miércoles, julio 17, 2019

BUDA EN EL ÁTICO de JULIE OTSUKA























BUDA EN EL ÁTICO de JULIE OTSUKA

DUOMO EDICIONES  150 PAGS
Traductor: Carme Font Paz

Allí estamos…otras han tenido que irse, huir, mejorar, querer mejorar, irse para cumplir promesas, saltar al vacío, dejar una vida detrás…allí estarán. Aquí estamos…otros vienen a unirse a nosotros, traen el miedo y la emoción en sus bolsas de viaje, traen la feroz nostalgia por lo que dejan y la esperanza de que aquí, donde nosotros estamos, todo será mejor, porque muchos vienen para poder volver mejor, otros vienen a dejar todo detrás; hay luz en todas partes, pero la luz ilumina de frente, parece que la espalda va quedándose a oscuras y que ya nadie podrá ni querrá poder abrir esa puerta. Lo más terrible de todo es que va a parecer que los pasos que ya hemos dado en la vida: los pasos de trabajo, de amaneceres con la  luna aún en alto, los pasos de sudor que cae todo el día como una  lluvia fina, la espalda que duele cuando aún no has cumplido los 10 años; va a parecer que hasta los más queridos primeros besos, las primeras danzas, hasta los besos de tu madre, hasta los adioses de tus amigos, todo, todos esos pasos, va a parecer que parecían preparados llevarte a este camino de ida a otra parte, pasos que te llevan lejos de allí para siempre. La esperanza es el arma que gastará ese cansancio, la esperanza es la que hará recordare besos, caricias y amores. Siempre vivimos así entre huidas y esperanzas, Hasta que llegamos al destino…

Aquí, en el libro, aparecen, gritan, todas las voces de un barco que lleva a miles de jóvenes japonesas a principios del siglo XX a Estados Unidos a casarse con sus prometidos a los que conocen por carta y fotos; todas esas voces nos hablan sobre cómo ha sido ese mundo pasado  que las ha llevado allí; todas se agarran  el barco queriendo huir o queriendo mirar por la borda, o quieren no arrepentirse, o quieren conocer el futuro antes de que llegue; quieren ser ya lo que han soñado que van a ser. Todas nos hablan, todas son un coro de voces tristes y alegres y arrepentidas y soñadoras y escépticas, todas esas casi niñas, casi mujeres, saben –quieren saber- que viajan al mundo de oro donde estará su galán rico y apasionado que las amará y que las hará felices y no les hará trabajar de mañana hasta la noche, peleando con la tierra y con la pobreza. Todas se apasionan por el futuro hasta que este caerá sobre ellas, y allí las flores está marchitas y el sexo no es amor, y la pobreza ya no está tan lejos, y el racismo sale de las puertas de las casas de los americanos que no comprenden y que las aterran.
El mundo del futuro, de aquel futuro, de repente las ha golpeado cuando debería haberlas acariciado, haberlas levantado por el aire como si no pisaran la tierra, nunca más iban a pisar la tierra, pero el futuro está lleno de nuevo de pelea, y de peleas, de violaciones, de incomprensión, pobreza, de hijos, muchos hijos, y con  la lucha por la vida de nuevo; la vida que de nuevo es lucha para sobrevivir, no para vivir, no, no para vivir. La vida será lucha por un camastro de hierba y por una pobre  palabra agradecida y nada más: solo eso… la huida, el barco, el vértigo de la nada para volver a pisar otras tierras con los mismos zapatos.

Y la vida dará más vueltas , y los japoneses en Estados Unidos irán perdiendo hijos que van siendo otros, y van sabiendo lo que es tener que buscar la vida entrando por la puerta de atrás, por donde solo entran ellos y los negros, son los últimos de los últimos, nadie sabrá de ellos sino saltan sobre los pies, pero ellas y ellos, pero sobre todos ellas no aparentaran que existen, sumidas en su educación de siglos no levantan  la voz, ni la cabeza ni los ojos, no alzan la voz sumisas al mundo y a los hombres que la sojuzgan, que las vencen porque no se pueden defender, y la vida será trabajo, solo trabajo:  en la tierra, como en Japón, o en las casas, o en máquinas o en el tren… en la vida… Solo eso: toda la vida trabajando y todo el universo dándoles las espalda.

