sábado, junio 04, 2022

TROPISMOS de NATHALIE SARRAUTE

 







             Como gotas de tormenta de verano, grandes, desafiantes, que golpean el suelo y desperdigan por doquier polvo, calor y lágrimas, estos pequeños textos te golpean quizá más como granizo, hacen daño, son como amenazas constantes, como una lámpara de araña a punto de caer, como un tejado cayendo, como el cielo de los dioses derrumbándose sobre las mentes de los asustado fieles que abarrotan misas y lugares de condena.



        Los Tropismos son unos pequeños relatos, casi inspiraciones, casi amenazas que han pasado justo un momento por delante tuyo, o solo por  la mente, y tardas un segundo, apenas un segundo, tras su paso en saber del riesgo que has pasado, de lo que pudo pasar, que lo que te ha cruzado no era normal. Son sombras sobre días de sol, sombras que renacen en los sueños, o nacen intimidantes cuando piensas fijamente  en las cosas, en lo que tienes miedo, o lo que temes aunque no solo sea miedo; y, de estar forma,  les insuflas vida, das vida a las sombras de los pasillos, a las ganas de estar solo, a los movimientos extraños, a las obsesiones. Sí… supongo que he acertado con la palabra: los Topismos son relatos de lo obsesivo, de las cosas que hacen que repitas tú salida de casa, o que sientas miedo a moverte, a cambiar, al cambio, en efecto… sí …sientes miedo a que algo cambien, u una obsesión por la seguridad, por estar solo en tu lugar seguro, en el lugar donde todo parece protegerte, y las cosas no parecen amenazantes. Y lo peor de todo es que las obsesiones no cambian, no se escapan, no huyen por la ventana como los miedos a la luz del día;  las obsesiones se quedan, se quedan en edad y tiempo, y aumentan como la edad de los árboles, como la medida de tu estatura en al esquina de la puerta, y todo parece engañarte, todo parece envolverte, parece que sigue a tu lado, pegado como una mirada obscena, como un gesto miedoso, pegado con un pegamento abúlico, que parece que hace que no puedas moverte no por su potencia sino por su  duración, un pegamento que hace que las cosas estén junto a tus ojos, a tus oídos, a tu sensación, pero, ante todo a tus recuerdos;  todo es recuerdo, todo llega desde siempre, todo es desde siempre, sí, todo nace contigo, nace y te envuelve, los miedos que contagian a los niños, Y  llega a la adolescencia y … te acompaña hasta el cadalso de los sentidos
            Las cosas que no se cierran te envuelven, la garra oculta que solo tú ves, circundante y que aferra , de tu vida; es eso terrible y extraño que no cuentas a nadie que nace y vive en ti.


            Y el propio lenguaje de Nathalie, en sus Tropismos, acompaña a la obsesión… la acompaña y la acentúa, hace de ella un lugar central de lo que quiere contar:  giros verbales que enroscan los sentidos, como tornillos que van apretando la idea de que todo parece escurrirse por el sumidero de la mente, del lugar donde está lo temido y lo extraño. Adjetivos, sustantivos, verbos, frases que expresan, señalan o simulan miedos y ahogos, rituales y banderías;  expresan sensaciones que desembocan en el gran rio de lo inmaterial, de lo impalpable.  Porque lo que se siente no se puede tocar, son sensaciones, son horrores, miedos o pasmos. Lo impalpable como el centro del libro, las cosas necesitan de la expresión de la lengua y la elección de las palabras y los contextos para expresar que todo, las decenas de historias, de Tropismos, son expresiones de un situación a veces desesperada, a veces terrible, a veces temida u otras tan naturales que parece que ocurren junto a ti, pero expresan algo que te pone nervioso, no horrorizado, no, no va de eso, es solo la tensión de cosas que pueden pasar, que han pasado, que están pasando, pero casi siempre en la cabeza de alguien, del protagonista, del niño, del anciano, de la mujer que repite su misma estancia en la vida, porque parece que la vida la amenaza, la rodea, siente su pulso sino repite un gesto, una inmovilidad que la deje sobrevivir ese día.


            La sensación de inmutabilidad de las cosas que suceden a los protagonistas, de no poder luchar contra el mundo propio que lo rodea y amenaza, que hace de ellos personas a punto de implosionar, como guerreros que han tapado sus lanzas y amenazan con saltar desde las almenas, al vacio, a la oscuridad de la que nada saben.

viernes, junio 03, 2022

INSANIA de HÉLIA CORREIA

 



















INSANIA de HÉLIA CORREIA



La culpa la tienen los poetas, no tienen perdón, los buenos poetas, que de poetas buenos el mundo anda necesitado y, aun así, son los culpables. Culpables porque cuando escriben en prosa cojean en la pierna en la que tienen el zapato donde guardan las metáforas o el celofán donde se pegan a la piel esa incesante necesidad de crear mundos en los que los ves nacer, parir, en cada palabra; el lector ve nacer el libro en cada párrafo, en cada idea hay una nueva cosa en las que el poeta, culpable, ha creado una nueva mirada, porque eso es el mundo -la vida, la historia de tus y mis vidas-: el mundo son miradas. Tu mundo y mi mundo nunca se parecerán porque mi mirada no es la tuya, ni la de ella, ni la suya, ni la de aquel, ni la de nadie, es mi mirada agazapada tras mis ideas  y mis aprendizajes, la que descubre lo que -me-quiere contar el libro, Y es entonces cuando el culpable poeta se convierte en inocente, pero inocente de ingenuo, mi mirada ha convertido su libro en mio, se lo he robado, y no, no he cambiado las letras, ni una coma siquiera, no he cambiado nada, pero es mi libro. El poeta prosista, el prosista tahúrel tahúr poeta sabe que sus palabras dejan que entren en todos los mundos, en cada una de ellas, que la palabras sinónimas no tenga sentido como no tiene sentido el vaciar un dedal de agua en el mar, el contenido de las cosas son las propias cosas, y las cosas son sus contenidos, pero los arcones que contiene un libro son tantos que abrirlos todos harían de un libro, mil. Hélia Correia habla desde las entrañas de una poeta, de sus sonoridades, sus ritmos, sus imágenes que aparecen al cruzar la esquina izquierda del libro, las palabras son poesía, una poesía en prosa que busca contarnos una historia, una manera de enseñarnos un mundo. ¿Qué mundo? Un mundo derruido, un mundo muerto-o a punto de hacerlo o de derrumbarse y casi desaparecer-, un mundo cayéndose y a punto de estrellarse; como una hermosa bailarina de ballet a la que se le ha roto una pierna,o como si al piano de Sviatoslav Richter se le hubiera roto la tabla armónica. Supongo que la belleza de la música de Richter y el baile de la bailarina está en los dedos, en la ejecución, está en las piernas, está en la intención, está presente en el vacío , está donde siempre estará, pero la crudeza del mundo supera esa extraña combinación de lo bello y lo feo, de la muerte con las letras doradas, de la ignorancia con el saber andar. Y se derrumban las cosas bellas a pesar de estar presas de hermosas cuerdas y horribles cimientos.


