COMPROMISO
Cada vez me hago más vago, o es que cada vez soy menos constante,
o me faltan retos, la verdad es que ni idea, pero bueno, me he puesto un reto,
que, he pensado, si lo hago público me hace cumplirlo, reto o idea o no hacer
el tonto, alguna de las cosas o razones será válida así que pongo una lista de
libros a leer ( o terminar de leer en algunos casos) y reseñar este año, que no
será definitiva porque aparecen nuevos y nuevos libros, pero los que están
serán…
El libro de las preguntas de E. Jabes
Pequeños tratados de Pascal Quignard
Magnus de Silvye Germaine
Puerto oscuro de Mark Strand
Cuentos del lejano oeste de Luciano G. Egido
Esa polilla que delante de mí revolotea de Olvido García Valdés
La biblia de neón de John Kenendy Toole
Amada Marta de Miquel Martí i pol
Por la ruta serrana del Arcipreste de Rubèn Caba
Aires de Philippe Jaccottet
Augusto fulminante de Alain Nadaud
Poemas de Czeslaw Milosz
Cuarenta poemas de JACQUES ROBAUD
CRÓNICAS DE ULTRASUEÑO ED J.V. Foix
Zama de A. di Benedetto
todo lo que tengo de Irene Gracia, Juán Eduardo Zúñiga y
Menchu Gutiérrez
historia e invenciones de Felix Muriel de Rafael Dieste
La piqueta de Antonio Ferrés
El griffón alfredo conde
El griffón alfredo conde
Escuela de mandarines de Miguel Espinosa
es el año que me toca releer el quijote de Cervantes y el de Avellaneda
Cuentos de H. Quiroga
Cuentos completos de Lidya Davis
Hola Wineruda, pues si afrontas el reto... tendré que estar ojo avizor, con esta lista tan variopinta, y muchos desconocidos para mí, excepto alguno que otro.
ResponderEliminarA Horacio Quiroga lo tengo bien conocido en Los cuentos de la selva, por la sencilla razón de habérselos leído unas cuantas veces a mi hija mayor. En cuanto a Rafael Dieste y sus Historias e invenciones de Félix Muriel... es una maravilla, hay cuentos como "El quinqué color guinda" que son pura magia narrativa, imposible escribir mejor en tan pocas líneas. De kennedy Toole todavía tengo pendiente su "Conjura de los necios" y de Czeslaw Milosz leí hace una eternidad una magnífica novela, "El valle de Issa".
Bueno, tienes buen material.
Cuídate!
siendo viajero y curioso, entre los que pongo te sugiero, bueno en realidad todos, pero en especial mira qué te parece:
EliminarPor la ruta serrana del Arcipreste de Rubén Caba
Pues me lo apunto ya, tiene buena pinta, y viniendo de ti... No se hable más!
ResponderEliminarGracias, cuídate ;)
Constatado que otra vez perdió u olvidó el camino, le propongo nos hable (en realidad escriba) sobre la Bauhaus, Gropius, Meyer, Mies van der Rohe, su emigración (por llamarle de alguna manera) a EEUU, lo que significó para el arte en general de EEUU y si por esa razón (abandonar el barco) fueron a su manera y en sus ámbitos distintos (mejores) que mi amigo de la casita en el bosque. Es obvio que su lista es inconexa y por sobre todo inconducente. De manera que le propongo este tema concreto que por estos días llama mi atención y quizás hasta la suya. Agrego, aclaro, que soy admiradora de la Bauhaus, de la República de Weimar, de algunos artistas de esos años que cultivaron el arte o género fantástico.
ResponderEliminarSalute
agreguemos una virgule después de "(mejores)", la que dará el sentido buscado a la interrogante, ahora sí la flecha que está en el aire.
ResponderEliminarNo hace mucho leí una pequeño libro de poemas de Maru Jo Bang cuyo nombre coincide con su forma de ver la poesía, el libro se titulaba, bueno realmente su titula, que los libros de poesía no mueren tras leerlos, " Una muñeca para tirar" y pensará usted para sus adentros a ver qué me está cotando este vasco sobre Bahaus y sobre lo que le comento, pues le diré que este libros habla sobre Lucia Moholy: COmo ve yo me decanto por el arte mueble y usted por los arquitectos, cosas de la preferencias profesionales, jajaj, EN cuanto a la cultura de Weimar, supongo que sí, que los directores de cine tuvieron una mirada casi iconoclasta( si hubiera existido una cultura establecida del cine por entonces, que no había, pero sí fueron iconoclasta, y eso es lo curioso, hacia el futuro, aún siguen siendo "raros"). Con los escritores tengo más "pelea" , DOblin y su Berlín alexanderplatz, me puso frenético negativamente, pero quizá fue por mi època anti "`literatura de primero de siglo", cosa que apoyé con la lectura horrorosa de "el buen soldado" de Ford Madox FOrd y Joyce y ... Pero me desvío perdone... Me gusta Brecht y Remarque, pero los Zweig ... no mucho. Y los Mann. Aunque le diré a quien adoro...hace muchos años, pero muchos...alguien me regaló un librito de dibujos de Grosz, ya no sé por dónde cae, pero por muchos años estuve admirándolo a menudo, luego se fue desmoronado...el libro no mi idea.
