EL GABINETE DE UN AFICIONADO, HISTORIA
DE UN CUADRO, de GEORGES PEREC
Un cabinet d'amateur: histoire d'un
tableau 1979
Anagrama Pág. 109
Trad. Menene Gras Balaguer
Hay varias formas de leer un libro, leí
una vez una vieja enciclopedia de un tomo que daba una receta que parecía resultar
adecuada para según quién. Decía, creo recordar, algo así como:
agarre usted con firmeza el libro por el lomo, observe la portada, y
si es de su agrado, con un movimiento suave pero firme, abra la
portada, observe la portadilla, y, si vuelve a ser de su agrado, pásela
y comience a leer el libro. La lectura debe ser ágil pero decidida,
no improvise, haga usted caso de todo lo que diga el autor, al pie de
la letra, pasará por la introducción, el nudo y acabará en el
desenlace. Cierre el libro, comience otro. Sin embargo, me acuerdo más cuando , ya hace mucho, oí a un
anciano sagaz que comentaba a otro en el tren que me
llevaba de pequeño a un puerto lleno de barcos con olor a madera
mojada; decía, digo, aquel anciano, que los libros son como los anzuelos
que solo sabes el agujero que te han hecho cuando te los sacas de la boca. Yo era pequeño -y torpe- así que leí “Moby dick” queriendo
entender lo que decía aquel viejo sagaz, pero esta hablaba de
arpones y no era lo mismo, eso sí adoré a las ballenas blancas.
Dejé pasar el tiempo y más de un manual de pesca, incluso algún
libro de “numerología” (por lo raro), hasta que un día llegó a
mis manos -gracias mundo- “El coronel no tiene quien le escriba”,
ahí entendí al anciano sagaz: hay libros que empiezan, de verdad,
cuando se acaban.
Un libro que habla o juega – en la
misma cantidad y decisión- con las palabras o, sería mejor decir,
con las ideas, con lo textos, con la semántica real o simulada o
asimilada o posible de lo escrito, pero también con ese significado
oculto que sobrepasa la acumulación ordenada y tradicional o lógica
de las palabras y las frases y las páginas para dar la expresión de
su razón real, la que quiere contar realmente el escritor, o, por
lo menos, la que descubre el lector, o, mejor, la que puede o debe
descubrir, en exclusiva, cada lector. Los libros son palimpsestos que
deben ser pasados por el aparato de rayos x, o el escaner, o el
revelador de tinta mágica que siempre tenía a mano los
investigadores de Enid Blyton o de los “Tres investigadores” -sí,
el limón,- y, así encontrar el significado y análisis y el
descubrimiento desnudo,que le da el que los lee y decapita.
Un cuadro encargado por un rico
coleccionista sorprende en una exposición ocurrida allá en
Pittsburgh (Ohio), allá por 1913, en una conmemoración de los 25
años en el poder del emperador alemán. Dicho cuadro, pintado por un
diestro artista llamado Kürz, tiene la notable diferencia con otros
que describe los más importantes cuadros de la colección de su
cliente, entre ellos está el propio cuadro pintado, que aparece,
como en un juego de espejos enfrentados, una y otra vez, copia tras
copia en el mismo dibujo. El cuadro cobrará inusitada fama por la
curiosidad que provoca esa repetición de si mismo multitud de veces
en el lienzo, y ,sobre todo, las mínimas variaciones que dibujará
el pintor en cada versión de los cuadros allá dibujados. Tal fama
provocará un atentado contra el dibujo, con ello acabará la
exposición, y comenzarán los estudios y las críticas y las ventas
y los avatares alrededor de él y de sus personajes.
