martes, abril 19, 2022

OCHO PARADAS EN LA ARENA de ELENA ROMÁN

 


El poema perfecto podría ser el que pudiera reunir todos los sentidos en una reunión perfecta de  versos que hacen estrofas que hacen poemas que hacen que el oído , la vista, el olfato, el gusto y el tacto convergieran en un estado perfecto de belleza que explote en la mente generando un cráter que haga mella en ti, que explore todos los caminos por los que pueda discurrir la belleza, o la fealdad, o la sensación, o el mundo, solo el mundo desnudo; que explique la vida, para adelante y para atrás, con sus modos épicos y sus modos pedestres, sus modos terrenales, que haga que una gota de lluvia escrita en un papel huela, moje, manche, enfríe, que te rompa los tímpanos. Pero no existe el poema perfecto. Podemos ver la belleza, la poesía, escondida en el tacto de una seda o de una piel; podemos sentir el gusto de una cereza  que nos transporte a mil meses atrás, en aquel bosque….Podemos…todo… Pero no podemos hacerlo todo junto. Acaso solo podemos leer un poema, sentir, su ritmo, sus imágenes, podemos dibujar un mundo en el cerebro cuando leemos solo una verso, o dos estrofas o ver el universo en un poema; a esos versos, le podemos sacar las entrañas y de una imagen sacar el gusto amargo de una derrota o el sabor del tabaco en una noche de olvido. Podría ese poema tener solo dos caminos: la vista, leemos; el oído, oímos su ritmo, lo creamos y lo identificamos; hay ruido: puede ser blues, un piano, hay dramatismo, hay comedia, hay sonatas, puede ser jazz, es un baile lento, es swing, es vals, es tango, es vigor, es suavidad es… Si leo un  poema la música me da el compás, la armonía, si leo un libro, identifico su música, es un descarte mental; leo el libro, y lo identifico, de forma que la segunda vez que lo leo he identificado su orquesta acompañante, su banda sonora y lo acompaño siempre con música… su música. Así lo he hecho desde pequeño, con aquellos viejos radiocasetes, no hay otra manera, me da la cadencia, el sentido, me da el ambiente, me da el teatro donde actúa el autor, me da los caminos donde debo andar, donde creerme metido en el mundo del poema, como si allí viviera. Y siempre será así, siempre es así, no falla, no puedo leer un poema sin su música, y solo con su música, con la que encaja, no me vale otra solo una solo la que abre las puertas, los abradacabras de corcheas y metáforas, los mendicantes del aire y el papel y las notas.

FOTOGRAFíAS Y LA ADMISIÓN

Debo admitir que en el antagonismo

previsto entre el mar y la tierra,

existe un nexo-la arena-

 y que ahí estoy yo.

De las fotografías que hago,

 unas se convertirán en bocetos mediocres

y las demás en pasto de canícula.

Fotografío camellos, fotografío palmeras,

fotografío por la noche al río,

fotografío bañistas albinos inventados

por mi mente a las tres

y flotadores verdaderos



Este  libro me encajó, perfecto, con un la música swing de un grupo llamado GIRLS OF MARS, su ritmo, su compás, su tono alegre y desenfadado, pero con ese matiz de este tipo de swing, jazz, que  a mí siempre se me adivina irónico, como con cierto complicidad para con el que oye, con el que baila, estoy aquí y te canto para que me entiendas y me bailes, me leas o me escuches, para que me identifiques cuando te cuento y te canto, para que sepas que mis estrofas y mis canciones, mis versos,  son para contarte qué soy y qué pienso. Sí, este libro me  suena como si alguien diera pasos haciendo ruido, o mejor, pisando charcos, como en un baile de Gene Kelly con punzón, sacando las tripas a los almohadones, a los sofás, sacando a pasear la vida por los mundos de arena, que de eso va el libro, un paseo inocente por las arenas de nuestro mundo: la playa, el desierto, el albero, la arena de la lucha, la del reloj,  hasta la arena del gato. Elena Román esparce la arena por todos los lados, con metáforas que nos manchan los helados, imágenes, granitos de cuarzo y vida,  que  nos entran en  los ojos, nos tapan la vista, nos da regusto a la boca, los masticamos. Elena, su voz, muestra un lado que malea  la ironía, que la faculta para morder, como la de algún  personaje de Quino que haya crecido y haya puesto en papel su día a  día irónico, sagaz, sarcástico, con cierto punto de final de jornada  de verano cuando empieza a caer una tormenta. Palabras de ida y de vuelta, palabras para saltar y descubrir su mundo, palabras que hablan de su  mundo e ideas, palabras para pisar y resbalar , palabras, todo palabras…Arena, arena , arena, con olor a campo, a noche, a niñez, a vacaciones, a olvido, a pelea, desengaño a amor, a casa;  arena que es donde pisas, pero es , también donde respiras, un mundo mudo de granos de arena, microscópicos y enormes, que te acompañan, como lo hacen esas palabras que se reúnen para amamantar silos y dunas y cargas y vidas, la vida de la voz del poema acaso su la vida de Elena o solo su voz poética

 

MAR MENOR

Muevo la cabeza de una duna a otra,

con sugerente ardor en el pelo,

el color de la tierra en la piel

y en nueve de cada diez palabras.

Un banderín robado en un cumpleaños

surca las curvas como un velero

jalado por mis manos titiriteras.

Tengo taponados los oídos

por la intrusión de una tenia miope

y confundo grillos con teléfonos.

