jueves, febrero 23, 2017

LA MODIFICACIÓN de MICHEL BUTOR























LA MODIFICACIÓN de MICHEL BUTOR

la modification 1957
Seix Barral 289 Pág.



Alumbra, todo se alumbra, toda la literatura se alumbra, cuando te encuentras con libros como este. La lectura por la lectura, el puro placer de leer textos que no buscan que sudes con la protagonista, que no haya cuestas, que mires la espalda con temor, que leas un texto como una autopista,  o pretendan  animarte con masajes de letras con aceite, no lo necesitan;  son textos que no buscan excitarte, no buscan darte miedo, no buscan enfadarte, ni siquiera esperan que llores por ese final. No. Solo cuentan una historia que si me la leyeran provocaría en mí un estado de curiosidad placentera, de pensar que de verás es bello -el puro gusto por una cosa hermosa, bien contada, con rasgos de poesía, con la mirada que deja un poeta mimado-,  pensaría, pues, que es como acercarme al lado donde me siento cómodo estando callado, escuchando y mirando un paisaje, el mismo paisaje por donde paseé toda mi vida, en el que conozco sus rocas desgastadas, el mismo paisaje donde suena igual el viento cada día. Pero este libro, no te confundas, no habla desde los tópicos literarios, no habla desde la falta de imaginación, no solo no lo hace, sino que lo hace desde la pura inventiva literaria, desde el riesgo, desde la no búsqueda del lector masivo, de la lectura fácil o, como dije, los fuegos artificiales temáticos o sorprendentes finales. Únicamente es literatura. Ese lado curioso de la literatura, curioso porque provoca que mires. Es pura literatura.

¿Por qué la llamo pura literatura? Supongo que empiezo mal, debería reescribirlo: ¿Por qué la llamo mi tipo de literatura en estado puro? Pues es simple, para mí la novela no solo debe tener un tema adecuado o que me satisfaga o que sea bueno o, quiera Dios, solo sea mínimamente atractivo -tampoco exijo mucho-, sino que tiene que estar bien escrito -es evidente-y ser original en su forma de escribir; y que no sea, siempre, una mera sucesión de ideas y frases con corrección y sentido, una exposición académica de la teoría literaria o del buen escritor, o de la novela lógica y la técnica de siempre y el espacio, tiempo que no se muevan de mi lado, agarraditos a mí. No digo que siempre debe ser así, pero agradezco, mucho, cuando se me aparece, -espectro halagador- un escritor que innova - o innovó-, apuesta, rasga papeles, personajes, textos, ideas; que se recrea en descripciones, es cortante en su preceptos o en su frases, tiempos y espacios, y, claro, lo hace bien. Da igual que se llame Oulipo, Nouveau roman o Realismo sucio o...

