PAPELES ÍNTIMOS DE CLARA Y ROBERTO SCHUMANN
Editorial Horizontes
Selección, traducción y notas de F. Izquierdo
Es un viejo libro de hace, supongo, más de 80 años; su
cubierta es de un verde apagado por los
años, y sus hojas amarillentas en las que, de cuando en cuando, entre hojas
apartadas, aparecen manchas de humedad y
óxido; son las señas de tiempos en almacenes más que en una biblioteca al uso.
En la portada Robert Schumann, (Roberto para el traductor) y de Clara Schumann
miran como encajados en esos pequeños colgantes en las que los enamorados del
siglo XIX guardaban dibujos o pequeños recuerdos de sus seres más queridos. Y supongo
que eso es el libro, un guardapelo, un relicario de palabras, de verbos y recuerdos,
de declaraciones de amor y de tristeza, un contenedor de desdichas y alegrías,
de triunfos y de notas musicales. que muestran la vida del matrimonio Schumann.
Y lo muestran a través de las cartas que se cruzaban entre ellos desde el
principio de la relación, hasta los diarios de la propia Clara, o el diario
conjunto que escribieron toda su vida juntos. Además, aparecen cartas de amigos
y a amigos o familiares. Todas, supongo exceptuando las primeras en las que aún
su fama, su mundo, su futuro, estaba por nacer y crecer; todas, escritas con
esa sensación de ser para la posterioridad, para un público posible, para una
necesidad de mostrar al mundo los sentimientos; cosas acaso ajenas ahora,
incluso extrañas, pero que eran comunes en un mundo en el que la publicación de correspondencias o epistolarios
era común y aceptada.
EL libro es, como dije, un recorrido por toda la vida
conjunta de Roberto y Clara Schumann, y del mundo que los rodea, de sus
opiniones sobre la historia que les tocó vivir, hablan sobre ellos mismos, sobre
el amor, sobre otros músicos ahora famosos o no, sobre el arte, sobre los hijos…sobre
todo. Pero en especial es la historia de Clara Schumann, por un lado, por que
sobrevivió muchos años a su marido, por otro por la intensidad de la vida de
ella, por su carácter, por sus luchas, por su defensa de su vida (hijos,
marido, música, amigos…) ella, sin ser la que protagoniza la fama de ese matrimonio,
no es el genio de la música que fue Roberto Schumann, sí es una mujer
extremadamente interesante.
Todo gira, a pesar de ser sobre músicos y música, o por ser música, alrededor
de la vida, todo es vida en este libro, sus cartas de amor juvenil, sus amores
escondidos del señor Wieck, padre de Clara, que rechazaba la unión, sus amorosos
y decimonónicos desvelos y sufrimientos de separación y preocupación, sus
huidas , sus encuentros furtivos, sus cartas a correos escondidos, desembocan
en más vida, en el matrimonio con muchos hijos, y el desvelo por el dinero, y
por el triunfo, por la compresión. Y Roberto luchando con su genio, con la composición,
con la creación, con el continuo crear de música y sus necesidades económicas… Y ella, ya asentada como famosa pianista, como creadora de una fama que superaba
a su marido en algunos momentos, hasta que él comienza a publicar y dirigir sus
sinfonías, sus sonatas, sus sobras para piano,….pero, aun así , pasa a veces,
que toda esa incesante creación y trabajo no pueden acoplar y compensar, y pagar los
gastos de los 7 hijos que va a tener la
pareja. Toda la vida se resume en el sufrimiento por la enfermedad de Roberto
Schumann, que irá degenerando mentalmente, hasta su muerte.
Tras ello, tras la muerte de Schumann, la vida de Clara será
la creación musical, pero sobre todo y ante todo los conciertos de piano con
los que recorrerá toda Europa, con la doble necesidad, triple a veces, de
sostener a su familia económicamente, exponer su arte y dar, más, a conocer la
obra de su marido. Todas las cartas y todas las entradas del diario que aún
escribe y que era el que compartía en vida con Roberto, son señales y
expresiones de un temperamento extremadamente culto, inteligente y sensible.
Sus cartas hablan, y hablaron, del amor por Roberto, antes y después de su
muerte, pero, sobre todo, cuando sus vida fueron los conciertos, habla de arte,
del arte de la música, del arte de su
marido, del piano, del mundo, de los públicos, y hablará , y es un documentos
excepcional, de cómo se tomaba la música en aquella época, y el recorrido por
los sentimientos musicales propios, pero también de todos los públicos por los que pasa, por
los viajes extenuantes por las estepas
rusas, o por pequeñas ciudades sin concomimientos, todo por ganar dinero y,
enseñar su arte, ella era consciente de ser alguien especial que daba vida a la
música.
Clara Schumann Piano Concerto Op.7 por Guoda Gedvilaitė
En todos los escritos, fueran cartas o el diario, sea con
Clara o con Roberto, aparecen también expresiones de cómo debe entenderse la música,
o cómo se entendía la música tanto para el que la componía como para la que la
tocaba(y también compuso) hay una frase expresando , Clara , su crítica a los
músicos ingleses, que decía que ellos entendía la música como un negocio,
cuando la música es arte, la música era otra cosa a pesar de sus necesidades,
ella era la expresión de un arte, de una forma de ver el mundo, el mundo
musical. La expresión y la dedicación total por el piano, por la nota del libreto,
por los sonidos del aire, por las notas, y la expresión, por comprender y
expresar lo que está tocando sus manos en esas teclas de marfil,. Es, probablemente,
en estos escritos y en las ideas de Clara, cuando más cerca he visto la poesía de
la música.
