miércoles, enero 20, 2021

UN CONEY ISLAND DE LA MENTE de LAWRENCE FERLINGHETTI

 


UN CONEY ISLAND DE LA MENTE de LAWRENCE FERLINGHETTI

A coney island of the mind (1955)
Hiperión 178 Páginas.
Versión. Carlos Bauer y Julián Marcos



La verdad es que llevo un buen rato intentando escribir sobre el significado de la palabra “beat” , movimiento literario al que pertenece Ferlinghetti; he mirado las introducciones de mis libros de Corso, de Ginsberg, de Kerouac, de Snyder, de William Burroughs, de Denise Levertov, hasta de Rexroth; he mirado en antologías y libros de texto, he mirado tras las ventanas, y en algún apunte de universidad que no ha aparecido porque se lo ha debido comer el tiempo, o solo fue que no me hablaron de ellos, -contracorriente hasta cuando ya no lo eran-. No creo que merezca la pena decir qué es un beat, queda lejos, no tiene importancia lo que sea un beat o la razón por la que los llamaron beatniks. Ellos estaban, debes saberlo,  perdidos en una maraña de conservadurismo en EEUU, y se comieron el mundo a tiras, ayudaron a crear aquel movimiento hippie, y, en el arte, un modelo de literatura que variaba de lo imperante entonces; lucharon -hombres y mujeres- por llevar su reivindicación estilística y literaria pero también vital, política y  social; eso paso, sí,  pero ellos y ellas también fueron comidos, por un lado por la masa social conservadora y académica, y, por otro lado, por esa política y por el tiempo; fueron engullidos, fueron masticados y  deglutidos por la cultura reinante y el mercado, poderosos caballeros; fueron reabsorbidos por la corriente sanguínea del mundo que los cicatrizó y los limpió en sus hígados llenos de dinero y de decoración, y de economía y de ventas. Si hoy  los queréis encontrar están en la misma sección de las camisetas del Che en concursos de belleza, o de aquel Bob Dylan veitenañero cantando a la vida, o Woodstock entero bailando desnudo y fumando grifa, o de Chuck Berry y Little Richard cambiando la música o de Mayo del 68 queriendo cambiar el mundo - Seamos realistas busquemos lo imposible-.

Llevo un buen rato buscando cómo poner en letras lo que es la poesía beat, pero realmente, he descubierto, es que da igual, me da igual; la poesía beat es un relato, un retrato y un asalto al mundo donde nació; es un pedazo de vida entre flores muertas por la monotonía de una época -otra- donde ser distinto era ser culpable. Y lo cierto, decía, que me da igual qué es la poesía beat, porque yo sé lo que es para mí. Y aunque haya leído a todos aquellos de arriba, para mí siempre será, ante todo,  Ferlinghetti...


AUTOBIOGRAFÍA

Llevo una vida tranquila 
en el bar de Mike Place todos los días,
mirando a los campeones
del Salón de billar Dante
y a los franceses viciosos de las máquinas de bolas. 
llevo una vida tranquila
en la parte4 baja del Este de Broadway. 
Soy un americano. 
Fui un típico niño americano. 
Leía la revista del American Scout Magazine
y me hice un boy scout
en los suburbios. 
Creía que era Tom Sawyer 
pescando cangrejos de río BBronx,
e imaginando que era el Mississippi. 
tenía un guante de béisbol 
y una bici American Flyer. 
Repartía la revista Woman's Home Companion 
a las cinco de la tarde 
o el Herald Trib.
a las cinco de la mañana. 
Aún puedo oír el periódico al golpea 
contra los perdidos porches. 
Tuve una niñez desgraciada.
Vi como Lindberg aterrizó. 
Miré hacia la casa
y no vi ningún ángel. 
Me pillaron robando lápices
en unos grandes almacenes
el mismo mes que jefe de los Boy Scouts.
Corté árboles para la C.C.C.
y me sentaba en ellos.
Desembarqué en Normandía
en un bote de remos que volcó
he visto educados ejércitos 
en la playa en Dover. 
He visto pilotos egipcios entre nubes púrpuras,
tenderos subiendo persianas 
a mediodía 
ensaladilla Rusa y dientes de león 
en fiestas anarquistas. 
Estoy leyendo "Lorna Doone" 
y una biografía de John Most,
el terror de los grandes industriales 
con una bomba en el escritorio en todo momento. 
He visto el desfilar a los basureros 
En el desfile del día de Colón 
Tras los locuaces 
trompeteros pedorreros.
No he ido por los cloister 
desde hace mucho tiempo 
Ni por las Tullerías 
pero sigo pensando
en ir.
He visto desfilar a los basureros
cuando nevaba. 
He comido perritos calientes en los campos de béisbol.
He oído el discurso de Gettysburg 
y el discurso de Ginsberg. 
Me gusta estar aquí 
y no volveré a ir 
de donde he venido.
Yo también he viajado en furgones furgones furgones
Viajé entre desconocidos. 
He estado en Asia,
con el Arca de Noé .
Estaba en la India,
cuando edificaron Roma. 
He estado en el pesebre 
con un asno. 
Vi al eterno Distribuidor 
Desde una colina blanca 
En South de San Francisco 
y a la Mujer Que Ríe en el Loona Park 
fuera de la casa de los espejos
bajo una gran tormenta, 
riendo todavía. 
He oído el toque de diana
por la noche. 
He deambulado solitario 
como una multitud.
Llevo una vida tranquila
Fuera del bar de Mike Place todos los días,
observando pasar el mundo
con sus curiosos zapatos. 
Una vez empecé 
a dar la vuelta al mundo a pie
pero acabé en Brooklyn:
Aquel puente fue demasiado para mí. 
He tomado parte del silencio, 
en el a exilio y en la astucia. 
Volé demasiado cerca del sol 
y se cayeron mis alas de cera. 
Estoy buscando a mi viejo
que nunca conocí. 
Estoy buscando al Perdido Líder
con quién volé. 
Los jóvenes deben ser exploradores, 
el hogar es dónde uno comienza. 
Pero mi madre nunca me dijo
que habrían escenas así.. 
Cansado del útero, 
descanso,
he viajado. 
He visto la ciudad drogada.

He visto el gran lío
HE oído llorar a Kid Ory; llorar.

He visto a un trombón predicar
HE oído a Debussy
a través de una sábana. 
He dormido en cien islas
donde los libros eran árboles. 
He oído a unas pájaros
sonar como campanas. 
He llevado pantalones de franela gris 
y caminando por la playa del infierno. 
He residido en cien ciudades 
donde los árboles eran libros. 
¡Qué metros, qué taxis, qué cafés! 
¡Qué mujeres con pechos ciegos,
y miembros perdidos entre los rascacielos! 
He visto las estatuas de los héroes
en las encrucijadas. 
Danton sollozando en una entrada del metro,
Colón en Barcelona, 
apuntando al oeste por las ramblas 
hacia el American Express,
Lincoln en su silla de piedra
, y su cara también de piedra
en Dakota del Norte. 
Sé que Colón 
no inventó América. 
He oído cien pulcros Ezra Pound. 
Deben soltarlos a todos. 
Hace mucho tiempo desde que fui guarda de ganado.
Levo una una vida tranquila
en el Bar de Mike place todos los días,
leyendo la sección de anuncios. 
He leído el Reader´s Digest 
de cabo a rabo
y he notado la estrecha identificación
entre los Estados Unidos y la Tierra Prometida,
donde en todas las monedas pone
Confiamos en Dios 
pero los billetes de un dólar no lo llevan,
siendo dioses en sí mismos. 
Leo todos los días los anuncios por palabras
buscando una piedra, una hoja, 
una puerta inencontrable. 
Oigo a América cantando 
en las páginas amarillas. 
Uno nunca puede puede estar seguro
el alma tiene sus iras.
Leo los periódicos todos los días
y oigo a la errada humanidad ,
en la triste plétora impresa. 
Veo que han vaciado el estanque de Walden, 
para hacer un parque de atracciones. 
Veo que le están obligando a Melville
a comerse a su ballena. 
Veo que se acerca otra guerra, 
pero no estaré allí para luchar. 
He le´dio los escritos
en la pared del retrete,
ayudé a  Kilroy a escribirlos. 
Marché por la Quinta Avenida 
tocando el clarín en filas cerradas, 
pero me di prisa en volver a Casbah 
en busca de mi perro.  
Veo una semejanza 
entre los perros y yo. 
Los perros son los observadores auténticos
que pasean arriba y abajo por el mundo de arriba abajo
atravesando el país de Molloy. 
He caminado por callejones 
demasiado estrechos para un Chrysler. 
He visto cien coches lecheros sin caballo
en un vacío solar de Astoria. 
Ben Shahn nunca los pintó 
pero están allí,
sesgados en Astoria.
He oído el canto del chatarrero.. 
He viajado por las autopistas,
y credos en las promesas de los grandes anuncios.
He cruzados las Llanuras de Jersey 
y visto las Ciudades de la Pradera,
y me he revolcado en la selva de Westchester 
con sus errantes pandas indígenas 
en furgonetas. 
Les he visto.. 
Soy ese hombre. 
Estaba allí. 
Sufrí
un poco. 
Soy un americano. 
Tengo un pasaporte. 
No sufrí en público,
y soy demasiado joven para morir. 

