La farola estropeada del sucio bulevar se apaga, quedas a oscuras.
lunes, enero 18, 2021
UN HOMBRE QUE DUERME de GEORGES PEREC
La farola estropeada del sucio bulevar se apaga, quedas a oscuras.
EL DIARIO DE HAMLET GARCÍA de PAULINO MASIP
domingo, enero 17, 2021
NOS LO INVENTAMOS TODO de A. GINSBERG, K. KOCH y R. PADGETT
NOS LO INVENTAMOS TODO
de A. GINSBERG, K. KOCH y R. PADGETT
Ed Kriller71
Versión de Sílvia Galup
KK- Vamos a hacer algo relajante
AG- Un poema que no tenga sentido
KK – Vamos a hacer un collage ¿has traído algún libro?
AG- Sí
KK- Perfecto ¿qué has traído?
AG-He traído el sueño ¿puedo usarlo?
He leído el libro.. a ver...: en silencio, con música de 13th floor elevators, en silencio otra vez, en voz alta… y...decidí que tenía que leerlo en voz alta, está hecho para ello, desde su origen hasta en sus palabras dictadas, cantadas, pausadas, improvisadas o, simplemente, ilógicas..
Este libro hay que leerlo en voz alta. Sí.
Llegado
al punto de conocerme el libro bien, me decido a hablar sobre él, no a hacer un
reseña puesto que esto no es una reseña, no sé hacer reseñas, que según alguna
profesora de crítica literaria mexicana que conocí deben ser limpias,
objetivas, abstenerte de ideas
propias, y de polvo y paja; así que no sé hacerlo. Además me pasa que en un
giro solipsista o introspectivo -a saber- del libro, aparece en él la mejor definición, la decisiva, la que el libro se describe
a sí mismo. Sí, en efecto, la solución está en sus páginas.En esta marmita –en la que debí caer de pequeño, pero no pude
por no conocerlo- que recoge una reunión en una iglesia; lugar, digámoslo, donde no encaja este frenesí
de textos con, a ver, ideas sexuales y muchas libertarias y metafóricas, y absurdas
y bellas y carnales, y alguna descreída, -solo encaja, en lo del suceder en una iglesia, este aire de cadáver exquisito y en lo sagrado-; desencaja, también, en esta sopa,la orgía desnaturalizada entre componentes de la Escuela de New York y los
beat; y desencaja ese jolgorio descrito de la
gente jaleando, y que la suma de las partes no son el conjunto, y esa extraña grabación en,
supongo, un viejo grabador que sobrevive por los pelos. Decía, en fin, que la definición última del libro, admiren lo retorcido, está en una
entrevista que hace
Ginsberg a Koch, en el que este se define, o define una obra suya, una obra de teatro, citando una crítica artística que hace Frank O’Hara a la obra de un
escultor, Smith tiene de nombre. Así es
la literatura…
….
-Páginas 115 y 116-
Kenneth Koch.-Prefería contarte la trama superficial
Allen Ginsberg-¿Por qué?
Kenneth Koch- Porque esa es la trama. No hay significado oculto:
Frank O’Hara dijo algo sobre el trabajo de David Smith que parece relevante
para lo que pretendía fuera mi obra. En las esculturas de acero de Smith, Dijo
O’Hara, la unificación se aborda invitando al ojo a viajar exhaustivamente
sobre la compleja superficie, en lugar de invitarlo a establecerse en el todo y
luego explorar ciertos detalles.
….
Y ya está…
...El libro es eso...es leer, observar, improvisar, acariciar, absorber, improvisar, limar, lucir, improvisar, declamar, oler, improvisar... No pretendas buscar una razón oculta y encontrar las pruebas, simplemente es esto… Es esta sensación de libertad, juego, de pensamiento rápido, birlibirloque de palabras, improvisación -insisto-, imaginación, color, luz, oscuridad, sentido, pasado-para nosotros-, presente -para ellos- , es solicitud , energía-mucha- , sinergia, solipsismo, sarcasmo, ironía, bendición rápida, anatema, exactitud, texto salvado y bombas al aire que explotan dejando heridos; nada más rápido y directo-acción directa-. Es esto. Ni más ni menos: es una exhibición de Orfeos sin lira, una descastada reunión de poetas sin permiso divino., es un desorden organizado, una energía nacida de la cuidada, contradictóriamente, entropía -amo, sobre todo, este libro porque es un libro entrópico-.
