martes, septiembre 13, 2016

W O EL RECUERDO DE LA INFANCIA de GEORGES PEREC

















W O EL RECUERDO DE LA INFANCIA de GEORGES PEREC
w ou le sourvenir d'enfance 1975
Ed. Península 180 Pág
Trd. Alberto Clavería

  • Yo no tengo recuerdos de infancia -me dice Georges.
  • Y entonces, ¿ por qué escribir un libro sobre tu infancia? -le pregunto- y, además, ¿Por qué titularlo como lo has hecho? … El recuerdo de la infancia...
  • Porque recordar es rebuscar, es filtrar, es eliminar y aceptar las pequeñas o grandes imágenes que tienes en el cerebro. Y este libro me sirvió para limpiar de zarzas mi historia y encontrar los caminos que circulé, aunque a veces solo fueran estrechos pasadizos y...
  • Ya -insisto- pero no deja de ser un engaño al lector que le prometas tus memorias y en la primera página le digas, mas o menos, que no te acuerdas de nada o...
  • Ni miento ni engaño a nadie, -me responde Georges, acariciando de arriba a abajo su puntiaguda barba- porque también he dicho desde el principio que hasta los doce años apenas me quedan restos en la memoria de hechos que me sucedieron; y que por ello he intentado reconstruir mi pasado desde los lugares que sé que estuve, hablando con mi familia y con algunos de los pocos amigos que entonces hice y he podido encontrar.
  • ¿Crees que los has olvidado o los has querido olvidar? -le pregunto mientras veo que su gato entra en la habitación y salta sobre sus rodillas-. Pienso que tu infancia, por los años en los que discurrió, debe ser, para un niño judío como lo eras tú y por lo que sucedió a tu familia, un época de terror...la Segunda Guerra Mundial.
  • No sé si es, no me preocupa, un olvido obligado o uno necesario; para un niño como yo el escapar hacia la Francia libre, o cambiar de apellido o en refugiarme en un internado católico, era apenas más que un juego, que ahora veo peligroso, pero entonces solo era un juego al fin. La muerte de mi madre en Auschwitz no la conocí hasta acabar la guerra en Francia, y el alcance de todo aquello hasta mucho después -Georges se calla y mira al gato fijamente, parece buscar algo más allá de su figura-.

Creo que el pudor me hace callar un momento, pienso que si alguien puede querer olvidar algo son todos aquellos que perdieron a sus seres queridos, a sus amigos, o simplemente al vecino de al lado, o al que compraba el pan junto a él en la panadería del barrio. Sí, pero no lo hacen ni lo harán porque olvidar es injusto y cruel para con aquellos que dejaron sus vidas en las cunetas, en las cámaras de gas, en los tumbas colectivas con un balazo en la nuca... El hecho de ser judío, o gitano, o lo que sea que no fuera bien visto por los nazis suponía la muerte: por un apellido una bala, por una religión un gas, por una ideología una ametralladora, por una raza el exterminio...

Georges tiene los ojos cerrados y sigue acariciando al gato tras las orejas. Yo me pierdo en mis pensamiento no sé cuánto tiempo, hasta que miro los papeles que tengo en mi regazo, en ellos he escrito que el libro está compuesto por dos historias separadas: una sobre la vida de Perec y su familia, y la otra sobre la vida en una supuesta isla del Pacífico, W.

  • ¿Por qué escribir dos historias paralelas aparentemente tan diferentes? -Le pregunto de repente, y él parece salir de su ensimismamiento-.
  • Los libros tienen dos formas de mirarlos: por lo que cuentan y por cómo lo cuentan; de este modo se pueden encontrar dos caminos para explicar lo que quiero contar, por caminos paralelos llegar a un mismo fin. Necesitaba contar -sigue Georges-... Sí, contar mi historia, la que recuerdo...la mía y la de mi familia; pero también hablar de todos aquellos que no conocí, de todos aquello que se movían junto a mi: lejos y cerca. Tan lejos y tan cerca como la muerte y la vida.
  • Pero son dos histor...-comienzo a decir-.
  • Por otro lado -continúa, sin parar- escribir dos historias me permite hablar de la búsqueda de mis recuerdos, confirmados algunos, alterados otros; hablar de una realidad cierta para mí. Sí, una realidad que puede visitarse, tocarse tiempo después -Y al decir esto me mira con melancolía-. De este modo puedo confrontarlo con la metáfora de esa isla que aunque no podamos tocarla , ni pisarla, sí podemos olerla, porque apesta, y sentirla en los huesos.
  • ¿Pero -insisto- la historia de la isla de W, es una historia que comenzaste a escribir en tu juventud?
  • La escribí, y la sigo aún escribiendo, y la escribiré siempre, porque es la historia, como te dije, -Me mira un poco molesto por mi infantil insistencia- con la que cuento, acaso, lo que quise olvidar y, en cualquier caso, recuperar y reconstruir lo que comencé, comenzamos, a conocer tras la caída de los nazis.
  • Comenzar...
  • Y -continúa, y me sigue mirando fijamente con esos ojos semicerrados, no sé si por las ojeras o por el cansancio- a veces se dice que contar tu pasado, tu historia, es hacerte una limpieza del cerebro, pero esa no era mi intención. Mi intención en el libro no es hablar de mí, es hablar sobre mi madre, sobre mis abuelos, sobre todos aquellos que se quedaron en el camino, por una razón tan cruel como bárbaramente estúpida.

