miércoles, enero 11, 2017

EL LIBRO ANZUELO O CÓMO INTENTAR ENCONTRAR EL CEBO PARA VOLVER A LEER




EL LIBRO ANZUELO O CÓMO INTENTAR ENCONTRAR EL CEBO PARA VOLVER A LEER


He leído, creo, unos 75 libros el año pasado y, de repente, me quedo parado. Empiezo libros que son buenos, pero que no arrancan. No es extraño, cada año pasa lo mismo. Necesito un libroanzuelo, un señuelo que me atrape y me arrastre para empezar de nuevo. Sí, todos los años me pasa lo mismo, voy saltando de libro en libro, que a los meses devoraré con gusto, pero en enero no encajan; quizá necesite que el anotador me dé el pie de mis lecturas, o acaso necesite un juez literario-deportivo que dispare, no sé, balas de ideas o me dé el relevo que usan los atletas, incluso puede que necesite que me golpee con él en la cabeza, todo debe ser estudiado. Lo que no sé es la razón por la que me sucede en enero, quizá sea la presión de un nuevo año a estrenar, un horizonte de lecturas a dirigir y coordinar; además, como no tengo mucho sentido del orden, todos mis libros, os juro, están manga por hombro, están diseminados por suelos, armarios, bibliotecas abarrotadas, quizá sea que enero me dice que ya es hora que me ordene, pero como me resisto, no me premian con una lectura que sea sostenida en el tiempo.
Pero para responder al título de este comentario, la forma de encontrar el cebo para volver a leer... Pues... Lo cierto es que os parecerá ridiculo, pero es mirar mi lista de libros a buscar y mis obsesiones privadas que ya ni las apunto: - Tunström, Manganelli, Hrabal, Fenoglio, Barthelme, Gaddis...-.Y mirar por todos los buscadores de libros que conozco -muchos, sí, muchos- para que algo aparezca donde no estaba, o algo me diga que estaba pero no me fijé, y horas y horas después sigo sin saber qué leer. Así que mi intento se acaba ahí, y procuro mirar en blogs amigos-enemigos,  -enemigos son en los que me corroe algo por razones inconfesables razonablemente cercanas a la envidia lectora- Y pasan los días, y se acaban las gafas y los colirios, incluso aprovecho mi insomnio para sacar más horas al día, y el libro-cebo se ha escurrido, parece, por el lavabo.
Releo a Richmal Crompton, porque se deja leer, saludable e inocente, y como todos los años, revienta en mi cerebro un nombre, los de los otros años no me acuerdo -lo prometo- supongo que será el primero que aparece en enero en el blog -cuando lo he escrito, evidentemente-. Y siempre es ese, el elegido , el que encaja, el que discurre fácil, inconfundible en la lectura, y lo leo en un día o en dos o tres, tenga una o 1000 páginas. Este año me ha sido más fácil de lo normal, estaba colgado sobre mi cabeza, como esos muérdagos que cuelgan los americanos para provocar el beso, y que aquí se marchitan excepto en casa de modernos navideños. El título se me ha caído encima mientras oía alguna sonata de Beethoven o Scarlatti, lo sé porque llevo varía semanas oyendo solo eso -es enero...-, y, según ha caído , lo he pedido y espero su llegada, con pasión. ¿Qué libro es? 

“Barrio” de Gonçalo M. Tavares. Investigad sobre él, y alguno tendrá la misma obsesión que tengo ahora yo por él.

El cebo es..obsesionarse. Sana o malsanamente: empecinarte, ofuscarte, obnubilarte... todos los sinónimos que quieras, por un libro, ese libro: el bueno..


wineruda

10 comentarios:

  1. Eres incorregible, Wineruda, ¿Cómo te las arreglas para dejarnos estas joyas que brotan de tu cabeza? :)

    Acabo de llegar a casa, después de dejar a mis hijas, una en el cole y la otra en la “guarde”, me preparo un té blanco y mientras miro el correo y otras notas en el ordenador, me digo: “presiento que Wineruda ya ha hecho acto de presencia este año, intuiciones… ¡voilà! “

    Te leo y musito… “empiezo la mañana con fundamento”, y tú, sin saberlo, sin proponértelo, haces que aparque lo que tenía pendiente en el ordenador… ¡joder, al carajo, esto (tus impresiones) es infinitamente más interesante!