Versos de unos norteamericanos compañeros, eruditos colaboradores, de
bertsolaris, de repentistas, de payadores , de remedos de improvisadores,
también, del Stornello.
…
AG- Con barba el joven se inclina
hacia adelante
KK-Como una rana
AG- Escuchando a los poetas croar.
….
Pero me queda corto esre comentario, de modo que comento
algo que me ha venido a la cabeza mientras lo leía, alguna de las veces, y es
lo efímero del arte, más en este caso con desaparición inmediata por improvisado; la plausible (y cierta en otros casos) posibilidad de que esto no hubiera sido grabado;
esa extraña sensación que deja el arte
que desaparece y que tú no puedas haberlo visto u oído o sentido. Esa sensación
que me obsesiona desde niño con la pérdida de obras de la biblioteca de Alejandría o
Montecassino,
(perdón, pero pongo otro cachito del
libro)
KK-a veces siento que no soy nadie
AG-a veces siento que no soy nadie
KK- sentado al lado del teléfono
esperando que alguien llame
AG. Solo soy un pobre mendigo, que
quisiera ser más rico que Rockefeller
(sigo)o los cuadros perdidos de Tiziano, Ribera o Rubens o ….
Y… ¿sí esta reunión o asamblea o
exhibición poética no se hubiera grabado? Si fuese así sería parte de la
leyenda perdida, sería parte de esa cada vez más grande perdida de arte en
el mundo, esa sensación de que lo hermoso dura cada vez menos, de la posibilidad
de olvido perpetuo y, es más, en el mundo actual …de desprecio. Supongo que,
tomando en serio a Einstein, y creyendo aquello de que la energía ni se crea ni se destruye,
creo que esta reunión poética nos hubiera debido llegar, porque creo que todos
esos otros poemas perdidos por no haber
sido grabados, escritos, las canciones nunca grabadas, los solos de piano nunca
descritos, los cuadros quemados, hasta las miradas de cariño que nunca nadie ha
contado… toda esa belleza que no nos ha llegado..,
toda, sí… debe, seguro, estar en el viento, de Dylan o nuestro, y nos llegará
de ella alguna parte infinitesimal si somos conscientes de ello, y si escuchamos
con cuidado a la brisa, cuando es suave.
…
-AG- Popeye se sentó en una silla
KK-Leyendo a William Blake
AG-Blake se levanta y grita
KK-¡Este marinero no es de ley!
….
Me viene a la cabeza otro asunto que me surgió con la lectura,
espero, atenta de libro, -las veces deberían convalidar-, y es ese asunto de la propia belleza. Todos, desde los filósofos hasta los
artistas de moda incluidos, han hablado o disertado sobre la definición, esa tontería de la objetivación de la belleza; con intentona
de definición o exageración o de dogma- siempre hay de todo…-. No quisiera, encima, caer yo en el dogma y crear un catecismo, una biblia en el peor de los casos,
afirmando lo que es belleza o no. Este libro, para mi concepto de belleza, es
bello, con todos los peros que me pondría el mundo, incluido Robert Frost y hasta Bill Murray, sobre
lo que se pierde en la traducción, sobre la vida y
milagros de los versos ingleses y la pérdida de valor de la imagen -sin
la alta definición del idioma-. Pero, así es, el libro es bello para mí, la
razón será tan propia como impropia para otra gente, este so sí, partiendo de que este mundo
absurdo de lo correcto y lo políticamente correcto, y lo políticamente correcto
por censura, y lo políticamente correcto por censura y por papanatismo, me supera
(de tal forma que lo obvio)-. Decía que este libro me parece hermoso, ¿por qué?
