NOSTALGIA de MIRCEA CARTARESCU
nostalgia 1993
Ed Impedimenta 375 Pág.
Trad. Marian Ochoa de Eribe
Creo que he leído desde siempre. Aún
recuerdo de muy pequeño cuando, obviamente, no sabía leer, mirar
con curiosidad un libro rojo de pastas rotas y dibujos extraños que
luego supe que se titulaba “Cabeza de chorlito” de Twain, o los
dibujos de los viejos libros ilustrados de “Tom Sawyer” o alguno
de caballeros de Walter Scott o Dumas o Dickens. Cuando aprendí a
leer devoraba cómics (Carpanta, Zipi y Zape, El capitán trueno,
Anacleto agente secreto...) y leía esos libros capados con dibujos
anexos; y poco después yo mismo arrojaba los libros de Enid Blyton-los cinco, misterio-
encima de los armarios para no acabarlos en un día -con la ayuda de
mis hermanos los recuperaba enseguida-. Luego vinieron los demás...
En todos ellos siempre he buscado cosas diferentes: cuando era niño
busqué la compañía de los personajes de los libros, el viaje por
la lectura; más tarde busqué aprobar exámenes, y luego le siguió
un desenfrenado intento de buscar mi gusto personal, de manera que
leía todo lo que me caía en mis manos. Entonces aprendí a
arrinconar cosas y acunar a otras. Llegado ese momento fue fácil,
solo debía -y todavía lo hago- seguir las reglas que me auto-impuse: leer por placer,
buscar a veces la belleza en lo que leo, y otras buscar la mirada de
los escritores en cosas que me importan; pero aun en estos no
desprecio -la persigo- la escritura hermosa, las palabras acertadas;
indago sobre dónde encontrar los brutales destellos de la
imaginación o la huida de formulas trilladas o la sencillez amable
de las frase. Siempre pretendo distinguir, entre un mar de papeles, las
miradas tristes que destilan y desbordan poesía, prados enteros de
poesía, desiertos completos observados por la poesía. Leer
“Nostalgia” es un placer, comparable a los cuentos de Enid Blyton
que leía a dentelladas de niño, equiparable a cuando descubrí los
cantos hermosos de Whitman o los pueblos desorbitantes de Márquez, asemejable a las tardes de largas
conversaciones con tus amigos, aquellas en las que arreglabas el
mundo con diez ideas y contabas tus sensaciones como si fueran nuevas
para el universo entero. “Nostalgia” es para quien quiera
recuperar el deleite por las historias bien contadas, por la búsqueda
por los recovecos de las palabras y de las esquinas dobladas de los
libros, allá donde se oculta una parte importante de lo que nos
quería contar el escritor.
“Nostalgia” es un libro que,
debiera decir, está compuesto por cuatro cuentos; por cuatro
narraciones que hablan de personas diferentes, hablan de literatura,
hablan de sueños y viajes, juguetean con los sentidos de las
palabras, con la realidad -con lo que creemos que es la realidad-; nos cuenta historias sobre gente sin
suerte, sobre apostadores; nos vigila el mundo desde los ojos de un
adolescente enamorado y la desconcertante jovencita de la que cree
estarlo. Piensan, las hojas del libro, desde el cerebro de una niña
que se va convirtiendo en mujer, o una mujer en niña, en medio de libros, amigas,
fantasmas, sueños, viajes, recreos, fantasía deshabitada de
fronteras. Nos habla de extraños conciertos desde un coche aferrado
al suelo. Pero esta descripción, somera e inútil, no puede
describir qué es el libro. No es eso, todo es una excusa para
descubrir un lado de la literatura que se derrite y se muestra tal y
cómo es solo cuando el sol cruza por algún ojo de aguja donde
antes pasó un camello, o cuando la luna se posa sobre la espalda de
un lector insomne que lee poesía a un niño que sonríe. Es ese lado
que despierta, esas raras veces, para descubrimos que leer no es
apoyar el brazo en el sillón y sostener la mirada sobre una hoja que
va pasando, monótona, no. Leer es inmiscuirse en plena batalla de
palabras, en la dura competencia de los verbos por brotar de sus
suelos abonados, es adentrarte y escuchar el paso del sonido de los
versos cuando cruzan tu habitación salidos de la voz de algún
fantasma que aún relee a Lorca, Neruda, Plath, O'Hara, Cernuda o
Ferlinghetti.
