Mostrando entradas con la etiqueta LITERATURA AUSTRÍACA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta LITERATURA AUSTRÍACA. Mostrar todas las entradas

lunes, septiembre 26, 2016

EL IMITADOR DE VOCES de THOMAS BERNHARD




















EL IMITADOR DE VOCES de THOMAS BERNHARD
Der Stimmenimitator 1978
Ed. Alianza 140 Pág.
Trad. Miguel Sáenz


Me hace sentir joven leer a Bernhard, con su mal humor proverbial -ese que convierte hasta sus libros de humor en ejercicios extra-escolares para demostrar que el mundo se puede desmontar-, con su sincera crueldad para con el cosmos, con esa ganas de destrozar estos ríos y estos valles llenos de infelices. Me hace sentir joven porque me recuerda cuando veías claramente, allá cuando rondábamos la rebelde juventud, los fallos del mundo, los graves errores, las evidentes carencias de este sucio lugar donde vivimos. Y nosotros, durante aquella rebelde juventud, que podíamos vestír arriesgados pantalones, desgarradas camisetas -qué frío-,y, sí, cantábamos y oíamos punk y ska y mirábamos mal a los mercaderes y bandidos con cartera. Se nos pasó, o nos domesticaron con facilidad -éramos carne de cañón para un mundo controlado ya hacía mucho-. Acaso no podíamos estar de ese radiante buen mal humor todo el rato, o no supimos hacerlo de otra manera. Pero me hace sentir joven Bernhard porque él sí supo que hay que ser diferente y contestatario siempre y en todo lugar y tiempo. No domaron a este austríaco que maniataba a los aduladores, perseguía con sus plumas de acero a todos los vampiros con imagen en el espejo que lo acosaban -premiadores, aparcacoches, lastradores del mundo, de Austria-. No consiguieron que escribiera novelas fáciles para el adinerado gran público.

Y la multitud de cuentos -cortitos- que componen este libro, son como un mirada irónica, son certeros como un disparo de película de Hollywood, son sabios como una madre múltiple; y nos muestran la vida que pasea por la alfombra roja, bajo aquellos focos, que probablemente caerán y matarán a algún protagonista; porque ,eso sí, Bernhard, en este librito, mata y mata y mata  y mata como si de verdad hubiera un mañana, ¿Merecidamente? Pues a veces lo son por descuido, otras por la imbecilidad del universo, otras por la crueldad inútil del asesino, otros por razones evidentes, otras porque son víctimas de esa cruel lógica de la vida actual en manos de asesinos torpes, otros estaban corriendo ese riesgo....el de ponerse bajo el foco que sujeta Bernhard, y algunas veces no es que los suelte sino que los arroja con fuerza...enchufados a algo de gran potencia. Y los cuentos -cortitos- nos hablan de todo y todos: de vacas, de trenes, de cerveceros, de queseros, de jueces, de abogados, de filósofos, de médicos, de leñadores, de vaqueras, de ahogados... Todos culpables o víctimas de la afilada ironía, del sincero buen mal humor, de la bárbara mirada malévola del autor que nos los devuelve o muestra  en forma de esquelas luctuosas con adornos florales, o contundentes noticias de periódico -cortitas- que hablan-sin piedad- de la maldad y torpeza humana.


Me hace sentir joven, también, porque me ha devuelto una de esas palabras que no has usado en mucho tiempo, no por nada especial, sino porque se nos caen sustantivos por el camino, y es la palabra “sorna”. No es nada singular, no es rara, pero es muy adecuada para este libro. Me brotó en la boca en cuanto leí el primer cuento-cortito-. Si no hubiera muerto joven, Bernhard, diría que era un tipo que miraba el mundo desde sus muchos años y soltaba bofetadas a diestro y siniestro, para que aprendas como era el mundo, como un obispo en aquel sacramento, la “Confirmación” -¿aún existe?-para que se acordaran no solo de él, sino para que recordaran que el mundo va de eso: de gente absurda, en situaciones absurdas, con muertes absurdas y vidas absurdas.


Me hace sentir joven porque el primer libro de Bernhard que leí fue hace muchos años y este me ha recordado sus figura potente detrás de las palabras, pero, eso sí, no su estilo en las novelas, que para nada es este. Y digo esto porque un día leí, no sé dónde, que este era un libro para “aprendices de lectura de Bernhard”, y lo cierto es que no, porque este libro comparte, al menos con los libros que he leído de él, temas recurrentes -el frio, la soledad, la muerte, lo malvado..- comparte esa visión irónica y pesimista de el mundo, pero no comparte el rasgo más evidente de sus novelas: su estilo. Lo que hace diferente, -y no fácil.- para mí, de Bernhard, es su estilo al escribir que no es el de estos cuentos -cortante, ágil, sucinto, casi de antiguo telegrama- quien se introduzca en su literatura que no tome este libro como ejemplo de futuras lecturas suyas....Por avisar...