En la expresión, también de esos escritos, salen la vida, la
descripción cercana, casi vívida de la vida y le carácter y la forma, también
de ver la música y la vida, de otros grandes compositores como Mendelsshon, o
Brahms o Liszt o Wagner. Y las relaciones
que con el matrimonio o solo con Clara tuvieron, y la opinión que casi siempre da, ella, de
ellos; desde la entrañable con Mendelsshon y Brahms, hasta la fiera relación Liszt
del que alaba, a veces, y critica, las
más, su técnica pianística, y desprecia,
por malas, sus composiciones; o hasta el amor por las composiciones de Brahms que
cree, en principio, no entiende el público por novedosas, y el total desprecio
por las óperas de Wagner, de las que
describe como un sonido de metales, y critica que Tristán esté 40 minutos
muriéndose. Su forma de ver la música, la de Clara, es distinta, mira las cosas
del otro lado, por el lado que poca gente mira. Su forma, también, de ver la
vida es diferente, separada pronto de su marido con una terrible enfermedad,
lucha y consigue sostener su familia y su arte, pero la vida la golpeará una y
otra vez, pero como la música, ella seguirá tocando y sobreviviendo en el aire
por el que vuela el sonido de las notas.
Extrañas y conmovedoras variaciones, rara vez grabadas, que Schumann compuso en su delirio de locura.
Venía preguntándome si la cuarentena de tu blog iba a ser más extensa que la ya padecida por todos. Pero veo que al menos lo has animado para abrir la ventana, asomarse al balcón, seguro de respirar una brisa inusitadamente limpia y, por la noche, observar en el cielo la llegada de más y más estrellas cada anochecer (ayer lo comprobamos mi mujer y yo), a medida que ha cesado el fragor de la civilización, o buena parte de ella, doblegada por un virus minúsculo, he ahí su poder.
ResponderEliminarTengo la misma sensación que Schumann sobre Wagner… el otro día, mientras ordenaba la habitación de una de mis hijas, me puse a Wagner, y al ir escuchando una de sus composiciones, “Lohengrin”, todo me sonaba demasiado “metálico”, como ese sonido de metales que refería Schumann a tenor de su colega, lo quite, sustituyéndolo por el "Violín Concerto in D Major, Op.35", de Tchaikovsky… y la armonía volvió a la habitación. Tengo algo de Schumann, luego veré.
Observando tu ejemplar ajado, pienso que el libro, más allá de su contenido, es un bello objeto cuando muestra el signo visible del tiempo, de la historia, diríase que suelen envejecer con algo más de dignidad que las personas.
Quizás haga esta consideración inspirado por las bellas descripciones con que ilustras tu experiencia lectora:
Y acaso, tan interesante sea la vida de Schumann, como el tesón por salir delante de Clara, su viuda, y más viendo sus concepciones sobre la música, en esa idea del arte por encima del negocio, en esa forma de pensarla que aproxima la música a la poesía, como dices, alejándola de la contaminación comercial.
Un placer leerte de nuevo, amigo Wineruda, se te echaba de menos. Y gracias por esos poemas que ya sabes…
Ahora voy a escuchar esos vídeos que nos dejas... antes de ponerme de "profe en casa" con mis hijas.
Cuídate!
Quizás haga esta consideración inspirado por las bellas descripciones con que ilustras tu experiencia lectora:
ResponderEliminar“un relicario de palabras, de verbos y recuerdos, de declaraciones e amor y de tristeza, un contenedor de desdichas y alegrías, de triunfos y de notas musicales. que muestran la vida del matrimonio Schumann.”
Se me había escapado ;)
Hola Paco, gracias por pasarte y por lo que dices. En general casi todas la opiniones que apararecen son las de Clara, por que vivió más y porque sus cartas y escrieos predominan en el libro, RObert Schuman sobre tood habla de su gran amigo MEndelsshon y de autores que ya no se recuerdan o casi, como Hemlet o Thalberg, que por aquel entocnes sí dominaban al escenca musical alemana. Aunque se diferenciaba por ciudades no siendo cada una igual (Hamburgo , Leipzig, Bonn...)No sé si es por donde cojea el autor o la realidad pero Clara es la protagonista principal del libro , y , yo digo, que a fe que se lo ganó por su capacidad de trabajo, lucha, resistencia y actividad artística.
Eliminarcuidate
Es un secreto a voces que muchas de las composiciones de Robert eran, al parecer, si no de Clara, al menos, por sugerencia suya.
ResponderEliminarMe gusta lo que nos cuentas sobre esa forma de ver la vida de aquella época, sin las prisas actuales; con tiempo para madurar los conceptos y los intercambios entre pares. Ya se quejaba de eso Truman Capote: haber perdido el arte de la conversación.
Gracias por tu mirada sobre este libro de arte; no es sólo epistolar ni histórico, abarca mucho más. Una época. Y gracias también por los nexos musicales.
Un abrazo, Maestro. Cuídate.
El mundo epistolar me interesa, es una relación casi olvidada, porque no es comparable a mails o a intercambios de opiniones, es un arte perdido, y no solo eso, es el arte de la relación, de la relación más allá del saludo o el intercambio de palabras huecas
Eliminarcuídate
gracias