“Insania”... ¿Cómo podría describirla?, y... ¿Si lo hiciera sabría expresar lo que he sentido al leerlo?¿Mentiría al decirlo? ¿Será esta ”Insania” mía la que quiso contar Helia? ¿El machete con el que desbrocé las zarzas y las enredaderas que dan imagen de ese mundo extraño es el necesario, el que debe cortar o puede cortar las palabras, y los verbos y los adjetivos con los que se quiso escribir este libro? Lo cierto es que no lo sé, y me da igual. Si quieres saber de este libro, debes aprender a mirar el mundo como si este se derrumbara, pero dentro de ese desplome, esa absoluta falta de todo, de esa muerte y amenaza constante esa crueldad de la vida, esa necesidad de todo, debes aprender  a mirar que esta historia llega a un pueblo llamado A Levada y que el comienzo, -vacío de miedo y de necesidad- es la llegada desde la nada de una niña llamada Natalina; una niña que no habla, que parece retrasada, que solo se mueve por el pueblo, aceptando comida y algún cariño que solo acepta a cucharaditas, justas y buscadas. La niña aparecerá y desaparecerá del texto, pero será su centro, será su discurrir y su intención, será acaso su metáfora de tahúr poeta que muestra al mundo de una niña desamparada en un tiempo de decadencia y a través, o cerca de ella, aparecerá un mundo de personajes, un abatido y desengañado grupo de personas que salen y entran de sus casas, de sus vida, esperando sobrevivir al fin del mundo, que no es y sí es, que mueve el hambre y mueve la vida. Es un mundo condenado, amenazante, donde nada cabe excepto la necesidad de sobrevivir sin pensar en el prójimo, lejos de necesidades comunales y de caricias y ayudas; solo es la búsqueda de sobrevivir entre un mundo sucio, raro, casi calumnioso con la vida. Personas que mueren y viven entre cobardías y rebeldías, y destrozos y reencuentros y hasta instintos espirituales que se mueren entre cadáveres que no conocen.

Los libros, digo mal, mis libros, los libros que yo acepto y amo, son los que te dejan una, o muchas,  sensación, sea inquieta o buena, los que son capaces de llegarte al alma o al cerebro o al corazón, o al estómago; no me valen los que utilizan el simple asco o la risa fácil o el lloro sensiblero, eso no es llegar al corazón o al cerebro o al alma, es bucar hacerlo, exacerbar una situación para mecánicamente -como una vulgar prensa que golpea segundo tras segundo, bom bom, sin nada que decir- herir o tocar o emocionar, pero dura un segundo; hay que tener algo más que cuatro formulas manidas que atrapan peces con redes de arrastre. Helia me ha llegado de dos formas: por un lado me ha producido inquietud, una sensación de desasosiego de que algo se trama en el mundo y no es lo que precisamente describe abiertamente ella, no te está contando lo que te está contando, te está hablando, por debajo -sotto voce- de la humanidad, de los tiempos que nos toca vivir, de los años, horas y minutos, en los que la soledad y la inquietud y la nada es parte de la vida de la gente, de nosotros mismos, esa maldita sensación de que nada es como parece y las almas que recorren el mundo se mueven por intereses y nada se sostiene sobre nada excepto en el puro egoísmo. Y por otro lado Helia me ha llegado por algo que repito en todos los libros que comento y en los que lo terrible se cuenta de la forma más hermosa, sea en sus palabras, sea en sus concepción, sea en sus creencias o sea en sus tentativas, y Helia lo hace: crea un mundo extraño, corrosivo, un mundo de muerte en la lluvia, hambre en las casas, frío en el cuerpo, odio en los ojos, bajezas en las ideas, y lo convierte en una novela en la que todo parece encajar como un puzzle del infierno de Dante o del “Juicio final”de El Bosco, un lugar terrible, apocalíptico, pero.... cruelmente bello.

Pero no sería normal hablar sobre “Insania” y dejar el personaje de la niña Natalina, en una pequeña mención que hago a mitad de comentario, ya he dicho que es un personaje silencioso y constante, hasta puede ser una metáfora del mundo débil, pero me he puesto a pensar y me he preguntado la razón por la que Helia creó el personaje, la razón por la que no habla, por la que recorre el mundo tomando lo que necesita, -hasta pedacitos de cariño- y el pueblo la oculta a los extraños y la ayuda y la... Y me respondo como lector tramposo que soy, o me creo, que Natalina es la vida, la simple, pura y hasta inepta vida que nos toca vivir a casi todos nosotros, porque, queramos o no, somos o valemos solo nuestros silencios; nos dan cariño y aceptamos lo que podemos o nos quieren dar, la gente también, -sí, sí Helia-, a veces ayuda aunque no sabe la razón o lo hace por inercia y somos tan ocultos para el mundo; como una mujer que ha pasado hoy junto a mí-como podría ser un hombre, pero digo mujer porque así lo he sentido- y que me ha parecido muy hermosa, y triste, y he pensado que a pesar de que aquí, en mi ciudad,  “solo” vivimos 27.000 personas,  jamás la volveré a ver -todo es fugaz y silencioso-. Al final Natalina soy yo, al final Natalina y el mundo y yo y el futuro no es nada, no hay nada. Hasta las pequeñas cosas hermosas, o las pequeñas ayudas se olvidan y se van, hacia ningún lado.

jueves, junio 02, 2022

POEMAS A LA HORA DE COMER de FRANK O'HARA

 


























POEMAS A LA HORA DE COMER de FRANK O'HARA

Rehago un comentario anterior después de la milésima relectura. Y lo hago porque desde que lo leí en esta reseña anterior mi percepción del mundo, de ver las cosas, de analizarlas, ha cambiado; y por ello la forma de entender este libro, todos.  Así que cosas que aquí leí no las defiendo ya o , al menos, no las percibo. La realidad es una y múltiple y es el tiempo, siempre el tiempo, el que la altera o la amolda a la vida, más viva o más cansada, más tonta o mas inteligente, pero te cambia. Te ama y te olvida.


Y...

Todo queda enredado con las palabras que los poetas crean los poemas. Alguien, alguno, necesita la decisión -el impulso o la ayuda o el desvelo- de una definición que le  diga que los versos avanzan correctos, sin apartarse del camino, exigiendo y reclamando una comprensión para con las cosas que dice; hay otros poemas -y poetas- que explican sus sensaciones, o sus imágenes o sus recuerdos, casi explicados a ráfagas como el viento que mueve las gotas de lluvia y que mi abuela, en una rara versión de poesía de pueblo. ella llamaba jinetes de lluvia;  decía que cuando ellos aparecían nadie podía esconderse y más les -nos- valdría, o refugiarse en algún portal o un cine, o cerrar  el paraguas y dejar que te mojara. Con Frank O'Hara hay que bajar el paraguas, cerrarlo, echarlo a la basura más cercana y empaparte de su visión de la vida, tan parcial , tan distinta, tan inconexa y saciante, tan fotográfica e  impregnante como los jinetes de lluvia de mi abuela...