No creo que a estas alturas decir que
me gusta el libro sea útil, pero quizá han pesado más mis
sensaciones que una mirada fría y descriptiva sobre él. Intentare
hacerlo en el último momento para cerrar puertas: Cartarescu tiene
un estilo absorbente y acaparador, acompaña todos sus textos de una
maraña de palabras que adornan los textos y las ideas con algo que
debería decir que es un estilo barroco, pero sería demasiado obvio,
demasiado fácil; creo más que el término barroco, muchas veces, es la
descripción confortable de algo que está escrito o descrito con
demasiadas cosas, incluso superfluas; y no es este el caso. Creo
que usa adjetivos, sustantivos y verbos de forma que muestren todos
los lados de las imágenes que crea, de las impresiones que quiere
dejar; de tal manera que las realidades son vistas y descritas por
un universo de formas y palabras, donde siempre roza el contenido
cercano a la poesía. Las personas de las que habla -me niego a
llamarlos personajes- son seres excéntricos o, como poco,
diferentes, son individuos que se adaptaron a unos mundos extraños
como si fueran partes idénticas a la realidad de todos los días,
más allá de su aparente inverosimilitud. Así, con esta palabra,
llego a una parte de la descripción de libro que me preocupaba:
quería describir el estilo literario con el fácil uso del termino
“realismo mágico”, pero no creo que debiera usarlo, no creo que
sea esa una definición afortunada. Creo más bien que si quisiera,
-enrabietado, obligado- darle un nombre a su estilo diría que es
“fantasía irrebatible” o “Irrealidad cuestionable” o... Los
textos que se leen son aventuras en cosmos especiales, en lados del
mundo que probablemente existieron en algún lado, de alguna forma,
pero que se retuercen para que por sus calles, por sus casas, por sus
cuevas, por sus paisajes, aparezcan formas de vida y comportamiento
que nunca pasaron allí y no pasarán, nunca, en ningún sitio que no
sea el de la literatura y la imaginación desbordante.
En cualquier caso, y a pesar de la fama
-bien ganada- del cuento titulado “El ruletista”, me quedo, me lo
guardo, me apasiona, con el cuento -largo- llamado “REM”, una auténtica obra de
arte.
wineruda
He leído NOSTALGIAS un libro al que decididamente he de calificar como maravilloso.
ResponderEliminarEs realmente la vida de otros que pasa por tus manos y tú, lector de maravillas, deseas cerrar los puños para que no escapen nunca ni los actores ni la vida. Deseas conservarlos como algo tuyo cuyo valor no puede ser pesificado.
El comentario de Wineruda es sencillamente otra obra de arte. Aseguro con algún modesto conocimiento de literatura, que pocas veces me he deleitado con estos análisis pos lectura. Es evidente que Wineruda tiene una visión muy especial de autores y libros prodigiosos que debemos calificar como lo mejor que podemos leer en estos dos últimos siglos.
Mis sinceras felicitaciones, por el buen momento que he pasado con este verdadero acierto que ha sido la crítica de Wineruda.
Hola José
EliminarHace años que nos conocemos, y sé que me aprecias, sé, también, de tu arte en la conversación y en el conocimiento de las letras y los libros, sé que eres visceral, te sale todo del alma, ahora sé que eres un exagerado, pero, también, sé que lo has dicho por que así lo piensas, y eso es lo que de verdad aprecio y mucho.
Un abrazo tan largo como tu Patagonia
Pues yo sólo leí "El ruletista" y me enamoré de Cortarescu y su forma de escribir, de jugar con las palabras, nunca por azar, de llevarte a un lado y a otro. Tengo ganas de volver a él, pero me lo reservo como quien se reserva el mejor postre...
ResponderEliminarTenemos unos inicios lectores muy similares, aunque yo enseguida empecé a mezclar a los cinco con lecturas igual no muy apropiadas para mi edad en aquel momento, pero tremendamente enriquecedoras para hacerme como lectora.
