miércoles, mayo 24, 2017

POESÍAS (1927 -1938) de SANDRO PENNA




POESÍAS (1927 -1938) de SANDRO PENNA
Signos 132 Pag
Versión  Eduardo Domínguez

Lo escueto o lo prolijo, lo esencial o lo poblado de pistas -huellas , indicios- para encontrar el camino o el ritmo o , quizá, la mentira o la verdad de unos versos, pero... ¿dónde buscar la poesía? La poesía se busca, y se pude encontrar en todos los lados, en los más prosaicos y en la belleza absoluta, la belleza objetiva y real, pero siempre siempre en la cabeza del lector, pero no de los lectores: la del Lector, el de la unidad, Y en todos los lados, la poesía te -a ti, único lector, quizá el que acaba con todo- te abre todas las puertas del mundo, todas las rotondas te llevan al mismo destino, a lo mejor a los cruces de camino donde esté el diablo -vendiendo o comprando almas-o no lo esté, vigilándolos. O te lleve donde el poeta te muestra el destino límpido, fácil, recto, allí donde están sus caminos y sus libros cubiertos de señales y pistas y señales de tráfico que lleva al mismo sitio,. Camino que, secreto de los secretos de los secretos, es el cerebro, y allí en el cerebro, la sensibilidad, y dentro de la sensibilidad la inteligencia ¿la inteligencia dentro de la sensibilidad? Sí, por supuesto, no puede existir un poeta-ni un lector- inteligente sin ser sensible, solo puede ser sensible si la inteligencia de sus propuestas, de sus vidas contadas y creadas -y creídas- o inventadas o dibujadas, o sugeridas o queridas o merecidas o expulsadas, o escupidas, , cualquiera de esas , sus imágenes, desbordan su cráneo, ojos, boca, sus salivas, poros y venas que explotan para convertirse en señal de vida, no de muerte sino de que está vivo -y está vivo el lector-, que ahí hay, hubo y habrá vida.


La vida...es recordar un despertar
triste en un tren al alba, haber visto
afuera la luz incierta, haber sentido
en el cuerpo roto la melancolía
virgen y áspera del aire penetrante

Recordar sin embargo la liberación
inesperada es menos amargo: a mi lado
un joven marinero: azul
y blando su uniforme, fuera,
un mar de color intenso.



Sandro Penna, escribe como si lo hiciera con las viejas plumillas de los escribientes de tintero y secante, donde no puede escaparse una raya, una gota, un mal guión; no puede salirse del extremo de la página, ni corregir un mal gesto, por ello su escritura es milimétrica, pensada, sentida, aguda, encaja en el papel como si tuviera un patrón encuadrado en los versos, llenos de belleza, de estricta y apuntada belleza. Con un patrón para escribir, y un patrón para lanzar el ancla que fije la poesái en su sitio, sin que se la lleven los malos tiempos.

Me habían dejado solo
en el campo, bajo
la fina lluvia, solo.
En silencio me miraban
maravillados
los desnudos álamos; sufrían
de mi pesar; pesar
de no saber con claridad....

Y la tierra húmeda
y los negros montes altos
vencidos callaban. Se diría
que un dios sin bondad
hubieses con un solo gesto
petrificado todo.

Y la lluvia lavaba las piedras.



Sus poemas recorren un espacio de tiempo que se mueve por las estaciones del año como si llevaran un recorrido por un mundo que varia por las estaciones y en el que el mundo se conservaba estable, sereno, sin movimiento, y solo cambiaban el paisaje lleno de lluvias, soles, hojas cayendo... como un mundo donde lo humano parezca inmutable , pero lo que le rodea lo hace distinto, hace que la inmutabilidad se rompa porque el hombre, el poeta, el amor del poeta, el mundo del poeta, la vida -su vida- varía con las estaciones, con los humores y los amores destinados a ser o no ser porque como el viento cambia en invierno, el sol desnuda el mundo y los cuerpos en verano




Si tras la ventana iluminada
un joven duerme, en la noche estival,
y sueña
Un tren pasa veloz
y va lejos
El mar es como antes


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El mar es azul.
El mar está en clama.
EL corazón , apenas un grito
de alegría, y todo está en calma




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SI estoy abatido vago entre la multitud
de los barrios periféricos. Mas la humedad
días del invierno me deja triste y solo.
A bocanadas suben a la calle efluvios
salidos de un gimnasio subterráneo.
Donde jóvenes y fieras desudan asaltan
a enemigos imaginarios, abajo el resuello
entrecortado.

Un viejo mendigo mira
conmigo, la escena sin nostalgia




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FALSA PRIMAVERA

PLÁCIDOS gatos, amantes
(en el césped la hora está quieta)
de vidrios relucientes

Torpemente felices,
del olor a cuartel
se despojan los soldados.

Mas efímero es a los vacuos
anhelos el sol que amas,
En el áspero crepúsculo, el cielo
a las ramas secas es grave.