Mi anzuelo en la boca me ha sujetado la
lengua y las encías, me ha dejado un hueco que relleno con masilla
de ventanas y pegamento de papel; el primero para que no se me
escapen las ideas por los esquinas de la ventana por las que entra
esta brisa fría, y la segunda para aprehender lo que está escrito en
el papel del libro. Así entre las dos comienzo a ver que Perec
utiliza todos sus recursos literarios, los que a él le gustaban, los
que él dominaba, los que él lucía como el carretero luce sus
bueyes en día de fiesta. Estos son esos que hablan de la minuciosidad, de la inventiva de los situaciones de forma que son una
fuente de pequeñas historias desde los más pequeños detalles, los
mínimos asuntos crean un mundo-aunque sea pequeño- : las ideas son
mundos, los palabras son mundos; sí, los detalles son mundos, -estáte
atento si los lees o ves-. la literatura como inventiva crea una
situación en lo que lo real y lo imaginado o lo inventado, son
iguales, lo que es falso no lo es y lo que es real parece que no lo
es. Personajes o figuras o situaciones o ejemplos artísticos son
inventados y , otras veces, en otra situación, son tan reales como
los que no lo son: hay momentos que soplar las velas que alumbran
cuadros parece funcionar lo mismo que apagar la luz del foco con el
que lees el libro. Perec crea listas de cosas, siempre lo hace, pero
por el mero hecho de exponer lo que ve, lo que realmente existe
porque lo cuenta, y lo cuenta porque existe, y parece bañarse en la
luz que sale de todos sus textos porque parece que son faros
minúsculo que alumbran todos los caminos que quiere mostrarnos ; y
son tan ciertos, tan asombrosos, o tan tristes o reales o mentirosos,
como quieras creerlo.
Mi anciano sagaz del tren, sabía lo
que decía, y aún hoy me he acordado de él cuando he acabado el
libro, lo he cerrado y este me ha hablado de la mentira que es la
realidad, de lo real que es la mentira, Me ha hablado de la literatura
como juego de espejos en los que se ve-se habla-, de realidades
ocultas tras otra realidad que está oculta en otra realidad, y en
otra y en otra. La literatura y el mundo real se confunden en un
mundo de reflejos, como una caverna de Platón, hecha del revés,
para que veas lo existente, cara a cara, pero no sabes si es una
copia o no lo es que no refleja lo ideas, o sí lo hace pero tu no
puedes saberlo; mentira y verdad ocultas tras las palabras, tras los
textos; literatura ficción y literatura para entretener; juego y
mentira, como el lobo que enseña los dientes enredado en el camisón
de la abuela, fastuosa careta de la realidad oculta en la mentira.
Acaso es la copia en la que el artista
ha cambiado el dibujo del original o acaso no es un cambio y la real era esa, ¿Cómo saber si fiarte del que habla o escribe o
pinta?¿Te fias? ¿Crees?¿Debes creer?¿Puedes creer? Juego y
pasión. O simplemente estás leyendo o viendo o sufriendo una
mentira, por que nada de lo pintado, escrito, fiado es verídico,
como no es exacta lo que ves porque puede que sea una fotocopia, o
una imitación o te han tomado el pelo porque nos dejamos engañar
fácil, Solo Velazquez sabia lo que hay que hacer y es que es mejor hacer que quieres
salir en el espejo al fondo de las meninas que pintar al rey y
hacerlo mal...
La vida y la literatura a veces parecen lo mismo en Perec.
wineruda
Tengo La vida instrucciones de uso hace tiempo y no me decido a leerlo, me da respeto y no tengo mucho tiempo para un libro tan voluminoso y, preveo, que complicado (no sé porqué tengo esta idea).
ResponderEliminarMe gusta todo lo que explicas alrededor del libro. No leo a nadie que explique tantas cosas alrededor del libro que comenta como tú. Lo digo en positivo, muestra mucho de tu persona y, sobre todo, de cómo lees.
Sobre la relación de la mentira con la realidad, o de lo real con la mentira, me parece muy adecuada la metáfora del juego de espejos.
Tengo que leer esa otra obra de Perec para pasar a esta, pero la recordaré (y sino te preguntaré a ti).
Un abrazo y buen fin de semana.