La historia que cuenta Perec en esa narración paralela sobre la isla de W, es acerca de un lugar distópico, cruel, sucio, extraño, donde las personas rigen su vida por el deporte...

  • ¿Por qué el deporte? -le pregunto.
  • Porque para algunos matar fue, y es , un deporte. Y ya no sólo matar, sino el ser cruel, el ser poderoso, el dominar a los demás, el humillar, vencer, pisar, destrozar las vidas es un ejercicio que parece tonificar sus músculos, renacer su espíritu. La mente humana, el cuerpo humano, no deja de ser, muchas veces, el refugio de gente que no solo está podrida, sino que pudre el mundo que le rodea. -Georges se altera y se levanta a encender un cigarro-
  • Es cierto -le digo mientras él mira con fijeza la llama de la cerilla- .

Hace un aro con el primer humo del cigarro, que se eleva y desaparece en el techo oscuro.

  • ¿Pero escribirías el mismo último párrafo dentro de 10, 15 ó 20 años?.-le hago la última pregunta-
  • ¿Por qué me lo preguntas? -Me contesta algo alterado, cerrando los ojos hasta que solo son una línea negra-.
  • Por que encuadra tú libro en la época concreta que has terminado el libro, en una situación política y social exacta, lejana a lo que cuenta realmente el tema del libro...
  • Por supuesto que lo haría-exclama Georges algo enojado- podría escribir el mismo final, mañana y pasado y dentro de 41 años, con distintos nombres pero igual resultado, y no variaría nada lo que digo, porque permitimos que los mismos hechos se repitan una y otra vez, invariablemente; y los mismos  perros de presa continúan existiendo, pero con diferentes amos y cadenas. Siempre es la misma historia...


Oscurece en la ciudad, no sé cuál es el lugar en el que estoy, no se lo he preguntado, no creo que importe. No existe el tiempo ni apenas espacio en este lugar. En las paredes se ven unos cuadros de paisajes recortados con forma de puzzle, encima de la mesa luce un viejo bilboquet. Estoy donde debo estar en este y en cualquier momento; todo es eterno entre letras. Miro por la ventana y el cielo parece enrojecer y arder,-mañana hará buen tiempo-. Acaso  nadie de nosotros lo verá.

wineruda








11 comentarios:

  1. Hola Wineruda. Tengo muchas ganas de estrenarme con Perec. Nunca encuentro el momento.

    Recordar es rebuscar... (me quedo pensando). Recordar es "volver a". Nunca el recuerdo es puro, como quien vuelve a ver una película y las escenas y los actores y lo que sucede es lo mismo. Aún así, la misma película puede decirnos cosas distintas en visionados distintos. Recordar es como volver a hacer la película, reescribirla (en nuestra mente, porque lo sucedido ya no cambia).

    Un abrazo

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    1. Hola Ana
      Cuando estudiaba en la universidad, las grandes cantidades de hojas de apuntes solo podía recordarlas , rememorando los dibujitos, colores o tachones que en ellos hacía, jajaj. Ahora, pasado el tiempo y caídas alguna neurona más, mas o menos hago lo mismo para recordar en concreto mi niñer, con lo que, por desgracia, solo recuerdo lo poco esencial, y lo raro (el dibujito y el tachón) ;)
      Siempre es extraño el recuerdo, a veces solo te quedas con lo malo, para que no se repita, o solo con lo bueno, pensando que algo fue mejor de lo que fue
      un abrazo

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  2. Me has emocionado profundamente, tengo un nudo en la garganta y te aseguro que no me acostumbra a suceder leyendo una reseña aunque vaya por un camino muy personal, que no es el caso de la tuya (al menos de forma explícita).