soy un hombre que se ha hecho a sí mismo

Y tengo planes para el futuro,
soy un candidato
para una empresa importante. 
Podría mudarme
a Detroit. 
Pero sólo por el momento 
un vendedor de corbatas.
Soy un buen chico 
Soy un libro abierto
para mi jefe. 
Soy un misterio completo
para mis mejores amigos. 
Llevo una vida tranquila
En el Bar de Mike Place todos los días, 
rascándome el ombligo. 
Soy una parte
de la larga locura del cuerpo. 
HE deambulado por varios bosques nocturnos,
me he apoyado en portales borrachos.
HE escrito locas historias 
sin puntuación.
Soy ese hombre. 
Estaba allí. 
Sufrí
un poco. 
Me he sentado en un intranquilo sillón. 
Soy una lágrima del sol. 
Soy la colina 
donde los poetas corren.
Inventé el alfabeto
tras observar el vuelo de las grullas que hacían letras
con sus patas. 
Soy un lago en la pradera. 
Soy una palabra
en un árbol. 
Soy una colina de poesía. 
Soy una incursión 
contra lo inarticulado. 
He soñado
que todos mis dientes se cayeron,
pero que mi lengua vivía
para contar la historia. 
Porque soy una destilería 
de poesía. 
Soy un banco de canciones. 
Soy una pianola
en un casino abandonado
en un paseo marítimo
que todavía toca
en una espesa niebla. 
Veo la semejanza 
entre la Mujer Que Ríe
y yo. 
He escuchado el sonido de verano 
bajo la lluvia. 
He visto que las chicas en los paseos de tablas 
tienen complicadas sensaciones:
comprendo sus vacilaciones,
soy un recogedor de fruta.
He visto como los besos
causan euforia. 
Me he arriesgado al encantamiento.
He visto a la Virgen 
en un manzano en Chartres,
y a Santa Juana quemarse 
en la Bella Unión. 
He visto jirafas en las estructuras de hierro de los parques infantiles 
con sus pescuezos como el amor,
envueltos alrededor de las circunstancias de hierro 
del mundo. 
Vi a Venus Afrodita
sin brazos en un aireado corredor.
He oído cantar una sirena en la Quinta Avenida. 
He visto bailar a la Diosa Blanca
en la Rue des Beaux arts
el 14 de Julio,
y a la Hermosa Tipa Sin Piedad
hurgarse la nariz en Chumley´s. 
No hablaba inglés, 
tenía el pelo amarillo 
y una voz ronca. 
Y no cantaba ningún pájaro
Llevo una vida tranquila
en el Bar de Mike Place todos los días,
Observando a los jugadores de billar 
que se dan el gran banquete de minestrone 
engullendo los macarrones
y he leído en alguna parte 
el Sentido de la existencia 
pero me he olvidado dónde .
Pero soy ese hombre 
Estaré allí. 
Y quizá conseguiré que los labios 
de los que dormidos
hablen.
Y quizá convertiré a mis cuadernos
en haces de hierba.
y quizás escribiré mi propio
epitafio epónimo 
dando instrucciones a los jinetes 
para que pasen.



Y la razón por la que para mí siempre será él, es que, hace ya muchos años, recién salido de la universidad, llena la cabeza de poetas y escritores de larga alcurnia o de nombres repetidos desde mi pétrea infancia, no supe dónde buscar nuevas cosas con las que alimentar mi avidez de lectura, no había medios ni caminos que te llevaran por otros sitios que no fuera lo sabido hasta la extenuación. Y por un lazo extraño del tiempo y la gravedad, cayó en mis manos este libro, que luego desapareció, y fue como soplar velas al aire o quemar agua con cerillas; fue un lugar donde me acomodé y repetí, me aislé, contuve la respiración hasta casi ahogarme, me senté en la repisa de la ventana con los pies en la calle, mi sexto piso olvidado como de vertigo de Harold Lloyd, ¿Por qué citar a Harold Lloyd? Porque recordar a este viejo actor del cine mudo fue plasmar  mi sensación de abismo, de descontrol, de pasear por la esquina del arte que me suecedio al leer este libro, fue un recordatorio de qué era lo que me divertía de la poesía, saber qué era la lluvia de versos, aun con nombres y lugares que desconocía, saber lo que  me mojaba la cabeza y la piel como con una lluvia fina de cemento armado que me colocaba en el mundo. Quise aquel libro, este libro que ahora se repite, como se quiere a las lonas en un aguacero de verano, o se quiere a la boca que primero besas o la piel que primero acaricias o cómo se adelanta un pie detrás de otro cuando te han derrotado , un día...






13

No como Dante
Al descubrir una comedia
Sobre las vertientes del cielo.
Yo pintaría un Paraíso
distinto
sobre la gente estará desnuda
como siempre están
en escenas así
porque se supone que es
un retrato de sus almas
pero no habría ángeles ansioso contándoles
que el cielo es
el retrato perfecto de
una monarquía
y no habría fuego ardiendo
en las bocas infernales de abajo
donde podía haber caído
ni ningún altar en el cielo excepto
las fuentes de la imaginación



15



Arriesgando constantemente lo absurdo
y la muerte
cuando actúa
sobre las cabezas
del público
el poeta al igual que un acróbata
escala en rima
el alto alambre de su propia confección
y balanceándose en una ojeada
sobre un mar de rostros
midiendo sus pasos
hacia el otro lado del día
haciendo trenzados
juegos malabares con los pies
y otros importantes efectos teatrales
y todo ello sin equivocarse
en lo que
no puede ser
Porque él es el superrealista
que debe percibir a la fuerza
la severa verdad
antes de adoptar cada `postura o paso
en su puesto avance
hacia este trapecio todavía más alto
donde la belleza permanece y espera
con gravedad
para comenzar su salto mortal
Y él es
un hombrecito
que se pude captar o no
su eterna bella forma
con las piernas abiertas en el aire vacío
de la existencia.






Supongo que puede protestar, de lo que estoy diciendo, mi alter ego que revisa mis posturas pasadas, ese que se arrepiente de todo en las abundantes noches de insomnio, y es la razón acomodada en este estúpido ahora, que me ha cercado con este circulo de fuego donde me hundo mi propio aguijón en el cerebro. Me he propuesto contestar a ese yo mio preso que representa el poder de este río de lo estúpidamente correcto que nos inunda, nos ahoga y hay que luchar a contracorriente para salir de él, si no ha ocurrido que ya te hayas ahogado. Por suerte en el motivo -ese río-está implicita la  respuesta: Ferlinghetti, Ginsberg, los beat, eran, para aquella época, al menos para aquella época mía, el ejemplo de la lucha contra eso idiotamente correcto de entonces, y aun de mi época  de letras atrasadas,  de misa de diez abarrotada, pescado los viernes y besos en el anillo al monje con con un llavero de Pablo VI en la palma de la mano. Ferlinghetti era la furia contra la inútil, contra lo cultura establecido por norma porque sí, era la crítica a la moral cristiana malpensante, contra la barbarie de lo aburrido, contra la política inmutable, contra lo inefable en el comportamiento humano,  contra lo repetido, contra Boecio riéndose de la vida  y Kempis en zapatillas, contra lo normal por uniforme, contra la lluvia en invierno y el sol en verano.
Abrías la puerta y había aire.



6
la verdad no es el secreto de unos pocos”
pero
podría usted pensarlo
por la forma en que algunos
bibliotecarios
y embajadores culturales y
especialmente los directores de museos
actúan
podría usted pensar que al tienen
monopolizada
por la manera en que
caminan por todas partes sacudiendo
sus altas cabezas y
pareciendo que nunca
van al cuarto 
de baño u otro sitio así



Pero yo no les echaría la culpa
su fuese usted
Dicen que lo espiritual es mejor concebido
en términos abstractos
y además
cuando camino por los museos siempre me
dan ganas de
“sentarme”
Siempre estoy muy estreñido
en aquellas
elevadas altitudes.



