miércoles, abril 06, 2016

POESÍA CLÁSICA CHINA edición de GUOJAN CHEN


















POESÍA CLÁSICA CHINA edición de GUOJAN CHEN
cátedra 387 Pág
2001


Buscar, siempre buscar donde aparezca, debajo de la mesa, en las aceras, entre los matorrales, en las cloacas, en el cielo gris de contaminación, en la mesa con la pata coja, en el mesón apartado del camino, entre nenúfares o maizales a medio cultivar, entre madrigueras de tejones o en tejados rotos por el viento del norte; algo que supere el mero pasatiempo, se aleje de la simple diversión, y no toque, siquiera, esa ridicula exusa que clama por   dejar pasar el tiempo entretenido; y  llegar a un punto más allá: el placer. Ese placer que no nace de algo que necesites, pero una vez conocido es parte de tu vida, como un gancho, o mejor un anzuelo, que se te ha enganchado en esa mísera porción del cerebro que dedicamos a soportar mejor este universo de cosas rematadamente egoístas en el que vivimos, donde nada está hecho sino para que sea aplaudido por la masa, si no es así no parece merecer la pena. Así algo tan simple como leer un libro de poesía clásica china es una buena situación para que seas llamado raro, elitista, extraño, o especial. Sin embargo,  el agrado que me produce el leerlo supera hasta lo inimaginable las miradas de soslayo que he recibido mientras lo leía. Vivir para disfrutar de las cosas que son agradables, que te aportan sensaciones nuevas, experiencias, desde físicas hasta visuales o intelectuales, o simplemente esas que te hacen quedarte en un estado de dicha, que aunque solo dure medio segundo es suficiente para disfrutar de un momento de ese placer. Aunque sea  con poco vino en mi vaso y sin compañía ¿qué importa? ...nada

EN LAS AFUERAS DE LA CIUDAD EN PRIMAVERA

Cantando, bebo sólo,
en mi jardín vació.
Compongo unos poemas
en este hermoso día.
Las orquídeas invaden las estrechas sendas.
Los sauces cubren el largo arroyo.
Ha terminado la lluvia
Las flores mojadas
brillas como perlas.
Calmado el viento, me parece
que hay menos hojas en los árboles.
Quiero embriagarme a gusto
como los ermitaños.
Sólo temo que en mi jarra
no haya suficiente vino.
(Wang Bo 650-676)

El placer es tan variable que puede atraparte incluso en el momento de desdicha, en ese estado que te reconforta hasta sufrir, porque el mundo , si sufres, parece que quiere sufrir contigo: el simple hecho de contar o universalizar tu tristeza es parte de los placeres que ocultamente disfrutan , y no reconocen, los heridos de amor o de distancia...




LUNA ESPLENDOROSA

Luna esplendorosa.
Ilumina las cortinas ante mi lecho.
Triste, no puedo conciliar el sueño.
Me levanto y me paseo por la alcoba.
Aunque dicen que es feliz la senda del viajero
prefiero verlo de regreso pronto.
Salgo a la puerta, sola, melancólica.
¿A quién voy a confiar mis tristezas?
Dirijo a la lejanía la última mirada
y vuelvo a mi aposento.
Las lágrimas mojan mi blusa y mi falda.
Anónimo (siglo II)


EN EL BOSQUE DE BAMBÚES

Sentado solo entre silenciosos bambúes
taño mi laúd y silbo unas canciones.
Nadie sabe que estoy en el espejo follaje.
Sólo la brillante luna acude a acompañarme.
(Wang Fei 701-761)


NOSTALGIA

Río diáfano: Pájaros blancos.
Las montañas verdean,
y las flores lucen más frescas.
En estas contemplaciones
se irá la primavera.
¿Qué estación del año
me llevará a mi hogar,
hace tiempo abandonado?
(Du Fu 712-770)

Encontrarme con estos poemas chinos ha sido una experiencia que atraviesa lo casual, para convertirse en un previsto intento de buscar modos diferentes de mirar la vida. La simpleza que buscan estos versos en los que destaca la descripción de la naturaleza, de la amistad, de lo amores, de la vida que trascurre normal y lenta por el tiempo, entre el espacio que se encuentra entre la eterna juventud y la repentina vejez. Encontrándote con los ríos que siempre van atravesando el paisaje y que parecen los mismos pero nunca dejan que los recuerdes como fueron, porque cambian a cada instante para ser como la vida, inexpertos en ser expertos, locuaces en silencios y tremendamente viejos para lo jóvenes que son, porque aunque el rio ,como nosotros que parecemos siempre los mismos, él parece el mismo pero nunca atraviesan la mismas aguas su cauce. Así es eterno como lo somos nosotros porque somos hijos de nuestros padres y aquellos de sus padres, y aquellos de otros, y otros... Todo pasa y sólo los ingenuos parecen quedarse, y los jóvenes que creen que se van a quedar.