Me hace sentir viejo que haya acabado este libro -por segunda vez- y entiendo que no lo volveré a leer -hay tantos-, pero siempre queda, cuando acabas un libro que te ha gustado, ese regusto amargo de abandonar ese universo para siempre, de no volver a pisar aquellas letras.



wineruda

domingo, agosto 17, 2008

LA MUERTE DE VIRGILIO DE HERMANN BROCH



LA MUERTE DE VIRGILIO DE HERMANN BROCH

"Der tod des Vergil" 1958

Ed Alianza literaria, 2000 , 489 pág.




Broch inventa , imagina, los últimos momentos de la vida de Virgilio. Aquel doloroso atardecer en Brindis,aquella alucinada noche, la madrugada entre ilusiones, la mañana fatídica de aquel día...

Virgilio sueña, suspira, delira, imagina que toda su vida, su poesía, sus íntimos secretos, sus descaradas verdades, reviven por un momento entre las calenturas de la enfermedad y los últimos esfuerzos por vivir o dejar la vida como él hubiera querido. Y tales secretos, tales verdades, tales delirios, salen , en las páginas de Broch, como un volcán de imágenes, como un torrente poético que, casi como una declamación pública, acaso un último intimo recital, rebosa las páginas, las deslinda, para dibujar el cuadro de un ocaso grandioso. El crepúsculo de una vida destinada a sobrevivir a su propio dueño.

La prosa poética de Broch describe apenas unas horas, el último suspiro del alma de Virgilio, los delirios de la enfermedad que van y vienen de entre la inconsciencia a la frágil realidad, y narra, en una mezcla de deslumbrado monologo interior y de postrero narrador omnipresente, el desvelo inquieto de la presencia de la muerte, y con ella el fin de sus sueños y el comienzo de sus preocupaciones por su obra, por su "Eneida" inacabada - imperfecta-. por Roma, por el arte, por la verdad... EL momento en el que se cruza el presente doloroso y el pasado amable.


El libro es dividido por el propio Broch en cuatro partes: Agua (el arribo): el último contacto de Virgilio con el pueblo, las calles de Brindis, los porteadores, los gritos de la gente, lo humano... Fuego (el descenso): la noche en el palacio del Cesar, la vigilia entre la vida y la muerte, lo humano y lo sobrehumano, lo real y lo irreal, el sueño y el delirio, el ser y el no ser. La Tierra (la espera): el último contacto con sus amigos, la postrera conversación con el Cesar Augusto, sobre Roma , sobre el arte, sobre la política, sobre su intención de destruir "la Eneida". Eter (el regreso) el fin. el ascenso al otro destino, acompañado de caras conocidas, de sitios reconocidos, por lugares sospechados, el "orto", por aguas aplacadas...

La intención superior de la obra de Broch, la clave que sostiene el arco de su creación, es la necesidad de describir la razón por la que Virgilio quería destruir " la Eneida": Sabiendo que iba a morir sin acabar su obra, exige que desaparezca, que no muestre el arte imperfecto, que no le señale como autor. Duda sobre su propio arte, adivinado en sus horas más sombrías como algo falso, como algo inútil, lejano a la verdad, que se sostiene por amamantarse a sí mismo , " el arte por el arte". Y a ello no se inclina, no quiere dejar esa obra como legado al futuro o a la propia Roma. Consciente de su propia eternidad, aun así no quiere que por ello deban recordarlo. Sólo Augusto, puede exigirle que no destruya esa obra, que es la propia historia de Roma y en realidad algo que ya no le pertenece. Esa última conversación entre los dos, versará sobre lo que significa la obra, y por ello Roma, y por lo tanto Augusto; y con él: el pueblo, la política, el estado, y la verdad de todo ello.


"La muerte de Virgilio" no es una obra fácil de leer. No es una novela al uso: el espacio y el tiempo solo cambian en las ensoñaciones poéticas de Virgilio, volando entre los recuerdos de infancia para volver al presente, saliendo de su vigilia para ver a viejos amigos, apenas en un instante. Pero nada se mueve, nadie sale de las paredes de aquel palacio de Brindis, acaso algún fantasma del pasado, alguna alucinación corpórea.

"La muerte de Virgilio" es para leerlo con pausa, abstraerte y concretar la procesión de imágenes e ideas que pueblan las páginas del libro. Donde aparecen tres realidades: lo escrito -la prosa poética-, las ideas -lo abstracto-, la vida de Virgilio -el pasado-. Broch elabora un libro donde domina toda los aspectos históricos o ficticios de la época y del lugar, su obra -la poesía y su sentido- , los aspectos políticos, morales y sociales de aquel momento. Para entenderlo, también, hay que conocer dichos aspectos, pero no sólo, la novela como tal es una magnífica obra de arte, donde nada ha sido puesto al azar y donde aparecen momentos de excelencia de la literatura.

viernes, septiembre 29, 2006

LA CALERA de Thomas Bernhard



LA CALERA de Thomas Bernhard
“Das kalkwerk” 1973
Editorial Alianza, 2003, 243 pag.