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10



No me he acostado con la belleza toda la vida
repitiéndome
sus abundantes encantos
No me he acotado con la belleza toda la vida
ni tampoco he mentido con ella
repitiéndome 
que la belleza nunca muere
pero queda aparte
ente los aborígenes
del arte
y muy por encima de los campos de batalla
del amor
Está por encima de todo eso
oh sí
Se sienta en los asientos más selectos
de las iglesias
allá arriba donde se reúnen los directores artísticos
que seleccionan las cosas para la inmortalidad
Y ellos se han acostado de la belleza
toda la vida
Y ellos se han alimentado de dulce melón blanco
y bebido los vinos Del Paraíso 
de modo que saben exactamente que
una cosa bella es un placer
para siempre jamás
y que nunca nunca jamás
puede llegar a convertirse
en una nada perdedora de dinero.



Oh no me he acostado 
en una cama Reposo de Belleza como esta
teniendo que levantarme de noche
por miedo de que se escapase de algún modo
algún movimiento que la belleza hubiese podido hacer



No obstante he dormido con la belleza
a mi propia y loca manera
y he tenido una o dos hambrientas escenas
con la belleza en mi cama
y así derramé otro u otros dos poemas
sobre el mundo del Bosco.






Y ciertamente, debo recordarme a mí mismo revistiendo los poemas con esa saliva que se genera cuando tus sentidos te alertan de algo goloso, de algo que ciega la vista y parpadean los labios. Como un sacrílego de parto reciente descubrí algo nuevo ¿Sabré recordar hoy lo que es ver algo nuevo?¿Sabré sentir ese gusto en la boca cuando recibes algo diferente desde más allá´de tus sentidos? Hay veces que un olor te revienta la mañana de pena por un olvido bienintencionado, hay veces que olor a goma te recuerda un abrazo efímero en el asiento de detrás de un coche, o el olor a café es un viaje a la infancia; hoy el tacto de las letras, el olor de las ideas es lo que me recuerda aquellos, 20, no sé , 25 años en los que amaneció Ferlinghetti, y sus palabras cansadas de joven desnudo, y sus palabras despiertas de joven vestido de fiesta, y su Sonido a rock antiguo y a cool jazz, a Chet Baker y a Miles Davis, a Thelonius Monk y a Bill Evans, y a Librería pasada por filtros de viejas cafeteras, y a gafas caidas en une pelea de escuela y recitales con enfervorizados lectores y a mesnadas de policias labrando la calle. O a misiles nucleares bailando sobre tus fiestas.



11
El mundo es un hermoso lugar 
para nacer
si no te importa que la felicidad
no sea
tan divertida
si no te importan que todo se vaya a hacer puñetas
justo ahora cuando todo marcha bien
porque hasta en el cielo
no se canta
todo el rato



El mundo es un hermoso lugar
para nacer
si no te importa que algunas personas mueran
diariamente
o que quizás solo padezcan hambre
parte del tiempo
lo cual no es tan malo del todo
si no te toca a ti



Oh el mundo es un hermoso lugar
para nacer
si no le das demasiada importancia
a unas mentes muertas
en altos cargos
o a una o dos bombas
de vez en cuando
que caen en vuestras caras mirando hacia el cielo
u otras cuantas cosas impropias
de las que cae presa
nuestra sociedad de Marcas Conocidas
con sus nombres de distinción
y sus hombres de extinción
y sus curas
u otros guardias de tráfico
y sus diversas segregaciones
e investigaciones del Congreso
y otros estreñimientos
de los que es heredera
nuestra imprudente carne




el mundo es el mejor sitio de todos
para muchas de estas cosas como
representar la escena divertida
y representar la escena del amor
y representar la escena triste
y cantar canciones en voz baja y tener inspiraciones
y caminar por todas partes
mirándolo todo 
y oler la flores
y dar pellizcos a las estatuas
y hasta pensar
y besar a la gente y
hacer niños y llevar pantalones
y saludar con los sombreros y
bailar
e irse a bañar en los ríos
en excursiones
en pleno verano
y generalmente
“pasárselo bomba”

pero justo en medio de todo eso
llega el sonriente
empresario de pompas fúnebres.






La furiosa Ironía de Ferlinghetti, el descreimiento del soldado perdido en mil batallas dentro y fuera de la guerra, el analista que no borra lo que no le gusta, el ateo desprendido de su pasado rural, el cantante que despega los labios de una saxofón que no toca, el sonriente hasta la herida, la herida en la sangre por la que ve las cosas evidentes y nadie lo sigue, el que mira el mundo diferente que la adocenada sociedad de posguerra ha abandonado;  ese Ferlinghetti, es tan actual como lo era entonces, cada verso que he puesto, cada estrofa, cada acento y cada tipografía, todas son parte de ese descreimiento, esa eterna batalla contra lo imbecilmente correcto que invadió e invade, e invadirá nuestras vidas, contra lo que nadie apaga si se enciende , contra las batallas que ya perdidas se necesitan ganar, y contra las ganadas que dejamos que nos venzan: Ferlinghetti desnuda su mundo, sí, allá por 1950 y lo hace ahora 60 años después.



Obligado del Chatarrero



Vamos
venga
Vámonos
Vaciemos los bolsillos
y desaparezcamos.
Perdiendo todas nuestras citas
y reapareciendo sin afeitar
años más tarde
con viejos papeles de colillas
pegados a los pantalones
y hojas en nuestros cabellos.
Nos nos preocupemos

de los plazos
nunca más.
Que vengan
y se lleven
aquello
que estábamos pagando.
Y a nosotros también



Levántate y vamos ya
donde lo hacen los perros
al otro lado de la Colina
donde guardan los terremotos
detrás de los Estercoleros de la Ciudad
perdidos entre las cañerías de gas y basura
Vamos a ver para qué son de verdad
los Estercoleros de la Ciudad.
Mi país llora por ti
desaparezcamos
en cementerios de automóviles
y reaparezcamos años después
recogiendo trapos y periódicos
secando nuestros calzoncillos
sobre fuegos de basura
con remiendos en nuestros culos.
No te tomes la molestia
de decir adiós
a nadie.
Tu señora no va a echarnos de menos.
Vámonos
oliendo a latas de Sterno
donde los bancos están llenos
de abandonadas estatuas de Bowling Greeen
en la oscura noche interior
del florido bowery
con nuestros ojos llorosos
al contemplar
las vacías botellas de moscatel,.
Vamos a recitar biblias rotas
por las esquinas.
A seguir perros en los muelles
Decir las canciones
Tirar piedras
Decir cualquier cosa
Parpadea al sol y rascarse
y tambalearse hacia el silencio
Echar meaditas en los portales
Conocer putas de tercera mano
después de todo el mundo ha terminado ya con ellas
Tambalearse confusamente adentrándose en el ocaso de East River
Dormir en cabinas telefónicas
Vomitar en casas de empeño
reclamando un abrigo para invierno



Levántate y vámonos ya
bajo la ciudad
donde ruedan los cubos de basura
y reaparezcamos con las ropas podridas
como subterráneos reyes sin corona
de los servicios de caballeros del metro.
Vamos a dar de comer a las palomas
en el ayuntamiento
rogándoles que hagan sus deberes
en el despacho del Alcalde.
Por favor date prisa ya es la hora.
Se acerca el fin.
Repentinas inundaciones
desastres solares
perros desatados
la hermana en al calle
con el sostén hacia atrás
(…)
Vámonos entonce tú y yo
dejando nuestras corbatas en los postes de la luz
a apoderarnos de la barba llena
de la anarquía caminante
como la de Walt Whitman
con una bomba casera de bolsillo,.
Deseo descender en la escala social,
la alta sociedad es baja sociedad
soy un trepador
que baja
y el descenso es difícil
El ideal de la Alta Clase media
es para pingüinos
pero a los pingüinos no les sirve
tienen su propia ley del más fuerte
basada en pingüinos
hay palomas en la yerba






Levántate y vámonos
a la Isla de Hombrelibre.
Suelta a los cerdos de la paz.
Date pisa por favor que es la hora.
Levántate y vámonos ya
hacia el interior 
del cafetería Foster,.
Hasta la vista de Emily post.
Hasta la vista
de Lowell Thomas
Adiós Herlad Square.
Apaga y vámonos.
Confunde al sistema.
Anulemos los alquileres.
Perdamos la guerra
sin matar a nadie.
Deja que griten los caballos
y corran las damas
al lavabo atascado de señoras.
El fin acaba de empezar.
Quiero anunciarlo.
No andes corre
a la salida más próximas.
Viene el verdadero terremoto.
Siento temblar el edificio.
Soy un tipo refinado.
No lo soporto.
Me voy
adonde los burros se acuestan
con los aduaneros que si mismo se llaman
críticos literarios.
Mi picha está llena de polvo.
Mi cuerpo lleva colgado demasiado tiempo
de extraños tirantes.
Búscame una brillante bufanda
para taparrabos.
Desátate y partamos
donde los coches deportivos se derrumban
y el mundo empieza otra vez.
Date prisa por favor que ya es la hora
son horas extras
y esa es la pega.
EL bloc de las ideas nos hace a todos muchachos hogareños.
Larguémonos
hacia la descarriada eternidad.
En alguna parte los campos están llenos de alondras.
En alguna parte la tierra se divierte.
Voy cantando .
Mi país es tu país
levántate y vámonos ya
a la Isla de Hombrelibre
para vivir la fiel vida sencilla
de sabiduría maravilla
donde todo crece
hacia arriba
inclinado y cantando
en el amarillo sol
amapolas saliendo de rebaños de vacas
pensativos ángeles saliendo de cagadas.
Debo ya levantarme e irme
a la Isla de Hombreslibres
allá lejos detrás de las palabras rotas
y del bosque de Arcadia