Pura
(aquí otro pedazo de página)
AG -¡Qué miedo! No sé cómo hacer que mi sextina tenga gracia
KK-Allen tendrías que abandonar por
un momento tu espiritualidad
AG-Eso parece, bueno Ken, y sin
embargo
KK-Si hicieras algo así en la Escuela
de New York serías un intruso
AG-Aunque de todas formas me cerrarían
la puerta en la jeta
KK-Allen, si piensas eso, debes
estar soñando
AG-Bueno, Ken, sabes que soy un
poeta y siempre estoy soñando
…..
(sigo..)exposición de ideas, de servicios al arte, de
desarrollos exponenciales de la imaginación, de momentos….Supongo que son eso
en realidad: los momentos; esos textos creados en un momento dado imaginados e inimaginables, en un
sito dado, en una cultura dada, en un contexto dado, con unos protagonistas
dados, improvisados y eternos, que rompen con todo y se dedican a crear, con ideas originales o no, eso
da igual-no lo podemos analizar así-, donde
aparece un instante maravilloso de una o dos horas, esa fragilidad de la belleza, de lo que decía antes: lo efímero, improvisado y distinto. Lo atrapado que debe ser lo hermoso
para que no se escape, y da igual que no lo entiendas, que se te escape, es el
momento y su reflejo en ti, ese orgasmo de versos e ideas, esa explosión no ya de ganas, sino de empujarte a pensar distinto,
a mirar cosas nuevas, a sajar este mundo por la mitad y crear algo nuevo fuera
del papanatismo, ese, que nos rodea. Y
si, ese es un lado, el texto y sus autores, en el otro, luego, está el oyente, en este caso yo, el lector,
quizá el que decide sobre todo: leer,
entender, comprar, distinguir, apreciar, subir al carro, descarrilar el tren,
bueno…el lector es quien decide creer en lo que lee…y este libro es para
creyentes, es un libro para un tipo de secta atea y agnóstica y fastidiosa e
irreverente, que cree que la vida no empezó con internet y que los raros no son
los malos, que los poetas hay veces que son buenos, y que el coyote debe
algún día tirar atado por la azotea del Empire State, aunque no se lo coma, al
correcaminos, y que la vida, como en este libro, consta de pequeños y extraños
momentos de belleza que hay que aprovechar...
…-
AG-Bueno aprendí sobe metáforas en
la universidad de Columbia, pero fue hace tanto que ya se me ha olvidado.
KK-Nunca olvidó nada
AG-Dios
KK. ¿Qué Dios?
AG-Ninguno querido
KK-Querido Ninguno
….
Adjetivos… quería hablar por último de los adjetivos. Supongo que pensarán, si alguien -que lo dudo- ha llegado por aquí, que qué hago hablando de los adjetivos de este libro: pues es simple, me vino a la cabeza una notita que dejó Sylvia Plath en uno de sus diarios, en la que hablaba de que estaba enfadada y obsesionada( raro es) porque en los poemas últimos suyos que había revisado, abundaban en demasía los adjetivos( hablaba de que esa no quería que fuese su poesía) Así que, como admiro –quiero- a Sylvia, siempre , las escasas veces que lo hacen, que me preguntan que qué es la poesía bella para mí, yo , sin sacralizar, respondo que la poesía bella es la que economiza los adjetivos (la sobreabundancia de calificativos me puede), la que va directamente al verbo y sustantivo; la que cita, ejemplariza, dota al asunto, a la imagen y la vida de un cosa objetiva, directa, sin escapes, sin fuegos de artificio. En este libro, esta charla, esta reunión, escasean los adjetivos,-fíjense-, sus definiciones son directas, al ojo, al corazón, a la sangre, a la herida o a hacer herida o a hacer concepto sin definir; y tú defines -debes, deberías-. Sin adjetivos hay sustantivos sin santificar, verbos sin el color exacto... hacer del texto una colección de ideas a discernir, a copiar. Sangrar los textos al modo del viejo médico, lo hacía para liberar la mente ( y para expulsar los males del corazón y la angustia, pero eso es otra historia).