    Es un tema, el de la maldad que ocasionó cien millones de muertos en Europa entre 1914 y 1945, que me tiene secuestrada, cautivada, necesitada de encontrar respuestas (no sé cómo llamarlo). Dice Steiner que Europa se suicidó al matar a sus judíos en La idea de Europa. La destrucción de seis millones de judíos europeos, la destrucción del mundo de Mahler, Alban Berg, Hofmannsthal, Broch, Kafka, Celan, Karl Kraus, Walter Benjamin, fue la destrucción del espíritu europeo, de la idea de Europa. Con la pérdida de esta idea no quedó nada de Europa excepto una entidad sin cultura, sin alma, puramente geográfica, económica. O sea hoy mismo se reafirma que eso es Europa.

    Sobre los recuerdos de niñez... tengo bastantes de mis juegos en la calle en un barrio obrero de Zaragoza, cuando la calle podía ser espacio de juego y aprendizaje... y otras cosas.

    De Perec tengo pendiente de lectura, La vida instrucciones de uso, pero esta pasa a mi libreta inmediatamente.

    ¿Puedo preguntar el significado de Wineruda? Si es que no, pues no pasa nada :))

    Un gran abrazo!!

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    1. Hola Laura
      Se nota que te llegan estos temas, a mí también, desde hace muchos años, aun tengo pendiente un libro que no me atrevo a leer "reportaje al pie de la horca" de Fucik, ni me atrevo con “las benévolas” de Littell, y otros muchos que tengo que leerlos cuando tenga la predisposición a no ponerme malo leyendo este tema.(cosa que me pasó con la trilogía de Auschwitz de Primo Levi)

      En cuanto a Perec, empieza por donde quieras pero empieza :) Es un tipo especial, debes acomodarte a su ritmo, pero no lo dejarás nunca.

      En cuanto a wineruda..Bueno es simple, hace muchos años en un foro de literatura lejano, escribía con el nick de Neruda- mi poeta favorito ahora y siempre- pero pensé que era muy pretencioso llamarme así, de modo que puse por delante el WI, de Víctor -mi nombre- ¿cómo y por qué puse esa W? ' pues no me acuerdo, pero seguro que fue después de alguna reflexión sesuda :)

      un abrazo, me emociona que te haya emocionado
      gracias

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  3. Hola Wineruda.
    Reconozco que me has dejado impresionado con ese diálogo (o entrevista) que te has marcado con Perec, simplemente brillante, aunque ya nos tienes acostumbrados, te felicito.

    A lo largo de estos años blogeros he leído numerosas referencias a Perec en los blogs, viendo como genera una cohorte de entusiastas, y esto me hace pensar que algo bueno me estoy perdiendo. Que le guste a un lector exigente y agudo como tú, hace que el viento sople más a favor, le tendré que poner en la lista de los prioritarios (que de pequeña tiene poco… en fin).

    Además, observando su imagen no cabe duda que era un tipo peculiar, excéntrico podría decirse. Y, ¿sabes qué? Me viene a la memoria otro autor francés, contemporáneo, Houllebeck, un escritor que, sin haber leído un libro suyo aunque sí numeros artículos de prensa, no es santo de mi devoción, su provocación me parece una pose, sí, un tipo algo impostado…

    Bueno, lo que te iba a decir, me viene a la cabeza… como decirlo, parace que Houllebec pretendiese ir un poco de Perec, (eh, mirad, aquí estoy yo, soy un tipo excéntrico, un enfant terrible… ¿es que no lo véis?), se quiere poner el traje de Perec pero le queda grande, creo que se me entiende.

    Lo sé, una impresión basada en hechos nada empíricos, jajaja. Reconozco que mi parecer es un tanto estúpido, seguro que Houllebeck es un magnífico escritor, pero tengo esas corazonadas…

    Interesante lo de tu nick :)

    Un abrazo Wineruda


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    1. Hola Paco, gracias por tus palabras, me gusta que te guste.

      En cuanto a Perec, no, no creo que se parezca nada a Houllebecq, la verdad es que no viví la época de fama de Perec, es más, no sé si la tuvo, pero por esa misma razón, Perec, era un genio que seguía su planteamiento literario, el era del OULIPO<: inventaba, creaba, seguía unas pautas sin importarle lo que opinaban la gente de él (sus repeticiones y listas de cosas puede-y lo hacen- espantar a más de uno) No necesitaba provocar ni política ni socialmente (eso es cutre, eso es pose, eso es egocéntrico, eso es puro sentido mercantil) Un escritor escribe sus ideas, no las pregona y luego las sustenta en sus libros. Perec , era de otra época, era de otros sentido de la literatura que unía a Queueau, a Mathews, y en la profunda lejanía a Grillet o a Butor, que buscaron caminos de la literatura distintos, al modo del oulipo pero por el lado contrario :) ¿que Houllebecq quiere ser un poco Perec ? trabajo y talento le va a costar...;)

      un gran abrazo

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    2. Hola Wineruda.

