DESVENTURAS DE UN FANÁTICO DEL
DEPORTE de FREDERICK EXLEY
a fan`s note 1968Edtrl: Duomo Nefelibata 408 Pág.
Trdct-Antonio Prometeo Moya
Aunque el título elegido en la edición española pudiera dar a entender que es un libro sobre deportes y para aficionados al deporte no es así. El fútbol americano es parte de la lógica del libro pero no su sustento, y a pesar de que aparecen algunos nombres y algunos “tecnicismos” de dicho deporte no hace falta, ni mucho menos, entender sobre él. Así que no se asusten y léanlo, es un libro poderoso; de esos contundentes en lo que dice y cómo lo dice. Sobre sus páginas sin apenas conversaciones discurren, algunas veces con fiereza otras con ironía o con malevolencia, ideas, opiniones, sucedidos, pasajes de una vida rellena de desconcierto. El humor negro, sardónico, los pasajes hilarantes, las imágenes sagaces, tristes, desconcertantes o desabridas, las frases punzantes, bestiales o gruesas, pueblan todo el relato. El sexo, el alcohol, la locura, la desgana, el amor, la literatura, el fútbol, la sociedad norteamericana, el matrimonio, los complejos, el culto a la fama, la pura realidad, los trabajos basura, etc... son los temas que comprenden este libro. Y aunque nunca me ha gustado comparar un libro con otro, y no lo he hecho hasta ahora, no puedo dejar de decir -incluso para que les atrape la curiosidad por la lectura de este muy buen libro- que el protagonista -el propio Frederick Exley- es una suerte de Ignatius Really, pero a lo bestia...y más amargo...
La historia está contada en primera persona y es un especie de diario, más exactamente son unas notas, del propio Frederick Exley, en una falsa biografía que va y viene en el tiempo y en el espacio: de la niñez al matrimonio, volviendo a la niñez o a las diversas ciudades y situaciones que tiene o vive en el transcurrir del tiempo. Buscando la fama de deportista de su padre, el protagonista sigue los pasos que cree necesarios para serlo él mismo. En esa búsqueda sólo alcanza a verse reflejado, casi sustituido en el disfrute de la vida, por un futbolista famoso, al que idolatra y parece haberle donado su disfrute vital. El desconcierto de no alcanzar sus metas, la no tolerancia de la realidad, acaba con Exley en el alcohol, la inacción, el manicomio, la relaciones desastradas, la vida inoperante, la lucha por nada... Y de ahí, de esas situaciones, de su mente lúcida a pesar de todo, el protagonista analiza la sociedad estadounidense -aunque bien podría ser una análisis de cualquier sociedad de país avanzado- para con una fiereza inusitada destrozar el mundo bien-pensante, la aún no creada por aquella época idea de lo políticamente correcto, así como todas las ideas culturales, patrióticas, sexuales, políticas o literarias.
Desbordante de humor entre alocado y serio, desabastecido de cualquier rémora que pudiera coartar sus opiniones sobre el mundo que le rodea, describiendo sus contradicciones conscientes y constantes; donde el sexo, la falta de existir y sobre todo el alcohol aligeran sus formas de vivir; el libro es un especie de palimpsesto moderno, en el que pareces descubrir tras las lineas publicadas otro texto, el menos consciente pero real, lleno de rabia -¿acaso odio?-por una forma de vida en el que “el sueño americano” donde la gente alcanza todas las metas propuestas, altas por supuesto, no es más que una patraña para mentes retorcidas, para ilusos que creen que todo es posible, y que perdidos en las ganas de alcanzar metas imposibles descubren que el mundo es como es, y al final no queda más remedio que adaptarte a él o ser encerrado en el manicomio u olvidarlo todo haciendo que el deporte sea lo que te salve como en aquel viejo axioma de “pan y circo” convertido en “alcohol y fútbol” . Lo cierto es que Exley intenta ser del montón, dejar de buscar lo imposible, pero el pobre no puede llegar a ser ni el que quiso ser ni el que de verdad es. Pero así son las cosas...
wineruda