A UN PASO DE DISTANCIA DE ELLOS



Es la hora de comer, así que salgo
a pasear entre los taxis pintados
de ruido. Primero, por la acera
donde los obreros alimentan sus sucios
y brillantes torsos con bocadillos
y Coca-Cola. Llevan cascos
amarillos; supongo que los protegen
de los ladrillos que caen. Luego
por la avenida donde las faldas se arremolinan
sobre los tacones y se inflan
encima de los enrejados. El sol calienta, pero los
taxis remueven el aire. Miro
ofertas de relojes de pulsera. Hay
gatos que juegan en el serán.
A
Times Square, donde el anuncio
humea sobre mi cabeza, y más arriba
mana suavemente el agua de la cascada. Un
Negro de pie en un portal con un
palillo se mueve lánguidamente.
Chista una corista rubia: él
sonríe y se frota la barbilla. De pronto
todo es bocina: son las 12:40 de
un jueves.
El neón de día es un
gran placer, como escribiría
Edwin Denby, como lo son las bombillas de día.
Paro para tomarme una hamburguesa de queso en JULIET'S
CORNER. Giulietta Masina, esposa de
Federico Fellini, ? bell'atrice.
Y chocolate malteado. Una señora que
viste pieles en un día así mete a su caniche
en un taxi.
Hoy hay varios portorriqueños
en la avenida, lo que
la hace hermosa y cálida. Primero
murió Bunny, después John Latouche,
después Jackson Pollock. ?Pero está la tierra
tan llena de ellos como lo estuvo la vida?
Y uno ha comido y pasea
frente a revistas con desnudos
y carteles de BULLFIGHT y
el Manhattan Storage Warehouse
que pronto será demolido. Antes
pensaba que aquí se hacía el
Armory Show.
Un vaso de zumo de papaya
y vuelta al trabajo. Mi corazón está en mi
bolsillo, son los Poemas de Pierre Reverdy.

Reconozco que cuando me llegó este libro hace muchos años me sorprendió su lectura primera, rellena de ideas, versos, estrofas con nombres de personas, de calles, tiendas, cines, actores, actrices, escritores,con platos de cocina, con cuadros,; me sorprendió la aparente desconexión de sus ideas, de sus versos que acampan allá por donde quieren, lejos de cementos que le den conexión y de lugares que los refugien del aire y que esparzan las ideas. Pareciera que sus versos, su dictado, su poética,  se desconect como cigarros encendidos en las ventanas de un rascacielos en la oscuridad de la noche, desconectados y unidos a la vez. Parecería que hay, que evoca y utiliza, una versión de la escritura automática o del surrealismo o de alguna versión libre que Frank aceptaba como suya: los poetas nacen , viven y crean donde, como, desde, para, entre los que quieren, así que me puse a leer y leer y leer. Y conocí a Frank. Él habla de lo que le llega a los sentidos, su versión de las cosas son los sentidos, la vista, el olfato, el tacto, pero también ese sentido de la belleza o del sexo, o de la propia ilógica y lógica del mundo que termina cerrándose en sus paginas, en sus versos, en una creencia de que el mundo irreal o real de sus poemas son mapas que conducen a caminos que llevan a casa -a su casa-, que llevan a la habitación donde reposa el amor  o la verdad o la amistad. Retazos  de realidad , brochazos en cuadros abstracto,  que expresan una realidad no uniforme, discontinua, que golpea el cerebro en flashes para que todo ese paisaje de personas, cosas, bares, miradas, bebidas, periódicos, coches...todos unidos, pintados o escritos, conformen la enorme realidad actual, de la poesia, de su vida, de los poemas, de ciudad donde vive, de, por ejemplo, Nueva York. Toda la poesía que aparece en el anterior poema “ A un paso de distancia de ellos” se resume en la vista de un mundo de gente normal viviendo sus vidas normales,  y de personas que conoció y rescata -y tamiza en su mente- en el recuerdo de un paseo , acaso alcanzados por el recuerdo de un simple color, o por el juicio de una de una situación; pasa el tiempo, los pasos, las miradas, las sorpresas, la avidez,  y el poema se acaba recordando a  Reverdy, poeta cuya técnica poética eras similar, por lo tanto todo es circular y en su bolsillo están sus poemas y su realidad. (como algún poema de Apollinaire-Zona- )

Comprendí tras ese leer y leer y leer a Frank, que las cosas tienen su ritmo, -jazz, siempre jazz, y el ruido del goteo, la caida, de pintura en bocetos, ruidos de pasos en el asfalto, de bares que gritan, de coches, del sonido de un recuerdo que te vuelve, de vendedores, de rastros, de una conversación que se aleja... -y como cualquier persona, como cualquier poeta, lo que se quiere contar, lo que quiere que el otro sepa -el receptor x, o el mundo desdeñoso-, que destaque como un día hermoso o terrible, debe estar centrado en pequeños recuerdos y resaltar al final, como si no fuera lo importante, la impresión de algo que sucedió, de lo que no olvidará, que el día a trascurrido como siempre, que la vida transcurre normal,-vivo, paseo, compro, paseo, recuerdo, paso junto a..- y, en un instante, una palabra, un titular, un recuerdo, jazz, Billie...y, de repente, el sonido de una voz, su voz, retumba

EL DÍA QUE MURIÓ LADY DAY

Son las 12:20 en Nueva York un viernes
tres días después del Día de la Bastilla, sí
es 1959 y yo voy a lustrarme los zapatos
porque voy a bajarme del tren de las 4:19 en Easthampton
a las 7:45 y después iré directo a cenar
y no conozco a los que me darán de comer

Camino por la calle sofocante donde asoma el sol
y me tomo una hamburguesa y un malteado y compro
un feo NEW WORLD WRITING para ver que hacen estos días
los poetas de Ghana.

Voy después al banco
y la señora miss Stillwagon (de nombre Linda oí una vez)
ni siquiera comprueba mi saldo por una vez en su vida
y en el GOLDEN GRIFFIN le compro a Patsy
un pequeño Verlaine con dibujos de Bonnard aunque considere
en el Hesíodo, trad. por Richmond Lattimore
o el nuevo drama de Brendan Behan o Le Balcon o Les Nègres
de Genet, pero no, me quedo con Verlaine
después de casi dormirme con el dilema

y para Mike por la tienda de Licores
de PARK LANE y pido una botella de Strega y
vuelvo por mis pasos e a la 6a. Avenida
y al estanco del Teatro Ziegfeld
pido distraídamente un cartón de Gauloises y un cartón
de Picayunes, y un NEW YORK POST que trae su cara
y ahora ya estoy sudando mucho y pensando en
apoyarme en la puerta del wáter del FIVE SPOT
mientras ella susurraba una canción al correr del teclado
dedicado a Mal Waldron y todo mundo y yo dejábamos de respirar.

La procesión de nombres propios y de marcas de tabaco o nombres de bares, nombran un recorrido por la ciudad que va envolviendo su recorrido de epopeya de recuerdos, ; como si la labor de tejer el sudario de Penélope (convertido ahora en una epopeya directa  no a un reencuentro sino a un final) se compusiera y se descompusiera en lugares que estaban allí como puestos por el destino solo para saber que unos pasos más allá sabrá que ha muerto Billie Holliday, y todo esos nombres son parte de la tragedia para siempre, reunidos en el círculo de la pena que no olvidará nunca. Porque el poema solo quiere decirte que la pena le sobrepasa y que Billie era la que detenía el mundo con la voz y el signo de su cara y sus ojos, que jamás será olvidada, ni los instantes aquellos... Ya nadie destejerá su voz.

Pero nada queda en los poemas, de ningún poeta, si no expresa lo que ha decidido que debe ser su poesía y para él, para Frank, creó una definición, un especie, entiendo, de broma exposición que decía “i do this do that'poems” (poemas “hago esto hago aquello), así que todo lo que cuenta en sus poemas son cosas que van sucediendo en el día o en la vida. Que salgan nombres, países, viajes, bebida, sexo, deseo repentino, bares cerrados, borracheras sin y con amor, deseo...es consustancial y definitorio de su poesía.

