POESÍA de LUCÍA SÁNCHEZ SAORNIL
Ed. Pre-Textos/ Ivam 177 Pág.
SOÑAR, SIEMPRE SOÑAR
Has jugado y perdiste, eso es la
vida
El ganar o perder no importa nada;
lo que importa es poner en la jugada
una fe jubilosa y encendida
Todo lo amaste y todo sin medida
¿Cómo puedes sentirte defraudada
si fuiste por amor crucificada
con un clavo de luz en cada herida?
Sobre urdimbres de olvido van
tejiendo
lanzaderas de ensueño otra esperanza
de un morir cotidiano renaciendo
porque un nuevo entusiasmo nos
transporta
a otro ensueño entrevisto en
lontananza
y en la vida, el soñar, es lo que
importa.
La veo como desaparecida del mundo, de
la historia de las aulas, de los libros, apenas unas menciones de
mujer poeta en antologías poéticas y, sí, presente mujer en
libros anarquistas y feministas. ¿Deja una poeta de ser poeta por
cantar a sus ideas?¿Deja una poeta de ser poeta por perder una
guerra?¿Deja una poeta de ser poeta por ser mujer? ; la veo como un
espacio vacío para los libros de textos, para los libros de poetas,
en los almanaques de vivos, en las listas de personas que alguien-alguno- piensa que hicieron
algo por los demás; la veo como desnuda en un país de vestidos de
cartón falso; la veo como perdida en un país de un millón de
perdidos; la veo como tinta invisible en un cuartilla para escolares.
Así veo a Lucía, así la descubrí, en apenas unos textos, en
pequeñas y grandes reseñas para mínimos recuerdos y enormes
homenajes de sus mujeres libres, de los anarquistas... quizá.. no sean únicamente homenajes, creo que son más un rastro de piedrecitas que nos
quieren marcar el camino de vuelta a una casa, la casa de una
poetisa.
ELEGÍA INTERIOR
Qué viento, de repente,
ha secado tu alma?
***
Oh, si pudiéramos
hundir las manos en el fondo del
tiempo.
Y traerlas colmadas
de las emociones antiguas!
Si pudiéramos, de nuevo,
leer las páginas que hemos dejado
atrás
en las estanterías del pasado
entre el polvo de nuestra vida.
Minutos! Estampas inefables
que colgamos en nuestra galería
interior; galería encantada
donde había una brisa
que abría de repente las ventanas
a un eco de canciones
y de besos...
Quién ha cerrado nuestra galería?
Quién puso luto al sol?
Quién ha cerrado el libro
de nuestros madrigales?
Qué te ha dejado fría?
Qué viento, de repente
ha secado tu alma que no la
encuentro?
El tiempo
sigue apagando lámparas
alma loca, alma mía.
Nacida en 1895 sus poemas primeros son
hijos de los pasos de los poetas y la poesía de sus tiempos, de sus
libros de aprendizaje, pocos, sacados de los tiempos libres en el
trabajo y en la labor de hija convertida en madre de sus hermanos.
Hija de su tiempo, sí, pero descendiente también de la imaginación,
de la ciencia poética que se aprende, pero que, sobre todo, se
descubre en algún rincón de las sienes, en ocultos sitios que son
también donde se origina la creatividad, la rebeldía, la
sensibilidad, la rabia, el horror, la pena, el amor, el desamor, y la
belleza. Ser poseedora y dueña del molde de la belleza, el crisol
frío que ya ha forjado todos los poemas antes de que ser escritos
por la poeta.
Los tiempos la llevaron desde una
poesía amorosa y clásica primera al movimiento ultraísta; el
efímero movimiento, el soplo tenue de una poesía a la que Lucia
añadió versos y, sobre todo, miradas que, a pesar de todos, no han
desaparecido. En esa especie de mecánica de los versos, en el
intento de adaptar el frío tiempo de lo moderno a la literatura, el
espacio de hierro y de luz eléctrica se convierte en calor en las
palabras de Lucía; no es una poesía de estética, no es un poema
para adornarse, no es un lugar para sentir el aire helado de las
almas: no, esa no es Lucía, no sabía hacer eso, ponía todo sus
sentimientos al servicio de las letras, y , más tarde, de las ideas.