Hola
EliminarYa sabes que tienes que leer "la vida, instrucciones de uso" ;) sino quedarás coja de no haber leído una de las mayores obras literarias de la historia, más que muchas esas de relumbrón y ceniza. Ya sabes que yo siempre hago caso a la gente que sabe y el anciano sagaz dijo, al final, que rumiar los libros sirve para que te alimentes mejor..;)
cuídate
Hola Win: Al igual que U-topia lo único que he leído de Georges Perec es LA VIDA INSTRUCCIONES DE USO. Lo sabes , pero no he de contarle a nadie porqué lo sabes bien. Recuerdo la espera de muchos internautas de un foro por donde antaño solíamos asolar con nuestras " verdades" literarias; la espera se daba de cabezazos contra la pared o algo más duro, cuando un día dije al foro...Yo he comprado el libro de Perec y luego diré mi verdad. Creo recordar que el grupito en el cual interactuaba esperaba de mi parte una ciclópea perorata destruyendo a " ese francés loco" y por consecuencia la opinión de los sesudos lectores de estos escritores que osaban " cambiar" el orden universal del relato. Je, que terminé de leer a Perec y no sabía como salir del pantano. Mentir, no estaba, no está ni estará nunca en mi inventario; tratar de explicar fabricando algunos argumentos enrevesados para tratar de salvar la ropa y no salir lastimado de la contienda tampoco,ese acto se enmarcaba también el orden de las falacias. Así que expresé lo que había sentido luego de leer " el desatino de Perec", y no tuve palabras para describir que yo estaba errado, aunque en mi caso con " h",tal como se hace con los caballos, pero si, recuerdo, que creció en mi la humildad para exclamar ¡ fantástico, insuperable, me bañó de literatura todo mi ser, inigualable lección para doctos y profanos. Así fue, amigo Win, como llegué a Perec. Después el tiempo, mi enfermedad que conoces, no me dieron alas para buscar nuevas obras de este genio, y de otros que igualmente compartían mi álbum de réprobos.
ResponderEliminarQuizás el tiempo de madurar había retrasado en mi su reloj biológico y aún hoy no sé bien si el gusto prevalece sobre lo bueno, si interpretar es cansador y se pone de punta con el hábito de la lectura cómoda, y no quiero caer en el abismo de lo lindo y de lo feo, de lo bueno o lo malo, de los gustos y colores, ya que corro el riesgo de terminar no entendiendo ni esto ni aquello; comencé a leer "en serio" a los 15 años cuando mi tía me regaló en Buenos Aires, La divina comedia en idioma italiano y hoy te comenté por vía privada que he vuelto a leer Los viajes de Gulliver, así que otra vez no sé se debo aplicar aquel aforismo sobre que nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. En la vida que nos dan y que nos toca hacerla nuestra en serio, los cambios serán constantes y así como cambia el hombre, también cambian las artes. A ello debo ajustarme sin más ni más. Finalmente no hace falta decir que me ha maravillado tu crítica y repito, las críticas se leen , pueden ser de tu agrado o no,dar una opinión o callar, lo que no se puede es discutirla. Un abrazo, firme.
Hola José
EliminarEmpezar con "la divina comedia" en italiano es una manera fuerte de empezar en eso de la literatura con mayúsculas ,)
Perec, ya lo sabes, es un genio, un tipo que hace novelas mejores, hasta las malas, que la mayoría de los escritores actuales, saber buscar sus trucos, y encomendarse a sus "manías" es la manera de leerlo, no creo que se deba leer Perec como se leen otros libros, por ejemplo sus listas de cosas que ve o que descubre pudieran irritar al que no está preparado para su lectura, pero es su firma es su manera de encajar el mundo que describe, yo disfruto "como un enano" con sus listas de cosas, minuciosas y literarias.
Yo creo que leer es descubrir cosas nuevas, que ni siquiera tienen que ser nuevas, vale simplemente que las descubras como tales y como interesantes aunque tengan un siglo de edad, eso es el lujo que da la literatura
Saludos al caballo "herrado" del ornitorrinco
un abrazo
ResponderEliminarJajajajá! Saluda también de mi parte al ornitorrinco.