¿Qué es original en “La modificación”? Lo más evidente es la voz narradora que se dirige en segunda persona al protagonista, ese “usted” que dirige al lector hacia esa hombre -amante, marido, padre, engañador, perdedor, masivo, ciego, escritor, inventor, aburrido voyeur... es todo esto y no lo es...- que se mueve por el texto como centro de un universo de pocas personas y ciudades que orbitan a su alrededor, con elipses extrañas que las acercan y alejan en un solo momento. Pero esa voz narradora es engañosa, podría pensarse que es un mero artificio literario que busca sólo originalidad o cambio, o para probar tesis literarias. No, nada más lejos de la realidad;  dicha voz, dicho narrador, permite al lector que pueda variar, incluso provocar inquietud o enseñar una confusión buscada. sobre quién está narrando en un momento dado la novela: a veces parece un narrador omninscente, lo sabe todo del pasado, del presente y del futuro, pero otras veces pudiera pensarse que ese mismo narrador que habla -se dirige a él- de usted al protagonista es el mismo protagonista, es su mente que vaga entre los papeles y se dirige a sí mismo, o , incluso va inventando la novela, y creando una segunda novela en su cerebro con los personajes secundario y silenciosos que le acompañan en el mundo cerrado del vagón donde transcurre casi toda la historia. Por otro lado, en otros momentos, aparece esa voz narradora, como un ser que crea el futuro, que va creando un futuro inexorable para el protagonista, un dios creador, que puede ser una mera invención mental del protagonista, pero también una construcción metaliteraria, o una mera posibilidad o.... Las voces narradoras, por lo tanto, varían sin que tengan solución de continuidad, saltan de un un mero sueño-pesadilla-, a esas otras de un narrador-dios-literario que todo lo sabe, que todo sabrá, o , como dije, saltar al propio protagonista inventando historias o recordando el pasado. Si así es el narrador, debe comprenderse -lo necesita el texto-que en esta novela no se puede buscar una tradicional lectura y compresión de tiempo y espacio, que varían de una frase a otras, para lo que debes estar preparado y atento, para saber si la CÉCILE o la HENRIETTE que lees son presentes, pasadas, futuras; están en Roma o en París. Y te dirás qué tiene eso de divertido, que si es extraño y difícil de leer:  pues lo cierto es que no, es una novela en la que encajas las piezas del puzzle, en continua creación, con suma facilidad. Pequeñas pista te van dejando en cada momento en el espacio y tiempo en el que ocurre al escena; una pequeña piedra en el suelo del tren , un nombre de una calle romana, una paisaje, un libro sin abrir, la cara de una persona, un olor, la lluvia en los cristales, las luces que se ven con el paso del tren, el nombre ciudades, El Vaticano, la sotana de un cura.... Pequeños detalles que abundan, apuntan, ayudan, recrean, admiran y hacen bella la novela; con esa belleza de lo particular, de lo mirado con curiosidad y amor por lo sencillo, por lo poético de un cosa que no parece tener importancia en el conjunto de una escena y es hermosa en el detalle mirado con ojos minuciosos.

El libro habla de paisajes de París y Roma, habla de las personas, de una pareja que se amaba y que la edad, los años, la incomunicación... hace que se distancie, y, tras ello o junto a ello o por ello, aparezca otro amor, o un posible amor, o un intento de amor, o un falso intento de amor o una pasión intolerablemente  cierta, que hace que, en este caso, el marido vea que puede rejuvenecerse con el contagio de la juventud de otra mujer. Sabedoras de que las historias son bombas que explotan y se vacían enseguida, otras personas pretenderían ser más conscientes que las historias se repiten y se vuelven presas de los lugares donde discurre, de las momentos en las que pasa, de las botas de asfalto y plomo que se atan a sus pies, pero nuestro protagonista quiere luchar para que las cosas no sean como son siempre, por su parte.


En un tren que sale de París, un exitoso jefe de un sucursal francesa de unas máquinas de escribir italianas entra en un vagón de tercera, para viajar a Roma, donde quiere dar una sorpresa a su amante Cécile, entonces le dirá que ha decidido dejar a su mujer, por fin. La novela hablará de los pensamientos de ese hombre para lo que fue la relación con su esposa Henriette, sus hijos y con  esa  amante, y lo que es ahora, y se describe la posibilidad o certeza de lo que será esa relación en el futuro, cómo cambiará su vida con la vida en común con Cécile....con sus nuevas perspectivas. Eso es básicamente la novela, pero sería estúpido por mi parte dejarlo así, porque las raíces de la novela serán esas, pero parte del tronco y las ramas serán también las ciudades de Roma y París casi como personajes con voz y mirada en al novela; son, así, personajes vivos que entran , influyen cambian la novela; como lo son los viajeros que entran y salen del vagón donde transcurre el presente de la novela, todos ellos serán actores que participaran en el transcurrir de la novela sin decir una palabra, y serán un hecho casi metaliterario en la novela, porque el protagonista los inventará, a su vez, como sus protagonistas, inventando nombre, historia pasada, presente y futura.

Me queda coja esta descripción, seguro, de muchas cosas que pensé poner, pero para el que la quiera leer, será un momento más de goce verlas. Pero pensar en ver una novela sobre la vida mirada como una ráfaga de viento que pasaba a través del tiempo y del espacio sobre una gente que vive en la esquina más concurrida de París o Roma, tan normales y tan extraños.