Postdata: si Ordine defiende la "utilidad de lo inútil", yo creo en la utilidad de lo efímero( y como tal inútil) en la vigencia de lo hermoso, porque como tal ha de tomarse todo el ritual de leer poesía: el gesto de aceptar y conseguir él libro, el acto de leerlo, el propio hecho de descifrar y adaptar el texto y su complejidad , recoger la profundidad o expresión de sus significados; todo, todo, es un acto de amor a lo no evidente, a lo extravagante, a lo necesariamente innecesario; por lo tanto es el amor a lo último nuestro que nos va quedando: la libertad, la libertad de amar lo diferente, a la mirada distinta a la vida, al mundo.
…
AG- En el balcón
KK-Julieta vomitando
AG- Dice que Allen escribiría sobre
esto…
….
lunes, enero 04, 2021
AULLIDO de ALLEN GINSBERG
Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura,
hambrientas histéricas desnudas…
Normalmente no debería escribir esta reseña hoy, porque pareciera que en apariencia, en ganas, texto y tema no hay nada que me una, a esta hora de la noche insomne, a los versos largos y apretados de Ginsberg; pero ocurre que, al contrario del cadente sabor de la lectura en los libros, estos días he estado oyendo, AULLIDO, en un audio libro. Lo oí como pude escuchar a Pink Floyd con wish you were here, por ejemplo, o a 13th floor elevators con cualquiera de sus alucinógenas canciones; pero no, con sorpresa, siento que la voz del rapsoda, y con ella la de Ginsberg, me llega ahora de nuevo, a las 5 de la mañana, y aún me resuena, en los oídos, se me repite, me deja sabor salado en el paladar, me entumece las encías con esa sensación de bomba de ácido, banderas y de flores que es el libro. Y me quedo con la impresión y la necesidad de que ese Aullido, por evidente, es para oírlo, es para que repita ese golpeteo de ideas, textos, imágenes, metáforas, de versos libres y escapistas, de pensamientos obscenos y bárbaros, de locuras reales e imaginadas. Todos son para oírlos, saltando por los auriculares, mientras vas posando durante el paseo, como hoy, los ojos en los ríos desbordados, en ramas que bajan violentas por sus cauces, para mirar chicos y chicas que pasan enamorados o cansados, mojados y tensos, y dejas la mente libre entre los versos de Aullido que te guían para pensar en las nubes rotas, para mojarte, como hoy, con lluvias frías, para empaparte con nieve y barros, para besar estelas y trapos negros, para pensar. Sobre todo para pensar..
….que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas
obscenas en las ventanas de la calavera,
que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar,
quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,
que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con
un cinturón de marihuana hacia Nueva York,
que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en
Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras
noche,
con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga
y bailes sin fin,
incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente
saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo
del intertiempo,
…Pensar mientras oyes poesía…, caminos tan buenos como originales,
tan largos como corto el trayecto, dejar que los textos te trasporten, -como en un inframundo maya- acurrucado en las calles
de esta población muerta del mundo actual: dejar que te lleven por otros
lugares, a barrios donde venden peyote, marihuana y bárbaro alcohol; que te
lleven, también, a espacios nacidos en los años 60 del XX y que aterrizan
en este mundo presente.También me dejan los versos escuchados, -y me llevan- pensar en cuánto durará en
las librerías este texto de Ginsberg, texto apologético y reverencial de un
mundo pasado, texto peligrosamente incorrecto para estas mentes de lo
políticamente correcto, mentes jóvenes que hacen de lo formal, de lo creíble,
de los sibilinamente adquirido una realidad única, una censura bastarda, apoyada
en un desconocimiento cultural y educativo, brutal; ¿Sobrevivirá Aullido? ¿Sobrevivirá
entre sus textos jipis y violentamente libres, entre sus textos sobre la
realidad de un momento, de un estado, de una política, de un obsceno paso por el
mundo de la libertad, por un sagrado ejercicio de amor literario y carnal,
carnal por literario, literario por carnal, sexualmente literario? ¿Sobrevivirá
al paso del tiempo, al desinterés por un momento de la vida, de la historia, de
la cultura, de la realidad? Y no solo
deberá sobrevivir a la violenta
indiferencia desconocedora del futuro, sino que deberá luchar contra el amor al
objeto, a las perfectas líneas cuadradas, a las mentes rectas de los críticos y
los poetas de oficio rector que creen que la poesía tiene una única lectura, y
que cada una de las lecturas de Aullido debe ser restringida a un momento, a
una hora, a un minuto, a un segundo de la vida de ALLEN GINSBERG. ¡¡Cada verso, señores, debe ser es un callejón sin
salida, una pantalla de cine, una calle de sentido único, una barca de pesca
con un solo remero!!!
