EL GALLO ROJO VUELA HACIA EL CIELO de
MIODRAG BULATOVIC
crveni petao leti prema nebu 1959
Plaza y janes 270 Pág
Trad. Mario Verdaguer
Lo cierto es que leí el libro hace
muchos años, y ahora, que he vuelto a leerlo, no ha perdido un ápice de
la belleza que recordaba, de la fuerza de sus personajes – Mara “la
loca", los vagabundos, el viejo, Muharen, los personajes de la
boda...- Personalidades que van recorriendo la novela mostrando la
necesidad del hombre de ser comprendido, perdonado y ayudado, pero
que también muestran la capacidad para hacer el mal y poseer esa
parte de la existencia que es indigna. Así parecen sobrevivir al
eterno enfrentamiento entre la vida y la muerte, el disfrute y la
tristeza, el ocaso y la mañana. De modo que la boda -unos de los
centros de la novela- será el símbolo de energías nuevas y que
bullen -para bien y para mal- y , por contra, aparecerá el cementerio
con el que está lindando la celebración, imagen de las fuerzas
invisibles e imbatibles con las que se encuentra y se encontrará
el ser humano. Todo el libro apesta a hierba cortada y viento seco y
batiente, huele a sudor y calor. Todo ello contagia una visión del
mundo opresiva y asfixiante: el odio, la tristeza, la crueldad, la
impotencia, la indignidad, la violencia, el deseo -sucio y
blanco-...Todo ello Bulatovic lo describe en pequeñas ventanas que
va a abriendo y cerrando al áspero calor y a las miradas indiscretas
del lector, y nos la presenta en pequeños sorbos, como queriendo
apagar la sed del mundo -de ese mundo- en una fuente de la que beben
figuras de un lugar y momento perdido mientras el gallo posee la
certeza de ser quien pueda saciar los deseos del hombre, puesto que
han nacido y van morir con él. Parece recorrer el libro ese linde del camino donde circulan las viejas leyendas sobre muertos y vivos, violencia y fuego: donde lo personajes parecen encerrar -y esconder- todos sus sentimientos; no se muestran al amigo -ni al odiado- son parte de ese mundo oculto de las pequeñas poblaciones rurales del mundo -en este caso montenegrinas-, donde no parece ocurrir nada pero por ahi circula la vida entera -y el fin-.
Como en muchos otros libros que he
leído me asombra, y me apabulla, la capacidad del escritor para
mostrar de manera bella un motivo a veces rudo y sucio, a veces
oscuro y grosero, en un ambiente tan lejano a lo atractivo...Así el
empleo de la rememoracion, de las imágenes, de los verbos , de los
adjetivos... en definitiva ese lugar de la literatura que llamamos
poesía. Enfrentado dos mundos, lo hermoso y lo feo, es necesidad y
objeto del escritor que predomine lo primero, y en este caso
Bulatovic lo consigue de forma abrumadora.
wineruda
Desde que viajé a los Balcanes hace tres años, tengo interés por su literatura y también por su convulsa historia, así que voy a ver si encuentro esta novela.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que no hay un standard de buena o mala novela, también me decanto por afinidad, por lo que me resulta creíble, por lo que me despierta interrogantes y emociones. De esta manera el gusto lector de cada cual se va definiendo.
Saludos!!
Hola
ResponderEliminarhace años que sigo la literatura balcánica, tengo una hermosa colección -la niña de mis ojos jajaja- Goran Petrovic, Milorad Pavic, Aleksandar Tisma, Danilo Kis, son mis escritores favoritos. Me resultan sumamente atractivos e interesantes. Y es una pena que sean tan poco conocidos en los lectores de lengua hispana, merecen mucho la pena.
Gracias por pasarte y comentar
saludos
Hola Wineruda.
ResponderEliminarEs cierto, la literatura procedente de los Balcanes es una gran desconocida. Un escritor más que apuntar, después de leerte es difícil no hacerlo.
También siento una gran atracción por esa parte de Europa, ya desde la desaparecida Yugoslavia. Precisamente tengo por mis estanterías, hace ya tiempo, a un autor esloveno (dramaturgo, escritor y poeta), Drago Jančar, a quien espero leer pronto... ya se sabe, los libros se van cruzando en tu camino y nunca tienes seguro cual será el siguiente, al menos yo, que voy muy a mi aire con los libros.
El tema de la belleza... da para largo. Desde hace muchos años me apropié de la cita de Hume:
"La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla"
Lema con el que comulgo sin atisbo de duda.
Un abrazo amigo.
Hola Paco
ResponderEliminarEncantado de econtrarte de nuevo. Tengo una hermosa colección de literatura de los balcanes, que apareció casi en su totalidad (exceptuando a los que cite a Utopia y a ,por ejemplo, Ivo Andric, o Kadare o Mesa Selimovic o Zoran Zivkovic ) en las ofertas que hubo tras la desaparición de una editorial fantástica que fue Metáfora, -estaban los libros a 2 y 3 euros- en su colección había varios escritores balcánicos (aparte de checos, rusos, austríacos...) Encantado con aquella colección me quedé, también con los precios, pero no con la desaparición de aquella editorial...
En cuanto a la belleza... pasarón los años en los que peleaba por defenderla como algo objetivo y demostrable... por que , parafraseando -malamente- a Spinoza " a mí no me gustan las cosas debido a que son bellas, no, son bellas por que a mí me gustan" ahí se acabó aquella interpretación radical de querer poseer la verdad, solamente me sirve -y existe- para mí, para nadie más.
Un fuerte abrazo
Sí, conozco la editorial Metáfora, el libro que te comento de Drago Jančar ("El deseo burlón"), es precisamente de esta editorial, el número 10, creo que fue el último de esa colección de escritores de los Balcanes y la Europa Oriental y Central de la esfera comunista. En mi libreta apunté en su momento el resto de títulos y autores... A la espera de algún encuentro casual, o no tan casual. Me parece lamentable que una editorial literaria desaparezca... Supongo que un país tan lector como Finlandia sería casi imposible.
ResponderEliminarCuídate :)
Tienes razón, fue hace tanto que no he recordado el libro de Jancar, lo he buscado y lo tengo aquí ahora, enfrente mío. Yo que era -y soy- bastante exagerado comprando libros -si los encuentro baratos- los compré todos, recuerdo que estaban en alguno de los últimos catálogos -ya casi sin discos- de discoplay.
ResponderEliminarun abrazo