miércoles, abril 01, 2020

Vamos a contar canciones, de José María Conget







Vamos a contar canciones, de José María Conget



La música como telaraña pegajosa de recuerdos, que pueden pegarse  a la piel, a la cara, a los ojos y picarte y sentir deseos de huir; la música como lluvia que va empapando y va haciéndote suyo, va apagando tu cuerpo y haciendo que seas parte de ella como tus pasos en el chapoteo de los charcos, seas frio o calor, seas refresco, o estés triste; la música como recipiente, como habitación que te encierra y te deja rellena de notas y de sonidos, que no son apenas más que retazos de recuerdos, sean de hace un instante, sean de siempre, tan impalpables como inolvidables, tan oscuros como las noches que no has perdido debido a ella, o los días que refrescan con el sonido de la música. ¿Pero es la música o es el pasado? ¿Es la vida que da al sonido vida, o es el sonido el que da vida? Pasear junto a un río, una rompiente, recoge sonidos que me llevarán a cosas tan perdidas que pensé que nunca existieron y, de repente, están ahí, tan salvadas, tan naturales como el árbol que arrastra esta corriente; pero paseando junto a una fábrica perdida, es el silencio, el absoluto silencio el que rememora la vida, los golpes de la prensa, de la vida sucia, del olor a hierro y madera rota; el silencio, el sonido, no son nada si junto a una mesa vacía, una barra olvidada, un paseo vacío, un atardecer luminoso, se te viene a la cabeza los sonidos acaso de música , acaso de una voz ya casi olvidada, incluso el sonido de los pasos de … de cualquiera que pretendiste querer.

Conget atrapa sus recuerdos y los convierte en música, las cosas se mueven por empujones, todos tenemos necesidad de no dejar solo a la persona que fuiste antes, no dejar que se quede en la oscuridad olvidable de los sueños nocturnos, todos necesitamos comprender de dónde somos, cómo venimos, y los caminos que seguimos. En esos caminos, fuesen pequeños y estrechos pasadizos o anchas avenidas, sean acompañados o solitarios, siempre, en esos caminos, nos acompañan sonidos y músicas. Y ligas los sonidos de la radio con la merienda que tomabas de pequeño, y la merienda te lleva a tus abuelos, y tus abuelos al ruído del chapoteo en la bolsa de agua caliente al ponerla en la sábana fría de aquella época infantil. Y las voces que cantaste son voces que te acompañaron cuando te dabas ánimos en tu caminar por la calle solitaria, o te recuerdan las canciones en grupo o en el coro, o en la abarrotas, entonces, misas de mentira y clavo, te acompañan con su olor a incienso y vela quemada, relicario y cura batiente. Las canciones que cantabas en cenas y en compañía de amores y saltimbanquis, todo es recuerdo, todo es pasión o tristeza.
Conget, acompaña toda su vida de música, todo es música, todo hay que pese como una nota, y golpee como esa fina lluvia que te cubría y no hallabas la forma de separarte de ella, de radios, tocadiscos, sabores de tabaco, o de besos. El amor siempre suele ir ligado a música o ruidos que comparten, un paso que arrastra el pie, una canción que deja acariciar, un coche que arranca y se va…Un autobús que acompaña o un violín que acerca. Todos tenemos lugares donde refugiarnos al refugio de nuestros oídos y nuestras mentes, y nuestros escalofríos y nuestros intentos, imposibles, de olvido.
Conget crea un mundo en el que pasea sus recuerdos, los recibe y los sienta tras la máquina de escribir, los ata a la silla y los hace escribir, o los invita a beber mientras les hace contarle lo que fueron, o simplemente se sienta y mira y deja que ellos le hablen y hablen para ser como entonces.