….que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se
alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los
callejones de sopa y carros de bomba del
barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis,
que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana
del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron
por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de
fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron
el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos
y la explosión de colosales silbatos de vapor….
Creo que Ginsberg y esos que, como él, vivieron una época inflamada
de recuerdos, de gestos con un significado, de guiños a un forma de ver el
mundo, de formas de pisar la tierra, de fumar las barbas y afeitar la hierba;
creo que ellos viven y renacen -renaceran- cada dia en los que cuidamos, respetamos e identificamos ese mundo, extraño sí, porque cada
vez está más alejado; alejado en el tiempo y en el color de los zapatos y las luces; creo que debemos, los que sobrevivimos, mirar a esos autores, sus libros y creaciones, viendo, pensando, enseñando, que son un estado de la poesía, son un paso por
esta vida de personas e ideas que crean y viven en algo cercano al mito, a la
leyenda. Sí, creo, que todos estos versos viven , y sobrevivirán, en la leyenda, como un Sísifo
que vuelve -insistente, obligado, necesario, brutal- en cada verso oído o leído, y por ello, como todos esos mitos, ellos son y serán parte viva y palpitante de la interpretación de las personas que a ellos acuden o que en ellos
descubren nuevas cosas, nuevos caminos para identificar lo actual o descubrir y repatentar aquel mundo del que habla. Versos que crean leyendas, leyendas que esculpen y
escupen poemas, portadas de libros que hacen del
recuerdo, del sonido de sus letras y papeles un mundo diferente cada vez que te
cruzas con él.
….Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus
cerebros y su imaginación?
¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables!
¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos!
¡Ancianos llorando en los parques!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch
mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!
¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de
tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio!
¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!
¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un
torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho
es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!
¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos rascacielos
se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch cuyas
fábricas sueñan y croan en la niebla!...
Ciertamente da igual de lo que va AULLIDO, esto no es una
reseña, esto no va de eso. Es mi libro y diga lo que diga a otra persona no le
parecerá, si también lee a Ginsberg, que
habla de un mundo de locura, sexo, de amor y de política, que habla de
manicomios y versos perdidos, que habla de droga y muerte, que habla de
violencia y de injusticias. Supongo
porque no habla de eso. O porque la poesía no es para reseñarla, es para decir
que la amas, porque… ¿si no la amas por qué ibas a hablar de ella? No se habla
de lo que no se quiere, no se habla de amor con quien no te quiere.
jueves, diciembre 31, 2020
PEQUEÑOS TRATADOS de PASCAL QUIGNARD
PEQUEÑOS TRATADOS de PASCAL QUIGNARD
Uno se sabe, así que piensa y cree que no puede ser capaz de
desnudar o describir, -ni en muchas ni en pocas palabras- algo que es inefable para
él; sabe, también, que todo lo que explica, cuenta, inventa, crea, sacude,
exprime o apareja Quignard en este escrito es tan abrumador que te cae como
lluvia torrencial y te deja perplejo entre ideas, palabras, saberes y
descuentos que no puedes sino cerrar el paraguas y absorber la lluvia, que te
empape o que te resbale dejando que te
marque, aunque sea, un ligero rastro de gota o de lágrima o de tinta que te
marque para siempre, como un tatuaje grave y delicado.