      Esas expresiones enfáticas entre los paréntesis: (eh, mirad, aquí estoy... bla, bla),se las atribuía a Houllebecq, a Perec ni por asomo, le veo un tipo que no necesita nada de eso, y mis impresiones sobre Perec iban en la línea que tu has aclarado, leyendo mi comentario,por donde el paréntesis, es verdad que parece un rapapolvo para el pobre Perec, pero el "regalito" iba para Houllebecq. Hilaré más fino la próxima vez :)

      Un abrazo!

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    3. UY . Paco. Perdón!!

      No pretendía que pensarás eso, te entendí, lo que Houllebecq me provoca es cierto enfado. Te explico: tengo (tuve) tres libros suyos, ” El mapa y el Territorio”, “Plataforma” Y “las partículas elementales”(el primero comprado , los otros regalados) he empezado los tres, les di oportunidades, los quise leer , de veras, pero no pude con ellos, no pasé de la página 70 u 80: Luego comencé a verlo , no como un creador de soluciones que pienso que debe ser un escritor, sino como un creador de problemas que es lo que es, el escritor cascarrabias y oportunista me repatea. Así que lo olvidé, regalé sus libros, menos uno que anda por ahí y no sé dónde está :)
      Un abrazo cuídate

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  4. Hola Wineruda
    Me he acercado a visitarte y me he encontrado con una interesante entrevista, de esas que a mi me gustaría hacer a autores a los que admiro.
    No he leído nada de Perec pero me ha gustado esta reflexión sobre el recuerdo, hecha por alguien que escribe como le gusta, al margen de modas y sin importarle mucho lo que opinen de él, algo que parece contradictorio para un escritor que "necesita" al lector, aunque quizás esa libertad en sus escritos es lo que precisamente gusta al lector que se acerca a él.

    Para mi, los recuerdos no son estáticos, van variando con el tiempo, tamizando de una nebulosa a la que algunos aplican colores, o más claros o más oscuros, en función de lo que se quiere recordar. Y con los años te das cuenta de que recordamos en función de lo que ha sido importante para cada uno y que un mismo recuerdo compartido se fija en historias que son completamente distintas, complementarias quizás pero muy diferentes.

    Un saludo

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    1. Hola Conxita

      Perec es un tipo particular, entiendo que es de esa raza de escritores que odias o amas sin remisión, creo también que “la vida, instrucciones de uso” es una novela extraordinaria, vértice de la pirámide de novelas del siglo XX; superior, para mí, a las grandes novelas que se repiten en los libros de texto de primaria, secundaria,.. esos manuales tan aburridos como previsibles. Si un día te decides, empieza con la mejor, con esa, y te atrapará.
      Perec habla mucho de los recuerdos en muchos de sus libros, son parte de su forma de escribir, son parte esencial de ello.

      Encantado de encontrarte aquí
      un saludo

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  5. Win: Acabo de leer la reseña de este recuerdo de infancia. Guiándome únicamente por el color ( que yo conozco) que adorna tu estilo de escritura, creo estar frente a uno de esos camafeos extraños y casi imposibles de hallar por estos lares. No enloqueceré buscando sinónimos de grandeza ni el arte para una obra de Perec. Sé con quien estoy tratando. Su mundo de cosas, de vidas, de todo lo que él quiera liberar de los aposentos de su cerebro, es único. No hay más para decir. Lo que sigue, lo sabes de sobra. Comienza a funcionar la máquina que dura lucha mediante me lleve A MÍ A SUS MANOS, no sé si ello es posible.Lo posible es una palabra que está enraizada profundamente en mi abecedario; lo contrario, lo imposible aún no la he incorporado, tú lo sabes de sobra. Por el momento me contentaré con tus reflexiones, giros y contra giros, marchas y contra marchas; en fin, en lo que es un festival con boletos de obsequio que como siempre has tenido la bondad de obsequiárnoslo.Pero hoy, ya es un vicio propio. Ostias, con este vasco; deja ya de hacerte de enemigos,leyendo y comentando autores que nunca subirán al mismo tren donde viaja la famosa chica.
    Abrazo, grande, siempre.

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