martes, marzo 31, 2020

Tiziano: Ninfa y Pastor, de John Berger y Katya Berger




Tiziano: Ninfa y Pastor, de John Berger y Katya Berger

El trabajo en el arte de los hombres debe conocerse desde dos puntos de vista; desde el que lo hace y del que lo ve, del que lo construye y del que lo disfruta, del que lo describe y del que lo piensa, del que lo imagina y del que lo toca, del que lo sueña y del que se despierta con él.
La suciedad: lo manual, lo sensible, lo terrenal, la vida, se acumula en los sueños de los creadores, en el arte, en el artista, en la artimaña, en el palimpsesto, en el trampantojo, en  la vigilia de   los creadores, en  el  artefacto, en el artesonado del cielo y la catedral, en la arteria vital que une el arte con la realidad ;  pero no se acumulará en el sueño de los dueños,; porque unos  acarician el arte, lo artístico,  y otros lo golpean;  crear es golpear mirarlo es acariciar con los ojos, con la mano, con el pensamiento, crear es golpear con la fantasía, con el pensamiento , pensar, pensarlo, de nuevo una y mil veces. Las cosas se crean dos veces cuando se inventan y cuando se reinventan cada vez que alguien lo mira, y esas dos veces se multiplican por las veces que el arte es mirado, leído, acariciado, tentado, sentido, amado o soñado en cualquier noche de pesadillas de duelo.

John Berger y su hija, Katya, hablan a través de un intercambio de cartas, sobre la vida y el arte:  la vida en Atenas, allá donde vive ella, y el arte, que es el impulso vital de ambos, en el que recrean esa vida que antes describen y su mundo, rodeado de creación y sueños. Tiziano será la  clave del arco que soportará la reflexión sobre el arte, sobre la pintura y la vida, será la dovela que soportará el dique de sus pensamientos. La pintura de Tiziano como expresión de simultaneidad entre creación y vida, como nacimiento de lo artístico dentro de lo humano, y de lo humano dentro del arte, la vida conseguida por los pinceles, por las pinturas, el aceite,  por los movimientos leves de los dedos, pero sobre todo de la mente. La creación no es técnica, dicen ambos, la creación nace del impulso, de la relación entre los visto y lo pintado, entre el reflejo el espejo, o la matrona que sale en las pinturas o la ninfa, o la modelo que enseña los pasos por donde debe seguir el pincel y la pintura, el tono del color, la textura que da a las manos, a la caricias, a los ojos, a los pechos que serán voluptuosos ; la vida salida bien de las raíces de lo real, bien nacida en el cuadro, como podría  nacer en los ojos; sí, nacidos en los cuadros para los ojos, nacidos en los ojos para los cuadros. El mundo real, una mano, sale del cuadro y su pelo, sus uñas, su impulso de acariciar o matar, solo puede pararlo la pared invisible que separa el sueño del arte;  la vida solo refleja, impresiona si es real, lo real nace del amor y del impulso del creador, el dios que está detrás de Dios, el Dios que está detrás del dios.  El Tiziano que dominará el mundo, que nacerá para ser el creador, el nuevo creador que desde la costilla de las paletas, de la carne por la carne, creador desde las pinturas para y desde  la carne; pinturas que  rezuman sueño y vida  que rezuman sangre y potencia;  potencia de poder existir. Existir para nacer en los ojos, en los sueños, la cara, en los ojos; y muerto después de nacer, nacido tras la muerte, el sueño de los hombres el sueño solo cumplido por los dioses, cumplido por Tiziano. Lo pintado, el arte, solo está vivo si nace del impulso de crear más allá de  reflejar, impersonalmente o maravillosamente una figura o un paisaje o una vida o una muerte, no, el arte es arte si nace desde el impulso vital de crear, desde la obsesión, desde la explicación de lo reflejado, desde la explicación del sentido de lo hecho; no hay más, el arte es arte si hay vida en él.

Katya habla de Atenas, habla de una vida nacida para ser enseñada, la gente se mueve porque se conoce;  las olas, como los vencejos, se mueven bajo el impulso de la naturaleza, los hombres, Atenas o los pintores comoTiziano se mueven bajo el impulso de lo vivido, de la naturaleza, viven porque le da vida lo que le rodea.