    Has desvelado, de forma clara y brillante, toda esa nebulosa que te envuelve al abrigo de enero, brumoso ya de por sí, libros que se ocultan tras la neblina, y luego una luz, tenue al principio pero que va adquiriendo consistencia, va dando forma a ese libro que te aguarda, un camino que cada uno irá despejando a su manera… con orden o con desorden.

    Y siempre “te veo” bien acompañado musicalmente.

    Por cierto, hace tiempo que tengo esperando a Göran Tunström con su “Oratorio de Navidad”, por mi librería anda, siempre a la vista y tentador, si a M. Kundera le gustó… como mínimo es para pensarlo.

    Ese magnífico final de tu escrito, Wineruda, ese final… es el horizonte al que todos, buscadores de libros, nos dirigimos, esa es la meta, maravillosa obsesión.

    Cuidate, un abrazo.

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  2. Hola Paco

    Lo que sé es que elevas la moral, mi moral. EL escrito es el que se me ocurrió ayer, tras varios días entrando y saliendo de libros, en alguno he llegado a la página 80, pero ese no era el libro, así que empecé de todo, o recomencé hasta el “diccionario de filosofía” de Comte-Sponville (que se lee a cachos evidentemente ;)) Y un poquito antes ya había comprado el de “Barrio” y estaba muy contento, incluso con ganas que pasará rápido el tiempo ( no es tan difícil de encontrar, pero con el nivel de comprar que tengo tengo un límite de dinero que no debo pasar y este lo sobrepasaba mucho). Así que ayer me puse a pensar en los otros años, y me pasaba lo mismo, recuerdo un enero que me vino a la mente, “los reconocimientos “ de Gaddis, y lo leí en 3 o 4 días, era su momento.

    Me alegro que te haya dado, este escrito, un buen momento en la mañana, solo por eso ya es útil.
    Cuídate
    Oye alguna sonata para piano de Scarlatti, siempre he pensado que diciembre/enero es su buena época para hacerlo :)

    un abrazo

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  3. Hola Wineruda, ni te imaginas como me identifico con lo que nos cuentas esta vez.
    A veces me parece que esto de la lectura se parece mucho a la búsqueda del santo grial.
    Vamos por ahí sin rumbo, metiéndonos en las librerías de nuevos y viejos, y sin con ese deambular no bastare, zas! aparece internet, un mar sin horizonte, agregando a esa búsqueda desenfrenada infinitos caminos que difícilmente conducen a Roma, que más se parecen a cantos de sirenas queda otra cosa..
    Agrega a esto a aquellos que como en mi caso,,vivimos en un país al que apenas llegan algunos libros papel, las bibliotecas son más las que cierran que las que abren, y uno que resiste a zambullirse a los kindle. Se pasa mal.
    Haceya unos años andaba en esas, finalizada la lectura de todos los Saramago's habidos y por haber, cuando alguien me dijo que si tanto me gustaba, merecía leer al verdadero, a Eca de Queiroz, el Flaubert portugués. Empecé por El mandarín y di con lo que ahora te recomiendo, La reliquia, algo disfrutable de principio a fin, magistral.
    Vaya entonces ese título como contribución a la peregrinación sin rumbo mencionada, no los defraudará.
    Seguid luego por el verdadero García Márquez, con Las tejedoras de corona, de Espinosa, y luego El loro de Flaubert de Barnes, para quienes leyeron Un corazón simple de Flaubert, este es tocar el cielo con las manos.
    Un saludos desde el sur, un verano muy caluroso frente a un río que se parece a un mar y no es ni uno ni otro, Selva

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    Respuestas
    1. Hola Selva

      Aun ansioso porque no me ha llegado "Barrio", espero desde el fin del camino de busqueda que llegue el correo.:)
      De Queiroz tengo "La ilustre casa de Ramirez" que me recomendaron ahce años, pero apuntaré tu "reliquia" puesto que si es apra ti, debe serlo.
      "La tejedora de coronas" lo tengo en esa lista que hablo desde hace años, lo que pasa es que aparece muy poco en las librerías de viejo, y como eso sucede, está muy caro, pero estoy al acecho..:9
      EL de Barnes... no es autor de mi agrado, pero si aparece, suele estar barato y así no se arriesga uno :), le daré una oportunidad.
      Gracias por los consejos sobre esos libros
      un saludo
      cuídate