Pero “Un Coney Island de la mente” es “un divertimento de la mente”, es un ejercicio de salud mental, para el que escribe y el que lo lee: jugar con la ironía y con los textos y con las ideas, para lanzar cuchillos a tientas y desgarrar el telón que todo quiere tapar: lo aburrido, lo inmoral, lo ilógico, lo irreal, lo injusto, la verdad propia que respeta tu mundo. 
Después de tantos años sigue naciendo un sol oscuro todos los días, y hay luz en mi biblioteca que lo alumbra, suave y sin moverlo, pero lo alumbra...

27



Caminaban pavos reales
bajo los árboles nocturnos
en la perdida luz
de la luna
cuando salí
en busca de amor
aquella noche



Una tórtola se arrullaba en una cala
Una campana dobló dos veces
una vez para el nacimiento
y otra vez para la muerte
del amor
aquella noche.




lunes, enero 18, 2021

UN HOMBRE QUE DUERME de GEORGES PEREC

 



UN HOMBRE QUE DUERME de GEORGES PEREC


Impedimenta, 136Pág.
Tradc, Mercedes Cebrián

Si te sitúas en un oscuro bulevar a finales de noviembre, donde nada ilumina tus pasos, el agua se levanta con el paso de tus zapatos, alguien fuma a tu espalda y el olor a tabaco y un ácido olor a colonia demasiado fuerte llega a tu nariz, pero nadie parece estar tras de ti; si te ves confundido por el parpadeo de los faroles estropeados de la calle apunto de apagarse, si no sabes dónde vas, si crees que no hay nada tras la esquina, ni al otro lado del paso de peatones, nada tras la puerta de tu portal, nada tras la ventana cerrada, nada tras la próxima zancada, nada... Podrías ser tú el que quisiera querer abandonar este sucio bulevar, esta ración de espacio vacío, de frases vacías que pudieran parecerte, hasta ahora, reales, la vida real. Podrías pensar desengancharte del carro, podrías quitarte el collerón y dejar el bulevar, el camino, la casa, los amigos. Separarte de este mundo; podrías ser otro, podrías ver el mundo desde arriba o desde  detrás o desde el lado, pero no ser partícipe de sus historias, ni de su caminar, ni de sus impresiones; nada de sueños compartidos, nada de prisas, nada de relacionarte, nada de vivir para ser. Podrías, algún día, pensar que hasta aquí has llegado, y algún día, sí, correr lejos, lejos, hasta donde no necesites ser ese tú  todos los días.

Un hombre que duerme un día apaga el despertador, deja de ir a un examen, deja la universidad, deja de relacionarse, deja de convivir con nadie; y está solo consigo mismo; deja que París sea su acompañante, pero solo para ser el lugar, casi el objeto, donde pasa la vida, pero donde no se queda, pasa;  él que se ha apartado del mundo no se queda. París, y sus calles que se descubren y se olvidan, y sus habitantes que no son nadie más que caras que pasan y no se quedan en la retina vacía de memoria, y los coches que son números perdidos y colores que le rebasan, y la habitación que no es más que un cuchitril donde la vida se concentra en estar. Lugar donde ni el juego solitario de los naipes, ni las grietas del techo, ni el periódico que es una sucesión de noticias sin ningún espacio para quedarse , ni el goteo del grifo que parece dar cadencia al tiempo, ni el gruñido de los vecinos,ni sus ruidos sin cara, sin posibilidad de ser aprehendidos, nada de ese cuchitril sirve para otra cosa que no sea vivir cuando se sueña, y soñar cuando se está despierto. No queda nada por la que algo pueda importarle, o pueda entrar en su memoria y quedarse, o pueda influir en su decisiones; importarle a él, a el hombre que duerme y está insomne del mismo modo, con el mismo sentido, con la misma necesidad de no ser nada, de ser olvidado, de no pertenecer ni al mundo, ni a las calles, ni a la casas, ni a la habitación, ni a la cama; no ser parte de la memoria de nadie, ser para ellos lo que ellos son para él, seres que pasan, que no destacan. El hombre que duerme se ha apartado de todo para poder dominarlo, para no participar de sus luchas, ni de sus victorias ni de sus derrotas, así podrá ser él mismo.
¿Podrá ser él mismo? La vida derrota de muchas maneras; vivir fuera de ella, de los lugares comunes, no exime de ser derrotado;  la intención de no ser nada, de apartarte, no exime, no, de perder el camino, de que veas, que sientas, que eres tan habitante del sucio bulevar como lo es el barrendero que barre sus aceras, o del tendero que pone sus manzanas en el escaparate, o del borracho que rompe las botellas, llenas de rabia, como él, contra el suelo; todos tienen su destino marcado entre hospitales que dan vida y hospitales donde la pierdes, entre misas de entrada y de fin, de abrazos de recibimiento y de despedida.


Pero no puedes estar toda la vida viviendo a contracorriente. ¿Por qué? Porque no has sido preparado para ello, no reconoces la victoria en hacerlo, y tampoco sabes vivir, convivir contigo mismo, en un mundo monótono, tanto como del que te has ido; y no sabes hacerlo sin que añores el cambio de tus conductas; no sabes si necesitas volver al mundo o este te llama o, simplemente, no puedes ver que has sido derrotado, que el bulevar es de una sola dirección, y aunque no lo sepas has sido preparado para seguirlo, está en tus genes o en tu aprendizaje social, moral o religioso. Impuesto, o no, debes seguir la corriente aun fuera de ella, porque abandonarla del todo te enfrenta a ti mismo, a la fría realidad de tu cara extraña en el espejo, a la fría cama vacía, a la necesidad de ser un ser social; y por ello te nacen fantasmas y te nacen sueños donde vivir es una sucesión de intentos de saber cómo eres y cómo son ellos, el resto del mundo, y saber cómo está, cómo vive,  lo que te rodea. Ya no puedes abstraerte de ello ni de ellos, pero tampoco de tu cuerpo, y de tus pensamientos circulares que van y vuelven sobre ti y que te rodean, que parecen caerse sobre ti. Y ves tu cara por todas partes, y tu pelo, y tus manías y tu repeticiones y tu soledad impuesta y tu desaparición, tu ser nada, tu nada ser, los ves reflejados en cada átomo de aire que te rodea. Así que esta huida no puede funcionar, porque hasta tu espejo te devuelve la cara de un tipo que no reconoces, que vas perdiendo de la memoria de quién eres: ese alguien que te devuelve el reflejo no se parece al que crees que eres, al que sale en tu sueños, en tu memoria, en tu idea de ti mismo, no es él, no puede ser. No, ese no eres tú; los fantasmas nublan tu mente, ese fantasma, y la locura, o algo que se parece a ella, parecen surgir del espejo, y de la cama, y de las brechas del techo y del ruido de los coches en al calle.

La farola estropeada del sucio bulevar se apaga, quedas a oscuras.
Perec deja el gato suavemente en la acera, sube, por los trece escalones de la escalera de madera manchada de pintura azul, hasta la farola y pone una bombilla nueva, roja.



EL DIARIO DE HAMLET GARCÍA de PAULINO MASIP

 


EL DIARIO DE HAMLET GARCÍA de PAULINO MASIP
1ª edición en 1944
Edtral: Círculo de lectores 324 pág.




Empezaré poniendo las cartas boca arriba, toda la baraja, y así diré que éste es el mejor libro escrito por un español en el siglo XX que he leído. Nada, nada de nada, se acerca a la construcción total que se desprende en cada una de sus páginas. Y me da rabia, que sea por su condición de escritor republicano exiliado, sea porque no aparece en los libros de texto, ni en los comentarios de sabios lectores y críticos, sea porque la última edición de esa novela sea de hace 26 años, sea por lo que sea, o por todo eso, su nombre y esta obra pertenezcan sólo a no sé bien cuántos lectores, pocos supongo si es correcta la pequeña encuesta que he hecho a mi alrededor y donde he visto que nadie conocía a este autor -o se observa también viendo una simple búsqueda en google-, hay pocos, y sobre todo en este tiempo, que hayamos tenido la suerte de que cayera en nuestras manos.