Los sueños expiran cuando se enciende la luz, cuando nace el día, solo los que saben de la vida, la verdadera vida, son los que se mueven en el día como en la noche, creando cosas que son reales más allá de sus movimientos internos, más allá de los giros dela sangre, del bombeo de los corazones, más allá de lo que pensamos sobre la vida, que  solo es lo que surge tras las cadenas que nos atan al suelo. La lucha es la vida porque es la verdad, y siempre estará tras las puertas que abrimos cada día, la oscuridad detrás de ella solo se ilumina, si alguien, o tú, has creído que eso es real, has creado vida tras esa puerta, tras todas las puertas que tengas en tu vida.
Tiziano será, en sus palabras- en las de Katya y John- el pintor, el hombre, el dios, que acariciará los mundos con sus manos que traspasan marcos y habitaciones, será el pastor que lleva a los que lo miran hacia su propio mundo, en el que la vida será feliz o infeliz, será terrible o no lo será, estará viva o no, según su mano, su decisión, su voluntad de crear, de crear pintura y de crear vida, lo decida.

CUNA DE GATO DE KURT VONNEGUT





CUNA DE GATO DE KURT VONNEGUT

Siempre he pensado que el pensamiento crítico debe existir, un planteamiento vital sano no debe alejarse de tener una mirada crítica para lo que le rodea, un acento en las cosas despreciables, un dedo acusador que olvide la nariz y señale donde hay algo injusto, un desprecio para lo que no está en los valores que un ser humano debe tener en su concepto vital. Conceptos despreciables como: nacer para matar, nacer para despreciar, nacer para discriminar, crecer para odiar, crecer para despreciar, crecer para caer en las mismas honduras de seguir cómodamente al mundo y odiar por raza, por sexo, odiar por nacimiento odiar porque sí, porque soy mejor que ellos, odiar porque así soy, odiar porque …Y... odiar por creer tener la verdad, odiar porque te han enseñado a odiar los periódicos, las religiones, me es inconcebible una religión que patrocina el odio, que soflama, que levanta la mano para señalar, que da micrófono para odiar, por creer tener la verdad absoluta y sacrificar todo por ello.
La mirada crítica debe limpiar terrenos baldíos y nevados, debe secar neveros o inundar  desiertos, no importa, solo hay que tener un concepto de lo que es justo, la vida es justa, la supervivencia es justa, el amor es justo, la mirada limpia es justa, la mentira no es justa, mentir para ganar, el hambre no es justa, la guerra no es justa, el deprecio porque eres distinto tampoco. Enseñar a odiar o a temer porque eres distinto no es justo, es despreciable, el "cada día soy mas racista" que se dice en la calle es  estúpido, tú no puedes odiar a todo un pueblo, a mil pueblos, a 100 mil personas, no las conoces, ...es estúpido.. La mirada crítica de Vonnegut siempre es de defensa del más débil, la mirada del que quiere cambiar el mundo, pero no para que sea el mundo de ellos, de los fuertes de los que tiene más armas, de lo que tiene más periódicos o televisiones, de los que aman ser ellos solos. Se parece, Vonnegut, en la lejanía a la sincera inteligencia premonitoria de Twain. Vonnegut no tiene medidas tintas, no tiene acasos o peros, no mira si vienen los coches por la derecha o la izquierda, su fiera mirada no soporta ventanas ni muros, no va a pararla valores patrios o  políticas correctas que no existían pero que a Kurt le hubieran venido al pelo para machacarlas, políticas que en aparente soberbia liberal , son una trampa de mercaderes, de los de siempre para domesticar ideas, para domar idea, a fin de  cuentas eso políticamente correcto no deja de ser lo efecto de las enseñanzas que han dado, que han provocado desde televisiones,  desde prensas, desde los púlpitos o desde las escuelas, destino de pedagogos domesticados, de telefilmes para mentes para desmotar, triunfos dirigidos, princesas de Disney con el zapato de oro roto, o príncipes de Hollywood con la nariz quemada por la cocaína, nos hablan, nos muestran el camino para el buen vivir, el sueño americano no es no morir de hambre en las calles como harán muchos, sino que esos sintecho quieren ser ricos, muy ricos, sueño americano para regalar. Sueños para olvidar. Hollywood define el amor y Disney nos enseña el valror del capital, o viceversa.
Los niños afroamericanos no deben ser como yo, decía Kareen Abdul Jabbar, no deben querer ser deportistas o cantantes, solo llegaran dos o tres de cien mil, deben ser abogados, médicos, políticos que cambien que otros chicos quieran ser solo deportistas o cantantes que ganen millones de la nada, nadie regala nada, nadie.
Kurt Vonengutt, habla de la trampa del mundo, de la trampa de los pobres inocentes, de los científicos que quieren mejorar el mundo, simples piezas de un monstruo que arrolla todo, arrolla porque así ha sido siempre, y así será, y es de dementes pensar en otra cosa, pensar que n fluido para secar terrenos pantanosos, para mejora la vida de gente pobre en el mundo, no se convierta en un fluido para que los desembarcos de loa marines sean más fáciles. Hasta los más inteligente: científicos, ingenieros, profesores, catedráticos, filósofos... Nobles defensores de ideas que van acabando siempre en el arroyo de las ideas de todos, de lo que todos creen, y las rosas acaban al lado del caballo, el caballo al lado del patrón, y el patrón acaba llevando al caballo y a la flor al matadero y a la floristería, es el destino. Y así nunca será cierto, nunca lo ha sido, ni lo será:  una rosa es una rosa es una rosa.




