabras como un muestrario de azulejos para crear un mosaico en los que combina, frases cortas y concisas, con prosa cercana a la poesía ; compagina el relato descriptivo con el monologo interior. Acepta, el libro , un despejado mundo alegórico basado en el homenaje a Joyce, creando una suerte de “Ulises” con cartas marcadas, puesto que utiliza los recursos estilísticos, la estructura temporal y hasta los nombres del libro del irlandés, pero lo hace utilizándolos de manera acorde al tiempo que vive, de forma astuta y adaptada. No quiero decir que Joyce no lo haga, pero como todo el mundo sabe éste es un maestro de las letras, y como cualquiera de nosotros ha aprendido, los maestros viven y enseñan para ser superados por sus alumnos. Ténicas, composición destreza se aprenden -se suman de aquí pero también de allá- y si se tiene habilidad natural o talento... Siempre he pensado que nadie tiene el monopolio del talento; el hecho de que haya sido anterior no presupone que es superior. Es la vida. La pizarra estaba ya llena de tiza pero se borró con el tiempo...Los nuevos alumnos la han escrito de nuevo.  Así Koeppen escribió un libro brilante y esclarecedor sobre una época,  a pesar de la oscuridad que parece salir de sus páginas. Oscuridad formada por ese intento de mostrar una exposición donde la visión total de todo lo expuesto es la que enseña la realidad.


wineruda

jueves, octubre 01, 2015

OPINIONES DE UN PAYASO de HEINRICH BÖLL




















OPINIONES DE UN PAYASO de HEINRICH BÖLL
ansichtem eines clowns 1963
Edt. Seix Barrall 248 Pág.
Traductor : Lucas Casas





Las volutas de humo nacen para desaparecer, las llamas para ser apagadas, las vidas para acabarse, los ojos para cerrarse, los momentos para pasar, pero la historia -y las historias- nacen para ser contadas, no pertenecen a nadie, sólo, y exactamente por ese instante, para el que las escribe. Así “Las opiniones de un payaso” son una historia personal, la de ese payaso, pero inscrita, inseparable, al momento en la que cuenta, esa franja temporal única. Y de las palabras del payaso se describe una sociedad alemana tas la Segunda Guerra Mundial que quiere olvidar y otra que quiere poder. Böll hace arqueología entre las ruinas del pasado pero también en los grades edificaciones del presente. Y me pregunto ¿ es un libro pasado de moda, de esos que caducaron hace tiempo? Para nada...Los libros cuentan y son parte del momento histórico en las que viven, incluso son testigos, notarios y, los mejores, acusadores, de su historia. Aquellos, como éste, que consiguen coser entre una historia personal, las piezas de tela que cuentan la vida real, son los que soportaran el paso del tiempo, serán acunados como ejemplo y muestra de un mundo que existió y que aquí aparece sólido como las iglesias románicas.




Contado en primera persona, por Hans, el payaso de familia poderosa a la que abandona – y de la que es expulsado- para seguir su vida en los escenarios, y entonces comete el mayor pecado entre los de su gremio, dar lástima. Abandonado por Marie, se agarra al alcohol como Crusoe a su isla, pero sin Viernes que lo ayude. Desde el fondo de la botella solo ve el lugar en el que se ha estrellado en la caída. Nada sostiene ni su carrera, ni su vida, ni su futuro. Rechazado por el público, sin dinero, sin Marie, perdido su autodominio, abandonada cualquier forma de orgullo personal... Se aferra a sueños sin salida. Ésta es la historia de un hombre que recuerda, que ama y que odia, que se auto justifica y acusa, que repele y atrae, que angustia y da pena. Es una historia que cuenta un momento de la vida de un hombre, pero también describe un instante concreto de la historia de Alemania -durante y tras la 2ª Guerra Mundial-. Ambas situaciones se cruzan, se mezclan, se queman y vuelven a nacer juntas.


La rabia y la obsesión desbordan cada letra que compone el payaso. Y cada palabra son puñetazos
obsesivos y acusadores primero contra una clase de personas que llegaron al poder la derrota alemana; aquellos antiguos nazis embozados en los ropajes de líderes democráticos; pero también golpea a toda la clase católica que surge tras la guerra y a los que acusa de hipocresía y de estar ávidos de autoridad -a éstos odia más profundamente debido a que piensa que son los causantes del abandono de Marie-. Y por último es a sus ricos y poderosos padres a los que desprecia y achaca por haber tenido una infancia despreciable, ademas de ser los causantes, por su estupidez, de la muerte de su hermana. También existe un lugar, amplio, para recordar todos los momentos que pasó con Marie, las pobrezas, las risas, las tristezas, los viajes, los pequeños y grandes empeños de los dos, las lágrimas, los hoteles, los abortos, los amigos, y los enemigos... Esos enemigos, católicos como ella, que enfrentados al ateísmo de él, fueron minando, según él, la relación hasta devastarla.


