UN RETRATO PARA DICKENS, DE ARMONÍA SOMERS
Un metrónomo marca el paso, tac tac tac. Como pasos en el
piso de arriba, un metro de madera rota entre mesas de pobres, un metro de
madera en mesas en las que no hay comida, tac tac tac, la vida es dura en todas
partes; Un mundo de pobres, ancianos, niños, recuerdos vivos y muertos; la
plusvalía no alcanza a los pobres, solo alcanza para las velas y los paños viejos de algodón con
los que harán camisas, pantalones, faldas o baberos para niños que todavía no
saben andar, que todavía no alcanzan a pensar. El muro de las lamentaciones no
existe porque no puedes pararte a quejarte o implorar, y no puedes porque el
frío, la soledad, el hambre, los ladrones, el loro maledicente, el pescador que
no pesca, el retrete que no absorbe, el regreso que nunca llega, no te dejan hacerlo.
Solo hay pobreza y hambre: tac tac tac, las horas pasan y solo hay un mendrugo
de pan. Un mendrugo que imaginarías pastel o pasta o pavo o melaza, pero solo
es pan seco y roto, como las camisas, los suelos, las mazas del juez, los
sombreros de los ricos, el pie de las palomas. Algo siniestro pende de la cuarta pared del libro.
Tac tac tac, marca la hora el reloj, y el metrónomo calla
por pudor, hay algo intranquilizador en el aire, un poder oculto atascado entre las cañerías
y el cielo, un pavor de cristales empañados, un soberbio poder que aplasta las
ilusiones. No hay nada, no hay sitio, no hay sed, no hay hambre no hay comida
no hay agua, no hay amor, solo violencia atascada y oscuridad, Tac tac tac.
Armonía no es una escritora normal, no es una escritora al
uso, una que escribiría sobre lo obvio, sobre lo que escriben la mayoría, en
esas sopas de sabor a pastilla de supermercado.
No lo es.
Tac tac tac, hay pasos sobre el asfalto solo los imagino en
una noche oscura, donde no hay nadie, solo ella, la niña, nadie la acompaña,
nadie irá con ella, es su camino, y solo se construye entre caminos no
frecuentados, no toca nadie el timbre, no silba nadie en las plazas, nadie pasa, perros
que ladran a una posible luna que aún no ha salido. Lanza la mano para que alguien la guíe y nadie la agarra.
Armonía Somers, escribe sobre los que no escriben.
Digamos que abrimos
Oliver Twist de Dickens, y dejamos que
escape Oliver y Fagin y Nancy y Bates y Monk y Brownlow y Silkes y…solo quedan
los personajes del edificio pobre junto a la guarida de Fagin, ese que aún está
más hundido, ese que nadie mira ni mirará, y tac tac tac, Dickens ni siquiera
lo ve, es más pobre aún que sus casas pobres. Golpeemos sus puertas: aparecerán
gente olvidada, más pobre, más siniestra, un infierno relleno de hambre y tierras
sucias, de sexo sucio y sucia vida, rivalidades de diablos rotos. Algo que no
vemos supura por las letras que describen esa vida, un muerte que nace en la
primera hoja, enseña a una niña que cuenta su historia de hospicio, adoptada
por borrachos y personas desconocidas, trabaja y se muere de hambre en cada
página, una sección de la parte más terrible del mundo, pasea, tac tac tac, por
sus páginas. Asoma sucia, asoladora, amenazando en lo más degradado de la vida humana a la niña y a esa vida. La pobreza
que llama a pobreza. Lo soñado que no se cumple, lo imaginado que se escapa.
Un loro que describe el mundo, su mundo. Una biblia apócrifa que ataja
el mundo, su mundo. Un escritor de recetas que engaña al mundo, su mundo. La niña que describe con
metáforas, con imaginación desbordada el mundo, su mundo, como adelantándose al suceder
de las cosas, ella los ve un instante antes y tac tac tac, no las comprende,
son pasos a una luz deslumbrante, desconocida, que describe y no comprende.
El libro habla sobre esas 4 voces, 4 pasos en un camino, tac tac tac tac, que parecen divergir, parecen destinar a ser paralelas infinitas, energías hacia el infinito que no se tocarán, Hay una parábola, al modo bíblico, sobre la bondad y el amor a Dios y el agachar la cabeza, el destino creado y fijado, el alma para no separar, la vida para crédulos, el ser para ser convencido. Hay un cocinero que no cumple, que trampea, el que cumple sin hacerlo, el que aparenta, el que no es, el que nunca será. hay una niña que mira esa vida, y esta le devuelve empellones, vida del ser que no cesa, el no ser, el no futuro, el futuro sucio e ingrávido entre la nada vida de la no esperanza, la no creencia, el ser y no ser a la vez, muerte y vida; allá donde vive la maldad, esa maldad que no se recrea cuando lo es. Hay algo, en estas páginas, que flota sobre todas la cabezas, todas las urnas, las mesas, los bares, los borrachos, sobre el sexo, sobre lo sucio ...., flota siempre, parece que no se apoya en nada, solo en la mente y la maldad de la gente. Y no hay Dios, vemos que no hay siquiera riqueza en la mentira tampoco en el amor; no, no hay riqueza, no hay comida, y no hay amor, no hay nada detrás de la mentira ni de la verdad, realmente no hay nada, solo pasos, solo creencias de querer reconocer algo, tan es así, que hasta la vida son metáforas, es la única manera de reconocerla porque no hay manera de verla de frente; no puedes verla limpia e indiscreta, como es de verdad. La historia que cuenta esta novela solo parece vislumbrarse. mostrarse desnuda, solo como una caverna a oscuras de Platón, no hay ni sombras ni luz ni un fuego para calentar, solo vemos futuro turbio y sucio; no hay ni un Fagín tramposo que ayude para ayudarse a él mismo, no parece que hay, siquiera, ni muerte ni vida. Hay un loro, Asmodeo, que es el diablo, que interpreta ese mundo, todas las historias que la componen, porque solo puede ser interpretado por él, y descubre el lado oculto de la luna, lo que hay detrás de las paredes rotas, o de los paneles de las paredes, la verdad de esa vida está vista desde el otro lado, desde el lado de la maldad…y …¿la verdad?