HORA
La tarde
pegaba su cara a las vidrieras
Vivíamos un verso antiguo
Desde el fondo del cuarto
el espejo dialogaba con nosotros
Tus palabras se troncharon las alas
contra los cristales
Cambiábamos las manos
como bandejas colmadas
de los frutos nuevos de las promesas
Los labios tímidos
apretaban su horca
mientras la tarde
nos volvía la espalda
arrastrando la pena
CAMINOS DEL ARCO-IRIS
Eché mi corazón al mar
en busca de tu huella
Eres lo que no se sabe
bruma
Yo iba abriendo caminos de
arco-iris
para alcanzarte
y tras tus pasos
seguían mis antorchas
cuando tu mano de oro
abrió mi costado izquierdo
Y, me reconozco a
mí mismo paseando entre sus versos que se apremian para buscar más
salidas a sus ideas, como buscando un sitio para desembarcar y
asaltar otros paisajes o, quizá, reconquistar antiguos paisajes,
nunca sabes si... Y yo, por ello, veo que Lucía sale en todos sus
poemas, su voz no es la tenue marca del elogio a lo vacío o del
escape de vapor a la nada, su voz no se esconde en vanas frases:
siempre tienen un sentido lejano a la belleza por la belleza; ella
puede hablar del amor, o del olvido o de la guerra o de la muerte o
de la paz o del mundo, pero no en vano, nunca en vano.
NOSTALGIA
Del fondo de nieblas
donde duermen
todas las músicas que hemos oído
como suspendidas
en un calderón interminable
me llegó
por el telégrafo del recuerdo
una incongruente melodía.
Un fresco olor de rosas recién
abiertas
me conmovió,
Mis oídos, ávidos
para todas las voces inmóviles en
la niebla
recogieron esta vez, mojada
como si saliera de una piscina.
Voz que venía temblorosa
como su hubiera corrido de estrella
a estrella
hasta llegar a mí
y que me estremecía
como nos estremecen los adioses
que solo se dan con la mirada.
¿Qué voz era esta
qué tantos retornos incoherentes
qué tantos retornos incoherentes
levantaban dentro de mí?
¡Y era mi voz más antigua.
la que lloró
por una estrella y por un beso,
la voz blanca,.
la voz blanca,.
Aún no teñida por ningún matiz:
la voz aun no moldeada
por palabras exótica
mi voz más antigua!
Y yo la desconocía
porque mi voz de hoy,
que se confundido cono tras voces
y se ha torcido con palabras
enrevesadas,
ya no sabe llorar por las estrellas.
Estar tarde
la ternura de mi voz más antigua,
me ha hecho llorar
mis lágrimas más amargas.
Y si su voz hablaba desde el
sentimiento muchas veces amoroso, que sea hacia una mujer o sea al
puro sentimiento no tiene importancia, era la sensibilidad de sus
palabras a su amada o al mundo, al puro sentir que la llevó a dejar
la poesía para saltar hacía lo contrario a lo impasible, a lo
contrario a lo impávido; la llevó a saltar a la ternura por su
gente, por su genero femenino, a la sensibilidad por sus ideas
anarquistas; cambió todo por
defender a los suyos, con el periodismo y la voz en las radios.
No sé lo que haremos o haríamos o
hicimos sin mirar lo que nos merece la pena, no sé cómo podremos o
podríamos o pudimos vivir sin ser nosotros mismos, sin defender a mi
hermano, a mi amante, a mi vecina, a mi solitaria de débil sonrisa
de enfrente, a mi pobre enfermero de la esquina, a mi telefonista de
la casa del cruce, a mi anciana de pan prestado, a mis niños de
cartón armado, a mis amigos de paro y puntilla en la espalda.¿ Cómo
poder vivir sin defender a los tuyos?¿Cómo defiende una escritora?
Con las letras en los periódicos-ella, de la CNT- ¿Qué hacer cuando la
guerra ya se oye desde tu habitación y el terror y el miedo parece
vencer? Un poeta se arma de palabras y las arroja, incendiarias...
Leo que este poema se abría, desde la radio, en el
cielo de Madrid mientras las bombas y las balas sonaban en la lejanía
y los aviones lanzaban bombas que caían sobre Madrid, aquel día , Lucía hablaba...
¡MADRID, MADRID, MI MADRID!...
¡Madrid, corazón del mundo!
-no ya corazón de España-
como túnica de cristo
malhechores te desgarran.