Un abrazo
Hola Ana
EliminarA mí me ha resultado fácil enamorarme de Cartarescu, pero lee "REM" y verás...(no es una amenaza jaja)
A mí me pasó una cosa extraña, fue un cambio radical, de leer a Los Cinco, o los amigos de Misterio(Fatty, Beth, Larry, DAysi, Pip, Buster) -todavía recuerdo los nombres jaja- o Guiilermo de Crompton, o cosas similares; en un cumpleaños cuando ya había acabado con todos los libros de los cinco, me preguntaron que qué quería de regalo -libros por supuesto- y yo triste por haber acabado todos dije:- bah lo que haya- y mi madre preguntó que era lo que más se leía entonces, y allí se vino con "Crónica de una muerte anunciada",lo miré con cara rara durante días y semanas, lo abría y lo cerraba, hasta que un día que me aburría me decicí y allí que lo leí y que me encantó, luego vino todo lo leíble de Márquez, ajjajaj
un abrazo
Hola Wineruda.
ResponderEliminarMe has puesto los dientes largos con ese cuento largo, REM, que parece haberte gustado tanto. También había leído comentarios apasionados sobre el cuento que refiere Ana, "El ruletista", pero aún no he leído nada de él, más allá de alguna entrevista y algo que comentaba respecto a su madre, campesina, una mujer muy soñadora que les relataba los sueños nada más despertar, recreando un mundo onírico que le dejaba fascinado, por eso creo que encaja a la perfección tu forma de ver su estilo como “fantasía irrebatible” o “Irrealidad cuestionable” que me han entusiasmado por todo lo que sugieren.
Uff... lecturas de mi infancia, los comics del Capitán Trueno, por supuesto :) Todavía conservo varios libros de la Editorial Auriga (Nuevo Auriga) que igual te venía La Ilíada (aún lo conservo, ya ajado) que "Guillermo Tell" "Colección Historias Selección", que me solía comprar mi madre allá por la década de los 70, y me leía tumbado en la cama los "Cuentos Fantásticos" de Hoffmann, los "Cuentos de Navidad" de Dickens, o de H. C. Andersen, Verne, M Twain, J. Swift, Edmundo de Amicis, mi apreciada Selma Lagerlöf... etc, etc. de vez en cuando me compraba mi madre, y después yo me compraba con mi pequeña paga algún título de esos maravillosos libros de la Editorial Romerman (Cuentos y leyendas de todos los países), y tengo por ahí los de Rusia, de Gran Bretaña, del Renacimiento, de la Cruzadas, de Japón, son como un tesoro, parte de mi infancia está dentro de esos libros.
Un abrazo!
Hola Paco
EliminarDe vez en cuando me llegan cuentos -en este caso más que un cuento- que me impresionan, Ahora, así, de repente, se me ocurren, algunos que me impresionaron tanto, tanto, que aún los recuerdo, como un flash de cámara de fotos marcándote en el iris: "Madame Zilensky y el Rey de Finlandia " de Carson Mccullers, · "El nadador" de Cheever, " La casa de Chef" de Carver, " REM" de Cartarescu... He leído extraordinarios, para mí, libros de relatos, geniales incluso, incluso podrían, algunos, ser mejores que esos cuatro, pero para mí esos serán inolvidables...
un abrazo , cuídate
Si no me gustara tanto leer, leyéndote a ti acabaría adorando la literatura. Estoy de acuerdo con José Santos, no me conoces y no soy nada exagerada.
ResponderEliminarMe alegra saber que REM es mejor que El ruletista porque este breve cuento me impresionó mucho. He vuelto a abrir sus páginas al ver que tus líneas eran sobre Catarescu y encuentro subrayado entre otros muchos fragmentos (casi todo el cuento tiene señas de mi lápiz):
Únicamente el sueño me refleja de forma realista. Me despierto llorando de soledad (…). Ya no puedo soportar mi vida, pero el hecho de entrar hoy o mañana en una muerte infinita, me obliga a intentar pensar.
¿Y cómo no vamos a pensar con fragmentos como este?
Además escribe muy bien, sin embargo me ha sorprendido que digas que tiene una escritura barroca (releo tus palabras y constato que matizas).
