jueves, marzo 12, 2015

QUE EL VASTO MUNDO SIGA GIRANDO DE COLUM MccANN




















QUE EL VASTO MUNDO SIGA GIRANDO DE COLUM MccANN
Let the great world spin 2009
RBA . 480 Pág.



Rompí mi arraigada costumbre de acabar todos los libros, por malos que fueran, hace ya tiempo, convencido de que hay tantos para leer, y buenos, que no merece la pena malgastar el tiempo en una mala historia o en una mala técnica literaria o lo que fuese de funesto que tuviera el texto. Me pasó con la primera historia de este libro, a punto estuve de mandarlo a paseo, al rincón de los olvidables, irritado por su forma de escribirlo, con su molesta manera de intentar acabar las frases con un final digno de pasar a los anales de la literatura. Pero por suerte algo me avisaba de que siguiera, y ahí aparecieron los siguientes capítulos que en nada se parecían al primero. Todo tenía su explicación : Colum Mccann adapta su manera de escribir a la manera que lo hacen los protagonistas de sus capítulos, que en su mayoría son historias narradas en primera persona por diferentes personajes. Así aparecerá una prostituta de frases cortas, brutales, desesperadas, o una ama de casa de sentimientos confusos y grave sensibilidad, o una artista alterada por la droga y por la búsqueda de el perdón y de si misma o una divorciada que ha perdido sus hijos y vive en un mundo ajeno a lo que ella es o... Todos adaptan su lenguaje a su situación, a su formación o a su vida en ese momento.

La novela en su estructura se parece a otras en las que una sucesión de historias, en apariencia desunidas, van encajando unas con otras, donde pequeñas o grandes costuras van conformando una unidad que acaba en  un vestido completo y a medida. Podría ser, por tanto, que ésta fuese una novela típica, pero no lo es . Y no lo es porque existen, por fortuna, más cosas en la literatura que una estructura común: la profundidad de las historias, lo complejo de los personajes, la originalidad de sus planteamientos, la valentía de sus textos, la forma de escribir y describir, cómo lo cuenta, para qué lo cuenta y esas pequeñas sumas de cosas que te hacen comprender que no es una novela del montón. Supongo que es como preparar una taza de café negro y distinguir si te ha salido bueno o demasiado aguado; aquel tiene sabor, textura y olor ; se nota enseguida.

Todo comienza con un funámbulo que atraviesa por un cable, claro, la distancia entre las dos torres gemelas en Nueva York , tiempo más atrás un joven irlandés se había entregado, en nombre de Dios, a la ayuda de las personas más desesperadas, y unas prostitutas, años después, pasean sus cuerpos semidesnudos por las calles del Bronx, y un grupo de mujeres lloran a sus hijos muertos en la guerra de Vietnam, las drogas corren por las élites culturales de Nueva York... A pesar de que el tiempo salta en la historia, la acción principal trascurre en un día de 1974, Nixon ha dimitido, la guerra de Vietnam está en sus últimos estertores, sucede algo...

Los personajes se revelan tan distintos en sus propias historias, en sus mundos ajenos unos de otros, casi atrapados en sus relaciones y en sus vidas, que parecería imposible encajarlos en un lugar común. Todo lo cotidiano que los une es la ciudad de Nueva York: rotunda, inhóspita, salvaje a veces, deshumanizada siempre, pero que los personajes de la novela la van desnudando; poniendo cara y cuerpo a una sociedad perdida y en constante búsqueda de cosas tan simples como amistad, comprensión, amabilidad, amor... Sólo les hará falta un acontecimiento para perder o ganar en esa búsqueda. Esa explosión que derriba todo, como un antibiótico que cura eliminando microorganismos tanto positivos como negativos. Recuperarse es cuestión de tener suerte en la vida o, más en concreto, en ese momento de su vida.

Colum Mccann cuenta que pequeñas cosas cambian la vida de la gente, desde iluminaciones personales, hasta frases que se dicen o no se dicen o sentimientos que se expresan o no, o un decisión momentánea basada en una mirada en búsqueda de ayuda, o una pena profunda o un reflejo instintivo, todo puede hacer cambiar para siempre la vida. Habla de las decisiones que se tomaron, del pasado dulce o amargo. Y, como todo, siempre tendrá dos versiones la del que mira y la del que es mirado, del que odia y del amado, del que espera y el esperado, del que vive y del que sobrevive.

Pero, al final, todo fluye, todo gira, nada se detiene, todos estamos de paso.


wineruda




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