Todo será una cámara que fotografíar instantes, para, al momento,  montar un collage de esa  vida y de esas realidades. Portarlo en las mochilas de los lectores merecerá la pena si lo aceptas, yo los porto desde hace tantos años, que me llevo Frank a todos los lados, por que existen poemas de una extraña y resuelta belleza, que lo separan de la lógica poesía que siempre leo.



AVE MARÍA

Madres de América
¡Dejad que vuestros hijos vayan al cine!
Que salgan de casa y así no sabrán qué hacéis
es verdad que el aire fresco es bueno para el cuerpo
pero qué hay del alama
esa crece en la oscuridad, repujada de imágenes plateadas
y cuando envejezcáis como habéis de envejecer
no os odiarán
no os criticarán no sabrán
estarán en algún país lleno de glamour
que vieron por primera vez en una tarde de sábado o mientras hacían novillos
ipuede que incluso os estén agradecidos
por su primera experiencia sexual
que solo os costó veinticinco centavos
y que no perturbó la tranquilidad del hogar
sabrán de dónde vienen las golosinas
y las bolsas de palomitas gratis
tan gratuitas como salir antes de que la película acabe
con un agradable desconocido cuyo apartamento está
en el edificio Tierra en el Paraíso
cerca del puente de Williamsburg
a los chavales porque si nadie los liga en al cine
ni se darán cuenta
y si alguien la nota será una pura delicia
y sen ambos caso se habrán divertido mucho
en lugar de perder el tiempo en el patio
o arriba en su habitacion
odiándoos
prematuramente puesto que aún no habréis hecho nada
horriblemente malo
salvo preservarlos de las alegrías más oscuras
esto último es imperdonable
así que no me culpéis si no seguís este consejo
y la familia se rompe
y vuestros hijos se vuelven viejos y ciegos ante el televisor viendo
películas que vosotras no les dejasteis ver cuando eran jóvenes



La poesía de Frank O'Hara , conociéndola,a veces enseña la rotunda ironía de sus textos que destilan humor, o quizá fuera mejor decir, causticidad con el mundo, con lo que le rodea, con el mundo de la política, de la sociedad alta que le rodeaba, del arte que dominaba, de la sexualidad, de lo real irreal, de lo real irreal, nadie vuelve incólume de sus citas, -sin heridas o marcas-, que cruzan los versos rápidas, pero certeras como flechas.Otras veces su poesía es para una segunda persona, puede que vaya dirigida a ti, a mí, a un amigo, a las páginas en blanco, al propio Frank O'Hara; es una mirada que va contando, como una conversación grabada en papel y tinta lo que sucede en la calle, pero también expone y fija, porque es el filtro de todo, el secante que lo asegura para siempre, pero también el cedazo que criba y convierte en vital lo ocasional inútil, en trascendental para ser leído para siempre, como una canción que queda en la mente años después de haber besado a aquel amor, y recuerdas la canción no la cara de tu amante.




PASOS
Qué graciosa estás hoy Nueva York
como Ginger Rogers en Swingtime
y el campanario de St. Bridget levemente inclinado a la izquierda

acabo de saltar de una cama llena de días-V
(me he cansado de días-D) y ahí sigues aún triste
me aceptas tonto y libre
solo quiero una habitación arriba
contigo dentro
y hasta el atasco enorme de tráfico es una excusa
para que la gente se roce una con otra
y cuando sus instrumentos quirúrgicos encajan
permanecen unidos
por el resto del día (vaya día)
me paso a examinar una diapositiva y digo
que ese cuadro no es tan azul

Dónde está Lana Turner
ha salido a comer
y el camerino de Garbo en el Met
todos e quitan el abrigo
para poder enseñar el torax a quienes les gusta mirarlo
y el parque está lleno de bailarines con sus mallas y zapatos
en bolsitas
que a veces los confundes con los que hacen ejercicio en el West Side y
por qué no
Los Piratas de Pittsburgh gritan porque han ganado
y de algún modo todos ganamos
estamos vivos
una pareja gay dejó libre el piso
que se fueron al campo en busca de diversión
se fueron un día antes de tiempo
incluso los apuñalamientos contribuyen ala explosión demográfica

aunque en el país equivocado
y todos esos mentirosos han dejado la ONU
el edificio Seagram ya no rivaliza en interés
no porque necesitemos alcohol (sin más, nos gusta)

y la caja que está en la acera
junto al delicatessen
para que el viejo se pueda sentar encima y beber cerveza
y recibir una buena de su mujer al final del día
mientras el sol aún brilla
ay dios es maravilloso
levantarse de la cama
y beber demasiado café
y fumar demasiados cigarros
y amarte tanto



Fantasía

(dedicado a la salud de Allen Ginsberg)

¿Cuánto te gusta la música de Adolph
Deutsch? A mí
me gusta más que la de Max Steiner. Piensa
en la banda sonora Northern Pursuit, el tema de Helmut Dantyne
era…
y fue entonces cuando la ventana cayó en mi mano. Errol
Flynn estaba esquiando. descendió
descendió descendió el inexorable
submarino gris bajo el hielo “frío” .
Helmut estaba
a salvo en tierra, sobre el hielo.
¿A qué sueños, qué increíbles
fantasías de pedos nevados conducirá todo esto?
No
sé, he dejado de pensar como un perro de trineo.

Lo principal es contar una historia.
Es casi
esencial. Imagínate
desperdiciar el alud
tan pronto en la película. Yo soy el único espía que queda
en Canadá,
pero solo porque está solo en la nieve
no significa necesariamente que sea un Nazi.
Veamos,
dos aspirinas una tableta de vitamina C y un poco de bicarbonato sódico
eso es lo que hace falta, practicamente un
Alka
Seltzer. Allen sal del baño
y tómatelo.
Creo que alguien ha puesto mantequilla en mis esquís en lugar de
cera.
Ay. El cobertizo se está desplomando sobre
los abetos, y hay otro espía más gordo aquí. No me
dijeron que le habían

enviado. Bien, eso se encargará
de él, caray chico, qué hambre tenían estos perros esquimales
Allen
¿te sientes algo mejor? Sí, Helmut Dantine

me vuelve loco
pero me alegra que Canadá siga siendo
libre. Simplemente libre, eso es todo, nunca discutas con las películas.







Sin embargo la poesía de O'Hara no acaba ni empieza en directas señales a su mundo cultural o local, hay otro espacio en el que va tejiendo su vida privada, interna, de amor por la música , por el amor, por la vida, su homosexualidad, sus viajes, que alcanza formas de belleza oportuna. Lo cotidiano, lo urbano, el mundo moderno te enseña miradas diferentes, -Frank hubiera escrito diferente si de repente aparece en la era de internet, de la globalización y del arte actual-es lo esencial en la forma de ver la vida, todo lo que ocurre alrededor de los versos que lees en este libro, con cosas que hubo en las calles , vidas y amores del poeta, están las sensaciones que cruzaron su mente, están probablemente los mismos lugares y los mismos tejados y los socavones por dónde van cayendo y levantándose la gente que cruza aquellos paisajes y sentimientos.


