BUENA PUNTERÍA de KURT VONNEGUT
deadeye dick 1982
Emece 233
Tradu. Jorge V. García Damiano
Es curioso como Vonnegut, Kurt, habla
del mundo en sus libros, no he leído todos -claro- pero creo que
tengo cargada una buena mochila de sus textos en mis espaldas,
probablemente he leído 9 o 10 de sus libros y todos tiene un
componente común y que no tiene que ver con el tema o el tipo de libro que a
veces es ciencia ficción, a veces critica política , a veces
sátira, a veces... a veces es solo Vonnegut, Kurt,. Y, digo que es
curioso, porque de alguna forma consigue algo que me sorprende.
(Intentaré explicarme sin que parezca más tonto de lo normal,- con
Vonnegut, Kurt, pasa eso, que leyéndolo te deja con esa sensación
de que el mundo es imbécil y tú eres parte de él, y probablemente
harías las tonterías que ves que hace el vecino de al lado del
protagonista, o bombardearás el mundo con mantequilla-si fuera el
caso- si al alocado protagonista de cualquiera de sus libros -que he
leído.- le da por hacerlo.) Pero me disgrego, me disperso, sí,
digresiono como un bellaco. Lo que me extraña, por fin lo digo, es
que sus novelas tiene ese aire a película -`pongamos película por
no poner novela de los 60 o de los 70 – o los 80, queda todo un
poco lejos de mi mente- porque podría llegar a incluir a a Harold
Robbins y no es cuestión-, hablan de esa Guerra Fría -que algún
joven actual sonará a lucha de bolas de nieve-, y habla de
personajes repletos de anfetamina, a películas de Vietnam sin Chuck
Norris,, a Nixon en la televisión y de viajes espaciales a ningún
lado y cosas de esas; algo así como una película de Harry el
sucio, pero con más mala leche y matando más gente, y con más
humor de pico y pala, pero no por lo manual y sudoroso, sino porque
socava cimientos, bases, basas, tierras, cepillos de iglesia,
tuberías de gas, cimientos de iglesias o del Capitolio, hace un
agujero profundo, donde suena un eco, que aún me llega, -solo
asómate a una librería que tenga un libros suyo, y lo oirás-. Pero
todo eso que pueda parecer de los 60 o los 70 -y sí los 80), pero es actual (es lo
que tiene la buena literatura, no tiene reloj, no marca hora, ni
minutos ni siquiera años), digamos -pongo un ejemplo que no gustaría
a Kurt, pero me agrada que así fuera´le gustaría que no le
gustaría-, como un teatro empapelado con papeles pintado a rombos
cremas pero con personajes salidos de un estudio de comportamiento de
un psiquiatra -recién salido de una promoción del año 2017, con su
bonete al aire, o lo que sea, al aire-, alocado, con su nota de
sobresaliente cum laude de alguna universidad de esas que fotocopian
premios nobeles con dinero y pastillas para no dormir.
Alguna veces , ahora que he acabado
este libro, lo pienso: Vonnegut, Kurt, escribe como si cantara en un
viejo vodevil, y mezclara en su canciones las pícaras letras sobre
las relaciones humanas, pero las mezclara con el blues de la tristeza
por la estupidez del mundo, una pizca de salsa picante, un poco de sátira, un grueso gallo de humor salvaje y un pizquita de sátira, una pizquita
que, de repente, como un reflejo del martillo en una rodilla, se
convierte en un camión volquete, que te echa por la cabeza toneladas
de tierra compuesta de letras y mal/buen humor, que te entierra, y te
revuelcas en esa sopa de palabras que te explican, te preguntan¿joder
tío mira cómo está el mundo, te creas todo lo que te cuentan? Y
sus personajes estrafalarios son tan reales por serlo que parecen
salidos de la puerta de al lado de tu casa , pero con el pijama al
revés y las pantuflas usadas como armas contra la estupidez del
mundo, atacando a zapatillazos a la necedad del mundo , a la
injusticia , a la boberia, a la gilipollez, sí a la gilipollez de
la gente que gobierna, pero también a la que se deja gobernar así,
y puede ser una nazi de raza negra o puede ser un planeta de mentira
donde manipulan al mundo o puede ser un humano en un zoo, pero el
mundo da la vuelta en los textos de Vonnegut, Kurt, y su mala leche,
desgobierna el mundo. Si dejaras que el mundo fuera gobernado por sus
libros, sería un manicomio, un amplio despejado mundo de locos que
deberían pisar con cuidado porque de los libros de Vonnegut, Kurt,
sale ácido, puede ser sulfúrico que destroza todo lo que toca o
puede ser LSD, pero ácido al fin.
