Tiziano: Ninfa y Pastor, de John
Berger y Katya Berger
El trabajo en el arte de los hombres debe conocerse desde dos
puntos de vista; desde el que lo hace y del que lo ve, del que lo construye y
del que lo disfruta, del que lo describe y del que lo piensa, del que lo imagina
y del que lo toca, del que lo sueña y del que se despierta con él.
La suciedad: lo manual, lo sensible, lo terrenal, la vida, se
acumula en los sueños de los creadores, en el arte, en el artista, en la artimaña,
en el palimpsesto, en el trampantojo, en la vigilia de
los creadores, en el
artefacto, en el artesonado del cielo y la catedral, en la arteria vital
que une el arte con la realidad ; pero
no se acumulará en el sueño de los dueños,; porque unos acarician el arte, lo artístico, y otros lo golpean; crear es golpear mirarlo es acariciar con los
ojos, con la mano, con el pensamiento, crear es golpear con la fantasía, con el
pensamiento , pensar, pensarlo, de nuevo una y mil veces. Las cosas se crean
dos veces cuando se inventan y cuando se reinventan cada vez que alguien lo
mira, y esas dos veces se multiplican por las veces que el arte es mirado,
leído, acariciado, tentado, sentido, amado o soñado en cualquier noche de
pesadillas de duelo.
John Berger y su hija, Katya, hablan a través de un
intercambio de cartas, sobre la vida y el arte: la vida en Atenas, allá donde vive ella, y el
arte, que es el impulso vital de ambos, en el que recrean esa vida que antes describen
y su mundo, rodeado de creación y sueños. Tiziano será la clave del arco que soportará la reflexión
sobre el arte, sobre la pintura y la vida, será la dovela que soportará el
dique de sus pensamientos. La pintura de Tiziano como expresión de simultaneidad
entre creación y vida, como nacimiento de lo artístico dentro de lo humano, y
de lo humano dentro del arte, la vida conseguida por los pinceles, por las
pinturas, el aceite, por los movimientos
leves de los dedos, pero sobre todo de la mente. La creación no es técnica,
dicen ambos, la creación nace del impulso, de la relación entre los visto y lo pintado,
entre el reflejo el espejo, o la matrona que sale en las pinturas o la ninfa, o
la modelo que enseña los pasos por donde debe seguir el pincel y la pintura, el
tono del color, la textura que da a las manos, a la caricias, a los ojos, a los
pechos que serán voluptuosos ; la vida salida bien de las raíces de lo real, bien
nacida en el cuadro, como podría nacer
en los ojos; sí, nacidos en los cuadros para los ojos, nacidos en los ojos para
los cuadros. El mundo real, una mano, sale del cuadro y su pelo, sus uñas, su impulso
de acariciar o matar, solo puede pararlo la pared invisible que separa el sueño
del arte; la vida solo refleja, impresiona
si es real, lo real nace del amor y del impulso del creador, el dios que está detrás
de Dios, el Dios que está detrás del dios. El Tiziano que dominará el mundo, que nacerá
para ser el creador, el nuevo creador que desde la costilla de las paletas, de la
carne por la carne, creador desde las pinturas para y desde la carne; pinturas que rezuman sueño y vida que rezuman sangre y potencia; potencia de poder existir. Existir para nacer
en los ojos, en los sueños, la cara, en los ojos; y muerto después de nacer,
nacido tras la muerte, el sueño de los hombres el sueño solo cumplido por los
dioses, cumplido por Tiziano. Lo pintado, el arte, solo está vivo si nace del
impulso de crear más allá de reflejar,
impersonalmente o maravillosamente una figura o un paisaje o una vida o una
muerte, no, el arte es arte si nace desde el impulso vital de crear, desde la
obsesión, desde la explicación de lo reflejado, desde la explicación del
sentido de lo hecho; no hay más, el arte es arte si hay vida en él.
Katya habla de Atenas, habla de una vida nacida para ser
enseñada, la gente se mueve porque se conoce; las olas, como los vencejos, se mueven
bajo el impulso de la naturaleza, los hombres, Atenas o los pintores comoTiziano se
mueven bajo el impulso de lo vivido, de la naturaleza, viven porque le da vida
lo que le rodea.
Los sueños expiran cuando se enciende la luz, cuando nace el
día, solo los que saben de la vida, la verdadera vida, son los que se mueven en
el día como en la noche, creando cosas que son reales más allá de sus movimientos
internos, más allá de los giros dela sangre, del bombeo de los corazones, más allá
de lo que pensamos sobre la vida, que solo es lo que surge tras las cadenas que nos
atan al suelo. La lucha es la vida porque es la verdad, y siempre estará tras las
puertas que abrimos cada día, la oscuridad detrás de ella solo se ilumina, si
alguien, o tú, has creído que eso es real, has creado vida tras esa puerta,
tras todas las puertas que tengas en tu vida.
Tiziano será, en sus palabras- en las de Katya y John- el
pintor, el hombre, el dios, que acariciará los mundos con sus manos que
traspasan marcos y habitaciones, será el pastor que lleva a los que lo miran
hacia su propio mundo, en el que la vida será feliz o infeliz, será terrible o
no lo será, estará viva o no, según su mano, su decisión, su voluntad de crear,
de crear pintura y de crear vida, lo decida.
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