Por el cumpleaños de Rachmaninoff
¡Rápido! Un último poema antes de que pierda
la chaveta Oh Rachmaninoff!
Entra, Massachusets. ¿Toca la trompa la galleta
rellena de higo? Tronantes ventanas
del infierno, ¿se harán polvo alguna vez
vuestros tubos? Oh mi palacio de naranjas,
tienda de cachivaches, cosas básicas, tierra oscura, basalto;
soy otra vez aquel niño que se sentía tan

triste, un manoseado pizzicato. Mi bolsillo
lleno de cuentas de de colores ,, yoyós, lápices de carpintero,
amatistas, jeringuillas, hipo, insignias de campaña,
¿está la habitación llena de humo?A la mierda
la sopa, deja que se queme. Así que ha vuelto.
Nunca estarás mentalmente sobrio.










POEMA



Café instantáneo con nata ligeramente amarga
y una llamada telefónica al más allá
que no aparece acercarse lo más mínimo.
ah papá, quiero estar borracho muchos días”
de la poesía de un nuevo amigo
mi vida precariamente sostenida en las manos
videntes de otros, sus y mis imposibilidades.
¿Es esto amor, ahora que por fin he muerto
el primer amor, donde no había imposibilidades?



La no puntuación, la no expresión de creaciones tópicas, o la presentación de situaciones extrañas salen de lo común para hacerse diferente, pero, a la vez, lo diferente se hace común, cotidiano, palpable pero por eso es un poeta. -El hombre o la mujer que se aleja de lo común para llegar a lo diverso a lo diferente-. Ese pequeño ser que escribe en cuartillas o en cuadernos de colegio o en Pcs , para encontrar el lugar donde investigar su mundo interior. Y que le ha llevado a expresarse como lo hace.
 
Llegado un momento, un pequeño consejo, lo he leido tantas veces... Miradlo de otra forma, leedlo como si fuera un cuadro cuya composición exprese ideas o realidades o setimientos al instante, cuyo conjunto sea la unión de muchas partes separadas, conformando esa realidad la unión separada y alterada de todas ellas. !Ah! Y leedla miestras oís a Billie Holiday, claro, o si no con Miles Davis, por ejemplo en su disco con Thelonious Monk en Newport.
.



Víctor 

domingo, mayo 29, 2022

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

 


50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS

SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG

 

 

Decían que decían que Stanley Kubrick fue el que diseñó y filmó el artificio de la primera  llegada a la luna, ese que luego se vio en las televisiones del mundo aquel 20 de julio de 1969, cuando  Neil Armstrong y Edwin F. Aldrin pisaron la superficie del satélite terrestre. Decían que Kubrick era el encargado de recrear y hacer creíble aquello que, decían, era mentira. Años después un canal de televisión creó un mockumentary (mock documentary) en las que la viuda de Kubrick, el propio Aldrin, altas figuras de la política y militares  de aquella época como Henry Kissinger, Donald Rumsfeld, Alexander Haig…” confesaban”, todos ellos, que sí, que fue un gran engaño. Seguían los pasos de alguna manera de aquel legendario falso noticiario de Orson Wells y su radiada guerra de los mundos, y otros muchos que le siguieron. Todos, creo, parten de una premisa, lo que siempre ha sido real convierte en real todo lo que parte de él, la radio contaba lo que pasaba en el mundo y era siempre cierto hasta podría serlo una invasión marciana; los documentales necesitan explicitar que son falsos o inventados porque se les considera un vehículo en los que son meros expositores demostrativos o explicativos de la realidad, desnuda. De la misma forma una antología poética es, o suele ser, el mero vehículo demostrativo del caminar poético de un parte concreta del mundo literario. Crear una "mock anthology", una falsa o inventada antología, es un ejercicio de literatura cuanto menos arriesgado, aunque solo fuera por el mero hecho de recrear poemas de poetas diferentes, y que estos sean apreciables, buenos -o malos o simplemente magníficos- ; y  que sean expresión, claro, de poetas diferentes: y saltar las líneas de un poeta a otro, expresar cosas diferentes, de manera diferentes, en distintas voces y registros, ser muchos, y  uno y muchos.  Y no solo eso, sino que la exposición y exhibición de esos poemas no solo sea un registro numerado y ordenado de poemas con diferente autor, como si el "mockumentary "de “ Dark side of the moon” -que así se llama el antes citado- lo hubieran hecho con actores malamente caracterizados de Kissinger o Aldrin…

Pues no, este libro es una excelente recreación, una gran recreación, de un mundo entre muchos mundos, de muchos sistemas poéticos a la forma de una sola forma poética, la poesía norteamericana. No sé si alguien leerá esto, tampoco tiene importancia, y, si es así, y si ha leído mis comentarios de libros, verá que yo no hago reseñas, sino que explico lo que me ha dado -dejado- ese libro, lo que he percibido. Aunque, evidentemente, se nota lo que me gusta o no, solo en un libro, creo recordar, he dicho, explícitamente, que es magnífico, dije  que “El diario de Hamlet García” de Paulino  Masip, era la mejor novela escrita por un español del siglo XX que yo haya leído. Saltaré mi estilo, de nuevo,  para decir que este del que hablo es lo mejor que he leído en estos últimos tiempos, no sé, años o lustros….Básicamente es un libro simple, poesías de varios autores a los que después se les hace, más o menos, las mismas preguntas, más o menos, de nuevo, típicas en algunas antologías; lecturas, influencias, formas de escribir origen de su poesía a  través de las cuales descubres a la persona, su caracter, su forma de ver el mundo, sus manías, sus defectos, su manera de tratar a la vida y la poesía, y cómo esta le ha tratado. etc. Bien, nada extraño, nada raro, nada especial, sin embargo cuando un artificio inventado (un falso documental , una antología inventada, un sueño real...) se convierte en arte, sobrepasa esa pequeña línea de lo que es curioso, visual, recreativo  o literario a lo que es emocionante.

Borges o Lem o Milorad Pavic crearon artificios literarios plasmados en libros sobre libros inventados; en “Pálido fuego” Nabokov partía de un poema para, a través de él, recrear una historia siguiendo sus versos, de aquel surgía todo. En este caso el camino va y vuelve, de los poemas salen los poetas, pero de los poetas salen los poemas. Es curioso leer los poemas, para, siguiendo el orden lógico del libro, leer la entrevista del antólogo al poeta, pero lo es más volver a ellos una vez leído el cuestionario-entrevista, es volver a revelar nuevos espacios y caminos, encajan más aún. Es más, hay un poeta concreto de esta antología inventada del cual no me gustan sus poemas, nada. Pero me resultó revelador que tampoco me gustaba la personalidad que Zaidenwerg ha recompuesto en su entrevista. Dicha curiosidad se repitió la segunda vez que he leído el libro acentuando el aprecio por el personaje/obra en algunos casos y, o, el disfrute en otros o el pasar por encima de ese. Pasto sobre pasto.