Y el mundo gira, y la vida seguirá igual a fin de cuentas nada cambia, nada cambiará porque esa mariposa que aletea en algún lugar y provoca un huracán en algún otro lado, siempre, es curioso, aletea cuando se lo mandan. Será cosa de la pedagogía o ¿acaso es que la pedagogía estaba preparada para esto…? 

jueves, marzo 26, 2020

PAPELES ÍNTIMOS DE CLARA Y ROBERTO SCHUMANN

























PAPELES ÍNTIMOS DE CLARA Y ROBERTO SCHUMANN

Editorial Horizontes

Selección, traducción y notas de F. Izquierdo



Es un viejo libro de hace, supongo, más de 80 años; su cubierta es  de un verde apagado por los años, y sus hojas amarillentas en las que, de cuando en cuando, entre hojas apartadas,  aparecen manchas de humedad y óxido; son las señas de tiempos en almacenes más que en una biblioteca al uso. En la portada Robert Schumann, (Roberto para el traductor) y de Clara Schumann miran como encajados en esos pequeños colgantes en las que los enamorados del siglo XIX guardaban dibujos o pequeños recuerdos de sus seres más queridos. Y supongo que eso es el libro, un guardapelo, un relicario de palabras, de verbos y recuerdos, de declaraciones de amor y de tristeza, un contenedor de desdichas y alegrías, de triunfos y de notas musicales. que muestran la vida del matrimonio Schumann. Y lo muestran a través de las cartas que se cruzaban entre ellos desde el principio de la relación, hasta los diarios de la propia Clara, o el diario conjunto que escribieron toda su vida juntos. Además, aparecen cartas de amigos y a amigos o familiares. Todas, supongo exceptuando las primeras en las que aún su fama, su mundo, su futuro, estaba por nacer y crecer; todas, escritas con esa sensación de ser para la posterioridad, para un público posible, para una necesidad de mostrar al mundo los sentimientos; cosas acaso ajenas ahora, incluso extrañas, pero que eran comunes en un mundo en el que la  publicación de correspondencias o epistolarios era común y aceptada.



 






EL libro es, como dije, un recorrido por toda la vida conjunta de Roberto y Clara Schumann, y del mundo que los rodea, de sus opiniones sobre la historia que les tocó vivir, hablan sobre ellos mismos, sobre el amor, sobre otros músicos ahora famosos o no, sobre el arte, sobre los hijos…sobre todo. Pero en especial es la historia de Clara Schumann, por un lado, por que sobrevivió muchos años a su marido, por otro por la intensidad de la vida de ella, por su carácter, por sus luchas, por su defensa de su vida (hijos, marido, música, amigos…) ella, sin ser la que protagoniza la fama de ese matrimonio, no es el genio de la música que fue Roberto Schumann, sí es una mujer extremadamente interesante.

