viernes, mayo 05, 2023

CARGAR MERCURIO CON UNA HORQUETA de RICHARD BRAUTIGAN

 




                CARGAR MERCURIO CON UNA HORQUETA de RICHARD BRAUTIGAN

Trad: Sebastián Díaz Barriga. Ed Kriller71

 

 

CALOR

Hoy hace calor, me temo que mi lectura será menos agradable, sin embargo  ayer llovía y había niebla y  me gustó mucho. La lectura depende del estado de tu mente, un poema mucho más. La lectura se hace subjetiva al extremo, nada sirve igual de un lado de tu mente, de tu humor, y del otro. La descripción real, la expresión literal  del autor cambia por la emocional del lector. Ambos crean patrones de lectura que, unidos, recomponen el rompecabezas dual, crean el  cuerpo de esa especie de caos. La creación simultanea de ambas miradas son las que crean belleza o despiertan la audacia o la reflexión, pero también, pudieran,  la tristeza o el rechazo. El mundo es dual, pero en el caso de la lectura en general, y de la poesía en particular, es, sobretodo, un efecto momentáneo, es exactamente momentáneo, como oír una canción, como el sonido repentino del cuco en el bosque, como el romper de una ola, como la mirada escurridiza de un tímido o de una mirada de deseo que pasará insatisfecha para siempre, que te influye en ese instante, pero la siguiente ola, el siguiente cucú, la siguiente mirada,  serán otras, las verás y notarás de otro modo; ni mejor ni peor, otro.

 

 

NOS CONOCEMOS. LO INTENTAMOS. NO SUCEDE NADA, PERO

 

 

Nos conocemos, lo intentamos, no sucede nada, pero

después de eso sentimos vergüenza

siempre que nos vemos. Miramos hacia otra parte.

 

VALOR

Un poema, uno cualquiera, este de aquí arriba por ejemplo, que me habla  sobre el pasado, el amor, la incomodidad de lo que fue y no fue, sobre la realidad que no inventa relatos, un estado donde la gente habita, el beso que  no fue, el demasiado alcohol que llevó a donde, en cualquier otro momento, no iban a llegar; donde el verso y la mirada sustituyen a la palabra dicha. Sí, este poema vale como expresión de realidades cercanas, como tal habrá alguien que lo desprecie como lugar que ya visitó; porque asomados a la barandilla del abismo creemos que la realidad nuestra es la universal, como un pequeño universo asomado a tus ojos o tu boca o a tus piernas. El verso es todo lo que ama el poeta en ese momento de la creación, o lo que odia o lo que admira, por tanto es un universo en sí mismo, recrear sus paseos por las afueras de su mente es el todo, es el completo paseo sin escafandra y con el cordón umbilical de la tinta y el papel, es lo que hace diferente a un expresión local, coloquial, universal, acaso comúnmente pensada, de un poema: el resquicio de la  puerta que crea un mundo, aparatoso o pequeñito.

 

 

POR MIEDO A ESTAR SOLO

Por miedo a estar solo

haces tantas cosas

que jamás harías

 

MUSICA

 

Un poema traducido, cualquiera, pierde el traqueteo de sus vocales, el sonido simple de sus palabras, el ritmo -a veces claqué, a veces tango o vals o metal- de sus versos; rescatar el sonido del sentido de las palabras que obtenemos es imposible, como es imposible pasar un río ancho saltando de piedra en piedra, -chapoteo a chapoteo-, o como es  dibujar con la mano el zigzagueo de un relámpago en el instante que sucede. Sin embargo los poemas, traducidos, bombardean, a  mí me bombardean, de ideas, de capacidad de soñar, en este caso recorriendo un camino paralelo al original: son los textos, sus imágenes, esas ideas, los que llevan a buscar a Bach o a Pink Floyd o a Enigma o a Children of Bodom o a… -siempre en idiomas que no conozco para que no sumen- . Cuando me encuentra su latido, el sonido exacto de sus letras, entonces, nace otro poema, una ilusión de ritmo y partes a caballo, trotando por las piedras o por la hierba, un universo en un balancín de niños que se equilibra o en un tobogán que se desliza al fin del mundo o al fin del libro. Este libro necesitó, lo hizo, acumuló puentes y almadías para llegar a Lou Reed, rock and roll animal en bucle, porque debía ser así, el tono de la voz de Lou era el tono del libro, el deje exigente y sorprendido de su voz era su tono, el destino parecía ligado entre ellos: estuve allí y miro lo mismo, canto lo que me cuentas. Lou Brautigan, Richard Reed, rock y versos, Mercurio animal, versos como un fa sostenido,  afilado riff que escribe poemas, un campamento para versos de Richard y una hoguera que solo come oxígeno y respiro al acabar el verso.