Pequeños Tratados que cuestan, a veces, que revelan y
ocultan en su potencia de saberes que te dejan pequeño y estrellado entre sus
páginas sobre el lenguaje, el habla, la etimología de las palabras; sobre el saber de los
libros, del papel, de las imprentas; sobre el saber de los escritores, los
filósofos, los escribas o los esclavos; sobre el saber en las verdades, en los
olvidos, en la muerte y en los oficios. Pequeños Tratados que hablan del mundo
del saber, del conocimiento, que resbalan del pasado al futuro, que nacen
heridos de belleza y conocimientos y se mueren entre ese destino que siempre nos llega: la muerte
de lo escrito o lo sabido o lq nuestra misma. Pero siempre queda ese abstracto
sitio donde sobrevive el saber: los libros. Ahí es donde sobrevive ese recuerdo que se
quedó en la raíz o en la impronta del pasado el presente –lengua, lenguaje, trazos de
músicas, recuerdos, palabras perdidas o lienzos-. Quedan las figuras sobre los paisajes,
quedan las letras sobre el fuego, sobre lo destruido, quedan los nombres y los
textos sobre la creación, el nacimiento, el análisis y la muerte.
Quignard apabulla por su conocimiento, pero sobre todo por
esa combinación casi mefistofélica o, simplemente, alquímica de poesía, prosa, filosofía,
historia, saber, verdad y ficción; apabulla por ese desnudar de palabras y nombres
para descubrir su esqueleto inverso, su vida al margen de sus escritos; para
encontrarnos con ese travelling literario que te lleva
desde la punta de la pluma del escritor medieval o del poeta romano o el
escriba egipcio, o de la mano del pintor de Lascaux,y que va ascendiendo por su
madera, pluma o carne para llegar a la mente y de ahí a su mundo, a las ideas o
creaciones o respuestas a la vida que los rodeaban. El travelling acaba con un fundido a negro entre
letras y textos que vienen del pasado y se diluyen en lo oscuro, en el presente
que se acaba.
Uno imagina a Quignard oyendo a Jordi Savall mientras dirige
e interpreta, por ejemplo, “El llibre vermell de Montserrat”, golpeando, a
veces, como lo hace Jordi su viola di gamba, al modo col legno, Quignard
golpearía suave las teclas de su máquina de escribir o de su ordenador para
crear textos e ideas, o haciendo frotar
sus cuerdas y papel para sacar el sonido de las palabras, para decidir el modo
de decir las cosas, de contarlas y de emparejarlas. Dicen que el sonido del
cello es el más parecido a la voz humana; supongo que el modo más atrevido y
bello de sacar sonoridad conjunta a la música y
las letras. Así el viejo cellista que fue Quignard hace de los libros justo lo
contrario; hace del libro un cello que atrapa los sonidos como un recorrido
inverso: el libro es el cello que recoge todos esos sonidos, palabras,
recuerdos, ideas y música que vienen de
fuera, que vienen de las cosas que se mueven, respiran o nadan en el mundo,
recogidos entre papeles, tintas, inventos, ficciones y verdades por Pascal, en
ese intento por demostrar que el mundo giraba mucho antes de que naciera el
primer día del primer humano que aún queda vivo; que la vida no responde a
facilidades y textos sobrescritos, que no hay papeles con cera ni ventanas
abiertas para ver el mundo. A veces los lectores agachan la cabeza y se
acurrucan, cerrados como un nuevo círculo fetal para comprender su mundo –o el
mundo- asomados a unas páginas en las que se escapa el texto y las ideas y las
atrapas como cuando un pájaro alza el vuelo y apenas puedes coger un puñado
de plumas de las cuales la mayoría se las lleva cualquier ráfaga de viento
indiscreto que sopla desde las calles ruidosas de coches y de pisadas de ciudad. Nadie quiere sentarse para penar o
nadie quiere silbar tonadas medievales en estos años de certezas impuestas;
pero del mismo modo que las voces de los cantos sacros Medievales parecen
escritas en el latín muerto que solo nace y renace en libros, en voces rescatadas;
la cultura, los libros, las ideas, la voz, la lectura, el lenguaje, todo nace y
muere con cada persona; sí de ese mismo modo, yo releo los poemas de Sylvia
Plath y con ellos renace la poetisa de mente febril o nace el ciego escritor
cuando leo la Odisea o Perec está sentado a mi izquierda en el último bar que
cerré entre humo y vasos rotos, Georges me mira y apunta. Todo vive entre
textos, voces, escrituras y recuerdos.