Hamlet García es un filósofo, es un profesor ambulante de metafísica, sin cátedra ni carrera, dueño sólo de su mente y sus actos, los cuales están bajo el dominio absoluto de sus reglas filosóficas. Nada debe escapar a lo que él siente como la manera correcta de actuar, si ello pasa el mundo se le viene abajo -al menos por unos instantes- y hasta el cuerpo se le descompone cuando las cosas se alteran. Éste es el diario de los días anteriores y posteriores al comienzo de la Guerra Civil en Madrid, de las cuitas y los problemas que le provocó esta situación, pero también de la vida y reacciones de las gentes en aquellos días. Es el mural expresivo de unos momentos concretos de la historia de España, mirados desde la mente de un filosofo que se aparta de todo, que ve las cosas desde la distancia , sin tomar partido. La política y sus reacciones, la guerra y sus contendientes son ajenos a su lógica mental, los observa y analiza con un bisturí afilado con neuronas. Pero de esa misma forma, esas cosas que tras pasar por el filtro de su mente se convierten en actos y reacciones concretas, se le vuelve ariscas o reaccionan en su contra para dejarle a veces en ridículo -en una especie de jocosa reacción- y otras veces le enturbian el alma y el cuerpo hasta convertirse en un disfraz de si mismo, en una marioneta con cerebro, y algunas otras veces son refuerzo para superar sus trances más oblicuos. Todas esas situaciones, algunas veces políticas, otras bélicas, morales filosóficas, mentales, o del discurrir cotidiano de la vida, o de su relación con las mujeres, las escribe en su diario, las disecciona y las analiza, hasta discute consigo mismo, se avergüenza, se destruye y se reconstruye, se alivia y se sostiene, se levanta y cae, ironiza y descarta, critica y despedaza, se lava y se hunde en la basura. Todo aparece en sus textos para mostrar un río de cauce amplio donde se encuentra el humor y la política, el desasosiego y la esperanza, la pulcritud y la moral, lo querido y lo prohibido.



Pero es la guerra lo que predomina en su diario y en sus pensamientos. Esa guerra que Hamlet la ve cerca físicamente, pero mental y filosóficamente, lejos. Lejos toda la crueldad, espanto y desconcierto que asoló aquellos días España y, en este caso, Madrid. Él mira eso días, esos movimientos, el ir y venir de guerra y muerte, de luchas y muerte, los ve de manera casi científica, se extraña de sus motivos, las actuaciones y sus resultados, pero los intenta comprender no solo desde un punto visa ético sino que también personal. Estudia, oye y comprende a las personas con las que habla, sean de un bando o de otro, acepta o rechaza actos y palabras por no ser acordes con la razón pero no por ser de una parte u otra. Por ello, no cae en el fácil acto de tomar partido, solamente ve las situaciones y se horroriza o las comprende como actos contra el mundo y contra España en este caso. Pero de la misma forma esta novela no es, o no sólo es, una novela sobre la Guerra Civil en España sino que es una novela sobre todas las guerras y todas las victimas y todos los combatientes, sobre todas las familias, gentes, víctimas, heridos, culpables, vencidos, sobre las ciudades, sobre las políticas y las mentes que han estado y estarán en todas las batallas que han habido y habrán.



Las líneas del diario se van rellenado de personajes diversos: desde la mujer de Hamlet, hasta su criada, o sus alumnos o cierta prostituta, o su primo militar sublevado, ademas de los mas diversos personajes (porteros, camareros, soldados, profesores,...) que va encontrando en sus peregrinajes por Madrid de aquellos días ... Todo son analizados, inspeccionados, pensados y sentidos por su pluma. Y,  bajo el abrigo de su escepticismo, se adivina una perplejidad por el mundo y sus reacciones, pero sobre todo una comprensión ligada con su moral y su alma filosófica, que los cubre a todos, para entenderlos y por ello amarlos o criticarlos, pero desde su inabarcable sentido ético. A veces un poco despistado...



No creo haber podido plasmar todo lo que enseña el libro, no he abierto todos los cortinajes ni levantado todas las persianas, sacado el polvo de debajo de las alfombras o mirado tras los libros, para poder mostrarles un sentido del humor casi descabellado, una crítica a los sublevados y a las reacciones de los republicanos, o su extraña manera de relacionarse con las mujeres, el mundo, la vida, el sitio donde sobrevive en ese época  y destino...y muchas cosas más...Pero, sépanlo, éste es un libro... soberbio .


domingo, enero 17, 2021

NOS LO INVENTAMOS TODO de A. GINSBERG, K. KOCH y R. PADGETT

 














NOS LO INVENTAMOS TODO de A. GINSBERG, K. KOCH y R. PADGETT

Ed Kriller71

Versión de Sílvia Galup

 

 

KK- Vamos a hacer algo relajante

AG- Un poema que no tenga sentido

KK – Vamos a hacer un collage ¿has traído algún libro?

AG- Sí

KK- Perfecto ¿qué has traído?

AG-He traído el sueño ¿puedo usarlo?

 

He leído el libro.. a ver...: en silencio, con música de 13th floor elevators, en silencio otra vez, en voz alta… y...decidí que tenía que leerlo en voz alta, está hecho para ello, desde su origen hasta en sus palabras dictadas, cantadas, pausadas, improvisadas o, simplemente, ilógicas..

 Este libro hay que leerlo en voz alta. Sí. 

Llegado al punto de conocerme el libro bien, me decido a hablar sobre él, no a hacer un reseña puesto que esto no es una reseña, no sé hacer reseñas, que según alguna profesora de crítica literaria mexicana que conocí deben ser limpias, objetivas, abstenerte de ideas propias, y de polvo y paja; así que no sé hacerlo. Además me pasa que en un giro solipsista o introspectivo -a saber- del libro,  aparece en él  la mejor definición, la decisiva, la que el libro  se describe a sí mismo. Sí, en efecto, la solución está en sus páginas.En esta marmita –en la que debí caer de pequeño, pero no pude por no conocerlo- que recoge una reunión en una iglesia; lugar, digámoslo, donde no encaja   este frenesí de textos con, a ver,  ideas sexuales y muchas libertarias y metafóricas, y absurdas y  bellas y carnales, y alguna descreída, -solo encaja, en lo del suceder en una iglesia,  este aire de cadáver exquisito y en lo sagrado-;  desencaja, también,  en esta sopa,la orgía desnaturalizada entre componentes de la Escuela de New York y los beat; y desencaja   ese jolgorio descrito  de la gente jaleando, y que  la suma de las partes no son el conjunto, y esa extraña  grabación en, supongo, un viejo grabador que sobrevive por los pelos. Decía, en fin, que la definición última del libro, admiren lo retorcido, está en una entrevista que hace Ginsberg a Koch, en el que este se define, o define una obra  suya, una obra de teatro, citando una crítica artística que hace Frank O’Hara a la obra de un escultor, Smith tiene de nombre. Así es  la literatura…

….

-Páginas 115 y 116-

Kenneth Koch.-Prefería contarte la trama superficial

Allen Ginsberg-¿Por qué?

Kenneth Koch- Porque esa es la trama. No hay significado oculto: Frank O’Hara dijo algo sobre el trabajo de David Smith que parece relevante para lo que pretendía fuera mi obra. En las esculturas de acero de Smith, Dijo O’Hara, la unificación se aborda invitando al ojo a viajar exhaustivamente sobre la compleja superficie, en lugar de invitarlo a establecerse en el todo y luego explorar ciertos detalles.

….

 

 

Y ya está…

 ...El libro es eso...es leer, observar, improvisar, acariciar, absorber, improvisar, limar,   lucir, improvisar,  declamar, oler,  improvisar... No pretendas buscar una razón oculta y encontrar las pruebas, simplemente es esto… Es esta sensación de libertad, juego, de pensamiento rápido, birlibirloque de palabras, improvisación -insisto-, imaginación,  color, luz, oscuridad, sentido, pasado-para nosotros-, presente -para ellos- , es solicitud , energía-mucha- , sinergia, solipsismo, sarcasmo, ironía, bendición rápida, anatema, exactitud, texto salvado y bombas al aire que explotan dejando heridos;  nada más rápido y directo-acción directa-. Es esto. Ni más ni menos: es una exhibición de Orfeos sin lira, una descastada reunión de poetas sin permiso divino., es un desorden organizado, una energía nacida de la cuidada, contradictóriamente,  entropía -amo, sobre todo,  este libro porque es un libro entrópico-. 