DE NOCHE , VISPERA DEL AÑO NUEVO

En la posada, solo, permanezco
desvelado ante una lámpara gélida.
Está mi corazón de viajero
en honda melancólica inmerso.
Mi pensamiento atraviesa mil leguas
para llegar a mi tierra natal.
Mañana van a encontrar
más blanca mi cabellera.

(Gao Shi (702-765)

LA ALDEA JIANG
II
En mi vejez me veo obligado
a vegetar en casa
sumergido en la melancolía.
Mi pequeño hijo
no se separa de mí ni un minuto
temiendo que vuelva a abandonarlo.
El año pasado solía dar paseos
por el estanque para tomar el fresco.
Ahora, el viento del norte, sopla con ira.
Mil reflexiones embargan mi mente.
Por suerte vamos a tener una buena cosecha
y ya veo las bodegas llenas.
Verteré vino en mi copa
para aliviar el crepúsculo de mi vida.
(Du Fu 712-770)

Y aunque los poemas clásicos chinos son para ser cantados o para ser leídos, poco importa, lo cierto que dejas pasear los ojos por sus versos, en las que a pesar de que la traducción ha hecho perder mucha de belleza, esta es tan alta que deja que sientas el arrobo de sus aires, de sus olores, de sus perdidas, el trastorno de sus huidas y destierros, la maravilla de sus ríos, bambúes, árboles, cielos, mujeres, hombres, ancianos y niños que parten de su páginas para, a pesar de lo siglos pasados, entrar por tus ventanas y pasear entre el aire de tus pulmones y dejan oír la cadencia del sonido de sus corazones o el rugido de sus riadas, o el sonido del lento crecimiento de sus tallos o el destructivo sonido de alguna batalla perdida o de alguna amada que no quisimos olvidar y aun resuenan sus pasos por el aire que rodea tu mente mientras lees el libro.

A LA ORILLA DEL LAGO

A la fresca sombra de los bambúes,
dos monjes de la montaña, sentados
se enfrascan en su juego de ajedrez.
Nadie los ve a través e la espesura,.
Pero de vez en cuando se percibe
el ruido de una pieza que se mueve.

(Bai Juyi 772-846)



EL CREPÚSCULO

Han vuelto a los establos ovejas y vacas.
Todos han cerrado su puerta de leño.
Brisa. Luna. Noche plateada,
Ríos y montañas pintorescos, más ajenos.
El sosegado arroyo murmura entre las peñas.
El rocío perla las hierbas de otoño..
La luz del candil baña mi blanca cabeza,
¿Por qué parpadeas con tanto gozo?
(Gao Shi 702-765)


SENTADO; SOLO; EN LA MONTAÑA DE JINGTING

Los pájaros han vuelto a sus ruidos en bandadas.
Perezosa, la última nube se aleja.
Oh montaña, eres mi única compañera.
Ni a ti ni a mí el mirarnos nos cansa.
(Li Bai 701-762)

Pero al final todo ejercicio de lectura busca un único fin, el gusto de leer cosas que lleguen un poco más allá de lo que llega el resto de las cosas que haces a lo largo de un día: frenar y pararse del todo para desviar el timón con el que te conduces por lugares que se desvían de la estúpida rutina diaria, pero no con ese desvió de un entretenimiento inocuo y febril, sino ese que busca una pausada y directa mirada al lado oculto de la luna, ese que dicen los mayores que esconde riquezas y bellezas sin cuento, solo se te exige una cosa, que el encontrarlo sea un esfuerzo mayor que el de mirar una lectura de la  nada  o una serie repetida de televisión, o unas noticias teledirigidas...


EL OCASO
El sol poniente cuelga
de los ganchos de una cortina.
El crepúsculo envuelve
el arroyo de primavera.
Fragantes flores visten
el jardín de la orilla.
Sobre las lentas barcas,
el humo de fogones.
Gorriones charlatanes
se disputan las ramas.
En todo el patio, errantes.
los insectos vuelan.
Una sola copa basta
para disolver infinitas tristezas.
(Gao Shi 702-765)



Y en estos tiempos en los que la poesía es pasto de las llamas de los hogueras que arrasan  este siglo con prisa y de búsqueda de la lectura útil y fácil, época de las de pensamiento rápido y  busca de la brillante idea que nos haga ricos de repente; donde la lotería es el medio para hacerse mejor persona y la fama rápida es la forma de ser alguien importante; leer este libro de versos antiguos, de letras pausadas e ideas sencillas y pensamientos bellos, es una forma de rebelarse contra todo y contra todos,  Leo, pienso y hago lo que me place, y me place lo que leo, hago y pienso...