Konrad asesina a su esposa paralítica y desde ese punto de partida se va recomponiendo la historia desde el pasado de ese acto y desde el futuro. Contará la historia de “La Calera” lugar donde ocurrió todo, caserón perdido entre las zarzas, arbustos y agua de un zona que hace mucho que dejó su prosperidad atrás, y que compró Konrad para satisfacer los deseos de soledad y tranquilidad para elaborar su extraño estudio sobre el oído humano. Pero allí se encontrará aprisionado entre problemas monetarios, la incapacidad de su mujer, esa soledad querida pero no aceptada, la presión del pasado, sus deseos y odios olvidados, sus manías , sus obsesiones manifestadas en su grado más alto, sus principios y sus no finales, sus pretensiones sin base, sus bases sin sustento, los otros y él mismo, el yo y el ella....Su locura...La maligna influencia de la propia casa y lo que le rodea...



OPINIÓN


Cualquiera que haya leído Bernhard, creo, destacará la atmósfera agobiante,casi siempre decadente, a veces enferma, tensa, oscura que crea en sus libros. Une tema y estilo para crear un contorno muy definido en sus formas y fondos literarios. Este libro es un ejemplo evidente. sólo hace falta mirar cualquiera de las partes que conforman en su totalidad un libro: la prosa y el estilo los usa para crear un microcosmos asfixiante, cruel, intranquilo... usa frases explicativas , minuciosas al límite, reiterativas como los apremios de un charlatán de feria que afirma lo que afirma y lo vuelve a afirmar; donde el cambio de narrador de tercera a primera persona surge sin solución de continuidad; donde el tiempo narrativo nace de un presente que cuenta desde el pasado y desde el futuro; donde todo queda en el aire : Konrad parece que dijo esto..., quizás dijo que..., se habla de que..., se dice que dijo..., se comenta que.... El tema también construye esa atmósfera: “ La Calera”-vieja casa llena de pasado siniestro, y cercada como un cárcel, oscura, húmeda, lejos de cualquier parte- es la forma que tiene Konrad de alejarse del mundo y centrarse en sus necesidades, pero consigue, sólo, adentrarse en un círculo cerrado, siniestro, funesto, que para su mujer es aún peor, lejos de cualquier cosa y persona que pueda ayudarla y apoyar en sus necesidades. Él se aleja del mundo y no puede conseguirlo, ella no quiere pero es obligada a hacerlo. Nada tiene lógica en su mundo; su relación es a veces sádica, cruel, mutuamente destructiva, donde ese estudio del oído donde ella es la paciente eterna y sin escape, que necesita la repetición de sonidos y frases sin fin en su método de trabajo, supone una experiencia aniquiladora, obsesiva y dolorosa...
La trama de la novela, la lleva un discurso ininterrumpido por puntos y parte y que sólo la dirige la voz de los que cuentan la historia, entre el bosque de palabras se adivina, a veces, el camino entre digresiones eternas y referencias cruzadas.


Konrad es un enfermo mental, un viejo enfermo mental, sumamente inteligente, que se dirige de manera complaciente a su destrucción, sabe que ocurrirá, a eso ha ido consciente de que la vida de los dos se ha convertido en una simple costumbre de vegetar juntos, de soportarse y odiarse, de hacerse daño el uno al otro, de difuminarse juntos. Sin embargo se necesitan: ella para sobrevivir en su parálisis, él para su trabajo , su estudio, único fin y razón ahora en su vida; lo que le hace moverse, levantarse, comer, pensar...Si su anciana y paralítica mujer muere, se acaba esa razón de ser, se acaba él...Y...

Al escribir sobre una novela de Bernhard no importa que es expliquen sus entresijos, sus dotes y sus esquinas. Da igual que él matara a una de las protagonistas en la primera página; da igual decir que no haya lógica temporal; da igual contar todas las cuitas del protagonista, sus defectos o excusas; da igual que hables del fin, de la mitad o del principio de la novela; da igual porque leer a Bernhard es sumergirte, más que en una historia, en un lago rodeado de ideas, frases interminables, rodeos, de sensaciones, agobios, tentaciones, expresiones; más que en agua cristalina es sumergirte en un limo de barro que oculta a la vista lo evidente y que debes modelar para encontrar tu solución a lo que plantea en la novela.
Bernhard no necesita descripciones ni de adjetivos para mostrar una situación o un personaje o una sensación, van apareciendo en las palabras o las acciones de sus personajes. El no va por el camino fácil, no hace concesiones al lector, este es el que tiene que buscar la razón de las cosas, la cara de los personajes, los gestos, los pensamientos que no cuenta pero que subyacen, los actos ocultos y reales. Escritura incomoda, supongo, para lecturas hechas por encima.

Es curioso en los libros que he leído de Bernhard siempre parece que está nublado...Como ocultando algo...

Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...