 

Supongo que el alquimista que busca ser poeta y prosista buscará ese término exacto, la piedra que cae en el flan y expande y mancha de poesía una novela, al modo de Jim Jarmusch  en “Patterson” recreando un mundo a través de los poemas de un conductor que recreaba  los de un poeta real, Ron Padgett, que a la vez debía tener resonancias, olor, una pizca, una nada, de otro poeta, del poeta de Patterson, William Carlos Williams. Del mismo modo este libro inventa personalidades poéticas, los poetas nacen de su entorno, retozan en sus orígenes y sus influencias, aplauden a sus referencias actuales, y todos son reales, todos los encuentras en la biblioteca del buen lector americano de poesía, sirven para expresar y referenciar a los recreados por Zaidenwerg y para que yo aumente mi colección de poetas a descubrir. Sirven, por lo que yo reconozco, para mostrar caminitos paralelos de lo real y lo aquí imaginado, gatos de porcelana para que maúllen al amor. Y aquí en este libros encontrarás poetas tímidos, y coherentes, y poetisas postcoloniales, y poetisas que no quieren saber, que no hablan apenas, y poetas que  no le gusta que les preguntes y otros pedantes, y alguno que se ha colado por ser amigo del antólogo. (Metapoesía, sobre metapoemas, sobre prosa metapoétíca). Recrean todos en sus respuestas, sus origen su mundo, sus penas y glorias, sus delicias, y  sus recuerdos, recrean un mundo, como un cuadro en los que los trazos cortos y contundentes te han expresado un mundo. Realidad sobre realidad sobre irrealidades, documentos para ser no documentos.

Pero no solo…

Este libro habla de música: la música como parte de composición y de poesía, y del poeta como compositor de pactos y de ritmos, música para vivir, y para compaginar el poema con el gesto inconsciente  del pie en la barra del bar, dar un ritmo una baqueta para dar al tambor del libro, poemas sincopados con el éter o con el bajo del altavoz o con  el sonido de ese bar donde lo lees o con el trino de algún  pájaro huyendo de los halcones. Todo es ritmo, poesía sincopada. Y habla… de la traducción-versionado-, puesto que en principio, aunque están los poemas originales en inglés, está antología está hecha para ser traducida al español, De tal modo que plantea la pregunta que yo alguna vez he contestado, y que, en contra de la tajante afirmación de Frost sobre que la poesía es lo que se pierde en la traducción, yo respondí en esa discusión que pudiera que fuera  posible, pero no leer traducciones limitaría tus lecturas a la nada, perderías no ya un mundo, perderías el mundo. El traductor/interpretador  te enseñará algo escrito en el agua, lo leerás y lo apreciarás, pero si no existiera el traductor/versionador ese poema sería solo parte de la orilla. La poesía traza los caminos, el poeta los recorre, el traductor los marca en el mapa, el lector los hace suyos, en su idioma original o en el inventado o en el versionado, qué más da. Amo a Ajmátova, la querré siempre, y nunca sabré ruso; aunque no sea Ajmátova y sea Айматова

 ,,

Y…La poesía… la poesía aquí lo es todo, es todo sobre  lo que he escrito hasta ahora, y lo que no he escrito, es de lo que va el libro, es lo que huele y suena, es lo que te mancha. El autor debe ser una esponja creativa, o un aspersor poético porque hay momentos mágicos de lectura poética creada, combinada, al estilo de diferentes escuelas poéticas norteamericanas, pero eso me da igual, la poesía es bella o no es bella, encaja en su tiempo, en su espacio, en las páginas de los libros, o  no lo hace. Es belleza o no lo es. Crea o no es creativa. Canta o calla. Nace o está muerta. Y esta es bella, es de su tiempo, encaja, es creativa y canta y ya ha nacido.


Historias para crear personajes para crear poemas para crear personajes para crear historias.

Leedlo,  como en un paseo que de pronto te pones a silbar , hace tiempo que no lo hacías, por la simple  y única razón de que en ese instante te hace feliz.

martes, abril 19, 2022

OCHO PARADAS EN LA ARENA de ELENA ROMÁN

 


El poema perfecto podría ser el que pudiera reunir todos los sentidos en una reunión perfecta de  versos que hacen estrofas que hacen poemas que hacen que el oído , la vista, el olfato, el gusto y el tacto convergieran en un estado perfecto de belleza que explote en la mente generando un cráter que haga mella en ti, que explore todos los caminos por los que pueda discurrir la belleza, o la fealdad, o la sensación, o el mundo, solo el mundo desnudo; que explique la vida, para adelante y para atrás, con sus modos épicos y sus modos pedestres, sus modos terrenales, que haga que una gota de lluvia escrita en un papel huela, moje, manche, enfríe, que te rompa los tímpanos. Pero no existe el poema perfecto. Podemos ver la belleza, la poesía, escondida en el tacto de una seda o de una piel; podemos sentir el gusto de una cereza  que nos transporte a mil meses atrás, en aquel bosque….Podemos…todo… Pero no podemos hacerlo todo junto. Acaso solo podemos leer un poema, sentir, su ritmo, sus imágenes, podemos dibujar un mundo en el cerebro cuando leemos solo una verso, o dos estrofas o ver el universo en un poema; a esos versos, le podemos sacar las entrañas y de una imagen sacar el gusto amargo de una derrota o el sabor del tabaco en una noche de olvido. Podría ese poema tener solo dos caminos: la vista, leemos; el oído, oímos su ritmo, lo creamos y lo identificamos; hay ruido: puede ser blues, un piano, hay dramatismo, hay comedia, hay sonatas, puede ser jazz, es un baile lento, es swing, es vals, es tango, es vigor, es suavidad es… Si leo un  poema la música me da el compás, la armonía, si leo un libro, identifico su música, es un descarte mental; leo el libro, y lo identifico, de forma que la segunda vez que lo leo he identificado su orquesta acompañante, su banda sonora y lo acompaño siempre con música… su música. Así lo he hecho desde pequeño, con aquellos viejos radiocasetes, no hay otra manera, me da la cadencia, el sentido, me da el ambiente, me da el teatro donde actúa el autor, me da los caminos donde debo andar, donde creerme metido en el mundo del poema, como si allí viviera. Y siempre será así, siempre es así, no falla, no puedo leer un poema sin su música, y solo con su música, con la que encaja, no me vale otra solo una solo la que abre las puertas, los abradacabras de corcheas y metáforas, los mendicantes del aire y el papel y las notas.

FOTOGRAFíAS Y LA ADMISIÓN

Debo admitir que en el antagonismo

previsto entre el mar y la tierra,

existe un nexo-la arena-

 y que ahí estoy yo.

De las fotografías que hago,

 unas se convertirán en bocetos mediocres

y las demás en pasto de canícula.

Fotografío camellos, fotografío palmeras,

fotografío por la noche al río,

fotografío bañistas albinos inventados

por mi mente a las tres

y flotadores verdaderos



Este  libro me encajó, perfecto, con un la música swing de un grupo llamado GIRLS OF MARS, su ritmo, su compás, su tono alegre y desenfadado, pero con ese matiz de este tipo de swing, jazz, que  a mí siempre se me adivina irónico, como con cierto complicidad para con el que oye, con el que baila, estoy aquí y te canto para que me entiendas y me bailes, me leas o me escuches, para que me identifiques cuando te cuento y te canto, para que sepas que mis estrofas y mis canciones, mis versos,  son para contarte qué soy y qué pienso. Sí, este libro me  suena como si alguien diera pasos haciendo ruido, o mejor, pisando charcos, como en un baile de Gene Kelly con punzón, sacando las tripas a los almohadones, a los sofás, sacando a pasear la vida por los mundos de arena, que de eso va el libro, un paseo inocente por las arenas de nuestro mundo: la playa, el desierto, el albero, la arena de la lucha, la del reloj,  hasta la arena del gato. Elena Román esparce la arena por todos los lados, con metáforas que nos manchan los helados, imágenes, granitos de cuarzo y vida,  que  nos entran en  los ojos, nos tapan la vista, nos da regusto a la boca, los masticamos. Elena, su voz, muestra un lado que malea  la ironía, que la faculta para morder, como la de algún  personaje de Quino que haya crecido y haya puesto en papel su día a  día irónico, sagaz, sarcástico, con cierto punto de final de jornada  de verano cuando empieza a caer una tormenta. Palabras de ida y de vuelta, palabras para saltar y descubrir su mundo, palabras que hablan de su  mundo e ideas, palabras para pisar y resbalar , palabras, todo palabras…Arena, arena , arena, con olor a campo, a noche, a niñez, a vacaciones, a olvido, a pelea, desengaño a amor, a casa;  arena que es donde pisas, pero es , también donde respiras, un mundo mudo de granos de arena, microscópicos y enormes, que te acompañan, como lo hacen esas palabras que se reúnen para amamantar silos y dunas y cargas y vidas, la vida de la voz del poema acaso su la vida de Elena o solo su voz poética