Versos de unos norteamericanos compañeros,  eruditos colaboradores, de bertsolaris, de repentistas, de payadores , de remedos de improvisadores, también, del Stornello.

 

AG- Con barba el joven se inclina hacia adelante

KK-Como una rana

AG- Escuchando a los poetas croar.

….

 

Pero me queda corto  esre comentario, de modo que comento algo que me ha venido a la cabeza mientras lo leía, alguna de las veces, y es lo efímero del arte, más en este caso con desaparición inmediata por improvisado; la plausible (y  cierta en otros casos)  posibilidad de que esto no hubiera sido grabado;  esa extraña sensación que deja el arte que desaparece y que tú no puedas haberlo visto u oído o sentido. Esa sensación que me obsesiona desde niño con la pérdida de  obras de la biblioteca de Alejandría o Montecassino,

(perdón, pero pongo otro cachito del libro)

KK-a veces siento que no soy nadie

AG-a veces siento que no soy nadie

KK- sentado al lado del teléfono esperando que alguien llame

AG. Solo soy un pobre mendigo, que quisiera ser más rico que Rockefeller

 

(sigo)o los cuadros perdidos de Tiziano, Ribera o Rubens o …. Y… ¿sí esta reunión o asamblea  o exhibición poética no se hubiera grabado? Si fuese así sería parte de la leyenda perdida, sería parte de esa cada vez más grande perdida de arte en el mundo, esa sensación de que lo hermoso dura cada vez menos, de la posibilidad de olvido perpetuo y, es más, en el mundo actual …de desprecio. Supongo que, tomando en serio a Einstein, y creyendo aquello  de que la energía ni se crea ni se destruye, creo que esta reunión poética nos hubiera debido llegar, porque creo que todos esos otros  poemas perdidos por no haber sido grabados, escritos, las canciones nunca grabadas, los solos de piano nunca descritos, los cuadros quemados, hasta las miradas de cariño que nunca nadie ha contado… toda esa belleza que no nos  ha llegado.., toda, sí… debe, seguro,  estar en el viento, de Dylan o nuestro, y nos llegará de ella alguna parte infinitesimal si somos conscientes de ello, y si escuchamos con cuidado a  la brisa, cuando es suave.

 

-AG- Popeye se sentó en una silla

KK-Leyendo a William Blake

AG-Blake se levanta y grita

KK-¡Este marinero no es de ley!

….

 

 

Me viene a la cabeza otro asunto que me surgió con la lectura, espero, atenta de libro, -las veces deberían convalidar-, y es  ese asunto de la propia belleza. Todos, desde los filósofos hasta los artistas de moda incluidos, han hablado o disertado sobre la definición, esa tontería de la objetivación de la belleza; con intentona de  definición o exageración o de  dogma- siempre hay de todo…-. No quisiera, encima, caer yo en el dogma y crear un catecismo, una biblia en el peor de los casos, afirmando lo que es belleza o no. Este libro, para mi concepto de belleza, es bello, con todos los peros que me pondría el mundo, incluido Robert Frost y hasta Bill Murray, sobre lo que se pierde en la traducción, sobre la vida y  milagros de los versos ingleses y la pérdida de valor de la imagen -sin la alta definición del idioma-. Pero, así es, el libro es bello para mí, la razón será tan propia como impropia para otra gente,  este so sí, partiendo de que este mundo absurdo de lo correcto y lo políticamente correcto, y lo políticamente correcto por censura, y lo políticamente correcto por censura y por papanatismo, me supera (de tal forma que lo obvio)-. Decía que este libro me parece hermoso, ¿por qué? Pura

(aquí otro pedazo de página)

AG -¡Qué miedo! No sé   cómo hacer que mi sextina tenga gracia

KK-Allen tendrías que abandonar por un momento tu espiritualidad

AG-Eso parece, bueno Ken, y sin embargo

KK-Si hicieras algo así en la Escuela de New York serías un intruso

AG-Aunque de todas formas me cerrarían la puerta en la jeta

KK-Allen, si piensas eso, debes estar soñando

AG-Bueno, Ken, sabes que soy un poeta y siempre estoy soñando

…..

(sigo..)exposición de ideas, de servicios al arte, de desarrollos exponenciales de la imaginación, de momentos….Supongo que son eso en realidad:  los momentos;  esos textos creados en un momento dado imaginados e inimaginables, en un sito dado, en una cultura dada, en un contexto dado, con unos protagonistas dados, improvisados y eternos, que rompen con todo y se dedican a crear, con ideas originales o no, eso da igual-no lo podemos analizar así-,  donde aparece un instante maravilloso de una o dos horas, esa fragilidad de la belleza, de lo  que decía antes: lo efímero, improvisado  y distinto. Lo atrapado que debe ser lo hermoso para que no se escape, y da igual que no lo entiendas, que se te escape, es el momento y su reflejo en ti, ese orgasmo de versos e ideas, esa explosión  no ya de ganas, sino de empujarte a pensar distinto, a mirar cosas nuevas, a sajar este mundo por la mitad y crear algo nuevo fuera del  papanatismo, ese, que nos rodea. Y si,  ese es un  lado, el texto y sus autores, en el otro,  luego, está el oyente, en este caso yo, el lector, quizá el que decide sobre todo:  leer, entender, comprar, distinguir, apreciar, subir al carro, descarrilar el tren, bueno…el lector es quien decide creer en lo que lee…y este libro es para creyentes, es un libro para un tipo de secta atea y agnóstica y fastidiosa e irreverente, que cree que la vida no empezó con internet y que los raros no  son los malos, que los poetas hay veces que son buenos, y que el coyote debe algún día tirar atado por la azotea del Empire State, aunque no se lo coma, al correcaminos, y que la vida, como en este libro, consta de pequeños y extraños momentos de belleza que hay que aprovechar...

 

…-

 

AG-Bueno aprendí sobe metáforas en la universidad de Columbia, pero fue hace tanto que ya se me ha olvidado.

KK-Nunca olvidó nada

AG-Dios

KK. ¿Qué Dios?

AG-Ninguno querido

KK-Querido Ninguno

….

 

Adjetivos… quería hablar por último de los adjetivos. Supongo que pensarán, si alguien -que lo dudo- ha llegado por aquí, que qué hago hablando de los adjetivos de este libro: pues es simple, me vino a la cabeza una notita que dejó Sylvia Plath en uno de sus diarios, en la que hablaba de que estaba enfadada y obsesionada( raro es) porque en los poemas últimos suyos que había revisado, abundaban en demasía los adjetivos( hablaba de que esa no quería que fuese su poesía) Así que, como admiro –quiero- a Sylvia, siempre , las escasas veces  que lo hacen, que me preguntan que qué es la poesía  bella para mí, yo , sin sacralizar,    respondo que  la poesía bella es la que economiza los adjetivos (la sobreabundancia de calificativos me puede), la que va directamente al verbo y sustantivo; la que cita, ejemplariza, dota al asunto, a la imagen y la vida de un cosa objetiva, directa, sin escapes, sin fuegos de artificio. En este libro, esta charla, esta reunión, escasean los adjetivos,-fíjense-, sus definiciones son directas, al ojo, al corazón, a la sangre, a la herida o a hacer herida o a hacer concepto sin definir;  y tú defines -debes, deberías-. Sin adjetivos hay sustantivos sin santificar, verbos sin el color exacto... hacer del texto una colección de ideas a discernir, a copiar. Sangrar los textos al modo del viejo médico, lo hacía para liberar la mente ( y para expulsar los males del corazón y la angustia, pero eso es otra historia).

Postdata: si Ordine defiende la "utilidad de lo inútil", yo creo en la utilidad de lo efímero( y como tal inútil) en la vigencia de lo hermoso, porque como tal ha de tomarse todo el ritual de leer poesía: el gesto de aceptar y conseguir él libro, el acto de leerlo, el propio hecho de descifrar y adaptar el texto y su complejidad , recoger la profundidad  o expresión de sus significados; todo, todo, es un acto de amor a lo no evidente, a lo extravagante, a lo necesariamente innecesario; por lo tanto es el amor a lo último nuestro que nos va quedando: la libertad, la libertad de amar lo diferente, a la mirada distinta a la vida, al mundo.

AG- En el balcón

KK-Julieta vomitando

AG- Dice que Allen escribiría sobre esto…

….