Y Mi digresión se alarga, lo sé, no
he hablado de “Buena puntería”, ahora lo haré, solo te puedo
decir, que te dé igual el libro que veas de Vonnegut, Kurt, que en
todos verás su figura con esa sonrisa de mala leche que no perdona,
como el cigarrillo pegado a la comisura del labio de Clint Eastwood mientras levanta el
viejo poncho, y, sabes, lo sabes, que se va a cargar a todo el mundo y escupirá al último
en la frente, diciendo -te lo dije-; y en Vonnegut, Kurt, ves esa misma sonrisa que te dice
mira te voy a decir lo que va a pasar, que eres carne de cañón, que
somos, y ¿sabes? el del cigarrillo en los labios se está riendo de todos, y
por eso te cuento, porque soy el sepulturero que va aponer tú nombre
en la lápida de madera podrida.
“Buena puntería” es la historia de
una parte, -digamos de una sección, digamos que una sección
especial, no especialmente torpe pero si especialmente anormal- de
una familia, rica en origen -llena de snobismo y prepotencia de la
riqueza heredada y venida de la nada-, pobre siempre, desde que tenía
dinero hasta cuando lo perdió, Y es la historia concreta de un
hombre-niño, Rudolf Waltz al que le dejaron al cuidado de una
colección de armas con 12 años y mató de un tiro disparado a la
nada -maldita mala suerte, torpe niño- a una mujer y su hijo en el
vientre; es la historia de unos tipos que no fueron nadie, pero nunca
fueron nadie (o solo, por un momento lo fueron) cuando mataron a alguien o amaron a Hitler, o
ayudaron a ocultar asesinatos, todo se oculta en la sociedad blanca y
rica de cualquier pueblecito del sur de EEUU. Pueblecito, -Midland
City- al que, de repente, se le cae encima e una bomba de neutrones,
al que mata a todos sus habitantes, pero mantiene magníficamente el
resto de lo que queda, hasta la tarta de nata recién salida del
horno de gran calidad - y marca americana de última generación-
del vecino de al lado, La familia Waltz, sobrevive, porque vive en
Miami, por otro feo asunto de contaminación nuclear, se convierte en
una ejemplo de un mundo que no se habla, de un mal escritor que no
escribe de nada más que de vivir para siempre y una madre que no
hace nada y un hermano que vive de su voz profunda, un padre que
malgastó sus fortuna en Viena en putas y en salvar a Hitler, Una
familia vacía , siempre vacía, solo sujeta por la tonta razón de
tener lazos de sangre, de compartir casa, ¿de parecerse las
narices?, en fin de ser familia, ¡oye son lazos de sangre, pero
sangre de heridas.!
Y sí, el ácido sulfúrico de antes,
es el elemento principal de la novela de Vonnegut, Kurt,. El humor
caustico, contra el mundo y en especial contra su país; contra la
posesión armas, contra la corrupción policial, contra el racismo,
contra la guerra fría, contra los políticos, contra la falta de
educación, contra la violencia, contra la incomprensión entre las
personas, contra los ricos que los son por no hacer nada,contra los
ricos por pisar a los pobres, contra los que engañan, contra los
constructores de casas sin futuro,contra el gobierno, contra los
científicos, contra la crítica literaria, contra el ejercito,
contra los curas, contra los médicos, contra la familia, contra las
palabras mal dichas, contra la buena puntería, contra la mala
suerte, contra la buena suerte, contra lo injusto, contra lo que no
debe ser respetado, contra ….¡Joder Kurt! No dejas títere con
cabeza, nada queda sujeto sobre los pies de sus libros, y tienen esa
pequeña presteza que hace que un libro que parece que te habla de
tonterías, de ser simple como un cuento de Andersen con gota, o un
Perrault del siglo XX que ha bebido demasiada absenta, ,es en
realidad un cuento-combate que golpea como Muhammad Ali, como Rocky
Marciano , como Joe Frazier o como Foreman : un uppercut al mentón,
un directo al hígado, luego un jab al mentón y al final, el gancho
final, duro y al cerebro.
wineruda