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FANTASIA PARA UN INICIO DE PRIMAVERA

TUS infernales ojos
ya no me miran
siento en mí alas
que nacen. Y miro a los alto

Susurran verdes prados
ligeros trenes negros
que olvidan, felices,
las estaciones de ayer.
Donde-detenidas las horas
en atónitos relojes-
vuelve un confuso amor
a las cosas errantes.

Partir aún es fácil
si tus espaldas dejas
-desmemoriado- la nieve
que desciende del fondo del valle.

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YA me habla el otoño. En el oscuro
alfeizar, en silencio, escucho cómo mis pensamientos
se pliegan bajo el viento de poniente
que se abate sobre las hojas de mis negros
árboles, vivos solo en la noche.
Luego me recojo en el lecho. Y me saluda
el canto de un muchacho que la noche
cruel, inicia: la vida no cambia.



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VENTANA

TODO pesar se HA venido abajo. Llueve
tranquilamente sobre la eterna vida
Allí en el garaje, con su motor
se ve -a lo lejos- un joven obrero

Cierro el libro y me acerco a aquella
vida lejana, pero cuál es la verdadera
no lo sé.
Y no lo dice el nuevo sol.


La poesía de Penna lleva consigo la expresión de su amor homosexual, pero siempre llevado por la sensualidad, nunca por la sexualidad ni explícita , ni excitada, ni siquiera exigente, es una sensualidad casi lánguida, casi derrotada, siempre fiel y sensible. Su mirada lleva a la expresión por lo bello, o lo admirado, o lo posible y lo imposible, por los momentos felices por presentes o felices por posibles incluso por imposibles; por ser , por poder ser, porque las cosas son como las imagina el poeta, y como tal son tan verdad como si estuvieran ocurriendo ahora, en este mismo momento, exacto.


Las estrellas siguen inmóviles en el cielo
La hora de verano es igual a otro verano.
Pero el muchacho que delante de ti camina
si no lo llamas nunca será el mismo

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Llueve sobre la ciudad. Llueve sobre el campo
donde encontré, bajo el sol, al dichoso amigo.

El, en edad delicada, tiene el corazón vago.
Y en mí seguro que no piensa. Mas inocentes
pecados, la lluvia me reaviva.

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LAS negras escaleras de mi taberna
tú desciendes todo empapado de viento.
Tienes un bonito pelo
que cae por encima de tus vivos ojos
en uno de mis firmamentos
remotos.

En la humosa taberna
huela a puerto y huele a viento.
Libre viento que modela los cuerpos
y mueve el paso de los blancos marineros.

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Salgo de mi trabajo repleto
de áridas palabras: mas en la cancela
los dioses han colocado para contento mio
a a un muchacho que juega con el tedio.



Todos los poemas que en este libro de Penna que abarca entre los años !927 y 1938 son poemas cortos como sentencias, azules como mares -a veces celestes, a veces verdosos , a veces tristes como los del invierno- son poemas que no esconden nada, no busquen cuevas y hondonadas ocultas a la vista, son como expresiones de una mirada desde una ventana o un silla en en el punto más alto y en el suelo de la ciudad donde ocurre todo, en una ciudad que pudo ser cualquiera donde pasee la belleza

ESCUELA

En las mañanas azules
filas esbeltas y negras
de colegiales, Reclinados
luego sobre los libros, Banderas
de nostalgia campestre
los árboles en las ventanas

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EL BALCÓN

LE asombraba al muchacho inmerso en aventuras
entre libros lejanas, de las casas residenciales
el monótono canto de las criadas
-la verde lasitud de las primavera

Vacíos destello sobre el maravillaban.
Mas el negro
cortejo lento de los seminaristas
en la orilla lejana dibujaba
.tioadíva- vastas fantasías de viajes.

Deslizábanse nubes de mármol
doradas sobre el apagado monasterio.
Volvía del cementerio ligero
por las calles del pueblo un carro negro.


Y las cosas vuelven, nada cambia, porque todo se repite, y los pequeños y grandes cambios apenas tiene tiempo para variar porque todo vuelve; pasa el tiempo , los años, y todo vuelve; el amor, la vida, el amor silencioso inmutable, los vientos, que no se mueven de su lado, del del poeta, ni los pájaros, ni los árboles, ni las ciudades, ni el amor, ni los pájaros, ni las mil estaciones, todo vuelve, a ser como antes, o así lo espera le poeta
porque los poetas siempre quieren que la vida sea como ellos quieren, perfecta


OH desolado al alba
vuelo de bajas golondrinas
sobre al ciudad desierta

Volverás entre las suaves
partículas de primavera
entre fulgentes coches
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Es tan agradable encontrarse
en una aldea desconocida.
Un chico con buzo pasa a tu lado

Tú piensas en su vida
-en la mesa que el espera.
Y en la cansada bicicleta
en que la que se apoya.