No, no es un libro fácil, pero no tiene razón de serlo,
además no debería ser de otro modo, son palabras para recorrerlas, pequeños
textos que representan- como manos, impresas, como gacelas cazadas o mamuts
dormidos de las cuevas paleolíticas- la representación de lo que en su mundo debe ser creído o tomado por sagrado; y
debe ser escuchado –o leído- sentado, cerradas la ventanas, la luz encendida y
dejando que las hojas-el libro-, ellas solas, sepan que deben ceder el paso a las
siguientes.
domingo, diciembre 20, 2020
LA LLAMA DE UNA VELA de GASTON BACHELARD,
La imaginación, la creación, el generador de ideas y posiciones , nacen del pensamiento de una sola persona, -sola, individual, en silencio-, quizá de una persona que mira una vela que arde en su mesa, sentada delante de sus papeles en blanco, con su pluma, su estilográfica, su bolígrafo, su máquina de escribir, sentado sin luz, su nacimiento sin nada, sin nada que salga de su pantalla, es la persona que pudiera mirar fijamente a la llama de la vela para crear -o leer que también es crear-, esa ensoñación creadora, -recuerdos o sueños o imaginación- ese viaje al fondo del fuego, al fin del humo, al origen del calor; -a la soledad, al ensimismamiento- esa persona que mira, fija sus ojos en la llama ascendente para que de la nada surjan textos, palabras, imágenes, fantasmas, ecos, muertes y vidas - De la luz salen el destello y la ceguera, ( el cero y el infinito) y sale la sombra y la nada, el sitio de la nada de donde crecerá la imaginación-; sí, de la nada y de lo ciego sale la imaginación; de ahí nacerán cosas en el vacío, lo oscuro del fondo donde el absoluto vacío crece hasta que sale de la mente, el mundo de tu mente, de la vela que titila, de la mariposa que vuela hacia su muerte fulgurante de luz, el Ícaro de alas de cera que se funden para crear mitos, verdades y mentiras, y chorrear frases.
Bachelard habla de la Vela, -el fuego , la luz- como síntoma, símbolo y significado; juega con las imágenes y textos, juega con la Idea, -del mismo modo que se puede
cimbrear una llama u ofuscarse y apagar-, juega con la imagen de la vela, como
fuente de luz y de sombras; la vela como alumbrador de creación y lectura, la
llama como recuerdo, la luz del fuego como parte de la literatura-Boecio, Goethe, Novalis, Octavio Paz…- juega con
la poesía y con los textos de aquellos y nuestros; textos que se desprenden de la imagen de luz, de la llama que asciende; esa parte
de la literatura como descifradora del mundo.
La llama, que debe destruir para crearse, que se alimenta, como el árbol, en
las raíces de tierra, chispa y alimento, para ascender al mundo, para
nacer-generarse, regenerarse a cada instante-, para morirse.- Es la llama, es el fuego, los cuales son el oriente
y el occidente a la vez.
Crear para destruir, destruir para crear.
El poeta crea criaturas de los animado y lo inanimado, la
luz es quien las descubre y las oculta, es, por ello, quien las inventa y las
destruye, es el poeta quien acompañado,- como de antiguo, en la luz de las
velas, en la luz de donde nace todo, es el aceite de la lámpara o el petróleo o
la cera- es el patrón de las cosas que desaparecen, el que guía las velas del
barco para insuflar el aliento que las empuje hacia adelante y que apaga las lámparas.