¡Ay, rondas de mi Madrid,
ríos de sangre y de lágrimas!
Tus noches no son tus noches
llenas de luz hasta el alba:
son pavorosos abismos
en cuyas negras entrañas
revientan frutos del fuego
maduros de vieja saña
***
¡Madrid, de los arrabales,
ríos de sangre y de lágrimas
abre la tumba a tus muertos!
-A nosotras, Malasaña!-
van las mujeres rugiendo
trémulas de fiebre y ansia,
galopando en potro de ira,
con las manos desplegadas
a la busca de campos de odio
de amapolas de venganza
¡Madrid, corazón del mundo,
corazón que se desangra!...
Por la Puente de Segovia
sube de cara al alcázar
entre roncos alaridos
el pueblo pidiendo armas.
-¡Madre, madre, me han matado
al hijo de mis entrañas!
--Anoche dejé a mi padre
quieto el corazón, sin habla.
Boca arriba en el arroyo
buscando un cielo sin alba.
-¿A dónde vas, compañero?
-Deja, mujer, que me vaya
no tengas celos de nadie.
Que es la muerte quien me aguarda
para jugarse conmigo,.
Firme el pulso y cara a cara.
La vida de mi Madrid
que tiene preso en sus garras.
-Voy contigo, compañero,
los dientes tengo y me bastan.
***
- A mí los de Avapiés,
Curtidores y la Caba;
los mozos de pelo en pecho
dispuestos a lo que salga.
Por Las puertas de Toledo
va en aluvión la “canalla”
en busca del enemigo
ciegos los ojos de lágrimas
prietos los dientes de ira
chocando al aire las armas.
¡Madrid, Madrid, mi Madrid
haremos una muralla,
con carne huma y de fuego
y a ver qué guapo la salta!
***
Todas las horas del día
están cortadas de alarma.
Cruzan veloces las calle
Cruzan veloces las calle
campanas precipitadas,
sirenas agudas gritan
en la noche ciudadana
y contra un terror oscuro
los sueños rompen sus alas.
Debajo de las estrellas
los negros aviones cantan,
serpientes de traición silban
que hasta a al muerte acobardan.
La cuna que acuna al niño
no por ser cuna se salva;
y crujiendo en su raíces,
muda de terror, la casa
alarga sus escaleras
y hace más honda su entraña.
¡contra el cielo ennegrecido,
pegan sus lenguas las llamas!
***
¿Muchachos al parapeto!
Desde Madrid os reclama.
¡adelante mujeres!
¡¡Adelante ! ¿Quién se tarda?
Una hora vale un año
un minuto una semana
¡Hagamos un muro de carne
y a ver qué guapo la salva!
Ella fundó un grupo de mujeres
libertarias, por ello libres, en tiempos de pobreza, tanto material
como de conocimientos, saber descubrir y salir por ese camino es
saber mirar por dónde aun ahora hay muchos que no saben mirar. En sus
poemas, de esa época, siempre aparece la mano de la mujer siendo
primera en la línea, primera en la lucha, primera en los frentes,
nunca segunda...
“-Voy contigo, compañero,
los dientes tengo y me bastan.”
Llega la derrota, llega el fin, llega
el exilio, llegan los nazis a Francia, llega el miedo y nuevas
derrotas. Los caminos se hacen de vuelta, y el único lugar donde
ocultarse es el lugar donde te buscan, donde nadie espera que des tus
pasos de nuevo; hay que volver, a fin de cuentas estás con
ella, tu compañera, y son tus tierras y es tu aire y tus recuerdos y tus huellas, esas que nunca perdiste; sí, eso no lo perdiste Lucía. Solo perdiste
tu existencia en primera fila, en el primer paso, eso perdiste, quizá
demasiado vencida por la vida, o, quizá, demasiado presentes tus
batallas como para que una urgencia de mostrarte te pierda. Tú solo
lo sabes, y sea el que sea tu bosque perdido en ese otro bosque
perdido, sea lo que sea tu anonimato para tus páginas en blanco, sea
cual sea, serás solo y siempre un ejemplo de mujer libre.
.
CÍRCULO CERRADO
No trates de escapar, es imposible
estás dentro de ti, sin huideros;
eres un duro claustro, un verdadero
callejón sin salida, Insostenible
es esa angustia , este rondar
terrible
por dentro de ti mismo prisionero;:
diseñado en tu llevas tu sendero
en cerrado contorno inamovible.