13 comentarios:

  1. Hola, Hola, la lá : Este es el único libro que he leído de Michel Butor , editado por Cátedra, España. Recuerdo que en años azarosos de toma y daca en un foro de cuyo nombre no haré memoria, creo que un tal V.M. ( sus iniciales) , y aún así no estoy seguro si ha sido él por entonces , el que citó a Michel Butor, puesto que en aquellos tiempos de discusiones acaloradas cada cual defendiendo su ciudadela , los recuerdos se entremezclan y producen dudas, las controversias eran duras, especialmente para aquellos que no queríamos entrar a la innovación que otros glorificaban, tal como lo hace un rinoceronte en una tienda de bebés. No obstante siempre tuve la visión de no discutir o rebatir tipos , estilos o las precitadas innovaciones de un escritor, de un libro, sin al menos haber leído algo del autor. Y así que con el tiempo y ya retirado del foro adquirí en Madrid , LA MODIFICACION, titulo que Win destripa con su habitual solvencia . En esta oportunidad no pasaré la mano a favor de plumas al querido amigo, pues lo cierto es que el libro, bien escrito dentro del en-revés que pudiese detentar la novela , me ha caído algo pesado y lento. Esta es mi visión, mi punto de vista del libro, pero debo aclarar que no me creo capacitado para acreditarme certezas totales en un tema y en autores que como Butor, Win maneja con mano experta. Como la acción o la trama de esta obra transcurre en un tren, es muy cierto que hay que disponer de una paciencia y una mirada de águila para detectar esos detalles que Win nos hace ver en la primera parte de su análisis , pequeños faroles encendidos de luces literarias que legos como el que escribe no lo han notado. Le doy entonces la derecha a mi querido amigo Win y le felicito por su inmensa capacidad de adentrarse en obras complejas ¿ tal vez lo sean?? como esta "modificación" que debe leerse sin poner blanco sobre negro. Su lectura pued decir mucho, poco o nada....de nosotros mismos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. José me temo que a veces pierdo la perspectiva o lo que alguna vez llamo ;) : empatía lectora con mis amigos. En el sentido que he perdido la perspectiva de si es ameno o no para el conjunto, lo que creo que es extemadamente ameno y bello, no lo es para el resto de mis amigos: un ejemplo es Lobo Antunes, tengo que hacer esfuerzos para no leer sus obras completas en una año (comprarlas casi las he comprado) y los 5 o 6 personas que alrededor les he dejado o han comprado sus libros no los han podido leer, y a mi se me caen como pipas, me tengo que contener para no estar hasta las 5 de la mañana. Lo mismo con Butor, que esta segunda vez que lo he leído , es mucho más interesante aun, y he gozado con cada una de sus letras.
      estoy perdiendo la perspectiva.
      un abrazo

      Eliminar
  2. Estimado Wineruda, conocida por Ud. mi “devoción” por Borges, coincido con la opinión de ese argentino respecto del estilo de la "nueva novela" del autor que nos plantea.

    Si no me falla la memoria, alguna vez leí que el Sr. Butor en persona, coincidiendo con Borges en un evento literario en Paris, le habría confesado a viva voz, ser su más ferviente admirador. A lo que Borges habría respondido sonoramente: “No me descorazone. Yo escribo más apretado.”

    Por si esta diferencia de gustos con el argentino ya no fuera poco, le cuento que la ambientación de La modificación es muy similar, demasiado similar, a lo que se conoce como el primer cuento que Margarite Yourcenar eligió para enterar a su padre de su vocación de escritora, La primera noche.

    Un cuento que atrapa desde la primera línea, y continúa haciéndolo hasta la ultima, de exquisito estilo, transgresor a la época, -años 20-, viniendo de una mujer soltera, joven y culta, etc., etc.

    Un viaje en tren, aún en compañía, siempre tendrá algo de viaje interior, atrapados en esa monotonía, en la que la única salida válida es el destino marcado.

    No me gusta la forma de escribir que da vueltas y vueltas, 20 hojas para describir una taza. No es Proust, allí si vale, no es En busca del tiempo perdido, ni tampoco su re-encuentro, donde el exceso descriptivo es el redil que captura el sentimiento. Como sea, no fue tiempo perdido, sirvió para volver a Borges a la conversación.

    En lo que al otro libro refiere, el de los cretinos útiles, digo que puesta a elegir, elijo ser uno de ellos, permanecer en la manada, sin duda alguna.

