ARMÓNICA PARA DESNUDAR UN SUEÑO de GILDARDO MONTOYA CASTRO
Cada libro, cada página, cada poema, un verso, dejan un
rastro en la persona que los lee, pequeñas manchas en los ojos, como heridas
impresas en el iris; deja pequeñas represas repletas de caudales infinitos en
la mente. El libro, el poema, el verso, pareciera, a su vez, manchado de los
recuerdos, de la vida, de los inciensos y los lápices, ya sin punta, del que
los lee. Hubiera dicho, cada vez que he leído un poema hermoso, una página de
luz, o de sombra, que estaba escrito para mí, acaso por mí, como si todos los
escritores que me gustan, fueran yo, o, solo, fueran
amanuenses de mis pensamientos o experiencias. Supongo que eso es
básicamente amar la literatura, o que ella te ame a ti, no sé bien cuál es el
camino de ida y de vuelta.
De la misma forma, por ello, identificar esos sentimientos y sensaciones en
un libro es hermanarte con su autor, aceptarlo en tu casa, darle comida y
cobijo, puesto que sabes de su vida, de sus pensamientos, sufrimientos,
sabores, amores, caídas y alegrías, más de lo que sabes de tus amigos de carne
y boca, o, a veces, como he dicho, de ti
mismo, él sueles ser tú…tantas veces... Pasearte por las páginas es un reto de
voyeur, a veces hacia fuera, a veces hacia dentro, la recóndita experiencia de
descubrir-te- mundos, olas, holas, áreas,
ojalás
y vaivenes.
ESTILO
La gramática que pulso
no abandona el
espanto,
avanza entre falsas
paredes;
con dardos azulados,
desaparezco a diario.
Barca sin túnica. Imaginaria
de
lo vivo; en tu mástil
como apegado
polizón, la hilacha
sudorosa de
la nada.
Volantazo, qué cansancio.
¿Cómo preñarte de
aceite verdadero,
silabario? Mi pecho
afónico,
inmóvil al vacío,
filosofía existencial,
aletea,
vuela…
Gildardo, pasea por sus mundos repletos de fantasmas, fantasmas
de aire, de familia, de infancia, de sonidos, de ruidos, de olvidos, de amor,
de vaivenes del mundo, fantasmas que generan un ulular de sonidos de gritos
infantiles , de música, de besos, de enfados, de alcohol roto; fantasmas que
revolotean por las páginas como en una Comala particular, más llena de heridas
que de renacidos, más llena de silencios que de voces.
VIVIR
Mira atrás de tu voz
el columpio que llama
más allá de tu voz
Gildardo tienta a las cosas a ser del sonido del silencio,
le falta el sonido ausente de la armónica de su padre, o de los gritos de la
escuela, de las palabras de su familia, las voces de gente de la niñez, el
sonido de los pasos de la vuelta a casa, o a otro tiempo, EL sonido del
silencio de cartas sin respuesta, cartas a la vida , al tiempo, al amigo que
está, al pasado que no está, a la nada buscando respuestas, el temor de ser y
de no ser, no ser en el grito, no ser en las letras, no ser donde debes ser, el
temor de no saber las respuestas. Son los sonidos de esa armónica las que deja
al descubierto los sueños, o los
presentes o los pasados. Los sueños pueden abarcar toda la realidad por lo
tanto el mundo.
Carta:
Un poema: polvo y luz
Querido Julio:
Un poema: polvo y luz. La templanza trasuda melancólica.
¿Qué cara es la nuestra, la definitiva? Ir viendo, sin
rajarse, Escribo a cuentagotas. Terrible miedo de no decir
algo: por lo menos sensato. Abrazo a mis hijos, detengo
los golpeteos neuróticos. Les escribo a mis amigos
Aleteo magnífico.
aguzaremos el oído,
se posa en la terraza
un orgullo silencio,
viene la música,
mira el gozo
vamos cantando en la verdadera
realidad del sueño
rasga asombra el aire.
