miércoles, diciembre 04, 2019

UNA HABITACIÓN EN HOLANDA de PIERRE BERGOUNIOUX







UNA HABITACIÓN EN HOLANDA de PIERRE BERGOUNIOUX
Minúscula Pag. 91
 Traducción de David Stacey

Los libros de pequeño tamaño, los que dicen algo, los que llena el espacio con más cosas que letras mejor o peor distribuidas, tienen ese espacio vacío, ese centro de mesa que miran todos y ven modos, obstáculos y visiones diferentes; ven espacios unos, ven opacidad lo otros. Son potencia en el sentido estricto de la palabra: poder: poder en todos los sentidos de la palabra, idea de poder ser e idea de poder dominar lugares y palabras. Los libros pequeños, si dicen algo, son lugares para perderse y encontrarse todas las veces que quieras leerlo, todas esas veces que puedas visitarlos, todos esos libros que dicen más cosas que la simple reproducción de la unión de letras; son trincheras donde ocultarse y dejar pasar el tiempo, entre luces y gritos.

Mi lado de la mesa donde veo el libro, me enseña que Bergounioux habla de la vida, pero de la vida no en sentido filosófico, ni en sentido atrevido, habla de la pura vida, de esa que deja que parezca una simple decisión, que deja que sea un simple golpe del destino, es decir habla de la vida como azar,. Pero por otro lado,y muy al contrario, habla de la determinación que aparece cuando  el entorno condiciona esa vida, que donde se nace es lo que dirige tu forma de actuar y que el discurrir de tu vida-aprendizaje, viajes, etc -, hará mejorar, o quizá acompañar a lo primigenio. Toda esa vida. los derroteros derroteros que le llevaron  a Descartes a mirar mundos y sortear peligros y opciones de otras formas de vida, le condujeron con todos los condicionantes previos a escribir El DISCURSO DEL MÉTODO. El libro, el pensamiento, como resultado del viaje, que parte  del sur de Francia, y que lo llevó por recovecos que deshicieron caminos probables, y también tomó  caminos  que lo alejaron de un destino y lo llevaron a otro: cuando fue soldado, niño prodigio, aventurero, viajero, funcionario que no quiso ser, matemático de corte… Descartes fue todas las cosas que quiso ser, y que para ello estaba predestinado.

Y Bergounioux,  sí, habla  del  paisaje, defiende que el sitio donde se vive ,es un lugar que afecta a lo que se hace después, a lo que se piensa, a lo que se decide. Para ello enseña, habla de el mundo desde los inicios de la civilización occidental, y muestra  las sendas del destino y la historia que permitieron crear la cultura, la riqueza  y la creación de una sociedad avanzada en lugares donde la supervivencia y la herencia es más fácil y más llena,  donde han sido puestos las bases para que eso pueda suceder, pero también todo lo que los rodea ha favorecido eso; el pasado que suma, como por ejemplo esas herencias recibidas por cada pueblo, y la propia cultura que hacen de esas sociedades, Roma, Grecia, la Italia del renacimiento…, lugares de florecimiento cultural y económico, favorecidos por ese círculo que es: poder cultural, aprendizaje, atracción, poder económico, militar, poder religioso, trabajo, aprendizaje, atracción… Enfrente pone a  una Francia bárbara y retrasada, que toma como ejemplo y destino a esos pueblos del sur avanzado mediterraneo.

 Pero también Bergounioux habla, una vez creada una sociedad en Francia, más  o menos avanzada, de la importancia de la decisión personal, de regir su destino pero también de lo que hace que un hombre, en este caso René Descartes, pueda crear su pensamiento filosófico. Cree que el comportamiento personal, las decisiónes personales deben ser regidas ya, no solo, por las capacidades del filósofo, por su pensamiento, sino también por las decisiones con respecto al  cómodo correcto  de actuar  en la vida, en las abstención de hacer o de no hacer cosas que no favorezcan su desarrollo personal y mental, es decir del desarrollo de sus obras. Y por último no será menos importante crear y decidir qué es lo importante en su vida, en lo que crees que es su vida, y decidir que para que EL DISCURSO DEL MÉTODO tenga un sentido, tenga un discurrir, que sea una creación plasmada en letras por encima de ideas aquí y allá desarrolladas, debe tener un espacio, un lugar donde todo favorezca, en lo político, en lo religioso, en la libertad de poder hacerlo, en poder decidir que ese el sitio y quedarte en él porque allí puede, Descartes, desarrollar su obra sin estar mediatizado por amigos y enemigos, por falsos creadores y por exigencias de Dios. Este lugar, la desembocadura de todo el peregrinar de su vida, como en la búsqueda en la que adquiere conocimiento para desembocar es Holanda. Allí donde todo el saber se le cae encima. El paisaje hundido, casi de trinchera de Holanda, pero todo lo libre que aquella época pudo dar, es el lugar para que surja el Método, Italia era la cultura antigua y refinada, el saber comenzaba a subir hacia el Norte. La libertad es la que genera cultura, la libertad personal y la libertad de poder estar en un lugar que te permite elegir y decidir lo que puedes decir o pensar. 

1- Lugar difícil de encontrar, entonces y ahora, el oasis donde poder pensar sin vallas que tapen el paisaje; a pesar de eso, Holanda era un isla mínima, favorecida por la  estabilidad religiosa y política, pero solo era eso, una isla a punto de hundirse, ya que la libertad total de pensamiento, visto desde hoy, no pudo existir para Descartes, en nigún lado.

2 comentarios:

  1. En el período que Descartes estuvo en Breda (Holanda), como militar en el ejército del príncipe Nassau, lo que menos le atraía era la vida castrense, pero sabía que el ejército era una buena oportunidad ( a veces casi la única), para saciar en un veinteañero, pues tenía 21 años por entonces, la sed aventurera y viajera.

    Lo que más hizo allí… participar en competiciones matemáticas que, cosa significativa, estaban muy de moda por allá; un matemático hallaba la solución a un complejo problema y retaba a otros en la solución del mismo… por lo visto el veinteañero Descartes resolvió unos cuantos, ante el estupor de las eminencias.

    Y por supuesto, Descartes también se iba de parranda con algún amigo por la bonita ciudad holandesa… solo era un jovenzuelo de veinte años, pura vida que dices tú, Wineruda, y que parece reflejar Bergouniuox.

    Un abrazo, cuídate.

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    1. Yo creo que el refleja esa vida, pero sobre todo encuentra el camino por el que escribe y la razón por la que lo hizó en ciertos sitios, TIene algo de cauce que desemboca innevitablemene en los sitios que le hacen, y le dejan escribir lo que escribe
      cuídate

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