wineruda







4 comentarios:

  1. Hola Wineruda.

    Estoy leyendo los preciosos poemas que nos brindas con mi otro libro de poesía china en las manos, “Poesía china: del siglo XXII a.C. A las canciones de la Revolución Cultural”, que ya te comenté.
    Es curioso que Li Bai, en tu libro, es Li Po en el mío, el mismo poeta, pero en mi ejemplar conserva el nombre, ya obsoleto, del anterior sistema de transcripción fonética, de hecho todos los poetas aparecen con el nombre obsoleto, como decía.

    Observando los autores que nos traes, compruebo en mi libro (quienes también aparecen en él con obras seleccionadas), que son poemas que abarcan la Dinastía Tang y período de las Cinco Dinastías ( 680-960), y ciertamente son de una sutileza deliciosa.

    Me encanta el que has puesto casi al final, de título “SENTADO; SOLO; EN LA MONTAÑA DE JINGTING”

    Ya que estamos con la poesía, hoy he leído un artículo de Julio Llamazares anunciando la muerte de uno de esos poetas y novelistas que cincelaron mi gusto lector, se trata del sueco Lars Gustafsson, autor del que leí, nada menos que a mediados de los 80 (hace treinta años), "Muerte de un apicultor", un libro (narrativa, en este caso) extrañamente seductor para el veinteañero que por entonces era yo. Y es una de esas obras que pienso traer al blog (más pronto que tarde) después de su relectura, de hecho llevaba un tiempo pensándolo, sin presentir, evidentemente, esta triste noticia.

    Ahí tienes la noticia, por si quieres saber:

    http://elpais.com/elpais/2016/04/06/opinion/1459960731_160904.html

    Cuídate amigo.

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  2. Hola Paco

    Li Bai, es un fuente de sobrenombres o interpretaciones de nombres, Li Bai pone como principal en mi libro, pero luego también lo cita como: LI PO, LI BO, LI TAI-PEI, LI TAI PO, vamos que no se ponen de acuerdo, en lo que sí es en la calidez de su escritura y sus temas, si te fijas he puesto casi todos del 700 dc, son los que más me han gustado, pero cierto es de reconocer que hay muchos muy bellos en todos los siglos que recorre el libro.
    EN cuanto a Lars ¡ay! No sabía que se ha muerto, es una pena... me gustaba como escribía: empecé leyendo “Segismundo, las memorias de un príncipe barroco polaco” y luego leí “muerte de un apicultor” ambos me gustaron lo suficiente como para años después aun seguir buscando sus libros, que los he encontrado pero o precios ridículamente caros, o tan solos que comprarlo resultaba impensable, “windy habla” “ El señor Gustafsson habla” “Olor a lana” creo que todos en Akal, Gustafsson fue el principio de la lectura de muchos escritores no ya suecos, sino daneses, finlandeses, noruegos que culminaron no hace demasiado con el que considero heredero de Gustafsson, no sé si debido a que realmente se parecen como creo, o porque inconscientemente he querido igualarlos -¿Por nórdicos? Supongo- y es mi muy admirado Per Petterson, que algo ha leído a Lars...
    un abrazo cuídate

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  3. Cuando se logra esa comunión, lector-lectura, no hay nada más perfecto. ¿Y cómo explicar esas sensaciones a alguien que lee un libro al año o ninguno? Nunca podré entender que algo para mi tan importante sea inexistente en la vida de tantas personas (seguro que ellas piensan que yo me pierdo también algo importante al no interesarme otras cosas).

    Esa comunión que dejas traslucir en tu lectura de la poesía china (para mi desconocida) la vas trasmitiendo en tu reseña al compás de los poemas. Unos poemas preciosos, hay varios que me han gustado, por ejemplo "Luna esplendorosa" o "El ocaso".

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. La abstracción total del entorno, sea lector o no lector es imposible, por razones diversas, suelo tener tiempo para leer durante el día, así que me llevo los libros al trabajo, casi nunca suponen curiosidad lo que leo, aparte de la elemental educación, pero este en concreto fue blanco de miradas diversas, no sé si por poesía o por china ;) Probablemente por poesía, es la mayor pena que tengo, las novelas mal o bien , muchas veces bien, sobreviven a la televisión y a internet, me temo que la poesía será reducto para “bichos raros” dentro de poco, estaré encantado de serlo...incluso feliz...
      me encanta que te gusten los poemas, yo los fui descubriendo hace algún tiempo, y me tienen enganchado...
      un abrazo

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