Y apuraras tu vaso hasta las heces.
En círculos cerrados enloqueces
buscando una salida a tu camino:
Pero toda salida es ilusoria.
Porque, en verdad, la vida, es una
noria
rondando sobre un eje de destino
Y la vuelta a España se convierte en
una estancia discreta, en un solitario pasar de horas con su amor,
ellas dos contra ese destino y contra todo, Y los aliados de la
suerte y el arte desaparecen y apenas quedan poemas, a la vista, que
nos hablen de ella, porque siempre habla desde sus poemas, desde sus
versos de amor, de lucha, de mujeres, de combatir, o, como estos, que
cruelmente nos quedan en los días cercanos a sus muerte, en la que
combate su mente entre sus ideas y sus anhelos de sobrevivir, de
trascender a la muerte, y lucha su mente con su lógica libre y su
lógica debilidad: Dios y la nada, anhelo y sensación, miedo y
realidad, tristeza y orgullo; el resultado está , de nuevo, escrito
en sus poemas; todas las luchas de sus vidas, ya dije, están en
ellos,
¿OH QUÉ CUENTA...!
Quiero serenidad para morirme,
que he de saldar un crédito de vida
que no pedía, pero comprometida
a gastarlo me vi por redimirme,
De luz tengo un “haber” logrado
en firme
y de sombra una atroz
“contrapartida”;
entre luces y sombras sumergida
¿No hallaré un clavo ardiente
donde asirme?
Jamás el “debe” y el “haber”
de acuerdo.
De la luz a la sombra resto y
pierdo.
-¡Oh ! Qué cuenta la vida
¿Inacabable!-
Sume´, resté, borré
continuamente:
y a la cuenta de Dios inexorable
seré deudora sempiternamente.
E DIOS
He de creer en ese Dios absurdo
ese Dios que hizo al hombre
contrahecho
exigiendo lo recto pro lo zurdo?
¿quién inventó ese Dios de horca
y cuchillo
que creció y se nutrió de guerra
santa?
Con halagos ta Dios y al hombre
espanta
su miedo tenebroso y amarillo.
Tan amarillo como la ictericia
enfermedad terrible que se inicia
en el vientre poluto de la madre
Cuerpo y alma luchando medio a medio
para acabar podrido sin remedio;
pera tan solo cuando a Dios le
cuadre
Los tiempos pasaron y llega el final de
una vida en primera fila, y, al final, en el sótano de los tiempos, pero
sujetas a ella, prendidas de su cuerpo, sus ideas libertarias y de defensa de
la mujer, y , parece que se la ve posada, solitaria y erguida, enfrente de su arte; ese arte
cuerdo y, a veces, punzante y crudo, o con ternura o miedo o
tranquilo o dubitativo o rabioso con el mundo que le rodea, y es así en todos sus versos,
seguro, aun entonces después de tantos años...
Vencer o perder poco importa, son los
hechos, y sobre ellos la impronta de la persona, ese gusto y regusto
que deja en el paseo que traza, ese vacío repentino en el aire, esa
oscuridad en el sol, eso es lo que importa: seguir existiendo desde
los altos de la poesía, o los rascacielos de las mujeres libres y
libertarias, pero, seguir siendo ella misma, tras todo este tiempo y
aquellos olvidos...
SERENIDAD
Quiero serenidad , me dije un día
quiero serenidad para morirme.
Yo, que afronté la vida sin
rendirme
aceptaré la muerte sin porfía.
No quiero que me gane la
impaciencia,
que este absurdo esperar sin
esperanza
no se me haga tortura, a semejanza
de un turbio agonizar de la
conciencia.
Para pasa el ecuador temido
quiero mi rebeldía , sosegada
y el ímpetu domado y contenido.
Que , si al fin, a morir he de
rendirme,
no he de ser con la muerte
porfiada.
Quiero serenidad para morirme.
Aunque Lucía mantuvo intacto su modo de vida durante el franquismo, en si heterodoxo (mujer soltera, conviviendo con otra mujer y viviendo de su trabajo asalariado), la desesperanza debió hacerle dudar de la existencia de ese mundo posible con el que había soñado y por el que tanto luchó hasta el fin de la Guerra Civil. Lucía nunca dejó de escribir versos, aun quedan veintitrés mecanografiados, inéditos y escritos poco antes de morir de cáncer de pulmón en 1970. En estos últimos poemas hizo balance de su vida reconociendo sus fracasos: has jugado y perdiste: eso es la vida, pero a la vez afirmando la exaltación de vivir y la entrega apasionada a un ideal: ganar o perder no importa nada/ lo que importa es poner en la jugada/una fe jubilosa y encendida.