 

WALTER

Todas las noches, antes de dormir

Walter tose, como nunca ha dormido

en un cuarto con nadie más, piensa

que todo el mundo tose

                               Antes de dormir. Ese es su mundo

 

PUNTOS DE FUGA

Si miro un cuadro, y si así lo ha querido el pintor, me induce, me apunta a  mirar a algo, disparos al final de la nada,  anteojos para ver la profundidad del espejo con la cara de Velázquez o a la estrella más lejana de Van Gogh. En este libro sus puntos de fuga me llevan lejos , muy lejos a un lugar separado por desiertos  y murallas construidas por el paso del tiempo y las caras y los amigos y de horas y horas de mirar y ver; es un lugar solitario, donde parece asentarse una figura que mira alrededor y descubre, como cuando al pisar una rama cruje en la oscuridad, su mundo despejado de gente. El lugar de un anacoreta urbano en medio de un poblado paso de cebra, que vive solo, solo con su pasado y su pensamiento, con un cuchillo, un pequeño bisturí, en la mano que abre ventanitas  y corsés y puertas del tiempo a su(s) pasado(s) y lo seca colgado de un alambre en la puerta, como alfombras que pisó o zapatos o pañuelos o rotuladores que ya no pintan, una fila de recuerdos que rodean la casa y el paso de cebra en el que todos pasan y nadie  ve.

 

NADIE CONOCE

EL VALOR DE LA EXPERIENCIA

Nadie conoce el valor de la experiencia

pero es  mejor que quedarse de brazos cruzados

                           me digo una y otra vez.

 

 

RICHARD

Conozco a Richard Brautigan a través de sus novelas, no sé si he leído cuatro o cinco, pero bastantes. Un niño superdotado que cuenta historias de malvados inocentes y de héroes que reinan en un universo que parece cartón o de feria o de universo muy muy pequeñito. Los personajes de los libros que leí son casi siempre solitarios a la fuerza o por convencimiento; donde la ironía, la locura surrealista que no de ido, lo inesperado, lo vagamente irreal y lo fuertemente creativo reinan en sus Novelas. ¿En sus poemas? Las ideas, los patrones que se deslizan de poema en poema, de página en página, no son metáforas, no son imágenes, no son recursos del poeta fundado en el palabra exacta, en el verbo afligido o creativo, no, no son, son poemas en lo que lo une, lo que cuenta, está unido a la idea, a la sensación, al fin común de sus versos a  la razón última de sus versos. ¿Cuál? 

 

LA SOMBRA DE

SIETE AÑOS DE MALA SUERTE

 

Una cara formada con restos de otras caras

necesita de un espejo hecho de pedazos

                           de otros espejos.

 EL FiN

El principio y fin de los versos de Richard está en capturar pequeños espacios de vida, de su vida, y colgarlos de la pared a la manera de notas que le recuerdan pasado, pero también destino. Son posts its de realidades a veces aparentemente ajenas, otras con el yo escrito en fósforo. Habla de soledades y de recuerdos que no te dejan porque te marcaron, hiriendo o cauterizando; hablan de gente que pasó y se quedó, habla de aprietos y calmas, de sensaciones que todavía chorrean, hablan de paraisos en quiebra hace mucho tiempo puestos en venta.


!AH! Y LEONARD COHEN

Se me ha ocurrido, de repente,  pensar que Leonard Cohen sería un buen acompañamiento a los poemas de Richard Brautigan.

Lo he hecho, he leído sus poemas con la canción “I'm Your Man” en bucle, y me ha sorprendido el tono triste que rezuman alguna de los poemas de Richard, como esos amigos que siempre ríen y soportan el peso de la conversación, de los silencios, de la calle, de la madrugada, hasta que un día descubres en la franca risa de su boca el tizne triste de una mirada oculta. Yo soy tu hombre, y soy tu verso, y soy el poeta que nace y vive, y se irá, que hasta te juzga en poemas y en las caricias, soy el poeta que nadie descubre y que mira. Soy…

 

CHARCOS DE LODO, ENTRE AMIGOS

A INICIOS DE PRIMAVERA

Así me

                               Siento

                                                               5 de octubre

 

ESAS

Esas pequeñitas cosas que convierten una frase, una idea, una conversación en otra cosa: a veces en belleza, a veces en algo mortal, a veces en algo que no sabías que sentías, esa sensación de lo que es real es falso, y lo que es falso es real, el que convierte el amor en pasión y la pasión en odio, todas esas 10.000 cosas son trozos de espacio que debes pisar y visitar, que debes asomarte a la ventana y oír la conversación de la pareja de amantes o a los que discuten por el tráfico o del poeta versado en soledades y miradas afiladas, en versos huidizos que atrapas, como atrapas a Márquez cuando su coronel ya no puede leer y deja  ese olor  de absoluta soledad que no puedes sacarte de la ropa, o como Wenders agarra a Shepard de las solapas y le exprime el mundo de los moteles y los suburbios y las soledades de París (Texas) a golpe de miradas y de líneas que escapan hasta el fin de los mundos, hasta el fin de ese mundo. El verso empapa, las naranjas son amargas y Brautigan usa zapatillas de andar por casa, porque no hace ruido, pero le veo caminar pasillo arriba pasillo abajo, autopista adelante allá donde el punto de fuga me lleva a perderme.


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