Todo gira, a pesar de ser sobre  músicos y música, o por ser música, alrededor de la vida, todo es vida en este libro, sus cartas de amor juvenil, sus amores escondidos del señor Wieck, padre de Clara, que rechazaba la unión, sus amorosos y decimonónicos desvelos y sufrimientos de separación y preocupación, sus huidas , sus encuentros furtivos, sus cartas a correos escondidos, desembocan en más vida, en el matrimonio con muchos hijos, y el desvelo por el dinero, y por el triunfo, por la compresión. Y Roberto luchando con su genio, con la composición, con la creación, con el continuo crear de música y sus necesidades económicas… Y ella, ya asentada como famosa pianista, como creadora de una fama que superaba a su marido en algunos momentos, hasta que él comienza a publicar y dirigir sus sinfonías, sus sonatas, sus sobras para piano,….pero, aun así , pasa a veces, que toda esa incesante creación y trabajo  no pueden acoplar y compensar, y pagar los gastos de  los 7 hijos que va a tener la pareja. Toda la vida se resume en el sufrimiento por la enfermedad de Roberto Schumann, que irá degenerando mentalmente, hasta su muerte.




Tras ello, tras la muerte de Schumann, la vida de Clara será la creación musical, pero sobre todo y ante todo los conciertos de piano con los que recorrerá toda Europa, con la doble necesidad, triple a veces, de sostener a su familia económicamente, exponer su arte y dar, más, a conocer la obra de su marido. Todas las cartas y todas las entradas del diario que aún escribe y que era el que compartía en vida con Roberto, son señales y expresiones de un temperamento extremadamente culto, inteligente y sensible. Sus cartas hablan, y hablaron, del amor por Roberto, antes y después de su muerte, pero, sobre todo, cuando sus vida fueron los conciertos, habla de arte, del arte de la música, del arte  de su marido, del piano, del mundo, de los públicos, y hablará , y es un documentos excepcional, de cómo se tomaba la música en aquella época, y el recorrido por los sentimientos musicales propios, pero también  de todos los públicos por los que pasa, por los  viajes extenuantes por las estepas rusas, o por pequeñas ciudades sin concomimientos, todo por ganar dinero y, enseñar su arte, ella era consciente de ser alguien especial que daba vida a la música.




                               Clara Schumann Piano Concerto Op.7 por Guoda Gedvilaitė




En todos los escritos, fueran cartas o el diario, sea con Clara o con Roberto, aparecen también expresiones de cómo debe entenderse la música, o cómo se entendía la música tanto para el que la componía como para la que la tocaba(y también compuso) hay una frase expresando , Clara , su crítica a los músicos ingleses, que decía que ellos entendía la música como un negocio, cuando la música es arte, la música era otra cosa a pesar de sus necesidades, ella era la expresión de un arte, de una forma de ver el mundo, el mundo musical. La expresión y la dedicación total por el piano, por la nota del libreto, por los sonidos del aire, por las notas, y la expresión, por comprender y expresar lo que está tocando sus manos en esas teclas de marfil,. Es, probablemente, en estos escritos y en las ideas de Clara, cuando más cerca he visto la poesía de la música.


En la expresión, también de esos escritos, salen la vida, la descripción cercana, casi vívida de la vida y le carácter y la forma, también de ver la música y la vida, de otros grandes compositores como Mendelsshon, o Brahms o Liszt o Wagner. Y las relaciones  que con el matrimonio o solo con Clara tuvieron, y la opinión que casi siempre da, ella, de ellos; desde la entrañable con Mendelsshon y Brahms, hasta la fiera relación Liszt del que alaba, a veces, y critica, las más,  su técnica pianística, y desprecia, por malas, sus composiciones; o hasta el amor por las composiciones de Brahms que cree, en principio, no entiende el público por novedosas, y el total desprecio por las óperas de Wagner,  de las que describe como un sonido de metales, y critica que Tristán esté 40 minutos muriéndose. Su forma de ver la música, la de Clara, es distinta, mira las cosas del otro lado, por el lado que poca gente mira. Su forma, también, de ver la vida es diferente, separada pronto de su marido con una terrible enfermedad, lucha y consigue sostener su familia y su arte, pero la vida la golpeará una y otra vez, pero como la música, ella seguirá tocando y sobreviviendo en el aire por el que vuela el sonido de las notas.

 Extrañas y conmovedoras variaciones, rara vez grabadas, que Schumann compuso en su delirio de locura.


Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...