OLIVE KITTERIDGE de Elizabeth Strout
Olive Kitteridge 2008
El Aleph. 324 Pag.
“ Nacemos solos, vivimos solos,
morimos solos...” Es un pensamiento de Olive Kitteridge. Nada
reflejaría más su personalidad que esa frase; sobre la multitud de
expresiones que pueblan el libro, llenas de franca agudeza y continua
mezcla de malhumor, malicia y fieras alocuciones, esa frase plasmaría
su lado más profundo: la rotunda soledad del que vive encerrado en
si mismo, preso de sus manías y aprendizajes, confinado en un mundo
estrictamente sujeto a reglas inamovibles en principio... pero que la
vida va enseñando a temperar.
Ésta podría ser una novela resultado
de una suma de cuentos, o unos cuentos que recomponen una novela,
que, por otro lado, habla sobre un pequeño pueblo pesquero de Maine
en Estado Unidos, donde la gente vive en su pequeña comunidad llena
de problemas cotidianos, desgracias, alegrías, soledades...
Historias mínimas que sumadas aportan un paisaje detallado de lo que
puede o pudiera ser la vida para cada uno de nosotros. Sobre o
dentro de todas esas historias aparece , rotunda, sincera, la
figura de Olive, para , a veces, mostrar un pequeño detalle, y,
otras veces, dominar y conducir la historia y las personas que la
pueblan: desde su comprensivo y cariñoso marido Henry o su hijo
Christopher o los más diversos personajes de la familia , amigos,
conocidos o simplemente vecinos. Todos contradictorios actores del
teatro de la vida del pueblo, algunos plenos de sentimientos
positivos, otros llenos de amargura o de ganas de escapar de allí;
fieles o infieles, amables o antipáticos, valientes o cobardes,
sabios o lerdos... Todos equipados de las ganas de vivir, pero a los
que la vida ha tratado de diferente manera.
La novela no tiene un camino fijo en su
construcción; las historias, incluso a veces el tiempo, no llevan,
en general, una secuencia lógica; pareciera que un pintor ha
pintado diferentes cuadros sobre paisajes y personas, dispersos en
el tiempo y en el espacio y los ha expuesto en una galería sin
orden; todos son parte de una misma colección, todos hablan de lo
mismo , si los ves recompones el lugar, las figuras, los ambientes ,
las expresiones, hasta el clima, pero tienes que absorber los
colores, alimentarte de sus caras, saborear sus detalles, adaptarte
al conjunto para comprender la totalidad de lo que expone y explica.
Pero no aclararía bien lo que me
pareció esta novela sin volver a recalcar la importancia de Olive, a
fin de cuentas así se llama el libro, y podría entenderse por lo
anterior que es sólo el reflejo de la vida de un pueblo... Pero no,
no acaba ni empieza ahí el libro. Su valor literario estriba en
combinar aquello , la representación coral del pueblo, con los
matices del pensamiento y la vida cotidiana de esta mujer. La
elaborada construcción que Elizabet Strout hace del personaje, tanto
en su personalidad como en su evolución a lo largo de la historia,
sea por los aconteceres o sea por las decisiones que debe afrontar,
es la parte primordial y más interesante de la novela. Es un
personaje que hay momentos que odias, repudias o te hace estremecer,
hay momentos que la aprecias y la admiras, pero , sobre todo, al
final la comprendes.
¿Pero qué me deja el libro? Todos los
libros que aprecio o que merecen la pena dejan algo: una sensación,
una idea, una palabra, un color, incluso a veces un olor; hay veces
que me han dejado sensación de calor... Ésta la recordaré por una
palabra que me sale automáticamente al recordarla : Belleza. Es un
libro bello por como está escrito, por sus reflexiones, por sus
descripciones, por todas las cosas que conforman su estructura, por
la cimentación profunda de la personalidad de sus personajes, y
por el conjunto afinado de matices que te hacen sonreír de
admiración.
wineruda
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