LOS PEQUEÑOS MAESTROS de LUIGI
MENEGHELLO
i piccoli maestri 1964
Edtar. Barataria 285 Pág.
Tradct. Elena de Grau
No deja de ser curioso encontrarte una
narración de un episodio sangriento de la historia del mundo, como
es la Segunda Guerra Mundial, narrado con el pudor que exhibe este
libro para con las acciones violentas durante la guerra de
guerrillas de los partisanos en la región del Véneto en Italia.
Meneghello a veces obvia, a veces pasa de puntillas y solamente
algunas veces narra lossucesos inevitables de manera sucinta, sin la
más mínima recreación en el duro tema. De alguna forma parece por su
parte, por la de su unidad, una guerra-de militares
antimilitaristas, de soldados sabios o de luchadores filosofos. A fin
de cuentas a esa unidad se la llamó como el libro: “los pequeños
maestros”. Y por ello es un libro diferente a todos los que cuentan
la guerra que haya leído, no por limitado en sus expresiones
militares sino por el tono, el mensaje y la ejecución de la novela.
En ella el autor utiliza la memoria para escribir los recuerdos de
aquella época sin rencor, sin apenas añoranza de los perdidos -como
si fueran un resultado natural del avance de la vida, no por una
accion violenta- sin olvidos pero con lagunas obligadas por ese pudor
que antes he citado. Pero lo que sí encuentras en el libro es la
ironia, el humor -algunas veces negro- y una vision del ese mundo que
nunca es paródica pero sí brutalmente natural y con un bruñido de
cierta melancolía por una Italia que debe tener remedio pero que no
la tiene, con ese franco hartazgo de lo irremediable que suelen tener
para con su pais los naturales que lo analizan desde un punto de
vista crítico.
“Los pequeños maestros” es la
crónica de los recuerdos de unos años duros contada en primera
persona por el propio Meneghello, desde su salida de la escuela de
oficiales alpinos de Merano tras el armisticio y la toma del poder en
Italia por los alemanes hasta la liberación de Padua por los
partisanos y la llegada del ejercito británico. En el entreacto
discurre la llegada al Altiplano de Asiago donde crearán, él y sus
amigos, un grupo partisano de ideas liberales que luego conformaran
fundando el Partito d'Azione y luego mas tarde sus acciones de
contacto y organización en Milán o Padua.. La Narración
discurrirá entre acciones guerrilleras, las batidas de los fascistas
y los alemanes, las huidas, las acciones fallidas, el frió, el
hambre, el cansancio, papeles falsos, la confraternización con la
gente de los pueblos, las escaramuzas, las peleas internas, las
reflexiones, el paso de las estaciones y del tiempo.
De entre todos esos actos y situaciones
Meneghello destacará el análisis de las personas aquellas que lo
rodearon durante aquellos años: desde el que odiaba la violencia
hasta el más duro, desde el jovencito cobarde hasta el veterano de
mil batallas, desde el filósofo hasta el inculto, desde el torpe
hasta el mas avezado, desde el católico más acérrimo hasta el comunistas más convencido. Toda una galería de caracteres que completan
un mundo de personas falibles pero conscientes del momento en el que
vivían y lo que se jugaban -la vida-. Pero es su grupo -su unidad- la que, es evidente, más aparecerá en el l ibro, entre ellos aparecen muchos tipos de personas pero todos cortados bajo casi el mismo patrón: la mayoria cultas, religiosas -hasta el punto del pudor para con los insultos o con la muerte del contrario- que muestran -sobre todos en sus incios una parquedad de ideas militares y una sobreabundancia de ideas políticas, sociales e incluso filosóficas. Pero todo cambia, las personas no siempre permanecen.
El libro destaca por las reflexiones
del autor sobre lo que le rodea: a veces son la admiración por el
paisaje inmenso que lo rodea -sus descripciones son bellísimas-
otras veces por el análisis político, o incluso cultural, de la
sociedad y el país en el que están y, por otro lado, en el que esperan estar tras
la guerra; otras veces se decanta por contrastar los momentos casi
idílicos en los momentos de paz entre los maizales del valle y las
casonas rurales y sus pobladores que sustentan a los partisanos, con
los momentos duros en el que el pellejo de él y sus compañeros no
valdría la chaqueta raída que sustenta. No piensen que son la
narración de “las batallitas” del veterano de sus años de
guerra, no, es la crónica verídica, con sus momentos malos y sus
momentos no tan malos de una época y unas vidas que merecían el
respeto de ser contadas.
wineruda