    La humanidad se debate entre el despilfarro y el hambre extremos. Paso de no asumir el compromiso de contribuir a disminuir esa brecha, aplicando el conocimiento para “el mejor servir”, ayudando desde donde sea a construir al Hombre nuevo, aunque no esté en mi tiempo conocerlo, claramente, aspiro a dejarlo más cerca de los próximos, habré vivido, decía Neruda!

    Sea feliz, Selva

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Selva

      Le agradezco su interesante comentario y, por supuesto, su opinión.

      El mundo de las letras tiene infinitas familias... y trenes :)

      cuídese

      Eliminar
  3. Hola Wineruda.

    Cuando el gran atractivo de un libro es el simple placer de su lectura, para mí ese es "el libro", la destreza narrativa, algo en principio consustancial a la literatura, pero no pocas veces extrañamente ausente de los libros, cierto escritor español, actual, dice que en el fondo la trama le importa un carajo, que su verdadero reto es dar con la palabra esencial. Sé que ambos buscamos esos libros, y cada hallazgo es conquistar una cima.
    Cuídate, amigo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Paco
    Así es, adentrarte en la novela, en su estilo, en sus descripciones, en sus formas diferentes de narrarla, en sus novedades literarias, es algo así como estar tumbado en un campo mirando el paisaje y disfrutando de ese estado inmutable, solo cambiante por la luz.

    gracias
    cuídate

    ResponderEliminar
  5. Teniendo en cuenta que el tema es de lo más manido, que la novela te entusiasme de esa manera debe indicar que lo cuenta de una manera diferente (ese protagonismo de esas dos ciudades que dan tanto juego, quizás es un motivo). Esos cambios del narrador debe hacerlos muy bien para no volver loco al lector y no confundirlo en exceso.
    Cuando una novela está bien escrita y es creíble (aunque te cuente lo increíble), la conjunción de los astros lectores funciona.

    Cometeré otro pecado, pero tampoco conozco al autor, así que gracias por descubrírmelo.

    Abrazos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues no es que los cambios de narrador los haga bien, no son claros, porque no lo quiere, es necesidad y obligación y opción del lector inmiscuirse en el tema, y saber descubrir lados de la literatura que aparecen en este libro, incluso enigmas, ¿qué me cuenta?¿cómo me cuenta?¿para qué? moverse por sus caminos es lo divertido.

      Y sí, es un pecado
      jajajaj
      cuídate

      Eliminar
  6. Me encanta ese matiz de "pura literatura". Todo es tan subjetivo..., pero cada cual tiene claro qué es literatura y qué no. Para mí la trama no me es indiferente, pero sin duda la originalidad narrativa, la creatividad, la prosa poética, arriesgada, bella... me seduce muchísimo. Y raramente carece de contenido.

    Como siempre, descubriendo libros en este rincón.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ana
      Tienes razón con la subjetividad, sin embargo yo me he referido a "Pura literatura" en el sentido de que da tanto valor a la forma de escribir como a lo escrito, así se cumple parte del sentido etimoógico de la palabra "Literatura" del que enseña las letras,,,:)
      gracias Ana, encantadísimo de encontrarte
      cuídate

      Eliminar
  7. Hola, Wine
    Como últimamente me pasa, llego a esta reseña mucho tiempo después de aparecida. En tono a la trama, diría que he perdido el tren...
    Coincido contigo y con Ana que me gustan sobremanera los libros que no son solo un ejercicio de estilo -como lo ha hecho Raymond Queneau- sino que lo que narran tengan un mínimo de consistencia. Éste parece ser uno de ellos.
    Como no tenía idea ni de título ni de autor, te agradezco el descubrimiento. Ya me he puesto en campaña para obtener un ejemplar. No me gustaría dejarlo pasar.
    Tus líneas, impecables y sentidas como siempre.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Hola Marcelo

    Butor es un autor, que en su justa dosis, tampoco tiene muchos libros, por lo menos traducidos, que resulta merecedor de ser conocido años después de su época importante. No todo debe ser lo típico.
    Un abrazo
    Cuídate

    ResponderEliminar
  9. Quisiera conseguir gratis el libro La modificación de Michel Butor. Puede alguien facilitármelo para leerlo. Lo he buscado mucho.

    ResponderEliminar

Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...