Las repuestas, todo se basa en buscar respuestas, subes a
vidas y buscas respuestas, subes montañas, bajas a valles, y te preguntas la
razón, te casas, tienes hijos, amas, y buscas las respuestas sobre cómo será su
vida, y la tuya, a veces pierdes y sabes que en el alcohol habrá una respuesta
falsa, pero la buscas, y en el viento, y en el correo, y en el pasado, siempre
buscas respuestas, y sabes que si las hubieras no te conformarías con ella,
solo quieres saber la realidad, la respuestas única . ¿La hay?
PERPLEJIDAD
Son tantas abejas, miles, rodeando la casa.
Mi hermana: “exageras; acaso un puñado”.
Clausuro, un miedo ansioso, cualquier intersticio,
insinuación al dolor. Y si las abejas hubieran
entrado, ¿sería yo ahora otro, más curtido al
incesante temor de estar aquí? Respóndanme.
Saber si las cosas van a salir bien, es tu pregunta de niño,
por eso vuelves, volvemos, al pasado , a la niñez , para saber si hemos
acertado o para intentar el imposible recomienzo, pasearte en el filo de la
vida solo es un paso adelante, para saber que el camino es el que es, y como no
lo dominas, no vas a poder dominarlo, ni domarlo, debes aprender a bailar sobre
el filo, Gildardo: Sabio en heridas, sabio en palabras, mecedor de vasos, deja
que el viento despeje la frente y que el cielo se vuelque sobre las palabras,
solo sobre las palabras; el mundo son palabras, andamos sobre ellas… letras
para vivir.
VIVIR EL SUEÑO
Cuando abro la ventana,
hermana, escucho tu grito.
hieren sus cristales.
Corro temeroso bajo
la lluvia, buscando
al culpable; detrás de mí dejo
árboles hambrunos,
bestias ebrias, sin remedio;
esquivo rapsodias
rastreras de corbata; calle
adentro, tropiezo con
el hilo e tu grito
y desperdigo en el
lodo las preguntas;
por la granada que estalla
en tui voz, hermana
vomito potro negro de clavos.
Silencio mudo e un hombre que calla.
La poesía sirve para masticar el mundo, para regurgitarlo,
para aclarar la vista, como un flash de cámara fotográfica que desnuda el mundo,
que lo paraliza para que tú lo veas, en un instante con los ojos abiertos,
relucientes, o triste. Gildardo, fotografía los momentos que muestran instantes
de su vida, saberes que adquiere, olvidos que no quiso, gente que cruza por su
mente, como una salida de autobús que siempre está llena y nadie sale, todas
sus personas están en su libro, todas sus dudas, todos sus autobuses sin partir,
con sus rabias y sus potencias, sus nostalgias.
FIEL
Dios muere todos los días
en los pasillos del Metro.
instala su templo de naipes
para que bailen apóstoles;
ciegos, enanos, Marías
y payasos desolados.
En ellos, fe, vuelo, abismal.
Dios mure todos los días
Todos los poemas son desnudos, son cuadros a la decencia o
la indecencia de la vida, todos los poemas son pasiones, todos los poemas son
partidas al pasado o al futuro, sin retorno.
EL libro desfila por todas las pasiones del hombre, amor,
odio, olvido, tristeza, recogimiento, recuerdo, vida. Mesetas entre valles.
CONSEJO 1, Cada libro, entiendo, necesita una coreografía, que
le dan sus ritmos, su palabras, la conjunción de sus decires y sus pausas, pero,
también, necesita una banda sonora que la adule, que la acompañe, que le dé
ritmo y ambiente, hasta olor, necesita una cúpula celestial que la
rodee y proteja, un camino solar que muestre el mundo repleto de sonido, letras, ambiente el sabor de las letras
masticadas. Probar, yo lo hice, con el sonido de la canción THE SILENCE de MANCHESTER ORCHESTRA, en bucle. Encaja la mezcla de música y libro.