FOE de J.M. COETZEE
foe 1986
Edt.. Debolsillo 157 Pág.
Trd. Alejandro García Reyes
Según el diccionario de la R.A.E.
Alegoría es “Ficción en virtud de la cual algo representa o
significa otra cosa diferente.”. Este
libro es evidentemente una sucesión de alegorías, pero ¿sabemos el
fin último de los pensamientos del autor? Puede que haya una
entrevista que confiese sus intenciones, pero ante la falta de
conocimientos de ello, el lector, yo mismo, debe aplicar el sentido
común para identificar, comprender y asimilar el pensamiento oculto
del escritor o simplemente adaptar la lectura a la experiencia propia
y hacerla suya (del lector) por lo tanto todo lo que identifique
según su experiencia cultural, social e incluso política pasa a
formar parte de la verdad última del significado de la obra. Así
puede uno puede estar confundido o no pero menos. Andamos tarde
pensando en qué querrá decir el autor, pero ganamos nuestra propia
carrera en la definición del libro, nuestro libro.
La
novela es una revisión de la novela “ Robinsón Crusoe” de
Daniel Defoe (Foe en la novela, como su nombre real). Una mujer,
Susan Barton, cuenta en primera persona como es abandonada en alta
mar y las corrientes la llevan a una isla habitada por dos hombres,:
un hombre maduro: Cruso (así lo nombra Coetzee en la libro) y un
hombre negro al que probablemente le han cortado la lengua y no puede
hablar: Viernes. Tras una larga temporada en la isla bajo duras
condiciones, son rescatados por un barco y llevados a Inglaterra, en
el trayecto muere Cruso. Ahí comienza otra parte diferenciada del
libro, la vida de Viernes Y Susan Barton en Inglaterra. Allí a
través de unas cartas contará Susan como intenta que Foe escriba la
historia de la vida de los tres en la isla. Será una vida dura en la
que Foe perseguido por la justicia huirá de su casa y la mujer y
Viernes sobrevivirán en penosas condiciones y escasos recursos. La
última parte será el encuentro con Foe y sus conversaciones con él.
Hasta aquí todo normal, limpio y planchado, colgado y puesto en el
armario.
Miraré
por el otro lado del texto, en el palimpsesto en blanco, y pongamos
que Coetzee plantea una primera parte en la que descubre el libro de
Defoe con variaciones, la historia oculta en la que aparece una
mujer y la isla no es paradisíaca y Viernes no es un caníbal es un
naufrago superviviente de un barco negrero. La historia no era como
la contaron, aparece otra versión donde se ha ocultado a la mujer y
la dura vida en la vida se descubre antes que la falsa tentación
paradisíaca de Defoe. Pongamos, también, que cuando son
“rescatados” de la isla y llegan a Inglaterra tras la muerte de
Cruso, es la historia del intento de Susan por entender a Viernes
-sus soledad, su silencio, su estado de esclavo sin serlo, de pez en
tierra- y sobre todo el intento de que Foe escriba la realidad de la
isla, la aburrida, terca y lineal historia de aquellos años.. La
literatura como acto de creación única o no. Pongamos que la última
en la que se reúnen Viernes, Foe y Susan es la revelación última
de cómo es la literatura y acerca de la objetividad sincera y poco
“vendible” que se enfrenta a las historias paralelas que quiere
Foe para adecentarla. Lo real y lo irreal, lo inventado impaciente y
la verdad sosegada.
Pero
no es eso, la novela no es sólo eso. Podría descubrir, hilvanar,
reconocer, levantar, incluso inventar muchas ideas, revelaciones,
metáforas ocultas o patentes que muestra u ocultan sus textos.
Podría hablar de intertextualidad o de metaficción pero serían
palabras huecas, apenas
definiciones “técnicas” de una cosa más simple analizar: la
literatura pura y simplemente. Así aparece desde el enfrentamiento
entre realidad objetiva o subjetiva, hasta el aporte apócrifo de las
historias paralelas en todos los libros, esos que acompañan a la
historia principal y que se adornan con historias asomadas de todas
partes, memorias o antiguas lecturas; aparecen los personajes como esclavos
del autor, afectados por sus impulsos y sus necesidades; descubres las distintas sensibilidades en la creación de un texto; e incluso
aparece la idea de la mujer como “musa”: Susan como fecundadora
de la inventiva creativa. Pero descubro también la crítica de un
tipo de sociedad y cultura. Palabras que soportan en su significado
el peso del arte, la política, el racismo, el colonialismo o el
machismo, la insoportable realidad de mucho mundo y muchos siglos de
historia. Viernes, mudo y persona a la que se debe dirigir y enseñar,
como muestra de una vida en el que el colonialismo dejó a los
habitantes de sus colonias, como personas que deben ser llevadas y
educadas al modo “correcto” pero en las que la voz de los
oprimidos no se oye, nadie sabe si puede hablar o no, pero tampoco
les importa. Podría hablar incluso del desprecio del la literatura
por le imagen de la mujer, personaje muchas veces sujeto pasivo de
la historia, anexo folclórico, para los grandes protectores de la
vida para los autores: los hombres. Podría...
¿ Son todas esas probabilidades realidad o ideas mías sacadas de la nada? No lo sé, pero sí sé que es
una novela fecunda, tierra para labrar la mente y
descubrir o inventar mensajes en botellas cerradas que vienen del
mar, o para discurrir caminos ocultos por la hierba alta entre los
caminos de una isla abandonada o de un país perdido.
wineruda