Sentada sobre la esterilla extendida

rebusco en una bolsa de mimbre

el bronceador y un poco de cordura

 

 

Los poemas me descubren una voz como la de un niño que mira por primera vez en el microscopio y, por otro lado, como la de un cirujano, acaso el mismo niño, con un bisturí en la mano, que corta, saja, enseña, muestra. La mirada de un niño que descubre cosas pero las analiza una voz a veces saltarina, a veces malhumorada, a veces…



Sin embargo...

 

Sin embargo… leía mientras oía la música de Girls of mars, lo  leía por 5 quinta, o sexta tal vez, vez el libro, y el archivo de música que usaba se acabó, y comenzó otro grupo, pura casualidad, que de repente encajó como un guante, como una vela en unos maitines, como un ciclón en un cumpleaños. Dicho grupo se llama THE NATIONAL, y el disco se titula “High violet”, cosa que no tendría mayor importancia, mayor necesidad de contarlo aquí, si no fuera porque es un grupo cuya música podría describirla como melancólica, justo lo contrario que el grupo de Swing. Me pregunté la razón por la que este libro aceptaba esa música, me aceptaba, Y, claro, la respuesta es obvia, detrás de las metáforas, juguetonas, hasta en momentos cómicas o de un humor sarcástico o valiente, con ese componente de “auto-descripción” que las voces de los poetas pueden convertirlas en bisturí para sus mentes, para describirse o describir la vida, su vida, vía, vista, visita…. Sí, creo que con THE NATIONAL vi, dejé que yo viera, descubrí, mirando el otro lado de los poemas,  que  todas esas partes que muestran los poemas de este libro como partes de un baile alegre, detrás, tienen un componente triste, melancólico, o quizá, sin siempre ser algo tan serio, es solo a veces  una regañina a la vida,  como si la mesa de mezclas rayara el disco, como sí las marchas del motor rugieran cuando vas rápido, cuando lees rápido el libro, cuando te dejas confundir por asumir algo que puede que no sea así.

 

ECO

Esto no es eso que se dice.

No lo habita un silencio con eco,

 un  mudo forcejeo del agua con ella misma

                                               en la boca del grifo.

Aquí no se ralentiza nada;

simplemente, no hay nada.

 

Mis palabras se ahogan

 en saliva abundante.

 

Golpeo el cristal con ambas manos

y se me diluyen sustituyéndolas

dos saltamontes.

 

pero empieza a moverse la arena

y me cubre entera y me siento como

                                               un bebe antíguo.

 

 

 

 

 

AL poco, pensé que era cuestión de mi humor, que esa visión era momentánea,  nadie lee un libro dos veces igual, como no te bañas en el mismo rio dos veces, no hay dos lecturas iguales; lo pensé, pero no, ahí están, las miradas melancólicas, las heridas, pequeñas o grandes, que asoman aquí y allá, que acaban el poema o lo empiezan, que entre las arenas descubres juegos y saltos, y decepciones y perdidas, y ves que en la playa se nubla, llega la tormenta, en el parque a los ancianos o a las poetas en sus sábados; y la batalla por la vida levanta arena que ciega  los ojos, que el desierto está detrás de tu ventana.

 

RISAS DESENLATADAS

Mi salida al exterior viene acompañada

de orín de payaso al que le falla un poco el pulso

y la vista del todo. Se ríen los niños, se ríen  los focos,

Se ríe el ligre, ser ríe un libro y yo también me río (¿se me oye?).

Vienen hacia mí ciento doce mil cuchillos, un chorro  de agua,.

tres cabras, una estampida de elefantes y yo, también me río.

 

 

Desnudar imágenes, levanta ventanas en los pasillos de las metáforas, salvar ritmos e ideas de entre el saco oscuro es función del lector, del que lee un libro sobre el universo, sobre el universo propio de los poetas,  que  de repente, porque sí, se convierte en tu mundo, en su/tu cárcel de pastel o de acero, que los versos son escritos en la arena que cada día se borra cuando cierras el libro, son tus poemas es tu voz, que la belleza está donde mires con tus ojos de poeta, con oídos de músico, con tacto de ciego, con olfato de serpiente, con gusto de papel.

Pisar por la arista de una montaña requiere que pongas un pie en cada vertiente manteniendo el equilibrio en el centro, pisando cada lado, salvando la vida en cada paso, mirando el abismo que en cada vertiente esconde un tipo de belleza. Sea melancólica en un lado, sea alegre, juguetona en el otro. La felicidad está en descubrirlo en pasear por dunas, hojas, playas, músicas o versos, en arena que tare el cielo  y los libros.

 

 

 

LA AMPLITUD

 

Estoy tumbada sobre una toalla

tendida sobre una arena

revuelta de virutas de goma.

 

Canto bajito mis pensamientos.

 

Estoy a los pies de un castillo sin pies.

Hasta es posible que me anime a visitar

                               y en él me pierda.

 

 

 

Las dunas se mueven, las playas van y vienen+-, los parques se pasean, los relojes de arena se acaban, todo se acaba y empieza, son los versos los que los detiene, fijos, en el tiempo y las retinas.

 

VARITA MÁGICA

 

Pero una nube de humo como anticipo

de una paloma o de unas pocas flores

tocadas por un varita cuando no eran nada,

                               eso puede hacerme olvidar

que lo nacido en el humo es humo,

que yo estoy aquí de paso,

que ningún efecto óptico

me va a drogar los ojos,

que los bebederos son los bebederos

                               y lo demás son mares.

 

Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...