EliminarMi lista es rara porque yo solo leo los libros que una vez estudiados entre tres y diez veces, creo que van a ser buenos. ASí que solo leo libros buenos, que tengan sentido en una idea superior de lista, me es indiferente.
Cuide de cuidarse
Buenos para quién y conforme a cuál o cuáles criterios de comparación les vuelve respecto de respecto de otros, por qué la cantidad de relecturas, precedidas de la primera de sus lecturas no resultan un criterio de legitimidad. Por ejemplo por qué los Cuentos de Horacio Quiroga son mejores de los de Felisberto Hernández, Milton Schinca, Carlos María Domínguez,Omar Pregio Gadea, José Monegal, Juan Carlos Onetti, Morosoli, etc., etc., todos ellos uruguayos.
ResponderEliminarCierto, querida Selva, no son mejores, o quizá no sean mejores que los que esos escritores, pero ello no significa que no sean buenos, en esencia he dicho que son buenos libros, no que sean los mejores. DEl mismo modo que , sin caer en ese relativismo que odio, puede que la mirada del lector, y no solo la mirada, sino el momento de la mirada del lector sobre el texto puede mejorar o empeorar ello.
EliminarDIcho esto, alabo su forma de dudar de lo que se dice, ponerlo en solfa se decía en otros tiempos, incluso su método de reconocer mis incongruencias que las tengo a discreción, pero Querida Selva , no me elija a Horacio porque para una vez que le sigo una idea( más allá de Sábato)... que en deferencia a una recomendación suya quiero leer los cuentos de Horacio, promesa mediante...que tardo pero cumplo.
Cuídese de cuidarse
Confío tanto en ti que me apunto los libros que no tengo de esta lista, así, a ciegas.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Gracias por confiar, espero que te gusten. Por cierto tuve un error al poner el nombre del pobre Juan Eduardo Zúñiga , que le renombré como Juan Pedro, que es un amigo mío :)
Eliminarun abrazo grande
Un puñado de Felisberto Hernández (uruguayo, pianista y raro escritor): “Pero cuando el silencio ya era de confianza, intervenía en la música: pasaba entre los sonidos como un gato con su gran cola negra y los dejaba llenos de intenciones”, El Balcón, cuento.
ResponderEliminarhttp://www.materialdelectura.unam.mx/images/stories/pdf4/felisberto-hernandez.1.pdf
ResponderEliminarhoy he leído, me han enviado, un texto que resume algo de mi desgana, que es lo que me pasa, de leer, ando liado con los textos, sin embargo comenzaré a leer porque debo o deseo, pero este texto, sí, de Bruno Mesa me dibuja
EliminarMEDIR LA CELDA
Bruno Mesa
Medir la celda, medir. Eso era todo, entrar en lo real como quien accede a la pesadilla, y allí dentro, instalados en el juego, calcular el tamaño de nuestro vacío, porque no queda otra opción, porque eres diminuto, insecto, prescindible. Hace 102 años sucedió lo mismo, y nadie pensó que fuera posible esa repetición atroz. Dentro de uno o dos siglos volverá a suceder, y nadie lo creerá posible.
No importa a quien leas ahora, porque en cualquier salvavidas hay siempre un ahogado. Los libros se endurecen al contacto con una realidad dramática. La curva de la conciencia de Lispector, sus manos que arden o sus asombros melancólicos no te curan. Tampoco el vuelo de Calvino a través del sendero de los nidos de araña, senderos del callejón, de la resistencia y de la guerra. Tampoco las plegarias de Brodsky, desengañadas y agónicas, bordeando el precipicio, escritas como medicinas contra la tormenta. Ahora nada te alivia.
Sin remedio hablas con los que no quieres hablar, amas a los que no te aman, callas ante aquellos que te ruegan una palabra, y eres cuanto no quieres ser, y no sirves siquiera para ser tú mismo, para entender lo que eres.
De estos días en los que medimos la celda una y otra vez no aprenderemos nada. Somos animales demasiados tercos. No aprenderemos nada.