Respecto de este último "aggregate" de Perec, totalmente de acuerdo contigo. Es más, ya he pedido este que has analizado tan brillantemente, bah! como siempre lo haces.
Tá güeno el nuevo formato.
En cuanto tu asombro por lo informado acerca de la Divina Comedia , precisamente en el idioma del Dante, no sé si te he contado en aquellos años de toma y daca, que yo quedé solo con mi viejo a los cinco años de vida. Mi padre era un " contadino" de Reggio Calabria que vino huyendo con su mujer, mi madre, del hambre italiana. Aquí, en esta tierra de esperanzas, yacen ambos. Uno de 80 años que vivió peleándola y otra, mi pobre y casi desconocida mamá, a la que la tuberculosis se llevó muy temprano, apenas 27 años. Así que tuve por fuerza hablar el italiano con mi progenitor que no aprendió " la castilla" nunca. Después la primaria en mi pueblo y la secundaria en Buenos Aires en casa de un tío. Así que el italiano fue un idioma que mamé desde pibe, y como mi tía también lo hablaba conmigo en aquellas tardes de Mataderos, para mi cumpleaños número 15 me regaló el libro de marras. Yo ya leía mucho, pero apenas la literatura que estaba a mi alcance en la biblioteca del colegio. Recuerdo haber iniciado mi afición con el querido brasileño Monteiro Lobato.
Bueno, no he de contar en tu blog toda mi vida que a nadie interesa más que a mí.
Cuando lea " La historia de un cuadro" hablaremos por privado. Por ahora me conformo con tus admirables reseñas.
Un abrazo. José . 20.03.17 , 03.54 a.m.
Lo de la "Divina COmedia" tambíén lo pensé por que tenía entendido que el lenguaje de DAnte es de un"proto -italiano" un poco complicado. de ahí lo que me pareció difcicil. ASï y todo es una buena manera de empezar ;)
EliminarUn abrazo
Hola Wineruda, me ha hecho gracia la receta para leer un libro, no se porqué, me ha recordado a las instrucciones para darles una pastilla a los gatos :)
ResponderEliminarHay libros que empiezan cuando se acaban... cuánta verdad en este concepto. Tengo unas ganas enormes de leer a Perec, pero nunca sé por dónde empezar con él. Pero nos encontraremos, este me atrae por algo que comentas y que me toca muy, pero muy, de cerca: "este me ha hablado de la mentira que es la realidad, de lo real que es la mentira"... Y realidades dentro de realidades, capas... Sí, parece que tendrá que ser este con el que me inicie con Perec.
Muchas gracias.
Un abrazo
Hola Ana
EliminarNo es mala cosa empezar con este,. Te aconsejaría internet cerca porque hay pintores que exiten (aunuq no conoci a todos) y otros que no existen, y cuadros que ´sí y cuadros que no,. Y...
Si quieres un consejo, empieza por lo grande "la vida, instrucciones de uso"
te enganchará por vida...
Hola Wineruda.
ResponderEliminarReconozco mis grandes lagunas literarias cuando pienso que aún no he leído a un escritor como Perec, de quien todo lector de largo recorrido ha escuchado y leído tantas opiniones, la mayoría positivas.
Ratifico la apreciación de Laura en cuanto a tu forma de exponer las impresiones lectoras, al fin y al cabo los libros están dentro de la vida, y la vida dentro de los libros, y ese es el hecho fascinante que siempre encuentro en tus palabras, ese continuo fluctuar de una hacia la otra parte.
Leyéndote sobre Perec me acuerdo de una frase que kafka anotó en sus diarios; “Yo soy la literatura”, y no hay que considerarla en un sentido pretencioso, sino que Kafka vivía una (vida) y otra (literatura) sin solución de continuidad. Digo lo de esa frase porque se le puede aplicar a Perec, su enorme talento le hace pensar en la vida como el gran relato literario que es, y que terminará de escribirse con el fin de nuestros días.