ResponderEliminarQuizás por eso, sobre su tumba, su compañera América mandó escribir: “Pero… ¿es verdad que la esperanza ha muerto?”, primer verso de “Sonetos de la desesperanza”.
Me ha encantado tu reseña sobre Lucía Sánchez Saornil, muy acertada.
Un fuerte abrazo!!
Gracias Laura
EliminarMe importa que tù, precisamente tú, digas eso.
un abrazo
cuídate
Hola Wineruda.
ResponderEliminarCada uno de estos poemas de Lucia que nos expones me resulta impactante… pero especialmente el de Madrid, me parece conmovedor y brutal al mismo tiempo, bello y trágico, desesperanzado pero, a la vez, con un resquicio de esperanza. Me ha impresionado, bueno me han gustado todos.
Leyendo sus versos, soñadores, nostálgicos pero también valientes, la leo a ella, mujer valiente, soñadora y, seguramente, nostálgica en momentos de soledad… por como pudieron haber sido las cosas y no fueron.
Esa expresión de su mirada… parece la de una mujer que persigue sueños, pero sueños que nunca se dejan atrapar. En fin… no me hagas mucho caso.
Me quedo con tus palabras, esa otra mirada que transita entre sus versos y descubre senderos donde parecía no haberlos.
Cuídate amigo :)
Hola Paco
EliminarSiempre busco, y espero hasta encontrarlo, lo bello y lo trágico, lo bello y lo tremendo en la literatura, no digo que sea mi única lectura, pero cuando encuentro algo que combina ambos lados, aparentemente contrapuestos, de manera bella...me emociona
gracias
cuídate
Hola Wineruda:
ResponderEliminarMe fascina tanto tu capacidad de hablarnos de la poesía que lees y erizarnos la piel, sino también de traer a poetas que, al menos en mi caso, muchas veces no conocía. Los poemas que compartes son intensos, brutales y bellos.
Gracias.
Un abrazo
Hola Ana
EliminarGracias por lo que dices, si te ha servido este comentario sobre Lucía para conocerla, estaré más que encantado.
un abrazo
Se agradecen estas entradas. Desde hace muchos años me acompañan los versos y los artículos de Lucía. (No es que fundara, exactamente, un grupo de mujeres libres; fue resultado de la confluencia de dos preexistentes. Pero, sí, era una de sus principales impulsoras).
ResponderEliminarAbrazos.
Ignacio
Hola Ignacio
EliminarSe agredecen también tus palabras...y el apunte sobre Lucía y la fundación de la asociación.
Un abrazo para ti también.
Se me olvidaba comentar que hago anotaciones en http://burgostecarios.blogspot.com.es/
ResponderEliminar(El último libro que conozco sobre Lucía es "Poeta, periodista y fundadora de Mujeres Libres" (2014, LaMalatesta), de Antonia Fontanillas Borrás [libertaria exiliada en París] y Pau Martínez Muñoz).
Hola Ignacio
EliminarMuy interesante el blog que colaboras, me verás por allí.
gracias, de nuevo, por el apunte del libro
un saludo
Hola, Wine
ResponderEliminarUna poeta consecuente con lo que piensa, aún en la desesperanza y en la derrota, asumiendo su propio rol, el que ella misma se ha fijado a lo largo de su vida, no es para desestimar.
Nuevamente, nada conocía de la obra y de su autora. Gracias por acercárnosla.
Un abrazo.
Hola Marcelo
EliminarSer uno mismo siempre no es cosa al alcance de cualquiera. EL misterio siempre permanece
Gracias a ti
cuídate
Bonito título para el blog, decididamente me gusta más que el anterior.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Laura.
Eliminarme vendrá menos gente porque nadie busca atlas de literatura ajjajaj pero me es indiferente, hace ya años que no busco nada más que escribir mis cosas y hablar con gente interesante, como tú, :)
cuídate
¡¡¡Zalamero!!!