Volverás a ser el que cae, porque no conoces la mecánica del vuelo, los hábitos del sol, la espontánea alegría de la indiferencia. Alguien vigila desde la torre del pasado, hace su ronda, te observa desde lejos, sabe tu nombre y tus errores, conoce cada uno de tus vicios, y nunca te pedirá nada. Alguien te vigila desde la torre del pasado.
Por eso escribimos como quien se abandona, porque después de tantos años, de tantas páginas, las palabras se deshacen cuando las pronunciamos, las palabras nos engañan. Hoy nos rodea el gran vacío del mundo. Duermen el asfalto y las montañas, la autopista y la ciudad, duermen la isla y el idioma, duermen las tierras bajas del mar, las nubes donde alguna vez, cuando niño, encontramos un plan de fuga. Duerme. No pudo ser, repite el vigilante con su sonrisa desdentada, no pudo ser. Solo te queda describir el tamaño de este enorme vacío que recorre el mundo. Cansar las esquinas de la jaula. Volverte silencio. Medir la celda.
por cierto, querida Selva, ando persiguiendo a una compatriota suya que me tiene obsesionado, su lectura claro está, recibiría encantado su opinión sobre ella que creo que no se la he solicitado otra vez, dicha escritora se llama Armonia Somers
EliminarESe enlace, que amablemente me manda, de Felisberto Hernández lo tenía, pero aún así se lo agradezco.
cuídese de los vientos, andan malos en estás épocas.
https://brecha.com.uy/la-periferia-reinventa-su-centro/
ResponderEliminarEstimado Wineruda, lamento no poder satisfacer su inquietud. No recuerdo haber leído a Armonia Somers (advierto que ya hace un tiempo noto que me gana el olvido). Sé quien es, un personaje muy peculiar, dicen las feministas libertinas que nacido fuera de época, relegado por sus congéneres de la generación del 45 (también lo fue Onetti, ojo), no consta que fuese perseguida política en tiempos de dictadura (1973-1984), por el contrario observo que en ese lapso obtuvo algún reconocimiento, digamos que por lo menos es raro. El link que le envié es de un semanario respetado en su parte cultural, del tipo izquierda con una razonable dosis de auto crítica. Alicia Torres es quien más conoce de la obra de Somers.
ResponderEliminarYa de por sí es extraño que sus restos estén enterrados (literal, en tierra) en el cementerio británico, cementerio reservado a los ingleses, a los marinos alemanes muertos en el hundimiento del Graf Spee frente a costas de Montevideo, algún francés y poco más, patriciado no de la madre patria. Aquí hasta no hace mucho los cementerios eran monopolio municipal, no privados. El uruguayo es pro servicios públicos hasta el final, no a lo privado por definición.
Volviendo a la Maestra Somers, rara avis, no le puedo ayudar, no me atrae.
Creo recordar que Sarandí Cabrera, también de la pléyade de la generación del 45, sentía gran aprecio por esa escritora. Ahí tiene una puntita por donde empezar a tirar. Sarandí casó en primeras nupcias con un familiar de la que escribe.
Ahora que lo pienso vaya a saber si esa circunstancia pudiera explicar mi nulo interés subconsciente por esa escritora.
Decirle que Rodríguez Monegal es un excelente crítico uruguayo y por ahí vi que estudió la obra de Somers.
Finalmente señalar que su consulta dice que su publicada lista no es toda o a lo menos admite desvíos o -hasta incluso- pudiere ser algo así como una novena "prima" (23), circunstancia que celebro porque la previsibilidad no es cosa buena, lo dice una ingeniero mayor infinitamente renuente a admitir cambios, no así a propiciarles.
Disfrute.
Agradezco su enlace, y sus explicaciones, me han dado una nueva visión sobre ella. Quizá esté, a veces, obnubilado por buscar cosas diferentes. Mire dicha búsqueda, querida Selva, a provocado o mi interacción con ese conjunto de novelas que usted aprecia y que yo dejé de leer, que son las policiales o negras o lo que sea, que me lío con las definiciones. Dicha interacción con dichas novelas y esa búsqueda de cosas diferentes me han llevado a encontrar a un tipo raro, jajja, que se llama Harry Stephen Keeler, extraño entre los extraños, doy fe, entre dichos novelistas. No sé si usted lo conocerá, o si han llegado a Uruguay dichos libros puesto que están en una pequeña editorial española de mediados del siglo XX. Lo que he leído me ha dejado en esa postura que se queda alguien cuando se arrasca la cabeza mientras mira, atónito, un libro...;)
Eliminarseguiré investigando y buscando el que esté a bajo precio dicha ARmonía SOmers, que está muy cara, y la leeré.
Cuide de la familia poética