Si te caes con todo, si tu caída es tan grande que llegas al infierno, si todas las manos que debían sujetarte son tan solidas como el humo del cigarro que ya no fumas, si has gastado todas tus fuerzas, si tus pies son un masa informe de los pisotones que has recibido, si las uñas con las que agarrarte a la pared te las has comido hasta la raíz. Créeme, deja quemarte alegre y modestamente entre las conmovedoras llamas del infierno. Y arrastra contigo a cuantos puedas...


wineruda

domingo, enero 13, 2008

LOS ANILLOS DE SATURNO de W.G SEBALD


LOS ANILLOS DE SATURNO de W.G
"Die Ringe des Saturn. Eine englische Wallfahrt", 1995

Ed. Debate, 2000, 302 páginas


Huyendo de algo, o quizá de todo, el narrador-que las siguientes páginas identificarán como el propio Sebald- comienza un largo paseo por el condado inglés de Suffolk; lugar de amplios espacios, casas antiguas, pasados mejores y futuros inciertos. Como para quien pasea en el tiempo y en el espacio, es en Suffolk en donde están sus pies pero su cabeza vuela entre chimeneas de viejas mansiones en decadencia y vive con Joseph Conrad en el Congo maldito y piensa en el mundo que rodeo a Thomas Browne, pasea entre la corte de los penúltimos emperadores chinos; va y vuelve entre su propio pasado y el pasado histórico ; abandonando y encontrando historias del cultivo de la seda, de la revolución irlandesa, del tiempo y -el amor- de Chateaubriand , la muerte de entre los campos de concentración nazis, islas misteriosas, imperios acabados, familias venidas a menos...
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"Extraño" sería la primera palabra que me viniera a la cabeza si me preguntaran sobre "Los anilos de Saturno", pero sólo es una primera impresión despistada. Esa que por un momento quiere quedarse con lo que tomamos por definición de una novela al uso... Me disculparía a mí mismo, porque esa sensación de que Sebald pasea por el límite entre lo que es ficción y realidad, te confunde. Acaso pudiera decir alguien que es un ensayo novelado, pero yo me quedaría con que es una "novela ensayada"... o mejor..que es una docta, interesante y amena charla de un amigo entre las cuatro paredes de una salón ingles, entre libros y chimeneas, donde te describen su vida y sus ideas, escondidas para el que las quiera encontrar, entre historias pasadas de sitios que visitó y discurrió, de personajes con los que vivió y otros que visitó entre las lineas de sus libros o de historia.



Todas, o casi, las cosas que cuenta dejan cierto regusto amargo posado entre sus recuerdos y sus pensamientos, posiblemente por que sus historias se tiñen a veces de tristeza, otras describen injusticias, o rebosan de nostalgia o de la exasperación de ver que algunas cosas que ocurrieron lo hicieron de la peor de las formas que pudieron hacerlo. Incluso las impresiones del viaje, de los paisajes que le rodean dotan al libro, lo impregnan, de melancolía, de soledad...Pero no debo dejar la idea de que el libro es deprimente ni nada parecido, porque la mayoría de las veces, lo que rezuma el libro es rabia contenida, de esa que parece que va a explotar entre fuegos de artificio, pero en este caso Sebald no gasta su escritos en pólvora, se limita - o consigue- dejar cargas de profundidad para el que quiera leerlo, para quien sepa descifrar entre su prosa aparentemente sencilla esas verdades de las que se nutren los anillos que rodean y marcan a cada persona a cada paso de su vida, y que como los de los árboles van creciendo y nutriéndose con la vida y el juicio de cada individuo, haya nacido en el signo de Saturno o no...

"Los anillos de Saturno" es un libro diferente, para leerlo cuando necesites huir de la realidad por los caminos de esa propia realidad, en esa donde un resplandor fugaz de un relámpago deja ver una figura que quedará grabada en tu mente eternamente, o la figura de un irlandés con escrúpulos te mostrará una visión diferente de una época que creías conocer, o la vida que se esconde entre las fachadas de los libros de historia, esa que nunca se cuenta porque no debe importar a nadie, porque las personas son lo que aparentan no lo que son para esos libros. O descubrirás un viejo que disfruta construyendo templos derruidos, y veras el sufrimiento de los expatriados en su nuevo país con tramoya incluida en el viaje...


Que los sucesos que cuenta sean reales, o no lo sean, es superfluo puesto que aun reconociendo que no es una novela al uso, sí está construida con todos aquellos elementos que cada cual pueda pensar que son necesarios para una buena historia. Por ello, cada una de las distintas definiciones que pudieran existir para valorarla como inteligente y amena, todas, valdrían para este libro.

Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...