 

MAR MENOR

Muevo la cabeza de una duna a otra,

con sugerente ardor en el pelo,

el color de la tierra en la piel

y en nueve de cada diez palabras.

Un banderín robado en un cumpleaños

surca las curvas como un velero

jalado por mis manos titiriteras.

Tengo taponados los oídos

por la intrusión de una tenia miope

y confundo grillos con teléfonos.

Sentada sobre la esterilla extendida

rebusco en una bolsa de mimbre

el bronceador y un poco de cordura

 

 

Los poemas me descubren una voz como la de un niño que mira por primera vez en el microscopio y, por otro lado, como la de un cirujano, acaso el mismo niño, con un bisturí en la mano, que corta, saja, enseña, muestra. La mirada de un niño que descubre cosas pero las analiza una voz a veces saltarina, a veces malhumorada, a veces…



Sin embargo...

 

Sin embargo… leía mientras oía la música de Girls of mars, lo  leía por 5 quinta, o sexta tal vez, vez el libro, y el archivo de música que usaba se acabó, y comenzó otro grupo, pura casualidad, que de repente encajó como un guante, como una vela en unos maitines, como un ciclón en un cumpleaños. Dicho grupo se llama THE NATIONAL, y el disco se titula “High violet”, cosa que no tendría mayor importancia, mayor necesidad de contarlo aquí, si no fuera porque es un grupo cuya música podría describirla como melancólica, justo lo contrario que el grupo de Swing. Me pregunté la razón por la que este libro aceptaba esa música, me aceptaba, Y, claro, la respuesta es obvia, detrás de las metáforas, juguetonas, hasta en momentos cómicas o de un humor sarcástico o valiente, con ese componente de “auto-descripción” que las voces de los poetas pueden convertirlas en bisturí para sus mentes, para describirse o describir la vida, su vida, vía, vista, visita…. Sí, creo que con THE NATIONAL vi, dejé que yo viera, descubrí, mirando el otro lado de los poemas,  que  todas esas partes que muestran los poemas de este libro como partes de un baile alegre, detrás, tienen un componente triste, melancólico, o quizá, sin siempre ser algo tan serio, es solo a veces  una regañina a la vida,  como si la mesa de mezclas rayara el disco, como sí las marchas del motor rugieran cuando vas rápido, cuando lees rápido el libro, cuando te dejas confundir por asumir algo que puede que no sea así.

 

ECO

Esto no es eso que se dice.

No lo habita un silencio con eco,

 un  mudo forcejeo del agua con ella misma

                                               en la boca del grifo.

Aquí no se ralentiza nada;

simplemente, no hay nada.

 

Mis palabras se ahogan

 en saliva abundante.

 

Golpeo el cristal con ambas manos

y se me diluyen sustituyéndolas

dos saltamontes.

 

pero empieza a moverse la arena

y me cubre entera y me siento como

                                               un bebe antíguo.

 

 

 

 

 

AL poco, pensé que era cuestión de mi humor, que esa visión era momentánea,  nadie lee un libro dos veces igual, como no te bañas en el mismo rio dos veces, no hay dos lecturas iguales; lo pensé, pero no, ahí están, las miradas melancólicas, las heridas, pequeñas o grandes, que asoman aquí y allá, que acaban el poema o lo empiezan, que entre las arenas descubres juegos y saltos, y decepciones y perdidas, y ves que en la playa se nubla, llega la tormenta, en el parque a los ancianos o a las poetas en sus sábados; y la batalla por la vida levanta arena que ciega  los ojos, que el desierto está detrás de tu ventana.

 

RISAS DESENLATADAS

Mi salida al exterior viene acompañada

de orín de payaso al que le falla un poco el pulso

y la vista del todo. Se ríen los niños, se ríen  los focos,

Se ríe el ligre, ser ríe un libro y yo también me río (¿se me oye?).

Vienen hacia mí ciento doce mil cuchillos, un chorro  de agua,.

tres cabras, una estampida de elefantes y yo, también me río.

 

 

Desnudar imágenes, levanta ventanas en los pasillos de las metáforas, salvar ritmos e ideas de entre el saco oscuro es función del lector, del que lee un libro sobre el universo, sobre el universo propio de los poetas,  que  de repente, porque sí, se convierte en tu mundo, en su/tu cárcel de pastel o de acero, que los versos son escritos en la arena que cada día se borra cuando cierras el libro, son tus poemas es tu voz, que la belleza está donde mires con tus ojos de poeta, con oídos de músico, con tacto de ciego, con olfato de serpiente, con gusto de papel.

Pisar por la arista de una montaña requiere que pongas un pie en cada vertiente manteniendo el equilibrio en el centro, pisando cada lado, salvando la vida en cada paso, mirando el abismo que en cada vertiente esconde un tipo de belleza. Sea melancólica en un lado, sea alegre, juguetona en el otro. La felicidad está en descubrirlo en pasear por dunas, hojas, playas, músicas o versos, en arena que tare el cielo  y los libros.

 

 

 

LA AMPLITUD

 

Estoy tumbada sobre una toalla

tendida sobre una arena

revuelta de virutas de goma.

 

Canto bajito mis pensamientos.

 

Estoy a los pies de un castillo sin pies.

Hasta es posible que me anime a visitar

                               y en él me pierda.

 

 

 

Las dunas se mueven, las playas van y vienen+-, los parques se pasean, los relojes de arena se acaban, todo se acaba y empieza, son los versos los que los detiene, fijos, en el tiempo y las retinas.

 

VARITA MÁGICA

 

Pero una nube de humo como anticipo

de una paloma o de unas pocas flores

tocadas por un varita cuando no eran nada,

                               eso puede hacerme olvidar

que lo nacido en el humo es humo,

que yo estoy aquí de paso,

que ningún efecto óptico

me va a drogar los ojos,

que los bebederos son los bebederos

                               y lo demás son mares.

 

lunes, marzo 07, 2022

ARMÓNICA PARA DESNUDAR UN SUEÑO de GILDARDO MONTOYA CASTRO

 


ARMÓNICA PARA DESNUDAR UN SUEÑO de GILDARDO MONTOYA CASTRO

 

 

Cada libro, cada página, cada poema, un verso, dejan un rastro en la persona que los lee, pequeñas manchas en los ojos, como heridas impresas en el iris; deja pequeñas represas repletas de caudales infinitos en la mente. El libro, el poema, el verso, pareciera, a su vez, manchado de los recuerdos, de la vida, de los inciensos y los lápices, ya sin punta, del que los lee. Hubiera dicho, cada vez que he leído un poema hermoso, una página de luz, o de sombra, que estaba escrito para mí, acaso por mí, como si todos los escritores que me gustan, fueran yo, o, solo,  fueran  amanuenses de mis pensamientos o experiencias. Supongo que eso es básicamente amar la literatura, o que ella te ame a ti, no sé bien cuál es el camino de ida y de vuelta.