 

 

 

 

 

lunes, enero 04, 2021

AULLIDO de ALLEN GINSBERG









AULLIDO de ALLEN GINSBERG

 

Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas…

 

Normalmente no  debería escribir esta reseña hoy, porque pareciera que en apariencia, en ganas, texto y tema  no hay nada que me una, a esta hora de la noche insomne, a los versos largos y apretados de Ginsberg; pero ocurre que, al contrario del cadente sabor de la lectura en los libros, estos días he estado oyendo,  AULLIDO, en un audio libro. Lo oí como pude escuchar a Pink Floyd con wish you were here, por ejemplo, o a 13th floor elevators con cualquiera de sus alucinógenas canciones; pero no, con sorpresa, siento que la voz del rapsoda, y con ella la de Ginsberg, me llega ahora de nuevo, a las 5 de la mañana, y aún me resuena, en los oídos, se  me repite, me deja sabor salado en el paladar, me entumece las encías con esa sensación de bomba de ácido, banderas  y de flores que es el libro. Y me quedo con la impresión y la necesidad de que ese  Aullido, por evidente, es para oírlo, es para que repita ese golpeteo de ideas, textos, imágenes, metáforas, de versos libres y escapistas, de pensamientos obscenos y bárbaros, de locuras reales e imaginadas. Todos son para oírlos, saltando por los auriculares, mientras vas posando durante el paseo, como hoy, los ojos en los ríos desbordados, en ramas que bajan violentas por sus cauces, para mirar chicos y chicas que pasan enamorados o cansados, mojados y tensos,  y dejas la mente libre entre los versos de Aullido que te guían para pensar en las nubes rotas, para mojarte, como hoy, con lluvias frías, para empaparte con nieve y barros, para besar estelas y trapos negros, para pensar. Sobre todo para pensar..

….que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera,

que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,

que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York,

que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche,

con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin,

incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo del intertiempo,

 realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn, desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente…

 

…Pensar mientras oyes poesía…, caminos tan buenos como originales, tan largos como corto el trayecto, dejar que los textos te trasporten, -como en   un inframundo maya- acurrucado en las calles de esta población muerta del mundo actual: dejar que te lleven por otros lugares, a barrios donde venden peyote, marihuana y bárbaro alcohol; que te lleven, también,  a espacios  nacidos en los años 60 del XX y que aterrizan en este mundo presente.También me dejan los versos escuchados, -y me llevan- pensar en cuánto durará en las librerías este texto de Ginsberg, texto apologético y reverencial de un mundo pasado, texto peligrosamente incorrecto para estas mentes de lo políticamente correcto, mentes jóvenes que hacen de lo formal, de lo creíble, de los sibilinamente adquirido una realidad única, una censura bastarda, apoyada en un desconocimiento cultural y educativo, brutal; ¿Sobrevivirá Aullido? ¿Sobrevivirá entre sus textos jipis y violentamente libres, entre sus textos sobre la realidad de un momento, de un estado, de una política, de un obsceno paso por el mundo de la libertad, por un sagrado ejercicio de amor literario y carnal, carnal por literario, literario por carnal, sexualmente literario? ¿Sobrevivirá al paso del tiempo, al desinterés por un momento de la vida, de la historia, de la cultura, de la realidad?  Y no solo deberá sobrevivir a  la violenta indiferencia desconocedora del futuro, sino que deberá luchar contra el amor al objeto, a las perfectas líneas cuadradas, a las mentes rectas de los críticos y los poetas de oficio rector que creen que la poesía tiene una única lectura, y que cada una de las lecturas de Aullido debe ser restringida a un momento, a una hora, a un minuto, a un segundo de la vida de  ALLEN GINSBERG. ¡¡Cada verso, señores, debe ser es un callejón sin salida, una pantalla de cine, una calle de sentido único, una barca de pesca con un solo remero!!!

 

 

….que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los callejones de sopa  y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis,

que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor….

 

Creo que Ginsberg y esos que, como él, vivieron una época inflamada de recuerdos, de gestos con un significado, de guiños a un forma de ver el mundo, de formas de pisar la tierra, de fumar las barbas y afeitar la hierba; creo que ellos viven y renacen -renaceran- cada dia en los que cuidamos, respetamos e identificamos ese mundo, extraño sí, porque cada vez está más alejado; alejado en el tiempo y en el color de los zapatos y las luces; creo que debemos, los que sobrevivimos, mirar a esos autores, sus libros y creaciones, viendo, pensando, enseñando,  que son un estado de la poesía, son un paso por esta vida de personas e ideas que crean y viven en algo cercano al mito, a la leyenda. Sí, creo, que todos estos versos viven , y sobrevivirán,  en la leyenda, como un Sísifo que vuelve -insistente, obligado, necesario, brutal- en cada verso oído o leído, y por ello, como todos esos mitos, ellos son y serán  parte viva y palpitante de la interpretación de las personas que a ellos acuden o que en ellos descubren nuevas cosas, nuevos caminos para identificar lo actual o descubrir y repatentar aquel mundo del que habla. Versos que crean leyendas, leyendas que esculpen y escupen poemas, portadas de libros que hacen del recuerdo, del sonido de sus letras y papeles un mundo diferente cada vez que te cruzas con él.

.Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?

¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!

¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!

¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio! ¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!

¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!

¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos rascacielos se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla!...

 

Ciertamente da igual de lo que va AULLIDO, esto no es una reseña, esto no va de eso. Es mi libro y diga lo que diga a otra persona no le parecerá, si también lee a Ginsberg,  que habla de un mundo de locura, sexo, de amor y de política, que habla de manicomios y versos perdidos, que habla de droga y muerte, que habla de violencia y de injusticias.  Supongo porque no habla de eso. O porque la poesía no es para reseñarla, es para decir que la amas, porque… ¿si no la amas por qué ibas a hablar de ella? No se habla de lo que no se quiere, no se habla de amor con quien no te quiere.

 

jueves, diciembre 31, 2020

PEQUEÑOS TRATADOS de PASCAL QUIGNARD

 















PEQUEÑOS TRATADOS de PASCAL QUIGNARD

 

 

Uno se sabe, así que piensa y cree que no puede ser capaz de desnudar o describir, -ni en muchas ni  en pocas palabras- algo que es inefable para él; sabe, también, que todo lo que explica, cuenta, inventa, crea, sacude, exprime o apareja Quignard en este escrito es tan abrumador que te cae como lluvia torrencial y te deja perplejo entre ideas, palabras, saberes y descuentos que no puedes sino cerrar el paraguas y absorber la lluvia, que te empape o que te resbale dejando que te  marque, aunque sea, un ligero rastro de gota o de lágrima o de tinta que  te marque para siempre, como un tatuaje grave y delicado.

Pequeños Tratados que cuestan, a veces, que revelan y ocultan en su potencia de saberes que te dejan pequeño y estrellado entre sus páginas sobre el lenguaje, el habla, la etimología de las palabras; sobre el saber de los libros, del papel, de las imprentas; sobre el saber de los escritores, los filósofos, los escribas o los esclavos; sobre el saber en las verdades, en los olvidos, en la muerte y en los oficios. Pequeños Tratados que hablan del mundo del saber, del conocimiento, que resbalan del pasado al futuro, que nacen heridos de belleza y conocimientos y se mueren entre ese destino que siempre nos llega: la muerte de lo escrito o lo sabido o lq nuestra misma. Pero siempre queda ese abstracto sitio donde sobrevive el saber: los libros. Ahí es donde sobrevive ese recuerdo que se quedó en la raíz o en la impronta del  pasado el presente –lengua, lenguaje, trazos de  músicas, recuerdos, palabras perdidas o  lienzos-. Quedan las figuras sobre los paisajes, quedan las letras sobre el fuego, sobre lo destruido, quedan los nombres y los textos sobre la creación, el nacimiento, el análisis y la muerte.

Quignard apabulla por su conocimiento, pero sobre todo por esa combinación casi mefistofélica o, simplemente, alquímica de poesía, prosa, filosofía, historia, saber, verdad y ficción; apabulla por ese desnudar de palabras y nombres para descubrir su esqueleto inverso, su vida al margen de sus escritos; para encontrarnos con ese travelling literario que te lleva desde la punta de la pluma del escritor medieval o del poeta romano o el escriba egipcio, o de la mano del pintor de Lascaux,y que va ascendiendo por su madera, pluma o carne para llegar a la mente y de ahí a su mundo, a las ideas o creaciones o respuestas a la vida que los rodeaban. El travelling  acaba con un fundido a negro entre letras y textos que vienen del pasado y se diluyen en lo oscuro, en el presente que se acaba.

