HISTORIAS FALSAS de GONÇALO M. TAVARES
histórias falsas 2005
Ed. Xordica 59 Pág
Trd. Ana M. García Iglesias
Hace ya bastante tiempo que, no sé por
qué camino, llegó este autor a mis listas de búsquedas,
probablemente, no recuerdo, algún buen consejo de las páginas que
visito. Aceptado, autor y libros, me propuse comparar con otras opiniones y
conocer más de ellos. La mayoría de las opiniones eran de hace más de 6 años y hablaban de que este escritor estaba de moda, no sé si
utilizaban el raído cliché de “rabiosa actualidad” ,-creo que
no, que es más un recuerdo falsificado mio-. Tiempo después, cuando
tuve la oportunidad de comprarlo, lo volví a buscar para refrescar
ideas pero los enlaces parecían los mismos, y no había casi nuevas
entradas, al menos en castellano. No entiendo la razón
por la que existen modas en la literatura: un autor-una obra- es
bueno ahora, dentro de un mes, y lo será dentro de 30 años: ¿Por
qué ese estrangulamiento temporal?¿ Por qué ese impulso momentáneo
que parece hundirse poco tiempo después? Sí, se podrá decir que,
acaso, no volvió a publicar nada bueno, pero conozco muchos,
demasiados, autores que contradicen esa proposición, ya que sus
obras mejores son las más lejanas al auge literario -al boom de su
agencia de marketing- que pareció ser abandonado a su suerte preso
de olas, snobismos, franjas de periódicos, o recomendaciones de
presidentes del gobierno asociados al cambio. Un recuerdo cercano,
que viene al caso, es el aturullamiento literario que me provocó el
leer “El diario de Hamlet García” de P. Masip, y me gustó tanto
que recomendé a quien se me acercara la obra-y aún lo hago-; por
algún camino llegó esta recomendación a alguien relacionado con la
Cultura -con mayúsculas- y el comentario fue un apenas:”¡ah
bueno! Lo leí cuando estuvo de moda en Madrid... por los 90”. Como si
la obra tuviera sólo el espacio y el tiempo necesario para haber
sido descubierta, usada y enterrada por una generación -y sólo una- de personas
pasmosamente cultas. Me recordó esa frase a las usadas por los
vendedores de ropa que miran mal cuando entras en una tienda de lujo
con tus valientes pantalones vaqueros pasados de moda hace 5 años. ¿Masip,
Alfau, Tavares... y tantos otros que conocieron su auge, caerán en
la decadencia estúpida del desconocimiento? ¿Ese desconocimiento
nacido de la búsqueda de lo más nuevo, de los más IN, de lo más
COOL, de lo más originalmente decrépito?.
Y Tavares no merece eso...Su libro
corto, muy corto, de cuentos sobre filósofos y filosofía, es un
recorrido por una esquina de la literatura, como una barca sin remos
pero con rumbo que se introduce en el océano, donde la ficción y la
realidad, la literatura y la historia de la filosofía, parecen
encontrar su sitio entre lo diferente. Desde situaciones, momentos,
frases, encuentros -a veces leyendas tan probables como improbables
puedan ser- que aparecen en los manuales e historias de la filosofía,
surgirán los cuentos en los cuales se irá tejiendo una reflexión sobra la vida, el
carácter, los hombres, el poder, lo necesario, lo desconocido, el
saber... En ellos, descubriras a filósofos como Platón buscando el modo de
preservar el conocimiento y la belleza del mundo; o Anaxagoras
buscando el fin último de sus creencias; o Marco Aurelio y el orgullo,
el deber y la venganza; Heráclito y el fuego; Zenón y la
conservación de su creencia ante todo; Tales de Mileto encontrando
el límite entre el saber y el amor; Diógenes enseñando el camino
al prepotente ... Aunque cite a los filósofos como personajes de los
cuentos no lo son tanto como protagonistas principales, que en
algunos casos también, sino como agentes de la acción o del
pensamiento que sustenta cada cuento, hasta completar unas historias
donde lo supuestamente real, o lo histórico, o lo legendario, va
derramándose por la historia hasta mezclarse en el suelo con la
tierra poseída de historias falsas, inventadas, y que se mezclan para
conformar una especie de barro con los que el autor crea figuras de
esas que solo les falta el soplo de algún dios clásico o bárbaro
para ser reales -o al menos parecerlo-. Cada historia parece reunir
en pequeños terrones todo el interés que pueda tener alguien que
rastrea un libro que te hace reflexionar, disipar, rememorar,
reconocer y respetar las ideas de un mundo cultural tan lejano en el
tiempo y en el espacio como cercano en su necesidad y en su
influencia.
Esa pequeña nigromancia que parece
producirse cuando se combina un libro corto, muy corto, con un texto
de interés, se ha manifestado en este libro. Esa sensación de
leerlo tan rápido que debes frenar para reconocer y interpretar lo
que te cuenta, esa necesidad de reflexión sobre lo dicho y lo no
dicho, brota del libro al cerrarse. Y así que en algún rincón de
ese sitio donde parecen esconderse los autores que no deben olvidarse
se habrá encendido una luz, y si alguien lee este texto espero que
mantenga la luz y no sople la vela, para que lo que no debe perderse
no se pierda, y busque -y encuentre- algún camino -o atajo-.
wineruda