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    2. Mira, Schopenhauer decía que aquello que merecía leerse ya había sido escrito, y ahí en esa lista estaban Shakespeare, Cervantes, Balzac, Rimbau, Flaubert y algún ruso, no sé si Kafka, me complica el tiempo histórico. Yo agregaría a BORGES, Eliot, Proust, Joyce, Woolf y alguno más, muy pocos.
      Algo así como un original, - estilo, sensibilidad, gusto exquisitos-, y el resto de los que escriben no harían más que -re-escribir a aquellos, quizás sin saberlo.
      Si adhiero a esa teoría, que en buena medida sí lo hago, mi búsqueda del grial se simplifica.
      De ahí eso de leer al verdadero Saramago en lugar de a este, y así encontrar en el personaje principal de El mandarín (maravilla de realismo positivista) al homólogo de Todos los nombres, y en lugar del realismo mágico de García Márquez, al verdadero, al Caribe mismo desde la tejedora de corona, con unas contradicciones enormes, inimaginables.
      Pero cada tanto te encuentras con la excepción que confirma la regla. La Yourcenar en cualquiera de sus escritos,la Señorita Brill, de Mansfield, un "cahetazo" que nos recuerda la inefabilidad del paso de los años, Un corazón simple, de Flaubert, seguido de El Loro de Flaubert, de Barnes, donde el el retrato realista de la esencia simple del Hombre se potencia desde la muy particular perspectiva del segundo, un maestro de la decepción ilustrada, eso es Barnes, y Marai, que es como un adagio del buen escribir, y ahí me quedo, en mi caso al ritmo de Bach interpretado por vuestro Segovia.
      Es bueno compartir, Selva

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    3. Hola Selva

      Pues yo me voy por el lado opuesto, prefiero los descendientes a los antecesores, me parecen más interesantes, en eso no coincidimos. Siempre he negado que la novela esté muerta, solo los malos novelistas, así que los nuevos escritores, -nuevos relativamente- son tan interesantes, para mí, como lo pueden ser los antiguos, con una mirada más cercana a mís interese que lo decimonónico, pero es solo mi opinión. Un ejemplo de novedad es que es difícil encontrar un “antepasado” a por ejemplo , los tres primeros de los muchos que se me ocurren : Steve Erickson (en los temas y en los ambientes) Lobo Antunes (en todo), el gran Georges Perec (en todo)... Cada tiempo tiene sus escritores, no echo de menos a los que pasaron ni deseo a los que vendrán.

      Un saludo
      cuídate

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  4. Nunca me ha pasado lo que explicas, excepcionalmente fallo y empiezo a leer y veo que es que NO, no suele ocurrirme y si abandono es pronto (5 o 10 páginas a lo sumo) y no suele pasarme más que una sola vez, por fortuna. Me desazonaría mucho.

    He buscado ese cebo y estoy por coger las maletas y mudarme a ese barrio... No me gustan las obsesiones, ni siquiera por los buenos, buenísimos, libros... prefiero una relación con los libros más pausada y armoniosa, bastantes pasiones se producen en la vida, los libros para mi son un refugio.

    Abrazos!!

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    1. Hola
      Pues no leo nada hace días, solo Richmal Crompoton, solo oigo música, porque espero que llegue el libro -por cierto estoy dejando poco a poco a Scarlatti y Beethoven y me está atrapando la sonata para piano nª 2 de Brahms :)- Bueno, a lo que iba, sí a mi me psa mucho, la relación con mis libros, suele engancharme, además no entiendo la relación de otra manera, lo cierto es que me atrapa durante meses y luego me suelo soltar, pero si no fuera así no sería yo, y no leería igual.
      Cada cual tiene su modo... que decía Atahualpa Yupanqui :)

      Un abrazo
      cuídate

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  5. Hola, Wine.
    Para empezar, el único Scarlatti que ronda por aquí es Alessandro, del que sólo poseo las Cantatas -y el Volumen I-.
    Yendo a tu texto, creo que en parte a muchos nos pasa lo mismo; probamos y no nos convence...
    De Tavares tengo varios pero no éste -por aquí ni noticias-. Mi Año Ruso ocupará gran parte del 2017, pero no descarto intercalar con otros autores.
    Gracias por tus siempre sentidas líneas.
    Un abrazo.

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    1. Hola Marcelo
      Es una pena que Domenico no pase por allá, quizá sea porque la gran Martha Argerich no lo visita mucho :)Pero las sonatas para clavicémbalo
      son alucinógenas :)

      Tavares es un escritor que se me está enganchando en la espalda, ahí agarrado, y no lo puedo (ni quiero) soltar :)
      un abrazo

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