EliminarA ver si sacas nuevo comentario de libro, yo esperaba encontrar hoy algo...
Un abrazo!!
estoy flojo lo sé
Eliminara ver si saco esta semana
cuídate, ya sabes
De wikipedia:
ResponderEliminarEn la mitología griega, Atlas o Atlante (en griego antiguo Ἄτλας, ‘el portador’, de τλάω tláô, ‘portar’, ‘soportar’) era un joven titán al que Zeus condenó a cargar sobre sus hombros al cielo (a Urano).
Diodoro Sículo afirmaba en su Biblioteca histórica que Atlas o Atlante era un mítico rey de Mauritania, en Libia. Se decía que era un sabio filósofo y matemático y un extraordinario astrólogo, descubridor de la esfericidad de las estrellas y artífice del primer globo celeste. Ésta sería la razón por la que terminaría convirtiéndose un personaje fantástico que llevaría el firmamento completo sobre sus hombros.
La etimología del nombre Atlas es incierta y sigue discutiéndose: algunos lo derivan de la raíz protoindoeuropea tel, ‘sostener’, ‘soportar’, mientras otros sugieren que es un nombre preindoeuropeo.
Dado que las montañas Atlas están en una región habitada por bereberes, podría ser que el nombre latín tal como lo conocemos fuese tomado del bereber. De hecho, el sol es llamado a menudo ‘el ojo del cielo’ (Tit), y dado que se pone por el oeste, el océano Atlántico puede ser llamado ‘el lugar de ocultación del sol’ o Antal n Tit. Los griegos podrían haber tomado prestado este nombre para el océano, y usado más tarde su raíz atl-para formar el nombre «Atlas».
Dicho esto, estimado Sr. Wineruda, como siga escaso, -la palabra es mudo-, de letras, le intimo a cambiar el nombre del blog. Atlas, titán de Zeus, no merece tan escuálido (magro) desempeño.
A trabajar!, con coraje y alegría le saluda, Selva
Hola Selva
Eliminarintentaré hacer honor al nuevo nombre del blog, aunque lo mio es más desde el significado de libro recopilador de mapas, soy muy modesto :)
gracias
un saludo
Me ha encantado tu reseña.....todas esas palabras qué nos llevan a conocer más a esa gran poeta que tuvo que escribir bajo seudónimo,que nos habló de la feminidad como opresión y que fue capaz de imaginar que otras realidades eran posibles...
ResponderEliminarHola Clara,
EliminarGracias
ME halaga que te guste mi reseña, podría haberla hecho de mil formas, y dar mil explicaciones más, pero la esencia es la poesía, y era fácil hacer una reseña con bellos poemas
un abrazo
Desde el "Poetas en Mayo", que durante todo el mes, tendrá a Vitoria escrita en verso en cada fachada, escaparate, sala, fuente, torre o alma, te agradezco este regalo que has puesto en mis manos y que recitaré en alguna aldea a otras mujeres que como ella, soñaron con la lucha como veículo porque el fin de la lucha sería su muerte. Lo es cada vez que alguien cree que la lucha ha llegado a su fin¿No? Pero, ¿quién dijo que ha muerto la esperanza?
ResponderEliminarMe encanta POetas en Mayo en VItoria, orgulloso de una mujer que escribía y sobre todo vivía como Lucía.SU vida es tan importante como su obra, y aún me lastima que no hubiera escrito más.
EliminarUn abrazo
gracias Hierba
¿Queres saber qué sentía en la entreveta de sus poemas? ¡Qué atrevido! ¡Qué ladrón! O ¿prescindirías de su duelo con la muerte por más años de poemas en la vida? Mmm..
ResponderEliminarPara m í el poeta siempre pierde el dominio sobre sus poemas cuando los publica; queda su impronta, queda su moldura, incluso su olor, pero es función del lector hacerlos suyos, si no fuera así no sería poesía, sería una interpretación biográfica bellamente escrita, el poeta muere con cada verso publicado. Quizá por eso que hay poetas que no publican aferrados a su mirada, solo suya.
EliminarSiempre que acabo un libro, un buen libro, me quedo con las ganas de saber qué paso con sus ficticios protagonistas: saber qué vida tuvieron qué aventura corrieron, qué superaron y qué no. En la poesía siempre me quedo con las letras, con el poema, con el libro, siempre quiero más libros que el poeta r genera como en una fragua, para mí...