Yo también me recuerdo leyendo desde muy niña, fui una devoradora de tebeos, luego de libros de aventuras diversos, lo que caía en mis manos (en mi casa no había libros aunque los reverenciaban, una familia obrera con escasos recursos no podía comprar libros) y así fui afinando mi gusto por las palabras escritas, por eso aprecio las tuyas también.
Un fuerte abrazo!!
Hola Laura
ResponderEliminarMe vas a avergonzar :)Lo cierto que a José, que es un tipo a la que primero aprecio mucho, y segundo admiro por cómo sabe de literatura -se me va a enfadar pero tiene unos artículos por ahí..- a él no le iba a decir, pero tenía que haberle dicho :¡Mira que eres bruto José!, jajja, pero le conozco, y sé lo que quería decir. A ti tampoco te lo digo, aunque te lo merecerías :):)
Cambiando de tema. TE encantará REM; es un viaje a la infancia, como lugar deseado desde el presente triste y estúpido, y allí, los sueños tardan en quedarse pero se quedan. Es triste y emocionante a la vez, la vida de una mujer-niña , que descubre lo que hay detrás de los juegos, y los sueños, y de la misma realidad.
En cuanto a lo de Barroco, el propio libro lo describe así, lo cito porque no comparto, pero si es cierto, que si lees este libro, verás, quizá no tan evidente en las palabras, pero sí en las imágenes, que es desbordante, avasallador, y eso suelen relacionar, a veces, desde mi punto de vista no del todo bien, con lo “barroco”.
Algún cuento de Cartarescu, me ha recordado, no sé la razón, con algunos textos de Millhauser, no tanto en la forma, que no se parecen en nada, sino que en los paisajes e ideas de lo que cuenta
“Caminaba por aquel bosque que olía a leña rojiza, a taninos, a hongos, entre troncos jóvenes y largos, delgado, combados hacia el sol, tallos esmeraldas y dorados ¡sin embargo, tan vivo! A través delas amplias cúpulas de las ramas se abrían ojos de cielo azul. De allí parecían brotar los silbidos de los pájaros que abolían el silencio...Por los cientos de senderos que atravesaban el bosque infinito se escurrían erizos y correteaban las comadrejas. En los calveros, las ortigas y las campanillas violetas y el aro daban sombra al bullicio caótico de los zapateros. El bosque me parecía a mí, una niña perdida por sus senderos, la única realidad posible.” (REM, Mircea Carterescu)
un abrazo
¡¡MAGNÍFICO!! Una buena manera de empezar el día. Además yo sé cómo es ese olor a bosque (cuando ando por el Pirineo aragonés por ejemplo).
EliminarDéjate alabar un poquito, tienes dos grandes virtudes: se te ve, se te nota la pasión por las letras escritas y escribes bien.
Buscaré REM.
Un abrazo (de un día completamente negro y lluvioso que no afecta a mi ánimo).
Difícil encontrar los artículos de José Santos con un solo apellido...
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EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarCreo que es difícil emocionarse con una reseña de un libro en particular, pero la tuya lo consiguió.
ResponderEliminarHas sido capaz de transmitir los sentimientos de un lector a la hora de encontrarse ante un libro.
Salgo encantada y por supuesto deseando leer esta novela.
Saludos.
Hola Carmen
EliminarGracias por lo que dices, pero sobre todo por visitar la página, espero que si lees el libro comentes si tuve razón o no , según tu impresión.
gracias
un saludo
Siempre resulta magnífico leerte -aunque debo contar con tiempo suficiente para empaparme de tus líneas-. Me gusta lo que has rescatado de 'Nostalgia' para aquellos que te leemos; hace que el momento de su lectura se acerque. Es que hace un par de años que espera, y una y otra vez lo postergo por otras lecturas...
ResponderEliminarGracias por tus sentidas líneas -como habitualmente- y por recordarme que este libro aún se encuentra esperando su ocasión.
Un abrazo.
Gracias Marcelo por lo que dices, y por cómo lo dices. Y si tienes el libro de Cartarescu, no te preocupes, creo que los libros te llaman cuando es su momento, quizá si te adelantas, puede que no encaje en ti en esos instantes. Cada cosa en su momento...:)
Eliminarun abrazo