Maravilloso, la escritora “rara” es maravillosa, esa letra
dorada sobre fondo oscuro, belleza en la escritura, tinieblas en sus textos, una
sábana de seda tapa el mundo.
Tac tac.... palabras que escriben sobre la nada, palabras brillantes, frases de luz, que ocultan y enseñan, a la vez, como un discurrir de fuego en un lago vacío, el lado oscuro de la vida.
Piensa que eran tiempos donde la mitad de la población urbana de nuestro país era extranjera, mayoritariamente españoles que huían de la hambruna de la madre patria e italianos del norte en iguales condiciones de apremio económico. Los primeros, salvo los vascos, se asentaron en la capital. Un Montevideo pujante que les tomaba para desarrollar las tareas que los “criollos” (primeros inmigrantes) ya no querían hacer. Un Montevideo en el día a día difícil y duro para el inmigrante solo, no que decir si eran mujeres. Pero no por mucho tiempo, 1913 se votó la ley de derecho al aborto, al divorcio por la sola voluntad de la mujer y el derecho a votar. Ya a fines del
ResponderEliminarXIX se consagró la escuela pública, laica, gratuita y obligatoria. De ese caldero salieron estas plumas, no cabe duda que aventura tuvo un final feliz para la mayoría de esos valientes. Mis abuelos son prueba de ello-. Muchas gracias!
Es una novela merecedora de más espacio reconocido en la novela no ya latinoamericana sino en la hispana. Me parece que fondo y forma ajustan de manera extraordinaria.
EliminarGracias a usted por " conseguirmela" :)
Cuídese mucho y no deje que el aire frío la hiera.
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ResponderEliminar“No me opongo a que usted trabaje sobre ‘La vaca’ –le dice el autor de Facundo—en lugar de hacerlo sobre el modelo francés. Habrá un día, sólo Dios puede saberlo, en que nuestro país se quitará de encima la influencia europea, y quizás entonces usted será considerada una precursora. Pero déjeme sugerirle otra variante: ya que el debate se ha instalado en torno a si es conveniente o no gastar papel, tinta e ingenio sobre un animal tan rasposo y de índole infeliz como la vaca le propongo otro animal todavía más cercano y afín a nuestra tradición libertaria como el caballo. Más de uno de nuestros centauros, que regaron con su sangre generosa el suelo americano, sabrá agradecérselo”.
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del cuento "Maestras argentinas, Clara Dezcurra"
Roberto Fontanarrosa
el autor de Facundo es Sarmiento.
No siendo yo malo, no puedo de dejar de ver que el señor Fontanarrosa reclama huir de la influencia europea reclamando el nombre y señalando la propiedad y arraigo del caballo, llevándolo al climax de la licencia poética americana cuando cita la unión hombre - animal en la imagen griega del centauro. Mas no creo que se hubiera referido a eso mi malignidad, sino al hecho de la ausencia del maravilloso animal equino en tierra americana hasta su exportación, digámoslo así, desde Europa allá por los infaustos años de la cristianización obligatoria.
Eliminarla idea es leer el cuento, trata sobre el miedo al cambio, es un cuento que se queda en la memoria, para recordar. sdos.
ResponderEliminarSiendo todo parte de un cuento retiro mi mala ironía, la ironía a y era parte del cuento, o el mal humor , quién sabe. Leí su cuento y podría fallarme el conocimiento de la historia cercana que parece contar. Puedo perder el sentido último propio del cuento, pero podría decirle es que mi impresión solo literaria, solo mía, es de que habla de las cortas miradas, de que se afanan en querer ser mundo, pero se empotran en su vida cercana, miedosos de cambiar,pero,sobre todo, miedosos de ser ellos mismos, los que, desnudos de capas y afeites, de miedos y pomposidad, se deben descubrir cada mañana en la bañera, desnudos. La vida del pobre debe estar en el estercolero, junto a la nada, lejos, muy lejos, de ellos los rico y eso no debe cambiar.