Ah… los cuadros. Me viene a la cabeza un comentario curioso de un profesor de arte contemporáneo que tenía en la facultad; “un cuadro se parece más a otro cuadro que a lo que representa”. Todo un posicionamiento, desde luego.
A los ancianos que viajan en tren hay que escucharlos con la máxima atención, con ellos siempre viajan palabras cargadas de experiencia y sabiduría, de la que se atesora viviendo mucho y observando…
Podría empezar por el que recomiendas a nuestra común amiga, y magnífica lectora, Ana.
Cuídate Wineruda :)
Hola Paco
EliminarYo creo que en este libro, sale y entra en la realidad. Ese espacio que se interpone entre lo que sabes y lo que conoces, se llena de personajes, citas y cosas que entran en tu vida, supongo que eso es la literatura, esa relación con los personajes de los libros, para los que quieres lo mejor y saber de ellos cuando termina el libro, Creo que eso es literatura o quizá un tipo de lectura que te compromete, que te comprometes con ella. Yo creo que Perec es un escritor contrario, lleva a las páginas de sus libros las cosas y personajes de los que quiere saber, de ahí sus continuas listas de cosas que mira y analiza y denomina y cita, llena el libro de su mundo, nosotros llenamos el mundo de sus libros.
Yo procuro analizar los libros más de lo que dicen, con lo que me dicen, y todas esas cosas que me cuentan a veces son solo la impresión que me dejan, la sensación que se me ha incrustado en el cerebro, aunque no sea lo que quiera contar el escritor, yo creo que la literatura es la sensación que deja en el cerebro del lector, describirla es dar el paso para conocer la obra. O eso creo...;)
cuídate
Estimado Sr. Wineruda, al Jwarizmi escribió en "El cadí y la mosca",
ResponderEliminar“------ Los libros no resucitan a los muertos, no convierten a un idiota en un hombre razonable, ni a una persona estúpida en inteligente. Los libros aguzan el espíritu, lo despiertan, lo refinan y sacian su sed de conocimientos. …… Mudo cuando le impones silencio, elocuente cuando le haces hablar, gracias al libro aprendes en un mes lo que no aprenderías por boca de expertos en una eternidad, y sin contraer ninguna deuda por el saber adquirido. El libro te libera, te ahorrará el trato con gentes odiosas y relaciones con hombres estúpidos, incapaces de entender. Te obedece noche y día, con la misma eficacia tanto si estás de viaje como si permaneces sedentario. Si caes en desgracia, el libro no deja de servirte. Si soplan vientos contrarios, el libro no se vuelve en tu contra. Sucede, a veces, que el libro supera a su autor…”
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"JOJO Peretz, hijo de padres judíos, quedó huérfano en tiempos de la Francia de Vichy. Quedó al cuidado de sus tíos maternos, quienes por razones propias de sobre-vivencia, como primera medida cambiaron su apellido a Perec, temerosos que alguien descubriese el origen judío de la familia, luego le inscribieron en un internado católico de varones.
Previo al ingreso al colegio, el tío debió encontrar la forma y las palabras que hicieran comprender a un niño pequeño lo que, bajo ningún pretexto, jamás debía revelar: su origen.
Y así fue que la orden terminante que recibió JOJO Peretz debió haber tenido la fuerza de un mandamiento: “hay que olvidar”.
¿Cómo decirle de otro modo a un niño que es peligroso para él dejar escapar (incluso a través de simple fruncimiento de cejas, una mirada) que entiende el yidish, que conoce el alfabeto hebreo, que su padre se llamaba Izie, que vivía en Belleville, que su familia viene de Polonia, que su abuela vende pepinos en vinagre, arenques en salmuera y halvá, que su abuelo nunca está en casa los sábados, que la mayoría de sus compañeros son judíos –en síntesis, que él también es judío? Seguramente se le exigirá que borre todos los recuerdos de su pasado, se le dirá que para él comienza una vida nueva, que el apellido es bretón, que él es francés, y que nunca, absolutamente nunca debe pensar en lo que quedó atrás. Ese fue entonces un acto de olvido de una necesidad vital, también fue una traición interior."