De la misma forma, por ello,  identificar esos sentimientos y sensaciones en un libro es hermanarte con su autor, aceptarlo en tu casa, darle comida y cobijo, puesto que sabes de su vida, de sus pensamientos, sufrimientos, sabores, amores, caídas y alegrías, más de lo que sabes de tus amigos de carne y boca, o, a veces, como he dicho,  de ti mismo, él sueles ser tú…tantas veces... Pasearte por las páginas es un reto de voyeur, a veces hacia fuera, a veces hacia dentro, la recóndita experiencia de descubrir-te- mundos, olas, holas,  áreas, ojalás y vaivenes.

 

ESTILO

La gramática que pulso

no abandona el espanto,

avanza entre falsas paredes;

con dardos azulados,

desaparezco a diario.

 

Barca sin túnica. Imaginaria de

lo vivo; en tu mástil como apegado

polizón, la hilacha sudorosa de

la nada.

 

Volantazo, qué cansancio.

¿Cómo preñarte de aceite verdadero,

silabario? Mi pecho afónico,

inmóvil al vacío,

filosofía existencial,

aletea,

vuela…

 

 

Gildardo, pasea por sus mundos repletos de fantasmas, fantasmas de aire, de familia, de infancia, de sonidos, de ruidos, de olvidos, de amor, de vaivenes del mundo, fantasmas que generan un ulular de sonidos de gritos infantiles , de música, de besos, de enfados, de alcohol roto; fantasmas que revolotean por las páginas como en una Comala particular, más llena de heridas que de renacidos, más llena de silencios que de voces.

 

VIVIR

Mira atrás de tu voz

el columpio que llama

más allá de tu voz

 

 

Gildardo tienta a las cosas a ser del sonido del silencio, le falta el sonido ausente de la armónica de su padre, o de los gritos de la escuela, de las palabras de su familia, las voces de gente de la niñez, el sonido de los pasos de la vuelta a casa, o a otro tiempo, EL sonido del silencio de cartas sin respuesta, cartas a la vida , al tiempo, al amigo que está, al pasado que no está, a la nada buscando respuestas, el temor de ser y de no ser, no ser en el grito, no ser en las letras, no ser donde debes ser, el temor de no saber las respuestas. Son los sonidos de esa armónica las que deja al descubierto los sueños,  o los presentes o los pasados. Los sueños pueden abarcar toda la realidad por lo tanto el mundo.

 

Carta:

Un poema: polvo y luz

 

Querido Julio:

Un poema: polvo y luz. La templanza trasuda melancólica.

¿Qué cara es la nuestra, la definitiva? Ir viendo, sin

rajarse, Escribo a cuentagotas. Terrible miedo de no decir

algo: por lo menos sensato. Abrazo a mis hijos, detengo

los golpeteos neuróticos. Les escribo a mis amigos

Aleteo magnífico.

aguzaremos el oído,

se  posa en la terraza

un orgullo silencio,

viene la música,

mira el gozo

vamos cantando en la verdadera

realidad del sueño

rasga asombra el aire.

 

Las repuestas, todo se basa en buscar respuestas, subes a vidas y buscas respuestas, subes montañas, bajas a valles, y te preguntas la razón, te casas, tienes hijos, amas, y buscas las respuestas sobre cómo será su vida, y la tuya, a veces pierdes y sabes que en el alcohol habrá una respuesta falsa, pero la buscas, y en el viento, y en el correo, y en el pasado, siempre buscas respuestas, y sabes que si las hubieras no te conformarías con ella, solo quieres saber la realidad, la respuestas única . ¿La hay?

 

 

PERPLEJIDAD

Son tantas abejas, miles, rodeando la casa.

Mi hermana: “exageras; acaso un puñado”.

Clausuro, un miedo ansioso, cualquier intersticio,

insinuación al dolor. Y si las abejas hubieran

entrado, ¿sería yo ahora otro, más curtido al

incesante temor de estar aquí? Respóndanme.

 

 

Saber si las cosas van a salir bien, es tu pregunta de niño, por eso vuelves, volvemos, al pasado , a la niñez , para saber si hemos acertado o para intentar el imposible recomienzo, pasearte en el filo de la vida solo es un paso adelante, para saber que el camino es el que es, y como no lo dominas, no vas a poder dominarlo, ni domarlo, debes aprender a bailar sobre el filo, Gildardo: Sabio en heridas, sabio en palabras, mecedor de vasos, deja que el viento despeje la frente y que el cielo se vuelque sobre las palabras, solo sobre las palabras; el mundo son palabras, andamos sobre ellas… letras para vivir.

 

 

VIVIR EL SUEÑO

Cuando abro la ventana, hermana, escucho tu grito.

hieren sus cristales. Corro temeroso bajo

la lluvia, buscando al culpable; detrás de mí dejo

árboles hambrunos, bestias ebrias, sin remedio;

esquivo rapsodias rastreras de corbata; calle

adentro, tropiezo con el hilo e tu grito

y desperdigo en el lodo las preguntas;

por la granada que estalla en tui voz, hermana

vomito potro negro de clavos.

Silencio mudo e un hombre que  calla.

 

 

 

La poesía sirve para masticar el mundo, para regurgitarlo, para aclarar la vista, como un flash de cámara fotográfica que desnuda el mundo, que lo paraliza para que tú lo veas, en un instante con los ojos abiertos, relucientes, o triste. Gildardo, fotografía los momentos que muestran instantes de su vida, saberes que adquiere, olvidos que no quiso, gente que cruza por su mente, como una salida de autobús que siempre está llena y nadie sale, todas sus personas están en su libro, todas sus dudas, todos sus autobuses sin partir, con sus rabias y sus potencias, sus nostalgias.

 

 

FIEL

Dios muere todos los días

en los pasillos del Metro.

instala su templo de naipes

para que bailen apóstoles;

ciegos, enanos, Marías

y payasos desolados.

En ellos, fe, vuelo, abismal.

Dios mure todos los días

 

 

Todos los poemas son desnudos, son cuadros a la decencia o la indecencia de la vida, todos los poemas son pasiones, todos los poemas son partidas al pasado o al futuro, sin retorno.

 

EL libro desfila por todas las pasiones del hombre, amor, odio, olvido, tristeza, recogimiento, recuerdo, vida. Mesetas entre valles.

 

CONSEJO 1, Cada libro, entiendo, necesita una coreografía, que le dan sus ritmos, su palabras, la conjunción de sus decires y sus pausas, pero, también, necesita una banda sonora que la adule, que la acompañe, que le dé ritmo y ambiente, hasta olor, necesita una cúpula celestial  que  la rodee y proteja, un camino solar que muestre el mundo repleto de sonido,  letras, ambiente el sabor de las letras masticadas. Probar, yo lo hice, con el sonido de la canción THE  SILENCE de MANCHESTER ORCHESTRA, en bucle. Encaja la mezcla de música y libro.

 

 

 

 

 

 

 

Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...