EliminarLa vida rula y el que quiere mover el mundo debe o matar a Atlas o dejarse llevar por el mecer de las olas.
https://www.literatura.us/hernandez/balcon.html
ResponderEliminar...Pero cuando el silencio ya era de confianza, intervenía en la música: pasaba entre los sonidos como un gato con su gran cola negra y los dejaba llenos de intenciones., El balcón, cuento de Felisberto Hernández, uruguayo raro, generación del 30 como Espínola.
...verdad que hay que leerlo?
Sé que se va a escandalizar, pero no estoy en época de silencio, puesto que alterno la música sacra, esos Réquiems apabullantes de Brahms, Fauré o Tomás de Victoria , la liturgia de San Juan Crisóstomo de Rachmaninov o la Missa Solemnis de Beethoven para al momento pasar a la música metal, tan metal que el heavy metal es suave; oigo melodic death metal y symphonic metal. En ambos casos me atrapa lo obsesivo de ambas músicas.
EliminarNo. no hay espacio para el silencio en mis días.
No se me enfade, en los días de recreo oigo blues y me tranquilizo.
cuídese mucho
Pd) Ayer me llegaron tres libros: un libro de cuentos maravilloso(ya lo había leído) de Delmore Schwartz, un libro sobre la vida de Bobby Fischer, y al que iba, que debería leerlo por lo que describe, "la armónica montaña" de Antonio Enrique, intuyo que le gustaría más a usted que a mí
https://paseosmatematicos.fundaciondescubre.es/blog/la-armonica-montana/
Pd2)Tengo varios libros de Felisberto.
Pd3) acabo oír que ha muerto el batería de los Rolling stones, Charlie Watts, estos días cambiaré lo que oigo, por la nostalgia, ya sabe.
El planteo pierde la dimensión áurea y destaca una raíz cuadrada de 2 que hasta pitágoras encontró y su problema era dónde ponerle pues hasta ese entonces no conocían los números racionales. En conclusión paso. Sorprende la sorpresa de encontrar una parábola, única solución posible a esa ecuación del movimiento, en el punto más alto energía cinética nula y caída libre, en el punto más bajo energía potencial nula y cinética máx., siendo las condiciones de borde de planteo de la situación planteada, ecuación de 2do. orden. Paso.
ResponderEliminarPero querida Selva, el libro no va, o no solo va de arquitectura; no sea prosaica, o mejor, deje su mirada de proporciones y parábolas, y entre en la interpretación del autor que reúne ese mundo en la catedral, y la catedral en ese mundo. Cuando Palladio trajo sus obras al cinquecento, no trajo las proporciones, medidas y cálculos de Roma, sino que quiso traer Roma, las proporciones se calculan o copian, el alma no.
Eliminareneas y la fundación de la nueva troya, eso sí era verdadera nostalgia.
ResponderEliminarEso es el sueño de un poeta intranquilo .)
EliminarEstimado Atlas, bueno, es atendible, son miradas. La mía busca lo que sabe que está. Eneas fundó Roma refundando Troya.
ResponderEliminarEl Felisberto pianista escritor es un fenómeno muy raro, quizás Cortázar se le parezca. Atrapa al lector en una maraña de sin sentidos en los que uno elije quedarse, no se va, a veces hasta se presta a formar parte de esa locura. Bestiario tiene algo de Felisberto. Habrá que leerlo.
Me fascina la época de Al-Andalus, en su momento leí y leí de su arquitectura, su organización de poderes, política del agua, el kadi…, fueron demasiados años como para taparlos, 700. Y Ronsesvalles…y Aquitania si de a 100 años cabalgamos.
ResponderEliminarAguardamos días de primavera, fue un invierno demasiado largo.
1000 años de dictadura cristiana hizo que se entienda extraña a la cultura hispana todo lo nacido o creado por AL-Andalus, mientras que influencias residuales como la visigoda ( no hay que olvidar que para la cultura franquista eran "germanos") es magnificada y extendida ; tan esa así que, se sorprenderá, en la educación franquista estaba entre sus objetivos que los alumnos aprendieran la lista de los reyes godos, Alarico, REcesvinto, Recaredo y, mi preferido, Chindasvinto...toda esa recua de nombres odiosos que importaban tres narices al niño/ña, pero eran parte de la gloriosa influencia aria en nuestras sangres. Y ahí se quedaban los inteligentes árabes, sus médicos, sus filósofos, sus poetas, sus....Pero la venganza ha sido que todo el español está plagado, aunque no quieran, de voces árabes.
EliminarCúidese mucho
Hola, Wineruda.
ResponderEliminarMe paso a saludarte, como aquel que visita a un viejo amigo, seguro que has estado releyendo a alguno de tus poetas, o descubriendo a otros nuevos... aunque en tu caso creo que no serán muchos por descubrir, quitando a ese autor que nos ha estado esquivando sin saber como. Espero que hayas pasado un tranquilo verano. Al menos has tenido una buena plática con la amiga Selva, lo que no es poca cosa.
Cuídate.
Hola Paco
EliminarEncantado de recibir a un viejo amigo. Esta es tu casa para lo que quieras.
Más que autores me esquivan libros, siempre hay otro libro.
Cuídate