Años después viviría con su abuela, quien haciéndose pasar por muda, trabajó años de cocinera en casa de un alemán invasor.
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Lamento contextualizar, pero para mi cabeza cuadriculada de ciencias exactas, primero es necesario entender, y el resultado parece ser siempre el mismo: el hombre y sus circunstancias.
En este caso la semilla estaba, la genialidad también, luego vendría La vida instrucciones de uso. Así vivió y creció, siguiendo instrucciones precisas, las que ante cualquier recuerdo inconveniente le ordenaban olvidar, olvidar, olvidar. Luego conocería a Borges.
De El otro, JL Borges:
-¿Cómo anda su memoria?
-Suele parecerse al olvido, pero todavía encuentra lo que le encargan.
Una vez más decir que es un placer leerles, cada uno con su música, jardín de gente, Selva
Bonito aporte Selva, muy interesante la vida del genio del Oulipo. Parte de ello sale en su novela "W o el recuerdo de la infancia. Te lo agradezco mucho
Eliminarun saludo desde el jardín
Hola, Wine
ResponderEliminarDos míseros aportes. Primero, respecto de los cuadros. No recuerdo bien qué pintor y cuadro suyo importante -creo que está en El Prado- ha servido para reconocer la existencia de otros cuyo paradero resulta desconocido, pero que habían sido de su propiedad en aquel tiempo.
Segundo, lo que dices acerca del juego de espejos en el cuadro, me recordó al relato `Las ruinas circulares´, de Borges, que aparece en `Ficciones´, libro que he concluido hace bien poco.
De Perec, tengo disponible `La vida...´pero, al igual que U-topia, me amedrenta un poco su volumen.
Suscribo lo que ha dicho Selva respecto de su cabeza; debe ser que ambos fuimos formados en ciencias exactas y tendemos a cuadricular con facilidad.
Un abrazo, y gracias por redescubrirnos a Perec.
Bueno espero que te atrevas con Perec, no creo que tenga la menor dificultad para un lector como tú, y perderías un lujo de literatura.;)
Eliminarun abrazo
Estimado Marcelo, quizás refieras a la novela "Velázquez desaparecido", La obsesión de un librero con una obra de arte perdida, Laura Cumming, TAURUS, 2016.
ResponderEliminarSi de pintores trata recomiendo muy especialmente Volavérunt, de Antonio "Taco" Larreta, compatriota.
Describe de una forma muy interesante la historia de la que habría sido la obra máxima de Goya, nada menos que maquillar a la Duquesa de Alba de esos tiempos, mecena y amante del pintor, para una cena muy especial en el Madrid de esos tiempos, en el palacio de Liria, creo. Los comensales: todos hombres, empezando por su majestad (de quien también era amante), Godoy, y así.
Lo recomiendo. Un policial que aunque ficción está montado sobre hechos veraces excelentemente narrados.
Un libro que "envejeció" bien, le escribió a finales de los 70 supongo, cuando su exilio en España.
Volavérunt integra la lista de los mejores 100 libros de lengua castellana del siglo XX. Se lee con agilidad, entretenida y "de paso repaso" de esos tiempos históricos.
A Wineruda, sea bienvenida la primavera, Selva
Sea bienvenida, cierto, sin astenía eso sí;)
EliminarLo cierto es que soy más de otoño.
un saludo
Gracias por el aporte, Selva. Volaverunt lo he visto como uno de esos 1000 libros que debo leer antes de morir...
EliminarNo conocía el de Cumming, pero suena interesante. Hubo un tiempo en que mi interés por la pintura tuvo su clímax. Uno de ellos era de uno de los Brueghel hijo; al que me he referido aún no recuerdo su autor, pero si lo vuelvo a ver, seguro que lo identifico.
Un afectuoso saludo.
Ah! Perec; Ah! veedor de lo oculto en las cosas inanimadas.
