PROVOCACIÓN de STANISLAW LEM
Provokationen 1982
Funambulista 155 pag
Trad. Joanna Bardzinska y Kasia Dubla
Debajo de la metaliteraura, debajo de
autores falsos que hablan de libros falsos que hablan de historias
verdaderas, debajo de reseñas de libros inventados se encuentra un
autor que maneja texto e ideas para contar una historia o sus pensamientos o
su modo de describir el mundo. El subterfugio literario no puede ni quiere
ocultar la palabras dichas, el texto sagrado de la propia idea, que no
quiere volver a contar sobre cosas o formas que nacen -y morirán- de
la nada. Hay momentos en el que la ficción es un caso perdido y la
realidad se afana en descubrir las vergüenzas que algunos no
quieren contar. Me gusta la fiereza en la defensa de las ideas,
cuando estas son justas, y son justas porque así lo ha establecido
la Historia y el discurrir del mundo; y son justas por encima de
intereses vagos de ocultar cosas o de suavizarlas o de esa estúpida
manera actual de proteger al mundo de imágenes crudas y duras como,
por ejemplo, de todo el Holocausto. Oí , ayer, una horripilante
frase de un presentador de documentales inglés, en el que elogiaba
al jefe del comando de construcción del Nido del Águila nazi, lo
llamó genio por su escrupulosidad y puntillismo en la construcción.
No citaba, el tipo, a los esclavos que la construyeron, no citaba el
tipo a los muertos, no citaba el tipo que el jefe se suicidó antes
de ser condenado en Nuremberg por sus culpas. Elogiaba la
escrupulosidad de la construcción, la repetición hasta llegar a su
perfección; semejante persona relata historias en documentales
que aspiran a mostrar algo de aquello, pero nos ahorran, cuanto
pueden, las imágenes del horror, ¿Por qué mostrarlos?¿Por
qué´enseñar lo terrible? La respuesta es tan evidente que hasta ese
tipo debería saberla. Simplemente por una palabra, por respeto, y
añadiría por pedagogía.
Lem, no es un tipo cualquiera, eso sí,
es un escritor de esos que desdeñan los grandes críticos como
escritor de ciencia ficción, no saben esos críticos que sus obras
desbordan inteligencia; son socarronas y son fieras, diestras y
afiladas, son graciosas y cueles, son sonoras como un despertador de
campanas viejas; y critica la mentira , pero también es un creador
de las más fantasiosas mentiras sobre un mundo que muere: Lem no es
el tipo que elogia a un nazi por su habilidad en reconstruir un
edificio hasta que esté a su gusto, no es tan fatuo ni tan banal ni
tan necio, no. Lem escribe este libro sobre una reseña de un libro
sobre el holocausto y Alemania, habla sobre la muerte y los nazis,
sobre los judíos y la culpa europea, sobre la barbarie y el perdón,
el no perdón.
Horst Aspernicus, es un historiador
alemán que cuenta sus ideas y sus reflexiones sobre lo que sucedió
en su país en, durante y con el Holocausto. Su análisis no deja escapar a nadie,
no deja un camino de salida ni al perdón ni a la excusa. Doblega el
espíritu nazi para dejar caer de sus bolsillo, con Alemania puesta
boca abajo, la podrida inmundicia que pobló el país, las ciudades y
las casas. Cierras las puertas para encerrar a los culpables y los
mira a la cara, y les enseña que su nación perfecta de arios era el
ejercicio necio de un führer enfervorecido a los que una
aristocracia aplaudió y un conjunto de arribistas y acomplejados
apoyó para auparse en el poder al precio que fuera; les dice que fue
un genocidio labrado a fuerza de mentiras y falsas ideas sobre los
judíos, y sobre el que no pensaba como ellos; habla de voces
llegadas del pasado y de la mentira como excusa para la muerte; habla
de lo que fue la orgía de sangre de unos dirigentes que descubrieron
a los judíos como excusa para limpiarse y buscar un chivo
expiatorio, no ya religioso -los judíos que mataron a Cristo-, no ya
con la culpabilidad hacia el rico que no lo era, no ya para ganar
dinero...era solo crueldad, solo distancia, solo sadismo, solo
fantasiosas y sangrientas ideas de poder, religión y muerte. Pueblo
y organización y estado que organizó una industria de la muerte, y
en el que la imposibilidad de la medida, la muerte de millones, dejó
su mente en la excusa de lo incalculable de lo indecible, de lo
inconmensurable de lo hecho, y con ello en la protección del deber
al superior, de la culpa del superior, nadie sabia nada, nadie fue
culpable, porque nadie soportaba el peso de la muerte en los hombros,
solo los cadáveres y los ahorcados en Nuremberg. Y Aspernicus -Lem-
acusa, no perdona a nadie, no conoce límites su mirada furiosa; así
desnuda al filósofo Heidegger, al que ataca sin piedad, proclama que
a pesar de que se separó de la militancia nazi,- él no le acusa de
nazi-, sino que dice que si un filósofo no ha creído que debía
criticar o citar o nombrar o socavar , los crímenes nazis, que si
los ha tomado como algo no primordial en su pensamiento y siquiera
anotación, quizá porque pudo haber pensado que un filósofo, él,
no se centra en delitos comunes; si no vio que era una actuación
supracriminal, si no vio que
esto era execrable, entonces , dice Aspernicus - Lem- , que era o un
embustero o un ciego o un estúpido ¿Y qué clase de filósofo es
estúpido'? Y si calló por hipocresía es un cómplice. Y si un
filósofo no ve la enfermedad en el mundo, la misma, la exacta, que
él debería comprender y estudiar, ninguno de sus escritos, nada
parido de esa mente, merece la pena...( Lo remarcable, digo yo, que
muchos defienden que el pensamiento occidental actual se basa en sus
ideas...)