Un centro del universo que gira y gira y gira centrifugándolo todo, pero al que no pueden agarrarse siquiera a las esquinas,  a esas a las que  las manos callosas y heridas no podrán aferrarse siquiera a las heridas  de sus  marcos, ni siquiera a las espinas de rosas, esas –ellas- saldrán despedidas hasta perderse en el universo, lejos de casa.

Pareciera que el invierno no se iba nunca.


jueves, julio 04, 2019

TERCER LIBRO DE CRÓNICAS de ANTÓNIO LOBO ANTUNES.




TERCER LIBRO DE CRÓNICAS de ANTÓNIO LOBO ANTUNES
Mondadori   290 p
Traducción de Antonio Sáez Delgado

Siempre sorprende leer a Lobo Antunes, siempre te deja esa sensación de belleza:  belleza que reside en paisajes de la memoria, de la vida o de la imaginación que nunca pretenden ser amables; son sitios, dibujos o fotografías que enseñan  lugares que parecen inhóspitos o que no quieres volver a pasar, (no vuelvas al sitio donde fuiste feliz, decían mis libros, pero yo añadiría no vuelvas a un sitio que ya no existe, y no existirá nunca más), estas crónicas pisan siempre rastros de tristeza que a veces son tenues y a veces gritan., son un recorrido por el pasado que remueve entrañas y ojos; pero lo que sorprende, lo que me sorprende, no es solo lo pintado, el cuadro, sino que es el pincel, es la forma en la que están escritas las crónicas, los recuerdos; en ellos se descubre la poesía como un minero descubre oro en una mina abandonada, o un patrón un banco de peces en la nada del océano, se descubre la poesía de la belleza entre tristeza. Me estremece el sentido de lo bello y lo triste combinados hasta dejarte una sensación de que eso que lees te remueve y te conmueve, te asusta y te atrapa -yo también estoy entre sus recuerdos de los mismos hombres, pero los míos tienen otros nombres, o los mismos paisajes con diferentes soles, o son míos los recuerdos de olores con diferentes sensaciones o de paseos con otros zapatos, tienen sus músicas en mí otras notas, pero el pentagrama parece el mismo-.

Lo que lees en esas crónicas es parte de un libro de poemas,  pero sin versos, sin estrofas, pero haces un recuento de poesía, la pesas en tu básculas y ella llena más tu mente y tus ojos que muchos de los muchos libros de poemas que he leído en muchos años; sí,  nace el poema entre rastros de matojos, en la reñida oscuridad de la prosa o en la sensación de crudeza que destilan algunos textos, eso es algo que no puedo olvidar: porque podré olvidar las crónicas, olvidar los personajes, los sitios, los nombres, los sentidos de lo escrito por Lobo Antunes, pero me queda y me quedará la sensación de abastecerme de belleza, de versos refugiados entre prosas, de poemas ocultos entre frases sin punto y aparte, con la forma soñada del poeta que no quiso escribir versos. Lobo Antunes, dicen los textos profundos, es un escritor de novelas y crónicas, un duro lector y rector de recuerdos  de pasados a veces duros, a veces cariñosos, de recuerdos de niñez y de holgura que siempre revolotean sus hojas, o temas que siempre llenan sus hojas; el pasado, la guerra, la niñez, la locura, la tristeza, la soledad, Portugal…pero, yo siempre digo que es el más grande poeta que he descubierto, ritmo, atención , sonido, sensación, alegoría, sueños creados, sueños por cumplir, imágenes, repetición … todo hace de él, y a pesar de lo que él mismo dice de sí mismo, un poeta.

EL tercer libro de crónicas, no es nada diferente de los otros dos; todos son pequeños textos, pequeñas historias a las que no  hace falta, para hacerlos atractivos,  contar grandes aventuras, ni caer en profundos precipicios, ni siquiera necesita escenas de sexo ni de aventura, ni necesita, Lobo Antunes, atrapar al lector escribiendo un libro al  año, no necesita eso, porque lo atractivo está en la escritura y en el sentimiento de lo que escribe, sobre lo que escribe: el recuerdo, la vida, las personas, los amigos, los amores, los señuelos que te pone la vida, la vida que pasa…todo tamizado por la idea del escritor, de lo que piensa sobre todo; el libro no es un mero acontecer lineal o simplemente bello, no, lo que dice a veces te acuchilla y otras te acaricia, otras fustiga, pero no te deja indiferente; la indiferencia la dejo para lo que no llega, para el escrito blanco, para el color que no crece. La vida pocas veces sabe de poesía, pero hay veces que la poesía, esta poesía, sabe de la vida.

Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...