El lector y el creador lee y descubre en soledad, bajo la
luz, bajo el fuego, bajo lo que será su luz y su fuego,- mi luz y mi fuego-, será
ese momento, y solo ese, el que dirigirá su entendimiento o su creación, será,
por lo tanto, lo que creen esas figuras de la llama o de las lámparas las que
crearan ese mundo –su o mi mundo-.. Y en
esa esfera de luz y de sombra serán parte, también, del recuerdo, de lo que
deja la vida de lo que deja la muerte.
Las ideas van y vienen, los pensamientos, los deseos, las
cosas de ese recuerdo que crees importantes ya no lo son y el mundo rueda y se
cae, el poder de creer en las cosas creo que es el único poder humano, el que
los hace pedazos de mundo diferentes a pesar de todo, lejos de esas tentaciones
de creerte diferente entre los que siempre serán tus iguales, el poder creer en
algo, en diferenciarlo, te hace nunca diferente, nunca otro ladrillo diferente
en el muro, nunca, pero sí dueño de tu destino o de tu
manera de pensar, de poder precipitarte en el fondo de un abismo, o todo lo
contrario, ser parte del grupo; a pesar de todo, -la decisión, el poder de tu
decisión, si eres consciente de ello, si
tu manera de ver cómo una llama de vela titila diferente, que un pedazo de vela
pequeña, sucia, que gotea su propia muerte, que define y crea su propia vida-,
es algo que te hace pensar que hay algo que lo define y que te define,
entonces, en ese breve espacio del mundo y del tiempo en el que reflexionas y
amas un llama, una vela, un reflejo, una luz apagada, un pasado, una sombra que
todo lo ilumina, solo entonces, sabes que tu decisión mala o buena, será solo tuya.
Será tuya del mismo modo que si juegas al juego de decir
palabras, simples palabras al azar: cielo, sobrero, tierra, marsupial,
estornudo, rupia, mecer…una palabra, una simple palabras te llevará a otro
mundo, al mundo del recuerdo, al sabor a chocolate con pan quemado, o al olor
de las maderas en el fuego, o al sabor de la sangre de tu labio partido. Una
palabra, un recuerdo, una decisión son capaces de crear pasados, recrearlos,
renacerlos y hacerlos de hoy; hacerlos
vivos, sacarlos de entre la muerte; del mismo modo una imagen reflexionada, un
imagen inventada por otros, un fogonazo de la nada, de esa misma manera te hará
ver el futuro de otra forma, reconocerlo, o creer reconocerlo, saber que de
entre esas reflexiones inventas tu nuevo mundo, o lo acabas, qué más da.
Supongo, creerán , que da igual creer en eso que en el último creador de autoayuda, que
dará igual. Pero no. Unos, los autoayuda, te manda a cielo alcanzable, a un lugar seráfico y
complementario; el otro, te mandará, al
cielo o al infierno, y dará igual, el cielo y el infierno, al final, son el
mismo sitio, y esa siempre será la gran diferencia entre los dos.
Oigo, ahora, el directo en Pompeya de Pink Floyd, y no dejo
de pensar en los sonidos que se elevan que crean ambiente, arriba, y abajo todo ese fuego –lava-destructor que destruyó
un mundo y creó otro. El continuo generar vida y muerte de la vida, de la
literatura, del pensamiento que al final es el paso del tiempo.
El fuego.
La llama.
La nada.
Todo.
sábado, agosto 08, 2020
PUERTO OSCURO de MARK STRAND
...
Strand mueve su vida alrededor de un mundo cerrado donde se acechan animales y hojas, o amores, o vidas vividas o por no vivir, se dispersan ideas que sabrá dios de dónde nacen, y van sembrando el discurrir del libro por los recuerdos, siempre recuerdos que cesaran cuando acabe el tiempo: hay padres, madres, hay olvidos, hay paisajes, hay vueltas, y revueltas, hay …
...
Hoy...
50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG
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