Aspernicus -Lem-,
cierra el círculo, o la soga o la mirada certera sobre los nazis
queriendo dilucidar las razones de sus comportamientos, de su
sadismo, del componente religioso y deslavazado de su pensamiento y
actitud; busca la razón de la muerte de personas inocentes, de
niños, mujeres ancianos, jóvenes, hombres adultos, de todos, de
cada uno de ellos; mira la razón de aquellos comportamientos
indecentes , extraños y soezmente rutinarios, que él descubre
alucinados y alucinantes. Reconoce en ellos el componente absurdo de
querer la muerte de Dios, destapa la ausencia de inteligencia , la
crueldad por la crueldad, el falso pudor de los ojos cerrados. Nada
escapa a su análisis, de lo repetido por inmoral y poco
inteligente,. Y puede ser que haya otro examen, pudiera ser que sus
ideas sobre lo que sucedió no sean acertadas y den en el objetivo,
puede que el mundo sucio y cruel no pueda ser analizado nunca, o al
menos comprendido, puede que la podredumbre tapara las cloacas y allí
murieron las razones de las cosas; y solo quedara muerte y dolor, y
los ojos descoloridos de los culpables sin cerebro. Pero la visión
de Aspernicus Lem- destapa un mundo que hay que leer, que hay que
mirar una y otra vez, por respeto a los asesinados, por coherencia,
por, como he dicho, pedagogía.
Compara la muerte
nazi, las ideas decapitadoras, los comportamientos sin excusa de los
nazis con los movientes terroristas de los años 60, y calcula sus
semejanzas, y las descubre a pesar de la distancia ideológica y
vital. La muerte es la muerte desde arriba y desde abajo, desde la
izquierda y la derecha. En los 60 no murieron judíos, pero murieron
personas,. Cuando muere la vida, mueren inocentes, y mueren
siempre,ahora están muriendo... Y de la misma forma que ataca a los
grupos de izquierda terrorista, degrada al grado mínimo de la
condición humana y de la inteligencia a los neo nazis. No hay
perdón.
El libro consta de
dos artículos, de dos estudios, es la reseña de dos libros; y puede
que el segundo pareciera que no tiene nada que ver con el primero,
pudiera parecer que los temas y los estudios son ajenos uno al otro,
pareciera que la segunda reseña ficticia sobre un libro de J.Johson
y S. Jonhson, “One human minute” en el que trata, por métodos
estadísticos, descubrir lo que pasa en un minuto en el mundo, lo que
hace la gente, las cosas que producen, excretan , esparcen; la
cantidad de personas que mueren y sus razones, las que se suicidan o
son amadas, las que saltan o caen, las que descubre o se pierden o
los latidos de los corazones, si, las que nacen , las que aman,
cuántas personas están haciendo el amor, o comiendo y qué, las
razones de los silbidos, o los coches que se compran en un minuto, el
vida comprimida en un libro, tú en el libro, la explicación del
mundo en un libro, la sociedad en un libro, el pensamiento en un
papel, lo que somos en un libro, lo que no somos en unas
palabras...Lo que dura el lamento de una torturada, lo que gasta el
gobierno en elementos de tortura, lo que pensamos de los
libros,...Todo ahora está calculado y medido, y perdemos la medida
de las cosas y el deseo y el control y la posibilidad de
rectificarlas. Lem relaciona los dos textos, los casa y los cose,
porque él dice ...que Aquello, ahora, puede repetirse...Porque,
ahora, nos da igual el mundo, y olvidamos, y la perspectiva no es
dada por otra gente que quiere pensar por nosotros, porque damos
importancia a lo que otros quieren que demos, como pasa con muchos
los conocimientos y la mirada hacia la vida. Porque el análisis que
debería surgir de nosotros, sí, nos lo imponen y lo aceptamos, ¿Hay
diferencia con...? Imponer es imponer ahora o hace 80 años...
wineruda