ResponderEliminarHe querido iniciar este pequeño comentario, parodiando la explosión final de Melville en su inmortal “Bartleby el escribiente”; y lo hago habiendo leído esta obra que con tanta pasión Wineruda ha sacado de los casi seguros ignotos anaqueles de librerías de nuevos y usados para entregarlo libre de toda iniquidad literaria a todos aquellos que abrevan en su blog, y digo sin ruborizarme que no creí cuando debía y hoy creo aunque no debo, quizás Win me entienda ya que esta es su página, su análisis y por ello creo que no es menester explicarlo a otros.
“El gabinete de un aficionado”, es sin dudas un hijo ausente, que se ha caído de “ La vida instrucciones de uso” y aunque Perec consciente o inconsciente no lo ha reconocido, no se trata de un hijo bastardo, no es más que un gajo morfológico de aquello que el inquisidor del Oulipo, ha querido presentar en público por separado, usando el criterio que “hago todo lo que quiero con todo aquello que me pertenece”.
Y es así , o tal vez no -con Perec nunca se sabe- que el propósito de esta escisión tal vez se encuentre en su técnica de nunca repetir -aunque lo parezca- una misma idea en dos diferentes libros . Es casi un juego al que pueden entrar a jugar todos los lectores, aunque en realidad sean muy pocos los alcancen algún éxito en el mismo. ¿Tan es así? Yo creo que sí. Perec no escribe novelas, no escribe historia ni ensayos ni poesías, Perec quizás escriba sin estilo; su estilo está en la minuciosidad de la observación de todo lo que le rodea, de todo lugar que visita, de toda comida que come, de todas las imágenes y pinturas que percibe o avista, aunque luego esa observación primaria da lugar a su peculiar arte de examinar con el cual se deleita escrutando, sondeando más allá de todo aquello que el común de los mortales deja pasar como pasa el río o el viento.….. Es por ello que insisto en opinar que Perec no pregona con ningún tipo de literatura tal como conocemos la aclimatación de esta palabras, Perec actúa, investiga y da vida a objetos inanimados y lo entrega al lector como algo lúdico, sin explicar cómo es el juego, seguramente allí radique la virtud de este increíble observador de la vida y su uso.
Al menos así lo entiendo yo.
Gracias Win, por acercarme a lo desconocido; ya encontré la antorcha para proseguir el camino.
PD/ El lector advertirá que se deslizan algunos errores de impresión , con alguna letra sobrante, la falta de una palabra, creo que un verbo copulativo "que" ( lo QUE alcancen), etc. Ruego disimular pues el comentario se realizó en una tablet con letras y teclados chicos, por falta de Internet en esta zona de la Patagonia, asunto que se reitera continuamente sin solución por parte de la empresa proveedora. Gracias
ResponderEliminarPD2/ Pido perdón por mi terrible error en denominar verbo copulativo a la palabra "QUE" de la posdata anterior. Ciertamente se trata de un PRONOMBRE RELATIVO. Ocurre que al trabajar con dudas sobre un teclado chico de una tablet ,tengo la cabeza puesta en realizar la tarea con el mayor esmero tratando de acertar todas las letras y por ende en algún momento puedo divagar o escribir cualquier cosa como en este caso.
ResponderEliminarHola José, mejor análisis de Perec no puede haber que el tuyo: el juego. El juego no tiene explicación, por lo tanto Perec no al tiene, al menos no la pide ni la exige, el juego no tiene reglas para él, lo juega a tu modo , a la manera que tu forma de entender la literatura te exige, no pide más, si no te gusta no me leas, si no quieres jugar es tu problema. José no veo mejor análisis.
EliminarPd, no veas lo fallos que tengo yo, años después los sigo viendo, no te preocupes por minucias :)
un abrazo
Gracias Win: Si tú dices que mi comentario es bueno, viniendo de tu erudito conocimiento de toda la obra de Georges Perec, lo acepto sumamente honrado, aunque quizás es la mano del amigo en gran parte, la tan generosa en dispensar este elogio.
ResponderEliminarUn gran abrazo. José