Uno imagina a Quignard oyendo a Jordi Savall mientras dirige e interpreta, por ejemplo, “El llibre vermell de Montserrat”, golpeando, a veces, como lo hace Jordi su viola di gamba, al modo col legno, Quignard golpearía suave las teclas de su máquina de escribir o de su ordenador para crear textos  e ideas, o haciendo frotar sus cuerdas y papel para sacar el sonido de las palabras, para decidir el modo de decir las cosas, de contarlas y de emparejarlas. Dicen que el sonido del cello es el más parecido a la voz humana; supongo que el modo más atrevido y bello de sacar sonoridad  conjunta a la música y las letras. Así el viejo cellista que fue Quignard hace de los libros justo lo contrario; hace del libro un cello que atrapa los sonidos como un recorrido inverso: el libro es el cello que recoge todos esos sonidos, palabras, recuerdos,  ideas y música que vienen de fuera, que vienen de las cosas que se mueven, respiran o nadan en el mundo, recogidos entre papeles, tintas, inventos, ficciones y verdades por Pascal, en ese intento por demostrar que el mundo giraba mucho antes de que naciera el primer día del primer humano que aún queda vivo; que la vida no responde a facilidades y textos sobrescritos, que no hay papeles con cera ni ventanas abiertas para ver el mundo. A veces los lectores agachan la cabeza y se acurrucan, cerrados como un nuevo círculo fetal para comprender su mundo –o el mundo- asomados a unas páginas en las que se escapa el texto y las ideas y las atrapas como cuando  un pájaro  alza el vuelo y apenas puedes coger un puñado de plumas de las cuales la mayoría se las lleva cualquier ráfaga de viento indiscreto que sopla desde las calles ruidosas de coches y de pisadas de  ciudad. Nadie quiere sentarse para penar o nadie quiere silbar tonadas medievales en estos años de certezas impuestas; pero del mismo modo que las voces de los cantos sacros Medievales parecen escritas en el latín muerto que solo nace y renace en libros, en voces rescatadas; la cultura, los libros, las ideas, la voz, la lectura, el lenguaje, todo nace y muere con cada persona; sí de ese mismo modo, yo releo los poemas de Sylvia Plath y con ellos renace la poetisa de mente febril o nace el ciego escritor cuando leo la Odisea o Perec está sentado a mi izquierda en el último bar que cerré entre humo y vasos rotos, Georges me mira y apunta. Todo vive entre textos, voces, escrituras y recuerdos.

No, no es un libro fácil, pero no tiene razón de serlo, además no debería ser de otro modo, son palabras para recorrerlas, pequeños textos que representan- como manos, impresas, como gacelas cazadas o mamuts dormidos de las cuevas paleolíticas- la representación de lo que en  su  mundo debe ser creído o tomado por sagrado; y debe ser escuchado –o leído- sentado, cerradas la ventanas, la luz encendida y dejando que las hojas-el libro-, ellas solas, sepan que deben ceder el paso a las siguientes.

domingo, diciembre 20, 2020

LA LLAMA DE UNA VELA de GASTON BACHELARD,

 

La imaginación, la creación, el generador de ideas y posiciones , nacen del pensamiento de una sola persona, -sola, individual, en silencio-, quizá de una persona que mira una vela que arde en su mesa, sentada delante de sus papeles en blanco, con su pluma, su estilográfica, su bolígrafo, su máquina de escribir, sentado sin luz, su  nacimiento sin nada, sin nada que salga de su pantalla, es la persona que pudiera  mirar fijamente a la llama de la vela para crear -o leer que también es crear-, esa ensoñación creadora, -recuerdos o sueños o imaginación- ese viaje al fondo del fuego, al fin del humo, al origen del calor; -a la soledad, al ensimismamiento- esa persona que  mira, fija sus ojos en la llama ascendente para que de la nada surjan textos, palabras, imágenes, fantasmas, ecos, muertes y vidas - De la luz salen el destello y la ceguera, ( el cero y el infinito) y sale la sombra y la nada, el sitio de la nada de donde crecerá la imaginación-; sí, de la nada y de lo ciego sale la imaginación; de ahí nacerán cosas en el vacío,  lo oscuro del fondo donde el absoluto vacío  crece hasta que sale de la mente, el mundo de tu mente, de la vela que titila, de la mariposa que vuela hacia su muerte fulgurante de luz, el Ícaro de alas de cera que se funden para crear mitos, verdades y mentiras, y chorrear frases.

Bachelard habla de la Vela, -el fuego , la luz- como síntoma, símbolo y significado; juega con las imágenes y textos, juega con la Idea,  -del mismo modo que se puede cimbrear una llama u ofuscarse y apagar-, juega con la imagen de la vela, como fuente de luz y de sombras; la vela como alumbrador de creación y lectura, la llama como recuerdo, la luz del fuego como parte de la literatura-Boecio, Goethe, Novalis, Octavio Paz…- juega con la poesía y con los textos de aquellos y nuestros; textos que se desprenden de la imagen de luz, de la llama que asciende; esa parte de la literatura  como descifradora del mundo. La llama, que debe destruir para crearse, que se alimenta, como el árbol, en las raíces de tierra, chispa y alimento, para ascender al mundo, para nacer-generarse, regenerarse a cada instante-, para morirse.- Es la llama, es el fuego, los cuales son el oriente y el occidente a la vez.

Crear para destruir, destruir para crear.

El poeta crea criaturas de los animado y lo inanimado, la luz es quien las descubre y las oculta, es, por ello, quien las inventa y las destruye, es el poeta quien acompañado,- como de antiguo, en la luz de las velas, en la luz de donde nace todo, es el aceite de la lámpara o el petróleo o la cera- es el patrón de las cosas que desaparecen, el que guía las velas del barco para insuflar el aliento que las empuje hacia adelante y que apaga las lámparas.

El lector y el creador lee y descubre en soledad, bajo la luz, bajo el fuego, bajo lo que será su luz y su fuego,- mi luz y mi fuego-, será ese momento, y solo ese, el que dirigirá su entendimiento o su creación, será, por lo tanto, lo que creen esas figuras de la llama o de las lámparas las que crearan ese mundo –su o  mi mundo-.. Y en esa esfera de luz y de sombra serán parte, también, del recuerdo, de lo que deja la vida de lo que deja la muerte.

 

 

 

Las ideas van y vienen, los pensamientos, los deseos, las cosas de ese recuerdo que crees importantes ya no lo son y el mundo rueda y se cae, el poder de creer en las cosas creo que es el único poder humano, el que los hace pedazos de mundo diferentes a pesar de todo, lejos de esas tentaciones de creerte diferente entre los que siempre serán tus iguales, el poder creer en algo, en diferenciarlo, te hace nunca diferente, nunca otro ladrillo diferente en el  muro,  nunca, pero sí dueño de tu destino o de tu manera de pensar, de poder precipitarte en el fondo de un abismo, o todo lo contrario, ser parte del grupo; a pesar de todo, -la decisión, el poder de tu decisión, si eres consciente  de ello, si tu manera de ver cómo una llama de vela titila diferente, que un pedazo de vela pequeña, sucia, que gotea su propia muerte, que define y crea su propia vida-, es algo que te hace pensar que hay algo que lo define y que te define, entonces, en ese breve espacio del mundo y del tiempo en el que reflexionas y amas un llama, una vela, un reflejo, una luz apagada, un pasado, una sombra que todo lo ilumina, solo entonces, sabes que tu decisión mala o buena, será solo tuya.

Será tuya del mismo modo que si juegas al juego de decir palabras, simples palabras al azar: cielo, sobrero, tierra, marsupial, estornudo, rupia, mecer…una palabra, una simple palabras te llevará a otro mundo, al mundo del recuerdo, al sabor a chocolate con pan quemado, o al olor de las maderas en el fuego, o al sabor de la sangre de tu labio partido. Una palabra, un recuerdo, una decisión son capaces de crear pasados, recrearlos, renacerlos y hacerlos  de hoy; hacerlos vivos, sacarlos de entre la muerte; del mismo modo una imagen reflexionada, un imagen inventada por otros, un fogonazo de la nada, de esa misma manera te hará ver el futuro de otra forma, reconocerlo, o creer reconocerlo, saber que de entre esas reflexiones inventas tu nuevo mundo, o lo acabas, qué más da. Supongo, creerán , que da igual creer en eso  que en el último creador de autoayuda, que dará igual. Pero no. Unos, los autoayuda, te manda  a cielo alcanzable, a un lugar seráfico y complementario; el otro,  te mandará, al cielo o al infierno, y dará igual, el cielo y el infierno, al final, son el mismo sitio, y esa siempre será la gran diferencia entre los dos.

Oigo, ahora, el directo en Pompeya de Pink Floyd, y no dejo de pensar en los sonidos que se elevan que crean ambiente, arriba, y  abajo todo ese fuego –lava-destructor que destruyó un mundo y creó otro. El continuo generar vida y muerte de la vida, de la literatura, del pensamiento que al final es el paso del tiempo.

El fuego.

La llama.

La nada.

Todo.

 

 

Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...