Y tú sigues en al carretera
desconocida e infinita.
Solo le pides a tu vida
que siga finalmente como es.



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POR el viejo barrio
no vive melancolía.
Viven los jirones una vida delicada
que el sol dora, Y así será


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VIVIR quisiera adormecido
dentro del suave murmullo de la vida


wineruda

6 comentarios:

  1. Estimado Wineruda, sorprendes, creo que este espacio que has creado se parece más a una vidriera (escaparate) -de libros-, que a un atlas.
    Por la vidriera pasas, miras, te detienes si algo llama tu atención, entras, preguntas, tocas, -ya van la mitad de los sentidos-, y si la relación precio/calidad es la adecuada o el antojo puede más que la razón, compras.
    Aquí es lo mismo, desfilan las palabras y sus autores siguiendo el ritmo que nos impones, y así.
    En mi caso digo no a O'Hara, un egresado de Harvard, pero no, sugiero lean un poema que escribió sobre A. Machado, Penna quizás, tiene algo de Ruben Darío, pero no, decididamente no es mi tipo, y así, deteniéndome en esta vidriera de almuerzo en almuerzo, esperando la llegada de los existencialistas, descuento habrá un tiempo para ellos.
    De manera que gracias desde un otoño un tanto desdibujado. Por estas tierras el transcurrir de las estaciones no sería el hilo conductor de este autor, todo se parece, alguien se las llevó, Selva

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    1. Hola Selva
      Siento que no te guste Frank, tengo varios libros de antologías en las que escribe poemas "más tradicionales" pero para mí este es O´hara, y el que más me gusta.
      En el caso de Penna, se puede ser como Pasolini que lo llamó el mejor poeta del siglo o se puede ver desde el punto de vista del que su poesía es demasiado simple, pero eso es la poesía, entra por la mente no por los ojos así que nunca tenemos las mismas gafas, y no valen.
      No sé si son vidrieras, probablemente sí, pero de una libreria muy rara muy rara que voy cambiando de escaparate cuando algo veo que es diferente, para leer a los de siempre tengo todo el tiempo del mundo, a veces me puede la vagueza y se me han quedado en el camino (Handke, Agee, Berger..) pero las vidrieras estaban recomponiéndolas de algún animoso seguidor de banksy de andad por casa)
      un saludo

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  2. Tal vez sea como dices; “los poetas siempre quieren que la vida sea como ellos quieren, perfecta”.

    Entonces se podría ver a la poesía como una manera de presentar la vida del modo que uno desearía, lo malo es que si se cumple el deseo la poesía muere, está viva mientras recorre el camino.

    La poesía se tiene que alimentar de la imperfección para exponer “su perfección” de la vida. El paso del tiempo no es perfecto o imperfecto, el mar no es perfecto o imperfecto, el otoño no es perfecto o imperfecto… Y sin embargo necesitamos a los poetas para que la angustia de tanta indefinición sea más llevadera.

    La angustia pasa por el tamiz de la poesía para transformarse en sensibilidad, ese es su poder. Tú lo has dicho de una forma preciosa:

    «Camino que, secreto de los secretos de los secretos, es el cerebro, y allí en el cerebro, la sensibilidad, y dentro de la sensibilidad la inteligencia ¿la inteligencia dentro de la sensibilidad? Sí, por supuesto, no puede existir un poeta-ni un lector- inteligente sin ser sensible»

    Un abrazo Wineruda, y cuídate.

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    1. Razón tienes con lo que has puesto, no creo qeu estuviera brillante en generalizar esa frase
      los poetas siempre quieren que la vida sea como ellos quieren, perfecta"
      Porque noe es cierto para todos, ni mucho menos, quizá debí sustituir que quieren que la vida sea como la poesía, perfecta en sus sentido y forma, imperfecta en su exigencia, nadie debe exigir la perfección: cierto que la perfeccion es para algunos una borrachera de whisky y para otros un piedra llena de liquenes, yo prefiero la primera...:)
      cuídate
      gracias por dentenerte en ver esa cosa ilógica que escribí, seguro que era por algo de ese whisky ( o mejor ron) ;)
      cuídate del ron
      un abrazo

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  3. ¡¡Qué hábil!! Ahora te alias con Penna para volver a recomendarme que no abra el paraguas:

    Me habían dejado solo
    en el campo, bajo
    la fina lluvia, solo.


    Es eso, desde luego, la sensibilidad es necesaria para poder vivir la poesía como tú lo haces. Me iría corriendo a la tienda virtual en busca de este libro, pero ahora tengo muchas lecturas propuestas que tendré que atender.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Sandro Penna es un gran poeta, lo que pasa es que por España eso no sirve,....
      un poeta bueno ? para qué? habiendo anuncios de televisón de lo más guays- y rimados, cuidado!!!...-
      cuídate

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